Son traidores
“Con todo lo que han robado, lo raro sería que no estuviésemos
así”
Hoy, ayer y, probablemente, mañana, en la cola de cualquier
establecimiento.
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I+D+i. Los estudios son cada vez más serios, fiables y
rigurosos. La cuestión, parece evidente, supone equiparar la intuición
versificadora de cualquier cantautor con mayor o menor fortuna con el uso dado al
presupuesto destinado al departamento más rocambolesco.
Aquí, en la patria, durante años nuestros políticos se han
llenado la boca con esas tres letras. Los medios de (in)comunicación no han
sido menos. Por supuesto, se han destinado fondos a industrias y empresas. Pues,
aunque las cosan no sean, casi siempre basta con que parezcan. Y el resultado,
claro, es fabuloso. Es la misma mecánica de las subvenciones: sobra con una
impostura decorosa para que el derecho adquiera forma. Cuando una empresa tiene
pérdidas (aunque todos sabemos que sólo –pienso escribir el vocablo con tilde
diacrítica toda la vida- tiene menos beneficios) y ha de prescindir de alguien,
al ingeniero destinado en la sección de innovación le dicen que están encantados
con su trabajo, pero que ahora no hay dinero para su, en teoría, imprescindible
función. ¿Puede alguien en este país destinar un dinero que no es suyo a lo que
quiera? Evidentemente. Yo, que soy de letras, y la vida y el barrio me han
hecho desconfiado, me pregunto si nos encontramos ante algo más que una categoría
sonora. Una moda, por decirlo sin ambages. ¿Pueden nuestras empresas prescindir
del talento que las hará más competitivas, eficaces y eficientes? Parece ser
que sí. ¿Se está midiendo, evaluando, calificando el resultado de las
inversiones en esta materia? No, o no bien, o no lo suficiente. Durante mucho tiempo,
una actividad inútil, pero novedosa, que suena muy bien y a la que se aplican
todos los países que no compran nunca sus propios productos y no sobresalen precisamente
en materia de exportaciones, ha sido una disculpa más para esquilmar fondos de
modo improductivo y maquillar una estadística. Si los recursos materiales y
humanos dedicados a estas actividades tan pomposas nos eran tan necesarios,
¿por qué ahora todo el mundo parece haberse olvidado de ellos? ¿Fueron alguna vez
lo que pretendieron? ¿O tan solo una mera disculpa para cumplir el expediente
y pasar por caja? ¿O una, una más, imposición inane?
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