Me verán la cara, no se.
Buenas a todos hoy no pensaba escribiros nada, pero es que llevo unos días, que es que me ven la cara, no encuentro otra explicación lógica y racional, y eso que yo me la veo todos los días en el espejo y no la encuentro nada especial, vamos nada de especial ni de bueno ni de malo, pero tampoco es que tanga cara de tonto, vamos al menos eso creía, pero no se, a lo mejor he sufrido alguna metamorfosis nocturna, o me ha bajado el tomate o la almohada me ha desgastado paulatinamente la capa facial y me ven algo extraño…no se, pero empiezo a preocuparme.
Ayer tuve que descargar unas bafles, como llamamos los músicos al equipo de sonido, y al terminar paramos a tomar unos cortos, algo muy normal, y que entra dentro de la idiosincrasia lugareña de mi city, el caso es que a pesar de que esos cortos se tomaron en mi barrio, yo no sabía muy bien que recomendar a mi colega, dado que de uno de los bares ya os hablé y ya sabéis como las gastan ahí (ver post: Crucero Nights), otro estaba cerrado, y en uno turco que acaban de abrir no me atreví a preguntar si tenían un corto, la verdad es que no se que equivalente tendrán por allí, pero será algo exótico, no se, mi conocimiento de aquella tierra se reduce a los kebab y a un par de veces que he visto la pasión turca, que de paso aprovecho, y os recomiendo que no vayáis con la parienta por allí de vacaciones, no siendo que la seduzca el autobusero y se la tire en el autocar, mientras le sacáis fotos a Santa Sofía de Constantinopla.
El caso es que paramos en un mesón, fíjense ustedes que lo lógico es pensar que a uno lo van a poner mas y mejor tapa en un establecimiento de éstos, por aquello de que será mas profesional y tal, y que darán croquetas naturales en vez de éstas que se venden en el Alimerca, pero no, que va, pasaba el tiempo y el tío no se acercaba a ponernos la tapa, como yo no había entrado nunca me dije, bueno, será que no dan tapa, con lo que seguimos ahí apoyados en la barra, sorbiendo lo que quedaba de corto, y en mi caso, hasta dándole lametazos al fondo del vaso…hasta que sucedió, si, si esperabais que os sorprendiese diciendo que entro pocholo preguntando por la avenida la mochila, os equivocasteis, entro un paisanín, supongo yo que cliente habitual, y haciendo un gesto hermético y ambiguo con los dedos, de difícil comprensión, supongo yo que una clase de lenguaje superior metadesarrollado y científico, el camarero asintió (yo todavía estaba pensando en la difícil combinación de sus falanges, e incluso imitándola en el interior del bolsillo de mi pantalón), sacó el tinto y lo gaseó un poquito, y, y aquí viene lo bueno, le puso tapa. Aquí yo, si, no suelo pero, me mosqueé, y empecé con mi juego de miradas particular, le hice mi famosa mirada, “mira que me estás tocando los huevos y al final la vamos a tener”, y el tío nada, que no lo pillaba, a todo esto yo ya estaba medio bizco por el esfuerzo visual, pero aún así, probé con otra de mis miradas, le hice mi mirada “se rifan dos tortas con dos papeletas y tu ya tienes tres(papeletas)”, nada que o no lo pillaba o era un tipo duro, aquí ya mis orejas estaban empezando a cambiar de color y me estaba empezando a picar el huevo derecho, que eso es muy mala señal, pero el tío nada, inflexible, con lo que utilice mi mirada “Nadal”, si, consiste en mirar reiterada y apresuradamente, a él y a la bandeja de calamares, a él y a la bandeja de calamares, pum, pam, pum, pam…¡¡toma!!, el caso es que el tío o se canso de seguir mi cabeza moviéndose para los lados, o le puse nervioso, o no se, lo pillo, igual el merluzo después de dos horas mirándome se dio cuenta de que no había cenado y a lo mejor le mordía un brazo, nunca se sabe, no se lo pregunté, pero al final conseguí mi objetivo y nos puso tapa.
Pero hoy por la tarde se volvió a repetir, de verdad, a lo mejor es cosa del desodorante, llegamos a un bar de la Palomera, que por cierto tienen muy buena tapa y nunca suele haber problemas, pero otra vez la misma, el dependiente debía ser nuevo y no le debimos de caer muy en gracia, entramos aunque todavía era pronto para el tapeo, porque vimos a dos señoritas dándole a la croqueta, y bueno, otra vez la misma situación, el tío haciéndose el loco y cambiando el barril de sitio, y que nada, que no nos ponía tapa, menos mal que entró el camarero de siempre, y yo ya, que todavía me duraba el meneo de ojos del día anterior, le miré con cara de corderillo, el tío comprendió y me dijo, ¿no os han puesto tapa no?, yo dije con entusiasmo y vitalidad, no, el tío asintió, murmuró para sí, vaya figura (yo en el momento interprete que lo decía por su compañero, ahora en frío, pienso que a lo mejor se estaba refiriendo a mi), y nos puso la tapa.
