Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

29 diciembre 2007

Echen un vistazo a este artículo. Creo que no hay nada mejor para una mañana de Sábado navideño. Compromisos profesionales en la última noche del año me impedirán averiguar si las señoritas de mi tierra llevan la ropa interior del color que se supone preceptivo –y atender correctamente este rinconcito en estos días, claro-. Tenía la impresión de que la tradición sólo atañía a la mujer. De ahí que me haya pasado los últimos días de esta semana recomendando educada y encarecidamente a las señoritas que conozco que no duden en ponerse unas braguitas rojas en nochevieja. Pero, al parecer, no es el único color que trae algo debajo del brazo. Vean que ocurre en la utilización de otras tonalidades en la última noche del año: utilizar ropa interior amarilla trae mucha prosperidad –francamente, ¡Quién se va a comprar unos calzoncillos o unas bragas amarillas!, más ese día-; utilizar ropa interior roja permitirá encontrar el amor ideal –el amor ideal no sé, pero ese día “pillar” no es complicado (me han dicho)-; si la ropa interior se usa al revés, se tendrá mucha ropa nueva –además, siempre se podrá decir que fue un despiste-.

Les dejo tranquilos con sus ocupaciones. Lo que es la vida, aquí criticando al lector y al escritor de best-seller y, ayer, madrugué para ir a comprar la segunda parte de Los pilares de la tierra de Ken Follet, como saben; por si fuera poco, también me compré La bodega de Noah Gordon. Ahora bien, como no quería prostituir, más todavía, mi pequeña biblioteca casera, siguiendo las recomendaciones de Félix de Azúa, Antonio Muñoz Molina e, indirectamente, Arcadi Espada, me compré Los ensayos de Michel de Montaigne, el cual me valió un huevo, sea dicho con el cariño y respeto adecuados a las fechas en que nos encontramos. La cultura, ese algo etéreo, y que cuesta tanto adquirir.

2 Comments:

Blogger Erayo Peroyano said...

Le he regalado a mi madre "Un Mundo sin Fin" con la esperanza de que lo acabe pronto y leerlo yo (esto sí que es matar dos pájaros de un tiro). Lo que me ha parecido es que el precio es un poco abusivo ¿no?.

Un abrazo.

domingo, 30 diciembre, 2007  
Blogger Javi said...

Muy buenas Roberto, ¡¡29.90!!, bueeeno, es caro pero tengo que decir que merece la pena; estoy completamente enganchado, seguro que al igual que tu madre. De momento me está gustando más que la primera parte; ahora bien, no metas prisa a tu madre que el librito tiene casi 1200 hojas y, a pesar de los artículos de los grandes periódicos criticando su prosa ligera y ramplona, conviene leerlo con sosiego. Para mayor placer del lector.

Un abrazo.

domingo, 30 diciembre, 2007  

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