Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

09 junio 2014

Retomando



Un joven mulato corre aprisa. Su semblante es serio, adusto, nada despreocupado. Recorre con su mirada los alrededores. Al cruzar la esquina entabla conversación breve con unos conocidos. Terminada la cual sigue su camino. Ya sin mirar hacia ninguna dirección, pues sus pies parecen saber a donde dirigirlo. Es fiesta en el barrio. Se escucha desde todas sus esquinas la música enlatada de tómbolas, atracciones y demás puestos de feria. Pero las fiestas, ¡como si fueran lo único!, degeneran. Pocos chiquillos. Pocos puestos. Y poco entusiasmo, que, al fin y al cabo, es de lo que vivimos. En mis tiempos hacían actividades para todos los públicos, pues todo era como más participativo. Mi barrio es pequeño, íntimo y un punto coqueto, a modo de apéndice rural. Aquí todos nos conocemos. Y de todos, claro, sabemos. Ello tiene sus inconvenientes, por supuesto; pero qué duda cabe de que también tiene sus ventajas. Siempre depende de cada cual convertir la bella confianza en algo asqueroso. Según me dicen este año no han colgado el jamón en lo alto de un poste de madera. Trofeo que, invariablemente, pasaba a ocupar las vitrinas de una familia de gitanos que, aun siendo de las afueras, todos los años se tomaba la desinteresada molestia de acercarse y colaborar con el resto de parroquianos en las jugosas festividades. Pero las cosas cambian, y ya ni siquiera se respeta el codiciado jamón: casi un derecho adquirido. El domingo el cura dijo la misa al aire libre. Sin techo que lo cobijase de inclemencias, ni ese púlpito fuente de tantas desigualdades. Y, después, hubo vino español. Hay que decir que nunca un hombre tan pío, tan justo, tan bueno y hasta tan honrado ha gozado de un auditorio tan concurrido. E incluso tan agradecido. Mientras los vecinos degustaban la empanada, la tortilla y algunas croquetas, por los altavoces sonaba M Clan, y me quedé con esa frase que todo hombre ha querido decir a alguna mujer en su vida. Y no es, no puede ser, te amo. La retuve, mientras me alejaba en silencio, sonriendo, y pensando que, después de todo, siempre hay algo, o alguien, que merece la pena.