Carne Trémula.

Buenas a todos, os escribo esto antes de leer la prensa, lo que conlleva el peligro de que os vuelva a incordiar dentro de un rato con otro post mas serio, pero vamos, que tampoco es seguro. Ya se lo que estáis pensando, que voy a hablar de cine ¿no?, pues no, y la película homónima al título del post de hoy si la he visto, pero no van por ahí los tiros, que va.

Hoy comienza la temporada, si me diréis que qué temporada ¿no?, la temporada de fútbol, la de las elecciones municipales, la del saltamontes amariscado de las lonjas en lontananza…no, no, ¡¡la temporada de espichas!! Si, no se si os han llegado rumores, pero al parecer éste año aquí en el campus leones, van a permitir todas las espichas a diferencia de estos años anteriores, aunque todavía no está claro, corren rumores de que se celebraran todas en un campo propiedad de la institución leonesa, en los aledaños de la universidad, y pondrán robustos porteros, para prevenir que se cuele algún retoño espabilado, para enchufar unas birrillas, y adelantar así, porque a todos nos llega, su primera cogorza.

El título del post de hoy, me pareció conveniente porque acabo de llegar de la espicha de INEF, ¡impresionante!, allí estaban con la cogorza hasta los conserjes, uno que parece neófito en éstas abstrusas cuestiones, después de 5 años en la universidad, no me había llegado hasta los dominios de esta facultad hasta hoy, y eso que está sita al lado de mi queridísima facultad de derecho. El caso es que según llegamos, estaban subastando a los novatos, y claro gran parte del dinero que sacan los organizadores en todo el año, para la excursión de fin de curso (bueno así se le llamaba a esto en el cole, ahora se le llama ir a hibernar a Puntacana con los de clase, porque creo que se marchan en Febrero) depende de lo bien que se insinúen los novatos antes de ser subastado, para que en la licitación pujen fuerte por ellos.

No se que es lo que pudo pasar, porque cuando llegamos nosotros, una de mis fuentes (y no estaba borracha ¡eh!), nos informó de que estaban mas sosos que otros años, que les daba mas vergüenza y tal, es compresible ¿no?, pobres hombres… pues como digo, no se que pasó, porque según entramos vi a una agradable jovencita estirando su elástico tanga, casi hasta sus orejas, yo persona infantil, ingenua y que no se deja impresionar fácilmente por la carne fresca de estas jovenzuelas desvergonzadas, que hoy en día se ven por ahí, me interesé rápidamente por el estado de aquella joven, vamos, no por su salud, si no en cuanto estaban pujando por esa joyita para tratar de meterme, pero claro, según vieron esa prenda el resto de la concurrencia, también gente seria y que lee asiduamente la columna de Umbral, se disparó el precio… ¿a esto lo llama mi fuente insinuarse mal y estar mas sosos que de costumbre?, ¿pero que coño hacían otros años?¿se tiraban a todo el personal que pasase por allí?.

Aquí tengo que introducir un comentario sexista y machista, lo siento, todo esto de los tangas está muy bien y tal, y no hacen daño a la vista y esas cosas, pero es que no solo se subastaban mujeres, si no también hombres, lo cual está muy bien pero… las mujeres nos dejaban ver sus braguitas, tangas…algunas se tocaban sus pechos provocadoramente, dejando traslucir sus pezoncillos sonrosados en algún caso, pero los hombres…¡no tenían vergüenza!, lo primero cuando se va a una subasta de éstas hay que llevar las mejores mudas de uno, como se llamaba en antaño a la ropa interior, y yo que pensé que era un caso especial, por mi mal gusto con la ropa interior…vamos no es que yo tenga mal gusto, es que no se ni que talla de calzoncillos uso, porque me los compra siempre mi madre y claro, uno puede confiar en una madre casi para todo, pero en esto no, no cometáis mi error, mi madre tiene los gustos obsoletos y hasta hace bien poco me compraba de estos calzoncillitos de mayoral hace amigas, que casi se te salía el pajarito por una hendidura que tenía incorporada a modo de adorno el calzoncillo, con una camiseta a juego, vamos, que nos compraba a mi y a mi padre el mismo tipo de ropa interior, y así, se nos podía encontrar a mi padre y a mi, en un día de verano, luciendo palmito por el pasillo con esta sugerente ropa, ejem, esto que quede entre nosotros ¿vale?. Ni que decir que ahora uso ropa mas moderna, pero aun así, me la sigue comprando mi madre y claro, no le he podido pedir nada arriesgado, como un tanga de leopardo, o unos calzoncillos con el himno del R.Madrid (os imagináis ahí en un momento intimo con vuestra pareja y justo cuando se pone la cosa mas caliente, el himno del centenario, vamos, que si no hay goleada no será por tu ropa interior).

A ver, que estaba hablando de la ropa interior de los novatos y me he liado, como siempre, la razón de llegar con un poco de mal sabor de boca a casa, fue porque además de ser, mucha de la ropa interior que allí había muy fea, vi un pito, si, un pito que no era el mio, y claro, pensar lo que queráis pero es desagradable, en un momento dado el chaval estaba saltando y tal, con sus calzoncillitos al aire, y un pillejo de los veteranos le pillo en el aire y le bajo los pantalones, pero el chaval ni cuenta oye, que hasta que no bajo la vista y vio que las mozas hambrientas de la primera fila le estaban señalando, no se dio cuenta de que estaba enseñando su pito a unas 500 personas, si le viera su madre… en fin.

Esto ha sido todo por hoy, ya os contaré algún día como son las novatadas de la tuna, que también tiene los suyo, como se decía en una antigua serie que yo veía, no cambies de canal, mañana mas, un saludo a tod@s .