La fuente de inspiración del magnífico artículo de hoy de Ignacio Camacho, bien pudo ser este otro de Javier Cercas.
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Esta Tercera me iluminó la mañana de hoy. Siempre teniendo en cuenta que el estudio es capaz de nublar los días más soleados, más felices, incluso aquellos que principian prometedoramente.
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Y por último, rescatado de la garras del lobo feroz, pues así se autodenomina el gran Dragó, estos versos de Luis Alberto de Cuenca: «Dime atrocidades / que cuestionen verdades absolutas / como: «No creo en la igualdad». O dime / cosas terribles como que me quieres / a pesar de que no soy de tu sexo, / que me quieres del todo, con locura, / para siempre, como querían antes / las hembras de la tierra». ¡Como querían antes las hembras de la tierra! Me consta que a esta hora siguen ambos en libertad. Aunque con un terrible y doloroso zumbido en sus oídos izquierdos, claro.
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