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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

26 diciembre 2006

Pensamientos navideños.

Buenas a todos, parece que los “males” de éstos días son comunes a todas las personas, claro, no es para menos. Uno se compra unos pantalones nuevos para estar guapo, elegante y apuesto el día de nochevieja –sobre todo- y cuando llega la ansiada fecha nos encontramos con la sorpresa, no entramos en ellos, unos pantalones que compramos hace tan solo unas semanas tenemos que realizar esfuerzos titánicos para que el botón abroche. Todo empieza con los propósitos con los que comenzamos estas fechas. Tratar de comer menos que otros años, beber con moderación y llegar a los dulces todavía con un pequeño hueco para probar el turrón. Pero eso no es baladí amigos, nuestros espíritus bulímicos no aflojan hasta que se ven ahítos y luego vienen las consecuencias que vienen.

La gente se pone literalmente morada, da igual que esté a régimen, tenga colesterol o hipertrigliceridemia. Los propósitos con los que empezamos el banquete de probar un poco de todo, con moderación, se ven desterrados al olvido mas profundo de nuestra conciencia en el momento que probamos el primer bocado. Pensamos, que mas da por un día, total, es nochebuena…y así estaban hoy los consultorios médicos a rebosar de gente que se dio una noche buena.

Para solventar el problema existen las más variadas soluciones, la primera de ellas es no comer. Si, no hasta extremos de desfallecer por inanición, pero simplemente, cuando por ejemplo nuestros familiares atiborran el plato de langostinos, pues se hecha uno sólo y se sonríe al resto afirmando categóricamente que no se quiere nada mas. Esta solución es mala, aunque para tratar de evitar nuestro espíritu glotón nos traguemos el langostino sin saborearlo, es inevitable seguir observando al resto de la familia deglutiendo con fruición y alegría, con lo que decae nuestra resistencia diciendo, “total, por uno mas…” y ahí ya no tendréis nada que hacer, repetiréis la misma frase para vuestros adentros durante toda la cena y cuando vayáis al baño, en el caso de los chicos, comprobareis in situ vuestra desgracia, se habrá hinchado vuestro ego de tal manera que no os veréis el pito y, tendréis que palpar hasta encontraros el instrumento ansiado.

Otra solución es pegarse el atracón sin miramiento gástrico-digestivo alguno. Suponiendo que sobreviváis a la noche, estaréis toda la semana evacuando los restos de ese día –siento el fondo escatológico que subyace en estas líneas de veras-, pero vuestra barriga no se irá por el retrete. Si tenéis la mala fortuna de emigrar al pueblo y por la falta de camas tenéis que dormir con mas primos en la misma habitación –como me pasaba a mi antaño- y si encima alguno de ellos tiene vocación de ventoso sonoro, estaréis perdidos, pues creo que es humanamente imposible aguantar la respiración durante toda la noche y, no os quedará mas remedió que aguantar la sinfonía con el espíritu de los antiguos estoicos.

Con lo que en mi opinión, que no tengo ni la mas mínima idea de medicina, es que os vayáis a dar una vuelta para tratar de recomponer vuestra figura. Eso fue lo que hice yo ayer, día de Navidad. Pensé que me encontraría solo en mi periplo andante, pero no fue así. A pesar de ser día de misa y camisa, había mucha gente con el chándal enfundado y paseando o corriendo –todo esto antes de que se volviesen a meter a sus casas para dar cuenta de la comida de Navidad- .

A mi me salvó la difícil digestión la timba de bingo, parchís y brisca, que tradicionalmente se viene jugando en mi casa tras la cena de nochebuena. Como siempre, ganó y abusó mi abuela, menos mal que no apostamos dinero, sino nos despluma y le sale gratis el aguinaldo.

