Buena publicidad
Me encantan los anuncios. Son una de mis pasiones, de mis vicios, de mis debilidades. En ellos se dan cita la creatividad, la buena música, inmejorables puestas en escena y, en ocasiones, mujeres de rompe y rasga. Yo incluso podría prescindir del resto de la programación. Creo que existen verdaderas obras de arte en el género. La publicidad del siglo XXI es una mezcla atinada de literatura, música, cine, arquitectura. Y todo ello, además, en pequeñas fragancias. Con la dosis necesaria. En su justa medida.
Una buena muestra de todas estas nobles cosas que cito la tenemos, por ejemplo, en los anuncios deportivos. En ellos se suelen enfatizar las mejores cualidades de sus máximos exponentes: los deportistas. Dándonos la impresión de estar ante algo más que un oficio bien remunerado: ejercicios de sobresaliente prestidigitación, embelecos de ilusionista veterano. Muchas veces, nos dejan sin palabras.
Nike, marca deportiva tan veterana como prestigiosa, siempre se ha caracterizado por la excelencia en su publicidad. Y ha rodado anuncios, sencillamente, con los mejores de cada momento. No sé si recuerdan, seguro que sí, un anuncio realizado en un aeropuerto por la mencionada firma ya hace algunos años. Era un compendio de malabarismos y piruetas varias a ritmo de samba. Aún salivo.
Pues bien: buceando en Youtube, otro de mis vicios nada ocultos, me dio por buscarlo. Y, como habrán comprobado, lo encontré. No estaba solo. Junto a él, silente cual vergonzoso enamorado, estaba su imitación. No me atrevo a decir que de calidad, ustedes juzgarán; pero sin duda exhibe un desmesurado humor por bandera. Castizo. Marca de la casa. Muy nuestro. Sus hacedores eran unos muchachos de la tuna. Sin su atuendo de gala, yo nunca lo habría sospechado. Y, por si fuera poco, ¡el vídeo es reivindicativo! Más no cabe.
Pasen un buen fin de semana. Y gracias por leerme.
Una buena muestra de todas estas nobles cosas que cito la tenemos, por ejemplo, en los anuncios deportivos. En ellos se suelen enfatizar las mejores cualidades de sus máximos exponentes: los deportistas. Dándonos la impresión de estar ante algo más que un oficio bien remunerado: ejercicios de sobresaliente prestidigitación, embelecos de ilusionista veterano. Muchas veces, nos dejan sin palabras.
Nike, marca deportiva tan veterana como prestigiosa, siempre se ha caracterizado por la excelencia en su publicidad. Y ha rodado anuncios, sencillamente, con los mejores de cada momento. No sé si recuerdan, seguro que sí, un anuncio realizado en un aeropuerto por la mencionada firma ya hace algunos años. Era un compendio de malabarismos y piruetas varias a ritmo de samba. Aún salivo.
Pues bien: buceando en Youtube, otro de mis vicios nada ocultos, me dio por buscarlo. Y, como habrán comprobado, lo encontré. No estaba solo. Junto a él, silente cual vergonzoso enamorado, estaba su imitación. No me atrevo a decir que de calidad, ustedes juzgarán; pero sin duda exhibe un desmesurado humor por bandera. Castizo. Marca de la casa. Muy nuestro. Sus hacedores eran unos muchachos de la tuna. Sin su atuendo de gala, yo nunca lo habría sospechado. Y, por si fuera poco, ¡el vídeo es reivindicativo! Más no cabe.
Pasen un buen fin de semana. Y gracias por leerme.
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