Amistad
¡La amistad! Existen tantos tipos…
La amistad en el trabajo. La amistad en la actividad revolucionaria, la amistad en un largo viaje, entre soldados, en una prisión de tránsito, donde entre el encuentro y la separación discurren sólo dos o tres días, pero el recuerdo de esas horas se conserva durante años. La amistad en la alegría, la amistad en el dolor. La amistad en la igualdad y la desigualdad.
¿En qué consiste la amistad? ¿En una simple comunidad de trabajo y destino? A veces el odio entre miembros de un mismo partido cuyas ideas sólo se diferencian en pequeños matices es mayor que hacia los enemigos del partido. A veces los hombres que van juntos a la batalla se detestan más entre ellos que al enemigo común. Y del mismo modo, a veces, el odio entre prisioneros supera al odio que éstos sienten por sus carceleros.
Lo cierto es que los amigos se encuentran la mayoría de veces entre gente que comparte el mismo destino, la misma profesión, los mismos objetivos, pero deducir de ello que es esa comunidad lo que determina la amistad sería un tanto prematuro.
En efecto, pueden trabar amistad (y se ve a menudo) hombres vinculados por la misma aversión a su profesión. Los héroes de la guerra y del trabajo no son los únicos que tienen amigos; los desertores de la guerra y del trabajo también los tienen. No obstante, sea cual sea la naturaleza de la amistad, la noción de comunidad está en su base.
¿Pueden establecer lazos de amistad dos caracteres completamente diferentes? ¡Por supuesto!
La amistad a veces es una relación desinteresada.
La amistad a veces es egoísta, otras está marcada por el espíritu de sacrificio. Sin embargo, por extraño que pueda parecer, el egoísmo de la amistad aporta un beneficio desinteresado a aquel de quien se es amigo, mientras que el sacrificio de la amistad es esencialmente egoísta.
La amistad es un espejo en el que el hombre se contempla a sí mismo. A veces, mientras conversas con un amigo, te reconoces a ti mismo: es contigo mismo con quien hablas, es contigo con quien te relacionas.
La amistad es igualdad y afinidad. Pero al mismo tiempo es desigualdad y diferencia.
Existe una amistad práctica, eficaz cuando hay un trabajo colectivo, en la lucha común por la vida, por un trozo de pan.
También está la amistad por un ideal elevado, la amistad filosófica entre interlocutores contemplativos, entre personas que trabajan en campos diferentes, cada uno por su cuenta, pero que juzgan la vida con criterios idénticos.
Es posible que una amistad elevada aúne la amistad activa –la del esfuerzo y la lucha- y la amistad de los interlocutores contemplativos.
Los amigos siempre se necesitan el uno al otro, pero no siempre obtienen lo mismo de la amistad. Los amigos no siempre quieren la misma cosa de la amistad. Uno ofrece al otro su experiencia, el otro se enriquece con esa experiencia. Uno, al ayudar a un joven amigo, débil e inexperto, toma conciencia de su propia fuerza y madurez, mientras que el otro reconoce en el amigo su ideal de fuerza, madurez, experiencia. Así, en la amistad uno da, mientras que el otro se alegra por los regalos.
Ocurre que un amigo es una instancia tácita que ayuda al hombre a entrar en relación consigo mismo, a encontrar la felicidad en sí mismo, en sus propios pensamientos que se vuelven inteligibles, tangibles gracias a que encuentran un eco en el alma del amigo.
La amistad de la razón, la amistad contemplativa, filosófica, a menudo exige de los amigos unidad de pensamiento, pero esta afinidad puede no ser total. A veces la amistad se expresa en la disputa, en las divergencias.
Cuando los amigos son idénticos en todos los aspectos, cuando se reflejan el uno en el otro, la disputa con el amigo será una disputa con uno mismo.
Amigo es aquel que justifica tus debilidades, tus defectos e incluso tus vicios; es aquel que confirma tu equidad, tu talante, tus méritos.
Amigo es aquel que, amando, desenmascara tus debilidades, tus defectos y vicios.
La amistad es, pues, aquello que, fundado sobre lo semejante, se manifiesta en las diferencias, las contradicciones, las desemejanzas. En la amistad el hombre aspira a recibir de forma egoísta aquello que él posee. En la amistad el hombre aspira a dar generosamente aquello que posee.
El deseo de amistad es inherente a la naturaleza humana, y aquel que no sepa establecer vínculos de amistad con personas, los tendrá con animales: perros, caballos, gatos, ratones, arañas.
Un ser dotado de una fuerza absoluta no necesita amigos; evidentemente, ese ser sólo puede ser Dios.
