Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
Mi foto
Nombre:
Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

08 noviembre 2011

Longines Evidenza vs Hamilton Frogman

Hablar de un no debate: hablar por hablar. Un teatro sin público. Una actuación sin abucheos, pero también sin aplausos. Dado el medio de transporte comúnmente más utilizado por el Pueblo, antaño se medía el triunfo de una representación por el número de deyecciones equinas que se juntaban en la entrada del teatro: de ahí desear “mucha mierda”, hogaño expresión más literal que nunca. Dos actores y un encargado de bajar el telón. Una obra con todos los detalles preparados, aburridamente obvios. En su inicio unas ingenuas imágenes de muchachos con opiniones de adulto: Mariano Rajoy pronuncia mal y Rodríguez Rubalcaba (©MR) mueve mucho las manos. Hay papas y mamas tela listos en este país rebosante de maestros. Más nervioso, curiosamente, el que menos tenía que perder. Pero terminarán declarando “la pachorra” patrimonio histórico gallego. Tratando de averiguar dónde se escondía el pequeño saltamontes, en directo, a penas me di cuenta de que Alfredo llamadme, en vez de propuestas, profería chistes (con prórroga incluida). Decir que MR no se había leído su propio programa, como escuché a algún sabio posteriormente, es una melonada mayúscula. País de privilegiados, sin duda, aunque a mí nunca me hayan pagado por decir tonterías. MR debe de comprar sus muebles en la República Independiente de su Pueblo, a tenor de la nacionalidad de sus respuestas. Ambos candidatos hablaron de un solo programa: o lo comparten, o no había más, o el otro carecía totalmente de interés. Dialécticamente, y con independencia de lo que han dicho los medios, ganó APR. Más hábil y correoso, más astuto e inteligente, y con la lección mejor aprendida que el brillante opositor (sería sorprendente, si no fuera por los conocidos antecedentes). Pero todo daba igual. Los datos, la realidad, y la razón (el sentido común, o sea) estaban de parte del gallego. Al que espera una dura y difícil tarea, y como es hombre de fe, además, espero que sepa hacer milagros. En cualquier caso, deberíamos desterrar la mala educación pública imperante. Porque si el moderador hubiese sido mi padre, a diestro y siniestro habría repartido sendos cachetes. Y a mí me queda una última duda: me pregunto quién ganaría el debate en la radio.