En una ocasión y con esto voy a acabar mi relato de hoy, estaba yo con otro colega por la zona del Corte Inglés de tapeo, bueno aquí lo acontecido me extrañó menos por la zona y tal, nosotros éramos dos músicos que veníamos de ensayar en chándal, sin afeitar y con las partituras debajo del brazo, y era mas comprensible que pasasen de nosotros, con esa pintilla mas de gitanos, con todos mis respetos “pápa”, que de pijos estirados, que es la gente que suele pulular por la zona, pero aquí la cara la puso mi compi que es un profesional y de esto sabe un poco. Entramos y la misma, ahí ponían tapa hasta a las mascotas de los que entraban, menos a nosotros, pero mi colega se chinó y le dijo, después de un cuarto de hora por lo menos, “¿perdona, es que no nos has puesto tapa y no se si se te ha olvidado o te estás haciendo el loco?”, el camarero indignado le miró y le dijo “¿el loco?” con lo que se fue con aire autosuficiente y nos puso un plato de champiñones ahí como con desaire, pensábamos dejárselo ahí para que se fastidiase, pero teníamos tanta hambre que decidimos posponer la vendetta para otra ocasión y zamparnos los champiñones, a que somos duros.
Un saludo a tod@s., ya sabéis a gente jeta, mas jeta .
Ayer tuve que descargar unas bafles, como llamamos los músicos al equipo de sonido, y al terminar paramos a tomar unos cortos, algo muy normal, y que entra dentro de la idiosincrasia lugareña de mi city, el caso es que a pesar de que esos cortos se tomaron en mi barrio, yo no sabía muy bien que recomendar a mi colega, dado que de uno de los bares ya os hablé y ya sabéis como las gastan ahí (ver post: Crucero Nights), otro estaba cerrado, y en uno turco que acaban de abrir no me atreví a preguntar si tenían un corto, la verdad es que no se que equivalente tendrán por allí, pero será algo exótico, no se, mi conocimiento de aquella tierra se reduce a los kebab y a un par de veces que he visto la pasión turca, que de paso aprovecho, y os recomiendo que no vayáis con la parienta por allí de vacaciones, no siendo que la seduzca el autobusero y se la tire en el autocar, mientras le sacáis fotos a Santa Sofía de Constantinopla.
El caso es que paramos en un mesón, fíjense ustedes que lo lógico es pensar que a uno lo van a poner mas y mejor tapa en un establecimiento de éstos, por aquello de que será mas profesional y tal, y que darán croquetas naturales en vez de éstas que se venden en el Alimerca, pero no, que va, pasaba el tiempo y el tío no se acercaba a ponernos la tapa, como yo no había entrado nunca me dije, bueno, será que no dan tapa, con lo que seguimos ahí apoyados en la barra, sorbiendo lo que quedaba de corto, y en mi caso, hasta dándole lametazos al fondo del vaso…hasta que sucedió, si, si esperabais que os sorprendiese diciendo que entro pocholo preguntando por la avenida la mochila, os equivocasteis, entro un paisanín, supongo yo que cliente habitual, y haciendo un gesto hermético y ambiguo con los dedos, de difícil comprensión, supongo yo que una clase de lenguaje superior metadesarrollado y científico, el camarero asintió (yo todavía estaba pensando en la difícil combinación de sus falanges, e incluso imitándola en el interior del bolsillo de mi pantalón), sacó el tinto y lo gaseó un poquito, y, y aquí viene lo bueno, le puso tapa. Aquí yo, si, no suelo pero, me mosqueé, y empecé con mi juego de miradas particular, le hice mi famosa mirada, “mira que me estás tocando los huevos y al final la vamos a tener”, y el tío nada, que no lo pillaba, a todo esto yo ya estaba medio bizco por el esfuerzo visual, pero aún así, probé con otra de mis miradas, le hice mi mirada “se rifan dos tortas con dos papeletas y tu ya tienes tres(papeletas)”, nada que o no lo pillaba o era un tipo duro, aquí ya mis orejas estaban empezando a cambiar de color y me estaba empezando a picar el huevo derecho, que eso es muy mala señal, pero el tío nada, inflexible, con lo que utilice mi mirada “Nadal”, si, consiste en mirar reiterada y apresuradamente, a él y a la bandeja de calamares, a él y a la bandeja de calamares, pum, pam, pum, pam…¡¡toma!!, el caso es que el tío o se canso de seguir mi cabeza moviéndose para los lados, o le puse nervioso, o no se, lo pillo, igual el merluzo después de dos horas mirándome se dio cuenta de que no había cenado y a lo mejor le mordía un brazo, nunca se sabe, no se lo pregunté, pero al final conseguí mi objetivo y nos puso tapa.
