Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

06 abril 2010

Lo que la verdad esconde, lecturas, pero qué barbaridad

Claves de una juventud sin ética, sin respeto, sin principios: “La banalización de la violencia, la mitificación de la competitividad, la exaltación mediática de la estupidez, la consagración de la abulia intelectual, la indiferencia por el mérito, la postergación del esfuerzo, el desarraigo familiar y la indiferencia paterna, el aislamiento juvenil en internet y las nuevas tecnologías, el naufragio educativo, el desentendimiento adulto, la ausencia de una estructura jerárquica de valores”. Ignacio Camacho, en su columna de hoy.

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Hacer la maleta con el tiempo justo, cierto alboroto y la cabeza en otras cosas, no sé si provechosas, tiene sus desventajas. Entre otras, los inevitables olvidos. Algunos sin importancia, y otros verdaderamente molestos. Por ejemplo, La vida de Samuel Johnson, que se me quedó en casa con un par de revistas. Inconveniente que se acentuó al acompañarnos un tiempo de perros durante estos días de pudibunda Pasión. Pero no hay mal que por bien no venga, oigan. Y aproveché esas horas para leerme El club Dumas, de don Arturo Pérez-Reverte. A estas alturas de la vida ya se ha escrito mucho libro similar, aunque a alguno le parezca que el género lo inventase, en su día, Dan Brown y su best seller plagiado de otra criatura por el estilo. No tengo por costumbre este tipo de lecturas. Pero ésta, la verdad, me gustó mucho. Quizá por esa inexorable estima que uno no puede dejar de sentir por un tipo tan cojonudo (y discúlpenme el adjetivo, pero no pienso escribir un eufemismo en detrimento de la exactitud que al utilizado le corresponde) como el ínclito académico. Les copio un párrafo, para que lo paladeen:

“ya no hay lectores inocentes. Ante un texto, cada uno aplica su propia perversidad. Un lector es lo que antes ha leído, más el cine y la televisión que ha visto. A la información que le proporcione el autor, siempre añadirá la suya propia. Y ahí está el peligro: el exceso de referencias…"

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De la prensa del día, con tanto levantamiento del secreto de sumario pululando, en mi opinión, sólo merece la pena destacar la foto de esta muchacha, modelo y deportista de ocasión, tocándose la nalga izquierda, así como con desidia:

Les dejo. Voy a acomodarme. Vamos a ver que hace hoy el equipo de Pep.