Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

05 junio 2009

En un estanco de mi barrio, de cuyos dueños no debería acordarme, han decidido llenar de incertidumbre la quietud sin par que reina en la vida de sus vecinos, ahítos de aburrimiento y sobrecargados de monotonía. No me gusta faltar, lo habrán notado. Pero la verdad es que el matrimonio que lo regenta nunca ha sido un dechado de amabilidad, gentileza, dulzura en el trato ni, por supuesto, buena educación. La mujer en su día tuvo que ser mona, pero sin tanto vello. Y su marido, allá donde lo encontrase, sin duda tuvo que ser el más mono de todos. No tienen hijos, conspicua progenie que se pierde para el estudio de la siempre compleja psique humana. Pero si tienen, en cambio, una sobrina. Majísima, por cierto. Una chica rubia, de talle sugerente, rostro anguloso y más pecas que centímetros de cintura con la que en su día tuve intenciones ciertamente vituperables, casi obscenas. Curiosidades que tiene esta vida, y tiene muchas, en aquel entonces medio barrio debía albergar en su interior las mismas intenciones; y yo, no era precisamente primero de lista. Sé lo que están pensando. Estas cosas, como el hambre, sólo las provoca la escasez de materia prima. Supongo que por esa razón el sabio destino nos mandó, años más tarde, a una prima de la sobrina de los estanqueros. Rubia, como su prima y la tía de ésta. De la prima se encaprichó un amigo mío al que siempre le gustaron los restos; perdón, los retos. Amigo que nunca se paró a pensar, pero ni por un momento, si alguna vez tendría la posibilidad de superar alguno de ellos. Pero en fin, les comento el asunto que traigo, y otro día, sólo si es necesario, les cuento con más calma lo de las primas.

El caso, pues sépase que siempre hay un caso, es que en este estanco han puesto un cartel con un anuncio muy curioso, muy ambiguo y destinado a gente como muy sabia. Reza dicho letrero, remedo de exitosas técnicas publicitarias, algo así como: “12 vinilos, 4000 euros”. Como lo leen, no se froten los ojos. Y ante semejante derroche de sintaxis, como les digo, tienen a todo el barrio mosca, zumbando de aquí para allá. A mi el primero, que siempre ando leyendo si no son libros, carteles. Yo creo, pero con fe de la buena la mejor, que no tendría sentido acudir al estanco con 4.000 euros (lo que sobra, a ojo, del pan y el periódico) y, hecho el depósito, le endosasen a uno los 12 vinilos de a saber qué. Pero es que tampoco veo claro que acudiendo al mismo sitio con 12 vinilos, pues no sé de otro lugar donde se haga idéntico ofrecimiento, te suelten religiosamente los 4.000 euros, como si fuesen 4.000 soles. Sufro amargamente. No se rían. Estoy en un verdadero sinvivir. Es que, si se razona en frío, así no se las ponían ni a Butragueño.


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León ya tiene reina de las fiestas. Una criaturilla de 17 años, según leo. Nada que decir de la niña, claro. Ahora bien, siempre me ha parecido muy curioso que entre el jurado de este tipo de galardones, en León y en otros sitios que no son León, incluyan a políticos, esa rara y preparada especie. Dado que ni siquiera son capaces de realizar correctamente el trabajo para el que han sido designados, no existe, o al menos yo no la veo, una explicación sana que justifique su asiento, su voz y su voto.

Respecto a las reinas, mises y demás nombramientos de esta categoría, en León, siempre ha habido rumores, que hieden tela, asegurando que el pescado está todo vendido. Y me parece un flaco favor a estas jóvenes beldades que su nombre quede empañado (y empeñado) por simples habladurías. Sabiendo además que luego, llegado el momento estelar, y sólo porque la gente es mala, se queja el personal de que hay que ver que representante más fea, o flacucha o, en fin, más poco agraciada han encontrado para representarnos ahí afuera, mundo ancho y cruel.



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Correspondencia/ César Castaño

Conste que no soy pepero, ¿eh? pero es que el chiste es cojonudo...


LA DIFERENCIA ENTRE UN SOCIALISTA Y UN GUARDIA CIVIL


Un hombre vuela en un globo, cuando de repente, se percata de que está perdido, entonces maniobra y desciende lentamente hasta divisar a un guardia civil en medio del campo y le grita:

¿Podría usted ayudarme? He quedado en verme a las 2:00 p.m. con un amigo, llevo media hora de retraso y no sé dónde me encuentro.

Claro que sí -le contesta el guardia-. Se encuentra usted en un globo de aire caliente flotando a unos treinta metros de altura, entre los 40 y 43 grados de latitud norte y entre los 58 y 60 grados de longitud oeste.

¿Es usted guardia civil, verdad? - pregunta el del globo.

Sí, señor, lo soy.. ¿cómo lo adivinó?

Es simple, porque todo lo que ha dicho es técnicamente correcto, pero prácticamente inútil. Continúo perdido y voy a llegar tarde a mi cita porque no sé que hacer con su información.

Y usted, ¿es socialista? -pregunta el guardia.

Sí señor. ¿Cómo lo supo?

Es muy simple. Porque usted no sabe ni donde está, ni para dónde va, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, se halla exactamente en la misma situación en la que estaba antes de encontrarme, salvo que ahora, por alguna extraña razón..... ¡la culpa es mía!




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Correspondencia/ David Fernández Aláez (culé, el tío)