Me voy de viaje.
Muy buenas a todos, siento teneros tan descuidados, pero que sepáis que es por causas de fuerza mayor. El Viernes me voy a Palma de Mallorca a pasar unos días y visitar a un amigo, estaré de vuelta el próximo viernes, con lo que ya veis, me voy una semanita a disfrutar de esa temperatura suave, cálida y primaveral, que en las Baleares luce todo el año. Espero que haya buen tiempo y me permita disfrutar a tope esos días. Como nunca he viajado en avión estoy un poco nervioso, pero bueno, supongo que sea mero trámite y, una vez montado en ese pájaro mecánico, todo temor se disipe. Por otra parte, nunca he salido de mi casa y me he ido de “veraneo”, yo trabajo en verano y para mi es imposible realizar estos placeres en la época correspondiente, aunque esto lo agradezco, ya que me encanta la tranquilidad y me agobian los barullos, con lo que seguro que disfruto mas el viaje que si lo hago en verano.
Hoy por la mañana, cuando fui a por los “billetes” –lo entrecomillo porque no son billetes físicos o propiamente dichos, son electrónicos y sobra con llevar el DNI y el localizador, que es un número que te facilitan al reservar el viaje, para embarcarte en el vuelo correspondiente-. Si me veis ayer preguntando a mi amigo, pensaríais que mi edad mental corresponde a una personita de 5 años, pero bueno, ya me lo ha explicado mi colega y hoy por la mañana la señorita de la agencia –que por cierto era una monada- y ya, más o menos, me hago una ligera idea de cómo va esto.
Como estamos en tiempos en que la seguridad en los aeropuertos se ha incrementado enormemente, tenía cierto miedo de saltarme alguna norma, como llevar un frasco de colonia en el equipaje de mano y me detuviesen como un vil terrorista, pero bueno, ya no estoy tan preocupado, porque con ponerme en huelga de hambre supongo que me dejarían marchar con el frasco de colonia y el resto del equipaje de mano, aunque minúsculas muestras de dinitrotolueno se encontrasen en mi mochila.
Como no podía ser de otra manera, si me ocurren ciertos fenómenos dando un tranquilo paseo por mi ciudad, extrañado me hallaría si todo fuese a la perfección en tan abstruso periplo –para mi, novato de facto en éste redil-. Con lo que la primera sorpresa del día, la tuve cuando me dijo la señorita de los ojos verdes, cabello caoba, tez clara y piel suave –me imagino, no se la toque, soy un caballero-, que tenía el DNI caducado y me exponía a que no me dejasen realizar el viaje. ¡¡Pero cómo!! –exclamé indignado-, pero si, así era, y desde hacía seis meses nada mas y nada menos. Imaginaros mi cara hecha un poema, mi madre diciéndole a la señorita lo despistado que era –sin importarle mis sentimientos, pues me había enamorado perdidamente de ese encanto- y en fin…que tuvimos que dirigirnos –mi madre y yo, la señorita que nos atendió no se quiso venir con nosotros a pesar de mis prolongadas e insinuadoras sonrisas- raudos a comisaría. No tenía fotos carnet encima, normal, uno suele llevar el móvil, un paquete de chicles y otro de condones –por lo que pueda pasar, aunque sean las 12 del mediodía- pero fotos…nones, con lo que antes de ir a comisaría, entramos en una de esas tiendas cercanas a la misma donde te hacen fotos y te las revelan al instante. Mi pinta era deplorable, había salido de casa con un chándal y sin afeitar, pues quería afeitarme el jueves noche para tener la cara fina como el culito de una bebe –el de un bebe macho a lo mejor está ya a estas edades mas rugoso- y encandilar al personal –femenino, por supuesto- balear, ¿quién me iba a decir a mi que iba a tener que sacarme unas fotos? Pero la vida es así, con mi barba de una semana me senté y me la sacó –la foto- cuando vi el resultado, no sabía si era yo o el tunecino.
