Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

26 abril 2008

Me ha encantado, aunque en realidad lo hace siempre, la carta de Arcadi Espada a Pedro J. de hoy. En la misma se da cuenta de una injusticia, como tantas otras que se quedan sin ver la luz del día, cometida en el verano del 2006: un brigadista gallego acusado, precisa y paradójicamente, de prender fuego; el propio Rubalcaba, haciendo honores a su cargo y persona, dijo solemnemente: "es una detención paradigmática. Quien está prendiendo fuego, sabe perfectamente lo que está haciendo". Bueno, ante la tragedia del hecho, en su día, nadie podría tildarlo de demagógico, alarmista o de tremendamente prematuro por hablar, y de ese modo, sin tener pruebas o sentencia judicial que corroborase su juicio. Pero siempre teniendo en cuenta, que los juicios de valor de un ministro del Interior, son casi sentencias. En mi opinión, simple y llana, debía haberse callado. Aunque hoy día, legalmente, la absolución es total: no es tal para la sociedad, en que la mancha del paso por la cárcel es, probablemente, indeleble. De modo agradecido, no se llega al ostracismo físico que antiguamente sufría el reo en nuestro país y su entorno; por poner un ejemplo plasmado en la literatura, Victor Hugo nos muestra en la Francia de hace unos 200 años, como Jean Valjean, protagonista de Los miserables, era repudiado allí donde le llevaban sus pasos por ser portador de un "documento amarillo" en el que constaba su condición de expresidiario. Pero, ay, la risa, y su bendita manía de visitar todos los barrios; espero que alguien me explique la diferencia, real y profesional, que debería existir entre el siguiente conjunto de personajes: Rubalcaba- Esperanza Aguirre y doctor Lamela-Julio Pascual. Porque por alguna circunstancia, supongo que de índole esotérica, aún no he leído en Público o El País, ni escuchado en la SER o a Iñaki Gabilondo, la petición de retractación pública y contrita del ministro acerca del brigadista. Como atendiendo al propio ideario socialista, sería de recibo. Serán las gramíneas.