Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
Mi foto
Nombre:
Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

22 mayo 2009

No hay temporada en los últimos años que en el grupo no decidamos montar un tema en teoría ya desfasado, caducado, casi inconsumible. Y sin embargo, he de decir, que termina siendo aceptado por el público como si se tratase de una verdadera novedad. Lo entiendo, desde luego, desde el punto de vista del público más joven, cuyos inexperimentados oídos aún no han acumulado suficiente cultura musical; y, por esa razón, escuchan la horrible música que escuchan, musicalmente sencillísima, simple, como infantil que está formada, en el mejor de los casos, por un par de acordes y por un bombo y un bajo repetitivo, cansino, asfixiante que sigue ronroneando, cual gatito mimosón, todavía mucho después de haber desvinculado y deshabituado a los oídos de semejante tortura. Lo que no comprendo, o no del todo, es como ese “efecto novedad” se deja ver en gente adulta, con el culo ya muy pelado de verbenas y músicos verbeneros; que tienen, por cierto, mucho más glamour que los putones del mismo apellido. Y lo escribo como lo siento, créanme.

Este año le ha tocado el turno a un tema original de Los módulos, Todo tiene su fin, que a mí siempre me había parecido precioso, bello. Y que ya hace algunos años había versionado el grupo Medina Azahara, perdiendo el tema todo atisbo de melancolía, que es como se llama en la música a la decencia. Pero como también la versionó El barrio, y como al cantante de mi querido grupo le encanta, y le pega, el flamenco que no vean, decidimos montar su versión, que no es del todo mala, y que les cuelgo aquí abajo, por si no la habían escuchado, deseándoles, de paso, que pasen un buen fin de semana.