Al salir de la tienda de fotos nos dirigimos a la comisaría. Al entrar, un cartel nos mostró la bifurcación del pasillo, nos encaminamos, encantados y felices como lombrices, al pasillo habilitado para solucionar los trámites de DNI. En el mostrador había dos seres especiales, si, de esos que en la jerigonza común llamamos funcionarios, burócratas, aquellos que según decía el monólogo, “vayas a la hora que vayas siempre están desayunando”, estos no eran tan especiales, no estaban desayunando, pero no desprendían alegría y felicidad a raudales precisamente –como es común a los de su especie…un poco de sarcasmo ¿no?- tenían una cara de amargados tremendamente currada, no se que cara tendrían si estuviesen poniendo ladrillos en la obra. Una señora que estaba delante de nosotros –muy resuelta ella- iba a renovar el DNI, perdón iba a poner una denuncia porque según ella se lo habían robado y, según yo, se quería ahorrar la tasa correspondiente a haber perdido el documento- el caso es que la señora tenía fotos, eso lo dejo bien clarito a los funcionarios allí presentes, no sabia cuando se lo habían robado, ni quién, ni donde, ni cómo, pero se lo habían robado –sólo el DNI- y ojo, tenía fotos. El funcionario mirando mosca a la paisana, le dijo que tenía que poner la correspondiente denuncia…en otro sitio, la paisana le miró mal y le volvió a decir que tenía fotos. Si las miradas matasen…la que realizó el funcionario en aquel momento creo que estaba tipificada en el Código Penal. El caso es que la señora se fue a la sala de al lado a interponer su denuncia –y supongo que a decirles que tenía fotos y no problem-. No me pareció ver que sacasen a nadie de malos modos, con lo que me imagino que la encantadora señora solucionaría su problema o, quién sabe, lo mismo perdió sus fotos y le dio un jamacuco allí mismo.
Cuando me llegó el turno estaba como nervioso, si, no era mi primera vez, pero aguardaba con cierta emoción a que el funcionario de la mirada oscura me cogiese el dedito y me lo metiese en to lo negro –¡¡en el tintero, eh!!. Después yo me quedé unos instantes con el dedito negro en el aire, mirando un poco aleladamente al de la mirada de tigre, y me dijo muy cortésmente, que si quería me lo podía limpiar en una especie de servilletero que había adosado a la pared, con lo que me limpié el dedito y nos fuimos raudos a la compañía de viajes para decirles que ya estaba todo solucionado.
Bueno esto ha sido la mañana de hoy, tengo que comprar una maleta de viajes de esas que tienen ruedas –cuestión que me llena de felicidad- y prepararla para el viaje, con lo que es probable que no vuelva por aquí hasta el fin del viaje, el próximo viernes, un saludo a tod@s, pasarlo bien, me acordaré de vosotros y, ya os contaré a la vuelta cómo fue todo. Espero que bien.
Hoy por la mañana, cuando fui a por los “billetes” –lo entrecomillo porque no son billetes físicos o propiamente dichos, son electrónicos y sobra con llevar el DNI y el localizador, que es un número que te facilitan al reservar el viaje, para embarcarte en el vuelo correspondiente-. Si me veis ayer preguntando a mi amigo, pensaríais que mi edad mental corresponde a una personita de 5 años, pero bueno, ya me lo ha explicado mi colega y hoy por la mañana la señorita de la agencia –que por cierto era una monada- y ya, más o menos, me hago una ligera idea de cómo va esto.
Como estamos en tiempos en que la seguridad en los aeropuertos se ha incrementado enormemente, tenía cierto miedo de saltarme alguna norma, como llevar un frasco de colonia en el equipaje de mano y me detuviesen como un vil terrorista, pero bueno, ya no estoy tan preocupado, porque con ponerme en huelga de hambre supongo que me dejarían marchar con el frasco de colonia y el resto del equipaje de mano, aunque minúsculas muestras de dinitrotolueno se encontrasen en mi mochila.
Como no podía ser de otra manera, si me ocurren ciertos fenómenos dando un tranquilo paseo por mi ciudad, extrañado me hallaría si todo fuese a la perfección en tan abstruso periplo –para mi, novato de facto en éste redil-. Con lo que la primera sorpresa del día, la tuve cuando me dijo la señorita de los ojos verdes, cabello caoba, tez clara y piel suave –me imagino, no se la toque, soy un caballero-, que tenía el DNI caducado y me exponía a que no me dejasen realizar el viaje. ¡¡Pero cómo!! –exclamé indignado-, pero si, así era, y desde hacía seis meses nada mas y nada menos. Imaginaros mi cara hecha un poema, mi madre diciéndole a la señorita lo despistado que era –sin importarle mis sentimientos, pues me había enamorado perdidamente de ese encanto- y en fin…que tuvimos que dirigirnos –mi madre y yo, la señorita que nos atendió no se quiso venir con nosotros a pesar de mis prolongadas e insinuadoras sonrisas- raudos a comisaría. No tenía fotos carnet encima, normal, uno suele llevar el móvil, un paquete de chicles y otro de condones –por lo que pueda pasar, aunque sean las 12 del mediodía- pero fotos…nones, con lo que antes de ir a comisaría, entramos en una de esas tiendas cercanas a la misma donde te hacen fotos y te las revelan al instante. Mi pinta era deplorable, había salido de casa con un chándal y sin afeitar, pues quería afeitarme el jueves noche para tener la cara fina como el culito de una bebe –el de un bebe macho a lo mejor está ya a estas edades mas rugoso- y encandilar al personal –femenino, por supuesto- balear, ¿quién me iba a decir a mi que iba a tener que sacarme unas fotos? Pero la vida es así, con mi barba de una semana me senté y me la sacó –la foto- cuando vi el resultado, no sabía si era yo o el tunecino.
