Reflexiones.
Ayer estuve viendo la película “Astérix y Obélix, misión Cleopatra”, la verdad es que no había visto ninguna película de esta pareja y tengo que decir que no estuvo mal, hasta cierto punto es ilustrativa, aunque sigo pensando que para entender ciertas cosas hay que saber otras. Por ejemplo, mi padre decía que la película era una tontería para críos, normal, llegó cuando el orondo Obélix sacudía a un pretoriano y éste salía volando, y yo le dije, si pero no, antes de que me mirase con displicencia continué la explicación, es una tontería en parte porque es una adaptación de un cómic y como tal tiene visos de ficción, pero tiene mucho de histórico, muestra (la película de ayer en concreto) la grandeza del pueblo egipcio, la cultura celta y su confrontación con los romanos. Por otra parte los romanos tenían gran miedo de los “brujos celtas”, los druidas, y aunque éstos no eran capaces de fabricar una pócima, como en la película, capaz de decuplicar las fuerzas de una persona, si eran grandes conocedores de todas las propiedades de las plantas, considerándolos en mi opinión como los verdaderos padres de la medicina y la química moderna, luego como sabréis (esto ya no se lo dije a mi padre, va para vosotros), la medicina fue evolucionando, digamos que se profesionalizó, aunque no se perdieron éstas prácticas ancestrales, lo que dio lugar a la siguiente dicotomía. Por un lado estaba la medicina profesional, remunerada, bien vista y que había dos formas de estudiarla, bien como aprendiz de médico, empezando como ayudante y aprendiendo de él el oficio, o bien yendo a estudiar a una universidad, que también las había, aunque mas precarias, lógicamente, que las actuales. Por otra parte, estaban los médicos no profesionales, éstos en lugar de irse a las ciudades y ejercer de médicos, continuaron en las aldeas y bosques viviendo y estudiando las distintas propiedades de las plantas. Con el tiempo éstos últimos se hicieron peligrosos para los médicos, ya que en muchos casos eran mas efectivos, la gente comenzó a peregrinar a aldeas y bosques en busca de una ayuda mas barata y como digo en muchos casos de resultados mas palpables.
Eran tiempos horribles, aunque históricamente sea fascinante comenzar a leer una novela histórica, o un ensayo medieval, o un tratado antropológico, en el que nos relate el modus vivendi de aquellas personas, vivir aquella época tuvo que ser realmente duro, agónico, trágico.
He comenzado hablando de los celtas y los romanos, esta dicotomía médica, digamos que convivió en paz durante siglos, pero con la llegada de la Edad Media las cosas cambiaron, cambiaron por una de las grandes lacras de la humanidad, como es la necesidad, y con ella, el hambre, la pobreza y todos los instintos pícaros e interesados inherentes a la condición humana, hoy día mas atenuados debidos a una mejora notoria de todo el común de las circunstancias. Con la Edad Media además del hambre llegó el establecimiento de la religión, que es otro de los males de la humanidad, un establecimiento impuesto por autoridades laicas y eclesiásticas, simiente que prendió en una población tremendamente supersticiosa, ávida de luz y esperanza en un mundo mejor, debido a la oscuridad trágica de la realidad que les había tocado vivir.
Poca gente conoce que los textos bíblicos actuales son completamente alterados, manipulados insidiosamente, tergiversados, adaptados a las circunstancias de una época para favorecer a su clase política y hacer del común de los mortales un conjunto de seres maleables, de fácil manipulación. Cuando Constantino en el año 313 promulgo el Edicto de Milán, en el que se identificaba a la religión cristiana como la religión del imperio, fue por motivos puramente políticos o estratégicos, a los gobernantes les interesaban los principios cristianos, que proclamaban la sumisión, la bondad, la vida en armonía y obediencia…¿acaso creéis que les hubiera interesado ésta religión de haber propugnado el levantamiento en armas de todas las personas si se viesen oprimidos o subyugados por el todopoderoso gobernante?, pues claro que no, de ahí que adoptase el imperio romano el cristianismo como su religión y la expandiese a lo largo de todo su basto imperio territorial, pero esto no acabó aquí, a lo largo de los años fue a mas la manipulación de los textos sagrados, siempre con un trasfondo político, subyugador de la plebe, con lo que al llegar la Edad Media los monjes copistas, aquí imbuidos por el yugo de los monarcas y señores feudales, completaron la labor de tergiversación de éstos textos, vamos, que lo que nos ha llegado hasta nuestros días no tiene nada que ver con lo que propugnaron los auténticos, Simón Pedro, Pablo de Tarso, Lucas…nada, se refundieron todos los textos en un fondo común para realzar el poder del pontificado y todos sus afluentes, ello a pesar de que sigue habiendo contradicciones en los evangelios, si bien la mayoría de las contradicciones y elementos que no cuajaban fueron eliminados, sigue habiendo ciertas antinomias, por no hablar de la purga evangélica que se realizó con los evangelios apócrifos, que no es que sean falsos, si no que no son armónicos con el ideal que propugnan el resto de evangelios y por eso fueron eliminados, repudiados y defenestrados por la curia pontificia.
