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Ayer estuve viendo el programa de la CNN+, Cara a cara. Lo hago a diario. Me encanta. Aunque a su director y presentador, Antonio San José, a veces, se le note demasiado quién le da de comer. Me gusta porque entrevista a escritores, actores, arquitectos, médicos y, desgraciadamente, también a políticos. Antonio es afable, educado, buena persona (no le conozco, pero si no es así, espero que algún día recomiende a su fabricante de máscaras) y un gran lector. Es un verdadero placer escucharle hablar de libros con sus invitados. Destila cultura y amor a los libros. Creo que esa es la gran diferencia entre los distintos lectores que hay en la viña. Hay quien lee por entretenerse. Otros, lo hacen para ampliar sus conocimientos. Habrá quien lo haga hasta por esnobismo. Pero lo que marca la diferencia, es quien ama lectura. Ese pedacito que le arrancamos a nuestro tiempo, a nuestra agenda, a nuestra vida a fin de cuentas. Ese rato de tranquilidad con uno mismo, con el alma desnuda del escritor en nuestras manos, y, en ese preciso instante, además, para nosotros solos. Ah, qué inmenso placer cuando descubrimos un autor. Un libro. Cuando nos sentimos agradecidos, auténticos privilegiados por haber dado con tal tesoro. Y nos compadecemos de los demás. De aquellos que miran con desdén a los lectores. “Pobre, todo el día leyendo”, me dice mi hermano con verdadera pena pintada en su rostro. Antonio San José, como decía, es así. Hay formas de ser que entran, nos son gratas, nos encantan. Y yo agradezco, sinceramente, que el señor San José sea de ese modo. Ayer el invitado era, nada menos, Alex Rovira. Un ejemplo de vitalidad intelectual, de optimismo energético y con un adorable modo de ver, vivir y afrontar la vida. Me pilló la entrevista, soy un desastre, sin nada a mano con lo que apuntar la impresionante retahíla de máximas, aforismos, proverbios o adagios, todos ellos exquisitos, que soltó por esa boquita. Aun así, y a pesar de que guardo demasiadas cosas en mi cabeza, me quedé con cierta fragancia: “resignarse, es un suicidio cotidiano”. Maravillosa. Mastíquenla: a ver si van a llegar a la conclusión de que en esta vida, si no se está dispuesto a luchar, más vale que sepan que ya tienen perdida la batalla. Pongan la índole de la misma a su entero gusto. ”Querer, no siempre es poder”. Bueno. La inclusión del adverbio, aparentemente obvio, dio lugar a una útil disertación del escritor: “querer no siempre es poder, pero querer, es el primer paso”. Luego, continuó diciendo, más o menos, que el esfuerzo no siempre tiene el resultado deseado; pero, qué duda cabe, con él se amplían nuestras posibilidades de alcanzarlo. Oigan, me pueden decir que todo esto es muy obvio. Pero a veces, también es necesario que alguien nos diga qué es lo evidente.
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Nochevieja. Noche pagana, mágica, noche bruja. Noche sin recato, de desinhibidos. Como desde hace ya 12 años, casi la mitad de los que tengo, comenzaré la misma trabajando. Dejando en la mesa a los numerosos miembros de mi familia: ese día, precisamente, invitados todos ellos en casa de mis padres. Sin poder entrar de lleno en las chanzas, chistes, numerosas bromas que acaecen entre plato y plato, debido, a que mi cabeza ya estará pensando, esquemáticamente, en la actuación que horas después tendrá lugar. Hoy por la mañana, precisamente, felicitando el año a una vieja amiga, me despedía de ella, en tono de aparente broma, diciéndola que la vida de músico es muy jodida, y, curiosamente, sexualmente insatisfactoria. Mis queridos lectores: no saben cómo venden las apariencias.
Mi hermano, en cambio, jovial y fresco, ayer se probaba el traje con el que va a deslumbrar a sus amiguitas la noche de fin de año. Yo estaba leyendo a mi querido Conan Doyle, pero acudí raudo. Para mí era todo un show ver a mi hermano en traje. Él, que hasta se mete con zapatillas deportivas en la cama. Con sus muchos pendientes colgando de las orejas. Sus pearcing. Sus mechas, tan a la moda. Y su peinado de chico “formal”. En fin. Un encanto. Ni que decir tiene que los jovenzuelos no sabrán ponerse zapatos, corbata y algo tan simple como la camisa por dentro de los pantalones. Mi hermano, incluso quería bajarse más los pantalones de pinza, imitando la caída de “sus anchos”, con los que enseña normalmente los calzoncillos a todo el personal. Sin asomo de rubor por su parte, claro. Pero, en fin, las señoritas de hoy tampoco son un dechado de elegancia. Les cuelgo una foto de mi querido tato, en la noche de ayer, en casa, mi dedo ejecutor hizo la instantánea:
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Hoy cumple años mi padre. Un capricornio algo cabezota; y también un capricornio algo vanidoso. Esta mañana, atendiendo a las tradicionales llamadas de felicitación, decía, el muy pícaro, que hasta casi las 12 de la noche no cumplía los años. Eso es precisión, no me digan. Además, cualquiera dice nada al jovenzuelo.
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Y, bueno, me voy a ir despidiendo de todos ustedes hasta próximo año. Pásenlo bien. Y cárguense de muchos y buenos propósitos: alguno siempre cae. Feliz 2009
2 Comments:
ese es tu hermano javi!! fijate q me recuerda a ti!! yo tb te deseo feliz 2009, espero q sea un año q te traiga cosas muy buenas.
un beso!! nos vemos por ahi, seguro q coincidiremos, cada vez q salgo te encuentro, jaja, un besin!
patri
Vaya Patri, ¡qué sorpresa! a ver si nos vemos algún día por ahí en lo que queda de fiestas. Feliz 2009, y a ver si antes del Verano te tienes que invitar a una cañita en consideración a que en adelante hay que llamarte señoría :-)
Un beso Patri, me ha alegrado tu visita.
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