La verdadera amistad no depende de que el amigo se siente en un trono o que, derrocado de dicho trono, vaya a dar con los huesos en prisión. La verdadera amistad se corresponde con las cualidades del alma y es indiferente a la gloria, a la fuerza exterior…
Vida y destino, Vasili Grossman, Galaxia Gutenberg.
¿En qué consiste la amistad? ¿En una simple comunidad de trabajo y destino? A veces el odio entre miembros de un mismo partido cuyas ideas sólo se diferencian en pequeños matices es mayor que hacia los enemigos del partido. A veces los hombres que van juntos a la batalla se detestan más entre ellos que al enemigo común. Y del mismo modo, a veces, el odio entre prisioneros supera al odio que éstos sienten por sus carceleros.
Lo cierto es que los amigos se encuentran la mayoría de veces entre gente que comparte el mismo destino, la misma profesión, los mismos objetivos, pero deducir de ello que es esa comunidad lo que determina la amistad sería un tanto prematuro.
En efecto, pueden trabar amistad (y se ve a menudo) hombres vinculados por la misma aversión a su profesión. Los héroes de la guerra y del trabajo no son los únicos que tienen amigos; los desertores de la guerra y del trabajo también los tienen. No obstante, sea cual sea la naturaleza de la amistad, la noción de comunidad está en su base.
¿Pueden establecer lazos de amistad dos caracteres completamente diferentes? ¡Por supuesto!
La amistad a veces es una relación desinteresada.
La amistad a veces es egoísta, otras está marcada por el espíritu de sacrificio. Sin embargo, por extraño que pueda parecer, el egoísmo de la amistad aporta un beneficio desinteresado a aquel de quien se es amigo, mientras que el sacrificio de la amistad es esencialmente egoísta.
La amistad es un espejo en el que el hombre se contempla a sí mismo. A veces, mientras conversas con un amigo, te reconoces a ti mismo: es contigo mismo con quien hablas, es contigo con quien te relacionas.
La amistad es igualdad y afinidad. Pero al mismo tiempo es desigualdad y diferencia.
Existe una amistad práctica, eficaz cuando hay un trabajo colectivo, en la lucha común por la vida, por un trozo de pan.
También está la amistad por un ideal elevado, la amistad filosófica entre interlocutores contemplativos, entre personas que trabajan en campos diferentes, cada uno por su cuenta, pero que juzgan la vida con criterios idénticos.
Es posible que una amistad elevada aúne la amistad activa –la del esfuerzo y la lucha- y la amistad de los interlocutores contemplativos.
Los amigos siempre se necesitan el uno al otro, pero no siempre obtienen lo mismo de la amistad. Los amigos no siempre quieren la misma cosa de la amistad. Uno ofrece al otro su experiencia, el otro se enriquece con esa experiencia. Uno, al ayudar a un joven amigo, débil e inexperto, toma conciencia de su propia fuerza y madurez, mientras que el otro reconoce en el amigo su ideal de fuerza, madurez, experiencia. Así, en la amistad uno da, mientras que el otro se alegra por los regalos.
Ocurre que un amigo es una instancia tácita que ayuda al hombre a entrar en relación consigo mismo, a encontrar la felicidad en sí mismo, en sus propios pensamientos que se vuelven inteligibles, tangibles gracias a que encuentran un eco en el alma del amigo.
La amistad de la razón, la amistad contemplativa, filosófica, a menudo exige de los amigos unidad de pensamiento, pero esta afinidad puede no ser total. A veces la amistad se expresa en la disputa, en las divergencias.
Cuando los amigos son idénticos en todos los aspectos, cuando se reflejan el uno en el otro, la disputa con el amigo será una disputa con uno mismo.
Amigo es aquel que justifica tus debilidades, tus defectos e incluso tus vicios; es aquel que confirma tu equidad, tu talante, tus méritos.
Amigo es aquel que, amando, desenmascara tus debilidades, tus defectos y vicios.
La amistad es, pues, aquello que, fundado sobre lo semejante, se manifiesta en las diferencias, las contradicciones, las desemejanzas. En la amistad el hombre aspira a recibir de forma egoísta aquello que él posee. En la amistad el hombre aspira a dar generosamente aquello que posee.
El deseo de amistad es inherente a la naturaleza humana, y aquel que no sepa establecer vínculos de amistad con personas, los tendrá con animales: perros, caballos, gatos, ratones, arañas.
Un ser dotado de una fuerza absoluta no necesita amigos; evidentemente, ese ser sólo puede ser Dios.
La verdadera amistad no depende de que el amigo se siente en un trono o que, derrocado de dicho trono, vaya a dar con los huesos en prisión. La verdadera amistad se corresponde con las cualidades del alma y es indiferente a la gloria, a la fuerza exterior…
Vida y destino, Vasili Grossman, Galaxia Gutenberg.
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