Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

07 marzo 2008

En la noche del 21 de Noviembre del año pasado, día en que falleció Fernando Fernán Gómez, en un reportaje sobre sus películas hice un gran descubrimiento que no vacilé, ni por un instante, en anotar. No tanto por su valor literario, pues todo en esta vida es discutido y discutible, como por la utilidad práctica que sólo un alma tan ingenua como la mía puede sacar del mismo.

En uno de los diálogos del inveterado film –sintiéndolo mucho no aparecía el nombre de la película a la que pertenecía la escena- salía una mujer. Una mujer guapa y atractiva. Considerando siempre lo guapas y atractivas que en aquella época eran las mujeres; como saben: tan frescas, radiantes y espontáneas como nunca volverán a serlo. Y esta mujer, decía lo siguiente: “a las mujeres nos gustan los intelectuales, pero luego nos decepcionan”. ¡Intelectuales! ¡Decepcionan! ¡Mujeres! Más no cabe, claro.

Comprenderán mi asombro, e incluso mi entusiasmo, al encontrar casualmente una revelación semejante. Viendo la tele. Ninguneándome. Es sensacional, el hecho de que alguien distinga a un intelectual; no me digan. Sorprende, incluso, que tamaño acontecimiento recaiga en una mujer guapa, atractiva. Pero lo más extraordinario de todo es el axioma, siempre tan negado, de que la decepción tiene un orden cronológico. Pensando se me eriza el vello. Lo dejo.