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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

21 marzo 2007

Mascotas.

Buenas a tod@s, siento interrumpir la crónica de mi periplo por tierras mallorquinas, pero pensé que estaría bien variar un poco. Hoy por la mañana fui a tomar un café a casa de una amiga, y me llevé una pequeña sorpresa. La gente se está volviendo exótica, si, o simplemente, original. Cuando os lo explique comprenderéis mi indecisión.

En el salón de la casa, donde solemos poner el televisor de plasma, el sillón donde la abuela se pasa horas y horas de meditación y ganchillo, la mesa comedor o mesita de tomar el café, el mueble bar…no se, lo típico ¿no? pues donde deberían estar todas estas cosas, mi amiga, además de una colección de botellines de Vodka vacíos de distintos colores y, según parece, de distintos sabores, tenía una mascota, pero no una mascota cualquiera, que va.

Las personas refinadas, de bien, esas que miccionan sentadas para evitar los ineluctables salpicones de pis, que llaman excusado al lugar designado para depositar sus evacuaciones, que en lugar de pedos se les escapan suspiros, esas personas, suelen tener perros, a veces con cierto parecido físico a ellos y, si es posible, de la raza Fox Terrier, pues la misma admite mejor los jerseys de punto primavera-verano, de no ser así, se conformarán con un Cocker beis, pues éste ya lleva incorporado el jersey. Las personas sedosas, ardientes, apasionadas, prefieren los gatos, pues la suave textura de los mininos encalabrina las gónadas del personal. Cuando uno mira un gato, no solo ve un animal, una mascota, una compañía necesaria, está viendo un ser fogoso, lascivo, “peligroso”, de ahí que sus dueños presuman de prolífica vida nocturna privada y sus miradas hablen por ellos. Las personas de barrio, como un servidor, tenemos gustos más humildes, nos gustan los pájaros, preferiblemente los canarios o periquitos, no sólo porque nos alegra su cantar y alegre colorido, sino, porque son limpios, sólo ensucian su jaula, beben de un pequeño abrevadero adosado a la jaula y, con un puñadito de pienso, tan contentos. El problema lo pueden dar determinadas razas de pájaros por su infidencia, me estoy refiriendo, como no, a los loros. Para mi, sería todo un despropósito llegar a casa después de un largo y duro día de trabajo y, que el pájaro me chivase, que a mi mujer le “ha colocado el butanero la bombona”, me explico ¿verdad?. A ver como le digo yo a mi mujer que me lo ha dicho un pajarito. Las personas exóticas les va mas lo tropical, así, uno se puede encontrar en el salón de alguna casa una iguana, son como lagartijas pero creciditas, se te quedan mirando como si les estuvieses invadiendo su territorio y te sacan la lengua una y otra vez, no se si por burla o advirtiéndote de que si tuviesen dientes –que no se si los tienen- te ibas sin una oreja para tu casa. Luego tenemos el ejemplo televisivo común u ordinario, en que el típico chaval empollón, feo, que no se come una rosca, es el “margi” de la clase, viste camisa a cuadros y le quitan el bocata en el recreo, suele tener un hamster en casa, con el que establece charlas de filosofía y le hace cariñitos en el rabo.

Todos estos ejemplos, de todos son conocidos. Pero mi amiga tenía algo completamente distinto, algo nuevo, diferente, atrevido…¡¡un conejo!! A simple vista parecía un peluche inerte, incluso al sacarlo de su jaula y soltarlo en el aire, el animalillo se quedaba petado en el suelo, como con ventosas. Pero este no era un conejo cualquiera, tenía la piel a pintas blancas y negras, sus orejas no eran respingonas sino que descansaban caídas sobre su cara y, sus ojitos tristes, le decían a uno que estaría mejor comiendo hierba en el campo o, yo que se, en una cazuela con unas patatas y un poco de perejil, siempre con fundamento. Que diría mi abuela, que criaba conejos en sus años mozos, si le dijera que en los tiempos actuales se lleva tener los conejos por la casa, con comida específica para ellos, que se les lava, enjabona y perfuma e incluso, algunos caprichosos, ocupan el sillón central del salón, en fin. Una de las cosas que más gracia me hacían del conejo –porque éste no era un conejo moliente- eran sus prodigiosos saltos, lo que hizo que perdiera en ciertos momentos mi asidua compostura varonil impoluta y estuviese a punto de chillar como una loca. El jodido conejo era capaz de saltar del suelo al sofá de la casa, se ponía a dos patas…pero lo que de verdad me dejó sin palabras, me suscitó un asombro inefable, me acojonó, fueron sus derrapes, si, el conejo entraba en el salón derrapando, a rassss, frenada larga. Le propuse a mi amiga que lo adiestrara en las artes del salto acrobático a través de un arco ardiendo o algo así, pero me dijo que no fuese vulgar, soez, grosero, adocenado…en fin, que a mi no me engaña, para mi que va a terminar en la cazuela.

Un saludo a tod@s, mañana continuaré con la crónica de mi viaje.

6 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La verdad es que te einvidio, no es posible que te pasen esas cosas, es todo tan surrealista... Por cierto tu amiga te dejó tocarle el conejo??
Espero que nos aclares esta duda existencial

PD: la gente me pregunta por la calle por lo del negro, yo creo que ya va siendo hora de acabar con los rumores...

jueves, 22 marzo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Joe que suerte! Vas a ver a una amiga y te dejan ver el conejito! Ahhh! Y tengo una duda que me corroe....era español o brasileño?

P.D.: El otro día fui al mercado y una señora muy amable de unos 76 años, mes arriba mes abajo, me preguntó a ver si sabía la historia del negro, por que ella estaba en un sinvivir! Por lo tanto menos conejitos...y ala a lo del negro!

jueves, 22 marzo, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Bueno, solo aclarar que la coneja se llama Lola y no va a acabar en la cazuela porque es la reina de la casa,jejejejejejej.

viernes, 23 marzo, 2007  
Blogger Javi said...

Buenas Alejandro, es verdad, puede sonar surrealista porque lo adorno un poco, pero creeme que es absolutamente cierto lo que he puesto y, bueno, creo que la dueña del conejo -sin utilizar la acepción anfibológica en la que tu piensas- lo ha dejado claro.
Un saludo chato. Espero que te haya gustado lo del negro, no hubo mas ;)

martes, 27 marzo, 2007  
Blogger Javi said...

Muy buenas Juli, era un conejo supongo que español, no le pregunte a la dueña por la nacionalidad del orejas. Joder con lo del negor me tenéis asustado, no se uqe va a pensar la gente que se pase por aquí respecto a lo que en realidad pasó, que no fue nada, espero dejarlo claro, no paso nada, no hubo roce.
Un saludo Juli.

martes, 27 marzo, 2007  
Blogger Javi said...

Muy buenas dueña, no voy a revelar tu identidad para salvaguardar la integridad de tu persona cuando nos veamos en el Húmedo, aunque me pareció que ya se lo casque a mis colegas durante la partida.
No me engañas, en un descuido del animalillo, ya tenéis un guiso delicioso,jejeje, un saludo, bueno un beso, que se que eres dueña y no dueño;)

martes, 27 marzo, 2007  

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