Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

09 septiembre 2010

Mamandurria

Esos hombres barbados, descamisados y malhablados que defienden nuestros derechos laborales a golpe de huelgas, proclamas y arrumacos al gobierno, deben, ¡por fin!, haberse despertado del largo letargo que los ocupaba. Ahora dicen, respecto a la reforma laboral ultimada, que cómo es posible, y levantan el puño en alto indignados como cuando cantan todos juntos en las romerías de León. Nuestra clase sindical, que mientras dormitaba en el mullido colchón de las subvenciones no se ha acordado para nada del sector social al que representaba, ahora clama al cielo, y aún reconociendo que la huelga es una putada, el día 29, va a ir con todo y a por todas. En el ejecutivo miran a sus colegas de timba, peluquero y vestuario con pena y cierta simpatía. Pues ya dijo Zapatero a Llamazares, en su día, que no había nada a la izquierda del Gobierno. Y el mentado, sin sorpresa de nadie, no dijo ni esta boca es mía. La verdad, para mí, es que para que en España tengan algún efecto las huelgas generales se han de convocar sólo y exclusivamente contra el PP, aunque no hagan falta. Eso de la izquierda contra la izquierda suena un poco a desdoblamiento de la personalidad, que es lo que tienen algunos políticos e Iñaki Gabilondo cuando les apagan los micrófonos. Por eso el personal, después de 6 años de declamaciones contra el PP, no sabe ni entiende a qué viene ahora tanto alboroto contra estos señores que miran tanto y tan bien por el obrero. Y por esa misma razón, el día 29, la convocatoria va a ser un verdadero fiasco. No va a servir para casi nada de lo que se pretende (ninguna lo hace), es inoportuna (casi todas lo son), y llega demasiado tarde. Simplemente, servirá para dejar a los principales sindicatos con sus vergüenzas al aire: son organizaciones obsoletas, los liberados tienen demasiados privilegios y sus líderes muestran una dolorosa y obscena permisividad con determinadas políticas según las emprenda un gobierno u otro.

Y luego, querrán que les hagan caso…


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