Al salir de la tienda de fotos nos dirigimos a la comisaría. Al entrar, un cartel nos mostró la bifurcación del pasillo, nos encaminamos, encantados y felices como lombrices, al pasillo habilitado para solucionar los trámites de DNI. En el mostrador había dos seres especiales, si, de esos que en la jerigonza común llamamos funcionarios, burócratas, aquellos que según decía el monólogo, “vayas a la hora que vayas siempre están desayunando”, estos no eran tan especiales, no estaban desayunando, pero no desprendían alegría y felicidad a raudales precisamente –como es común a los de su especie…un poco de sarcasmo ¿no?- tenían una cara de amargados tremendamente currada, no se que cara tendrían si estuviesen poniendo ladrillos en la obra. Una señora que estaba delante de nosotros –muy resuelta ella- iba a renovar el DNI, perdón iba a poner una denuncia porque según ella se lo habían robado y, según yo, se quería ahorrar la tasa correspondiente a haber perdido el documento- el caso es que la señora tenía fotos, eso lo dejo bien clarito a los funcionarios allí presentes, no sabia cuando se lo habían robado, ni quién, ni donde, ni cómo, pero se lo habían robado –sólo el DNI- y ojo, tenía fotos. El funcionario mirando mosca a la paisana, le dijo que tenía que poner la correspondiente denuncia…en otro sitio, la paisana le miró mal y le volvió a decir que tenía fotos. Si las miradas matasen…la que realizó el funcionario en aquel momento creo que estaba tipificada en el Código Penal. El caso es que la señora se fue a la sala de al lado a interponer su denuncia –y supongo que a decirles que tenía fotos y no problem-. No me pareció ver que sacasen a nadie de malos modos, con lo que me imagino que la encantadora señora solucionaría su problema o, quién sabe, lo mismo perdió sus fotos y le dio un jamacuco allí mismo.
Cuando me llegó el turno estaba como nervioso, si, no era mi primera vez, pero aguardaba con cierta emoción a que el funcionario de la mirada oscura me cogiese el dedito y me lo metiese en to lo negro –¡¡en el tintero, eh!!. Después yo me quedé unos instantes con el dedito negro en el aire, mirando un poco aleladamente al de la mirada de tigre, y me dijo muy cortésmente, que si quería me lo podía limpiar en una especie de servilletero que había adosado a la pared, con lo que me limpié el dedito y nos fuimos raudos a la compañía de viajes para decirles que ya estaba todo solucionado.
Bueno esto ha sido la mañana de hoy, tengo que comprar una maleta de viajes de esas que tienen ruedas –cuestión que me llena de felicidad- y prepararla para el viaje, con lo que es probable que no vuelva por aquí hasta el fin del viaje, el próximo viernes, un saludo a tod@s, pasarlo bien, me acordaré de vosotros y, ya os contaré a la vuelta cómo fue todo. Espero que bien.
2 Comments:
¡Miedo me das para cuando tengas que estar al tanto de los plazos para presentar documentos! Por lo demás, espero que te lo pases en grande en tus pequeñas -para mi ya serían enormes-, vacaciones, que te las mereces. Es una pena que la de la agencia de viajes no quisiera acompañarte, pero ella se lo pierde, jeje. De todas formas estoy yo planeando un viaje así que no estaba de más que dieras más datos de dónde se puede localizar a esa... agencia ¡ejem!.
Un saludo.
PD: ¡¡¡qué envidia me das!!!, SIN ACRITUD.
Muy buenas Roberto, muchos perdones por el inmenso retraso. La de la agencia era una monada y tienes mucha razo´n, no quiero ni pensarlo cuando me enfrente a plazos y papeleo de envergadura, entre la caraja y el despiste que manejo no se que será de mi, jejeje.
Un saludo.
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