Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

19 octubre 2006

Belle epoque.

Ya ha llegado el otoño, se han ido las terrazas, el sol y las minifaldas de nuestro paisaje, con gran rapidez. La verdad es que podemos considerarnos afortunados, porque nuestro querido “Lorenzo”, no luce tan radiante en nuestra vecina Asturias, y me se de algún asturiano, que se ha comprado morada leonesa para pasar el estío entre nosotros. El caso es que estamos todo el año esperando el verano, se nos acumulan los proyectos, los viajes y los compromisos, y rara vez, conseguimos cubrir solo la mitad de lo que nos habíamos propuesto. Pero esos meses de fiesta, terrazas, rebajas y felicidad, se va apenas se le ha empezado a coger el gusto, porque si, toda estación tiene su proceso de adaptación, aunque a la de verano nos adaptamos por defecto mas rápido que a las otras, también requiere que nos habituemos a mas horas de sueño, de fiesta, de sol…en fin, que era ironía, que estamos en octubre, ahora me acabo de asomar por la ventana y además de la que está cayendo, venía una fina y cortante brisa, que ya me hace presagiar el descuelgue de la ropa de invierno, que aquí en León la ponemos en tres cuartas partes del año.

El motivo de éste post, es que a pesar de la tristeza que evoca ésta época del año, algo ha cambiado en nuestra ciudad, (León, por si tengo la fortuna de ser leído por alguna persona ajena a mi patria chica), y ese algo es la música. Es una verdadera maravilla pasear con la música de fondo del acordeón por nuestras calles, ¿acaso no habéis reparado en ella?, a mi me da la sensación de estar recorriendo las calles de la capital del Sena, la ciudad de las luces, y eso que yo no he tenido la oportunidad de conocerla, pero esas famosas imágenes que nos llegan de París, con la gente vestida cum laude, haciendo honor a su moda, y el acordeón tocando una músette, que es una vals francés, pero un vals mas allegro que el típico, y con un sonido de acordeón también mas dulce y suave, mas parecido a una flauta o un violín, que el ordinario...una delicatessen.

Ayer venía de hacer unos recados por el centro y estaba lloviendo, y tan solo resguardado por el cobijo de unas quebradizas ramas, allí estaba el acordeonista de San Marcos, como bien le podíamos bautizar ¿no?, dado que es el lugar donde, durante todo el año, nos deleita con un gran número de piezas, interpretadas magistralmente, con el solo premio de unas pocas monedas, de las personas mas generosas. No sabéis de verdad que placer, placer para los traseúntes claro, el pasear con esa música de fondo, es algo que no tiene precio, solo el tener ese sonido presente, por lo menos para mi, ya hace de un día lluvioso un día despejado, y de una tarde-noche en su angosto fin, una tarde de verano.

Pero esto es muy duro de verdad, ya de por si, la vida de músico no es nada fácil, si encima como esta persona, tienes a tu familia muy lejos, vives con un grupo de desconocidos en una casa de dudosa acogibilidad, y estás trabajando todo el año a la intemperie, haga frío o calor, llueva o nieve, sea de noche o te estés quemando a la luz del sol, pues solo hay una palabra que defina esto, y es que es admirable, no solo nos alegra los inviernos a los peatones que tenemos la fortuna de escucharle y pasar por su lado, sino que siempre tiene el mismo ánimo, la misma sonrisa y en mi modesta opinión, es un fenómeno el tío, no sabéis la cantidad de músicos, que incluso tienen un puesto administrativo como profesores, que no saben ni la mitad que éste hombre, y tan solo por unos míseros céntimos, con los que tiene que hacer frente a su comida, al alquiler de su habitación y guardar todo el dinero que pueda para llevárselo a su familia… en fin.

Este post lo he escrito, porque hace una temporada en el diario de León, venía un reportaje por otro coleguilla de esta persona, la competencia, ya sabéis, pero claro, éste otro músico está situado nada mas y nada menos que en la calle ancha, con lo que además de ganarse unas líneas en el Diario de León ese día, tiene mayores beneficios que su colega constantemente, y dado que el columnista de el Diario de León no tenía ni idea de música y lo ensalzaba igualmente, aunque ésta columna no se lea ni una milimesima parte de leída que la publicada en su día en el diario local, decir, que según un humilde servidor, que si sabe de música un poco (no vamos a ponernos chulos tampoco), éste acordeonista es muy bueno, y no se las circunstancias por las que le ha llevado la vida para terminar así, pero la verdad es que esto no se lo merecía. Por cierto, ya se que las comparaciones son odiosas, pero es mejor éste acordeonista que el que está situado en la calle que va a dar a nuestra catedral, y aquel es bastante bueno, que conste.

Un saludo a tod@s.

4 Comments:

Blogger Erayo Peroyano said...

Tengo visto, y por ende, oído, al de la calle ancha, uno joven rubio, con pinta de extranjero, y al que por el parecido con un regordete jovencito de mi pueblo mis amigos y yo le hemos bautizado, sin la concurrencia de su consentimiento con el sobrenombre de Canoro. Supongo que sea el mismo del que hablas de la Calle Ancha. Del de San Marcos no tenía noticia, pero también puede ser debido a que rara vez me dejo caer por aquél idílico paraje...

Un saludo.

jueves, 19 octubre, 2006  
Anonymous Anónimo said...

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viernes, 20 octubre, 2006  
Blogger Javi said...

Buenas Roberto, efectivamente el de la calle ancha es ese personaje rubio y regordete al que tu aludes, no tengo el placer de conocer a Canoro, pero no se por que me da que va a ser todo un personaje, aunque ya después de tener elplacer de conocer a la mujer de los esquies, como con tu permiso voy a llamar a la mujer T de la robla que estudio contigo, y se lió con la mitad del equipo de baloncesto de mi city, estoy curado de espantos jejeje, un saludo, a ver si te veo de fiesta este fin, si es que vienes a León y no te quedás en Pucela.

viernes, 20 octubre, 2006  
Blogger Javi said...

Buenas Jose, ya te digo que es una maravilla pasear por las calles con esa música de fondo, es una maravilla, de verdad me dejas asustado, no pensé que quedase gente tan ignorante como para qe les molestase la musica de estas personas, para mi, incluso le dan mas caché a la capital, si es que hasta hace bien poco aquí no se ponia ni el tato, y el hecho de que adornen acusticamente la ciudad sobre todo durante estos meses, a mi me hace mas llevadero esta penosa estación.
Un saludo Jose, cuando tengas a la cabra adiestrada para que se marque un numero con una banqueta como el viyuela, me avisas y probamos, a lo mejor hacemos el negocio de nuestra vida y no lo sabiamos.

sábado, 21 octubre, 2006  

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