Toda ésta reflexión entronca con lo que os estaba contando de la medicina del siguiente modo, esa dicotomía que se daba en la medicina, y no me estoy refiriendo a las clases que había dentro de las profesiones declaradas, es decir, médicos de primer y de segundo nivel, lo cual existía en todas las profesiones. En la medicina estaban los médicos y los cirujanos barberos, en la veterinaria, estaban los veterinarios (de primer nivel) y los albéitares (veterinarios de segundo nivel o que no habían llegado a la categoría de veterinarios, a pesar de ello ejercían y al ser mas baratos, en muchos casos eran mas ricos que los propios veterinarios, ésta institución desapareció en el siglo XVII por la presión de los de primer nivel, y en mi ciudad natal se ha conservado el nombre de la biblioteca universitaria por antonomasia, El albéitar, debido a que antes era la antigua facultad de veterinaria, y por tanto albergaba en sus aulas albéitares hasta que recibiesen el título de veterinarios).
Pues todo ello, como digo, entronca del siguiente modo con la medicina, la implantación escolástica de la religión, en una sociedad medieval muy supersticiosa, además del diezmo a la iglesia a modo de ofrenda, digamos para que Dios estuviese con el pueblo llano y les colmara de buenas cosechas, (esto en teoría, en la practica era un impuesto hecho y derecho aquí mas que nunca como Dios manda), se implantó el tribunal de la inquisición, con lo que se empezó a perseguir todo aquello que no era afín a la religión cristiana, entre ello, las prácticas de la medicina que no se correspondían con la medicina “declarada”, con lo que se empezaron a purgar a todas estas personas que seguían albergando los conocimientos de la madre naturaleza, y a los caldos de plantas con propiedades médicas curativas, les llamaron pócimas o pociones y a los viejos aldeanos/as que vivían en el bosque con éste conocimiento se les llamó brujos/as o hechiceros/as, y fueron quemados en la hoguera como tales.
Con esta exposición he querido demostrar, según mi opinión fundada en lo que he leído, la estrecha relación que hay entre nuestra medicina y lo que degeneró en llamarse brujería, como tienen un nacimiento común y como al separarse en vez de converger y enriquecerse, divergieron hasta el punto de estorbarse y “aniquilar” una a la otra, un saludo a tod@s ya que al final me ha salido un post de cultura hoy, mañana no contéis con él. Libros que he leído relacionados con éstas cosas tan interesantes son, “Félix de Lusitania”, “El Mozárabe”y “El Cautivo” de Jesús Sánchez Adalid, “El Médico”, “Chamán” y “La doctora Cole” de Noah Gordon, “El Médico de Sefarad” de César Vidal, “El Médico del emperador” de Tessa Kolber, “Jesús o el secreto mortal de los templarios” de Robert Ambelain, “En el tiempo de las hogueras” de Jean Kalogridis, “El nombre de la Rosa” de Umberto Eco, “El druida del Cesar” de Claude Cueni…habría muchos mas, y todos ellos han ayudado a conformar en mi esta opinión, pero ahora mismo no me acuerdo de todos y lo escrito es el resultado de recordar la conclusión sacada por leer lo antecitado, espero que os haya gustado.
Eran tiempos horribles, aunque históricamente sea fascinante comenzar a leer una novela histórica, o un ensayo medieval, o un tratado antropológico, en el que nos relate el modus vivendi de aquellas personas, vivir aquella época tuvo que ser realmente duro, agónico, trágico.