Por la tarde la verdad es que no hice nada, podía haberos escrito un post, pero pensé que no estabais para tragaros nada más, con lo que me puse a leer a Neruda. Hay que ver, un verdadero maestro, yo me declaro neófito en el placer de leer poesía, antaño me parecían cosas de mujeres o afeminados y de eso nada colegas, es una maravilla, siempre tiene lo escrito un doble sentido y, una vez que te acostumbras y coges velocidad, te engancha tanto como una buena novela. Ayer me leí exactamente “20 poemas de amor y una canción desesperada” y, tengo que decir que además de gustarme, me sentí identificado varias veces, no se si por lo ñoño de estas fechas, pero tanto con los poemas de amor como con la canción desesperada sentía cierta afinidad, lo que me lleva a pensar que el sentimiento que tenemos por otras personas es idéntico en todos nosotros, aunque en algunas personas se manifieste de la forma mas diversa, al final es el amor, la amistad y la tierra de uno, lo que realmente alberga lo mas hermoso de la filosofía de nuestro órgano cardiaco, y nada, absolutamente nada, -como le decía el otro día a mi amigo Julián en la respuesta al comentario que me hizo a la poesía de Lope de Vega que os colgué aquí- ha dado tanta y tan buena literatura como éstas cosas, por algo será, será quizá porque sintetiza la esencia de todos los seres humanos, nuestros anhelos mas profundos, nuestros deseos mas ansiados, nuestra necesidad de escapar de la dura y difícil realidad a un mundo onírico que nos protege y nos da felicidad en forma de aspiraciones conseguidas…pues no lo se, pero dado que la vida no siempre nos da lo que la pedimos y para nadie es un camino de rosas, pienso que es necesario a la condición humana guarecernos en nuestras ilusiones, porque una vida sin dicha no es vida, porque una vida sin esperanza es inútil y porque somos dueños de nuestros sueños al igual que somos dueños de nuestro destino y, quizá todos necesitamos tener algo verdaderamente nuestro, que nadie nos lo quite, que nadie nos lo mire, que nadie nos lo toque…para tratar de alcanzar felicidad plena en algún apartado de nuestras existencias.

Un saludo a tod@s, siento haberos hecho tedioso el último tramo del post, qué queréis, es navidad.

3 Comments:

Blogger Erayo Peroyano said...

Lo malo de las comidas navideñas en familia es cuando hay una abuela sentada a la mesa: siempre te ven con cara de hambre, y una negativa a que te sirvan más ha de ir acompañada de tantas explicaciones que lo mejor es callar y cebarse.

Menos mal que me funciona el metabolismo... si no sería una bola.

Ya sabes, a hacer ejercicio que si no en nochevieja vas a ir con la cara morada por lo apretado de los pantalones.

Un saludo.

martes, 26 diciembre, 2006  
Blogger Javi said...

Buenas Roberto,jajajaja, coincido contigo plenamente, a una abuela no se la replica tenga o no razón y si hay que cebarse por ella, pues se ceba uno ;) jejeje, espero que lo pasases muy bien en esos dias tan señalados.
La verdad es que viendote comer en la facultad despertabas mi sana envidia, da gusto verte comer, lo mucho, bien y deprisa que digieres todo lo que se te ponga, hasta entre clase y clase que bajabas a tomarte tus "bacon-queso" jejejeje.
Un saludo Roberto, como hecho de menos todo eso.

viernes, 16 febrero, 2007  
Blogger Javi said...

Muy buenas Seila!!!es todo un honor tenerte por estos lares. Ni que decir que en cuanto a lo de poeta no estoy a la altura del ditirambo, pero te lo agradezco profundamente ;).
En cuanto al tema de la comida, como ya te dije, ya se probaran esas obras maestras de la Señora Angela un día -de acople, jajaja- que seguro que te has quedado hasta corta. en mi casa también se come muy bien todos los días, pero yo soy de esas personas que se someten a esas estupidas restricciones a las que tu aludías, porque claro, uno es joven y fresco -a sensu lato- y como todavía estoy en el mercado aunque no mantenga buen tipo, si quiero seguir viendome el pito -al menos durante unos años- que el palpar no es lo mio, jajajaja, bueno Seila un besote, que muchas gracias por tu comentario.

viernes, 16 febrero, 2007  

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