Pero hoy por la tarde se volvió a repetir, de verdad, a lo mejor es cosa del desodorante, llegamos a un bar de la Palomera, que por cierto tienen muy buena tapa y nunca suele haber problemas, pero otra vez la misma, el dependiente debía ser nuevo y no le debimos de caer muy en gracia, entramos aunque todavía era pronto para el tapeo, porque vimos a dos señoritas dándole a la croqueta, y bueno, otra vez la misma situación, el tío haciéndose el loco y cambiando el barril de sitio, y que nada, que no nos ponía tapa, menos mal que entró el camarero de siempre, y yo ya, que todavía me duraba el meneo de ojos del día anterior, le miré con cara de corderillo, el tío comprendió y me dijo, ¿no os han puesto tapa no?, yo dije con entusiasmo y vitalidad, no, el tío asintió, murmuró para sí, vaya figura (yo en el momento interprete que lo decía por su compañero, ahora en frío, pienso que a lo mejor se estaba refiriendo a mi), y nos puso la tapa.
En una ocasión y con esto voy a acabar mi relato de hoy, estaba yo con otro colega por la zona del Corte Inglés de tapeo, bueno aquí lo acontecido me extrañó menos por la zona y tal, nosotros éramos dos músicos que veníamos de ensayar en chándal, sin afeitar y con las partituras debajo del brazo, y era mas comprensible que pasasen de nosotros, con esa pintilla mas de gitanos, con todos mis respetos “pápa”, que de pijos estirados, que es la gente que suele pulular por la zona, pero aquí la cara la puso mi compi que es un profesional y de esto sabe un poco. Entramos y la misma, ahí ponían tapa hasta a las mascotas de los que entraban, menos a nosotros, pero mi colega se chinó y le dijo, después de un cuarto de hora por lo menos, “¿perdona, es que no nos has puesto tapa y no se si se te ha olvidado o te estás haciendo el loco?”, el camarero indignado le miró y le dijo “¿el loco?” con lo que se fue con aire autosuficiente y nos puso un plato de champiñones ahí como con desaire, pensábamos dejárselo ahí para que se fastidiase, pero teníamos tanta hambre que decidimos posponer la vendetta para otra ocasión y zamparnos los champiñones, a que somos duros.
Un saludo a tod@s., ya sabéis a gente jeta, mas jeta .
3 Comments:
¡Ah! el caso es quejarse, jejeje, aquí en Pucela si quieres algo de acompañamiento a la cerveza de rigor, te lo pagas... y no es que esté barato, ni la cerveza ni la ración en cuestión.
Pero sí que es cierto que, yo, que más de una vez he sido víctima del apartheid tapero, aborrezco que se deje de dar una tapa a una persona y, en el caso de mi pueblo, cuando un minuto después entra la corporación municipal casi constituida en pleno, para regarse por dentro con el fin de proveer a un mejor criterio de Gobierno local, el barman se desvive por cebarlos con toda la variedad de tapas que hay a lo largo y ancho de la barra. Eso jode mucho. Yo lo que hago es hacérselo notar directamente al tío, y si tarda o se hace el sueco, lo mismo le queda la cerveza entera encima de la barra... y cuando se quiera dar cuenta ya estoy degustando otra en el bar de al lado.
Un saludo.
Buenas Roberto, el mesón del que hablo lo conoces y creo que incluso has estado comiendo en él, es el mesón la rueda de la calle de Patri, ya te digo, yo nunca había entrado y lo que pensé de verdad era que no ponían tapa, pero esta discriminación a sensu estricto, no me gustó ni un pelo.
En cuanto a los favores políticos de tu tierra, eso ya sabes que pasa en las mejores familias, el tío del bar en si a lo mejor se cree que le van a rebajar impuestos o algo(y lo cojonudo es que a lo mejor se los rebajan y todo) y claro se desvive el hombre por el bienestar de la curia robledana.
Un saludo.
Buenas jose, tienes razón, le repatean a uno las entrañas cuando es tratado desigualmente valiendo nuestro dinero tanto como el de los pijos, o el de los ancianitos que tu mencionas, y para mas inri, yo suelo dejar propina en los bares del centro, y se que tu tambien, y mucha de esta gente que recibe trato preferencial ni se le pasaría remotamente por la cabeza, hacerlo, pero nada oye, que se ve que no transmitimos grandeza o magnanimidad al personal y es lo que hay.
Un saludo, muy bueno lo del calvo,jajajajaja.
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