He comenzado hablando de los celtas y los romanos, esta dicotomía médica, digamos que convivió en paz durante siglos, pero con la llegada de la Edad Media las cosas cambiaron, cambiaron por una de las grandes lacras de la humanidad, como es la necesidad, y con ella, el hambre, la pobreza y todos los instintos pícaros e interesados inherentes a la condición humana, hoy día mas atenuados debidos a una mejora notoria de todo el común de las circunstancias. Con la Edad Media además del hambre llegó el establecimiento de la religión, que es otro de los males de la humanidad, un establecimiento impuesto por autoridades laicas y eclesiásticas, simiente que prendió en una población tremendamente supersticiosa, ávida de luz y esperanza en un mundo mejor, debido a la oscuridad trágica de la realidad que les había tocado vivir.
Poca gente conoce que los textos bíblicos actuales son completamente alterados, manipulados insidiosamente, tergiversados, adaptados a las circunstancias de una época para favorecer a su clase política y hacer del común de los mortales un conjunto de seres maleables, de fácil manipulación. Cuando Constantino en el año 313 promulgo el Edicto de Milán, en el que se identificaba a la religión cristiana como la religión del imperio, fue por motivos puramente políticos o estratégicos, a los gobernantes les interesaban los principios cristianos, que proclamaban la sumisión, la bondad, la vida en armonía y obediencia…¿acaso creéis que les hubiera interesado ésta religión de haber propugnado el levantamiento en armas de todas las personas si se viesen oprimidos o subyugados por el todopoderoso gobernante?, pues claro que no, de ahí que adoptase el imperio romano el cristianismo como su religión y la expandiese a lo largo de todo su basto imperio territorial, pero esto no acabó aquí, a lo largo de los años fue a mas la manipulación de los textos sagrados, siempre con un trasfondo político, subyugador de la plebe, con lo que al llegar la Edad Media los monjes copistas, aquí imbuidos por el yugo de los monarcas y señores feudales, completaron la labor de tergiversación de éstos textos, vamos, que lo que nos ha llegado hasta nuestros días no tiene nada que ver con lo que propugnaron los auténticos, Simón Pedro, Pablo de Tarso, Lucas…nada, se refundieron todos los textos en un fondo común para realzar el poder del pontificado y todos sus afluentes, ello a pesar de que sigue habiendo contradicciones en los evangelios, si bien la mayoría de las contradicciones y elementos que no cuajaban fueron eliminados, sigue habiendo ciertas antinomias, por no hablar de la purga evangélica que se realizó con los evangelios apócrifos, que no es que sean falsos, si no que no son armónicos con el ideal que propugnan el resto de evangelios y por eso fueron eliminados, repudiados y defenestrados por la curia pontificia.
Toda ésta reflexión entronca con lo que os estaba contando de la medicina del siguiente modo, esa dicotomía que se daba en la medicina, y no me estoy refiriendo a las clases que había dentro de las profesiones declaradas, es decir, médicos de primer y de segundo nivel, lo cual existía en todas las profesiones. En la medicina estaban los médicos y los cirujanos barberos, en la veterinaria, estaban los veterinarios (de primer nivel) y los albéitares (veterinarios de segundo nivel o que no habían llegado a la categoría de veterinarios, a pesar de ello ejercían y al ser mas baratos, en muchos casos eran mas ricos que los propios veterinarios, ésta institución desapareció en el siglo XVII por la presión de los de primer nivel, y en mi ciudad natal se ha conservado el nombre de la biblioteca universitaria por antonomasia, El albéitar, debido a que antes era la antigua facultad de veterinaria, y por tanto albergaba en sus aulas albéitares hasta que recibiesen el título de veterinarios).
Pues todo ello, como digo, entronca del siguiente modo con la medicina, la implantación escolástica de la religión, en una sociedad medieval muy supersticiosa, además del diezmo a la iglesia a modo de ofrenda, digamos para que Dios estuviese con el pueblo llano y les colmara de buenas cosechas, (esto en teoría, en la practica era un impuesto hecho y derecho aquí mas que nunca como Dios manda), se implantó el tribunal de la inquisición, con lo que se empezó a perseguir todo aquello que no era afín a la religión cristiana, entre ello, las prácticas de la medicina que no se correspondían con la medicina “declarada”, con lo que se empezaron a purgar a todas estas personas que seguían albergando los conocimientos de la madre naturaleza, y a los caldos de plantas con propiedades médicas curativas, les llamaron pócimas o pociones y a los viejos aldeanos/as que vivían en el bosque con éste conocimiento se les llamó brujos/as o hechiceros/as, y fueron quemados en la hoguera como tales.
