Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

27 mayo 2010

Formas

Mañana íntegra dedicada a la firma de contratos festivos, calurosos, siempre rigurosos. Uno de mis compañeros, el bajista, que solía encargarse de dichos menesteres, no podía en esta ocasión, y me ha tocado a mí visitar a nuestros queridos representantes. Por lo general, suele tratarse de gente que me desagrada mucho y que no me incomoda menos. No son educados, son desconfiados y, sobre todo, asaz desagradecidos, siempre teniendo en cuenta que ellos no son los que tocan y que se llevan un porcentaje nada desdeñable simplemente por conseguir los favores de un alcalde de pueblo, normalmente pisándoselo a otro compañero del gremio piraña. Pero en esta ocasión, empero, todo fue distinto. Dos chavales jóvenes y majos, aunque no necesariamente por este orden, llevan una sociedad llamada Espectáculos León, dedicada a la contratación de delicias musicales de verano (por decirlo a lo fino, vamos). No son usureros, ni aprovechados, ni jetas. Y son músicos, y además buenos músicos, en activo. Supongo que por eso mismo no se dedican a explotar al personal con la más afable de sus sonrisas, como sí hacen otros. Estuvimos charlando un rato, a uno de ellos le sonaba mi cara, y se empeñaba en afirmar que habíamos coincidido en el conservatorio. Aunque, la verdad, lo creo poco probable, porque me sacaba por lo menos diez años. En cualquier caso, da gusto caminar por un mundo educado. No importa el ámbito en absoluto. Lo que importa son siempre las formas. Y éstas el personal las descuida así que tiene un poco de mundo recorrido, que digo yo que para eso más vale no recorrerlo nunca. Supongo que la gente se vuelva artera con los reveses que la vida suelta a diestros y siniestros. Pero en mi opinión, eso no sirve como justificación, sino que dice mucho de la verdadera catadura de las personas, y de su auténtico nivel frente a las adversidades, que es donde se ve muy clarito quien vale y quien va por la vida con una fachada de cartón, a la intemperie de lluvias y otras circunstancias verdaderamente reveladoras. Me despedí encantado. Y prometieron acudir a vernos en alguna ocasión. Aunque dada su propia carga de trabajo, tampoco lo veo muy probable, y no creo mojarme mucho si las llamo promesas de esas que se las lleva el viento. Viento que sopla sin descanso. Y si no…que se lo digan a algunas mujeres. Y, bueno, seamos justos, también a algún que otro golfo.