Adiós con el corazón.

Es una verdadera pena, ayer noche escuchando las noticias locales me llegó una noticia que ya se rumoreaba desde hace una buena temporada, pero que ahora se ha hecho realidad. El Emperador cierra, nuestro único teatro, va a cerrar en principio sin plazo a partir del 31 de éste mes. Hasta finales de éste mes, el cine proyectará una serie de películas emblemáticas como “Río Bravo” o “El moderno Sherlock Colmes”, ciclo que llevará el simbólico título, “Cuando el destino nos alcanza”.

Al parecer no ha habido acuerdo entre nuestro consistorio y los empresarios titulares del teatro, si bien todo apunta a la desidia o negligencia por parte de nuestros políticos, que según uno de los actuales responsables del emperador, ni siquiera se ha pasado un perito por el teatro para tasarlo.

Sin entrar en señalamientos de responsabilidades políticas, para mi, cierra uno de los edificios emblemáticos de nuestra ciudad (León), aunque yo lo conozco mas como cine que como teatro, no deja de parecerme chocante que cierre el único teatro que tenemos. ¿Esto es una apuesta por la cultura?, es verdad, que también gran parte de culpa la tienen los precios que ha alcanzado el teatro, haciendo de esta actividad, prácticamente un artículo de lujo, es muy probable que de poner precios mas asequibles para todo tipo de público, la gente se terminaría animando y pienso que con el tiempo las salas podrían llegar a llenarse, pero claro, con una media de entre 30 o 40 euros la entrada, como que el personal no esta para darse esos lujos, y claro, como cine, hay que reconocer que se ha quedado obsoletizado, uno salía con el culo tras una película de duración media, con forma de butaca, y digamos, le habían ganado la partida en cuanto a comodidad y calidad de sonido, otros cines mas modernos, o simplemente, que se habían gastado cierta cantidad, para acondicionar los cines a las exigentes posaderas de los asistentes.

El caso es que yo no concibo una ciudad sin teatro, es como si nos quedásemos, guardando las distancias, claro, sin nuestra catedral. Todas las grandes ciudades tienen un teatro (al menos), y el hecho de que León se quede sin él es una verdadera vergüenza, una perdida de prestigio, si su titularidad privada no daba para mantenerlo, nuestro consistorio debería haberse hecho cargo de él, para eso están, para mantener los símbolos de la capital leonesa, pero de ésta forma, y no es la primera vez, recordemos lo que pasó con el Abella, se están cerrando y olvidando todos los “iconos” que siempre han acompañado a nuestra modesta ciudad.

Espero de verdad que la situación se solucione y podamos seguir asistiendo a este lugar, bien como cine o bien como teatro, pero seria desolador, el tener que pasar por delante y no tener mas que una impresión de almacén abandonado, como durante años es lo que ha transmitido el Abella, un saludo a tod@s, de un bloggero un tanto decepcionado.