Con esta exposición he querido demostrar, según mi opinión fundada en lo que he leído, la estrecha relación que hay entre nuestra medicina y lo que degeneró en llamarse brujería, como tienen un nacimiento común y como al separarse en vez de converger y enriquecerse, divergieron hasta el punto de estorbarse y “aniquilar” una a la otra, un saludo a tod@s ya que al final me ha salido un post de cultura hoy, mañana no contéis con él. Libros que he leído relacionados con éstas cosas tan interesantes son, “Félix de Lusitania”, “El Mozárabe”y “El Cautivo” de Jesús Sánchez Adalid, “El Médico”, “Chamán” y “La doctora Cole” de Noah Gordon, “El Médico de Sefarad” de César Vidal, “El Médico del emperador” de Tessa Kolber, “Jesús o el secreto mortal de los templarios” de Robert Ambelain, “En el tiempo de las hogueras” de Jean Kalogridis, “El nombre de la Rosa” de Umberto Eco, “El druida del Cesar” de Claude Cueni…habría muchos mas, y todos ellos han ayudado a conformar en mi esta opinión, pero ahora mismo no me acuerdo de todos y lo escrito es el resultado de recordar la conclusión sacada por leer lo antecitado, espero que os haya gustado.
3 Comments:
Yo también me estuve partiendo la caja con esos dos, y dándole gusto a mis globos oculares con la visión de Monica Belucci, aunque yo, como Juancho, también se apreciar la monumentalidad de Laetitia Casta... que de casta tendrá sólo el apellido, porque los pensamientos que genera su sola contemplación no son nada castos (en los que estáis sin pareja, claro).
Y aunque vimos la misma película a mi no me dio para tales reflexiones... me quede con las risas echadas como bagaje tras ver la peli.
Un estupendo post este que nos has regalado sobre los derroteros históricos de la medicina y la paramedicina, que es una pena que no los hubieses hecho un par de días antes, cuando me dieron en la asignatura de Fundamentos de Medicina un par de horas de esta apasionante historia del desarrollo de la ciencia médica y sus antecedentes, así como de las prácticas que aún conviven con la misma, en forma de la llamada medicina alternativa, por ejemplo, que como decía el Doctor que nos impartió la clase, tiene poco de medicina y mucho de alternativa, y que basa su éxito en el cuidado de la relación clínica con el paciente, que se suele descuidar mucho en la medicina convencional.
He leído algunos de los libros en los que te has basado, como la trilogía de Noah Gordon, "El Nombre de la Rosa" de Umberto Eco, y "El Médico de Sefarad" de César Vidal. El resto de los que citas los pondré en mi lista de lecturas pendientes, cada vez más extensa, en relación inversamente proporcional a mi tiempo para la lectura, cada vez más escaso.
Un saludo.
Buenas Jose, me alegro de que te haya gustado el post, coincido contigo en que Laetitia esta muy buena, pero reconoceme, que a pesat de su patronímico, de casta poco o nada, jejeje.
La verdad es que es un tema muy, muy interesante, habia pensado en escribir algo ya hace tiempo sobre el tema pero no me había animado hasta éste día, como comprenderas se podía haber hecho mucho mas largo, pero no queria cansar a los lectores, a los pocos asiduos que os dejais caer por aquí, por eso fue medianamente light, pero ya te dejaré cuando tengas tiempo, cosa, como nos pasa a todos, cada vez mas dificil, que caro se ha vuelto el tiempo, quien nos lo iba a decir hace unos...en fin, un saludo.
Buenas Roberto me alegro de que te haya gustado a ti también. Yo también me eche unas risas con esos dos, la verdad es que yo de pequeñito no los leía, los descubrí mucho mas tarde, casi cuando en el instituto me hacían traducir directamente del latín los escritos "caeserianos", pero como dice el dicho, "mas vale tarde...", la verdad es que me dejas acojonado con los conocimientos que os están imprimiendo en el master, que barbaridad, vais a salir preparados incluso para montar el bufete en el mismo hospital, es la hostia, os dan clase de todo, y seguro que como aocstumbras destacaras en todo, jejeje, la leche, un saludo Roberto.
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