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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

16 mayo 2007

La canción del verano.

Buenas y santas noches aunque, quien sabe, quizá cuando leáis esto os deslumbre ya el fulgor de un nuevo día. El tema de hoy parece inútil, fútil e inane, pero, para mi, músico de pro, tiene la mayor importancia. Incluso considero que todos deberíais estar interesados en el mismo. Cada estación tiene sus señas particulares. El invierno nos ofrece imágenes teñidas de blanco pero, a cambio, nos reconfortamos debajo de un cálido abrigo, una suave bufanda y unos guantes a juego. Es la estación del frío, la nieve y, sobre todo, la navidad, con su reencuentro, sus regalos y, como no, su turrón. El otoño, es una estación a caballo, si, a caballo de la alegría del pasado verano y, la tristeza del incipiente año e invierno que comienza, a caballo entre el ambiente diáfano y transparente del verano y, el gris plúmbeo que nos entristece mientras los árboles sufren su particular alopecia. La primavera, de la cual ya os he hablado en post anteriores, es la época en la que los capullos se abren al mundo, lo cual, dicho así, suena hasta peligroso. Llegamos por fin al meollo del post, me estoy refiriendo al meollo ambiental y estético, que no al argumentativo, pues el mismo os llegará en las siguientes líneas sin necesidad de aderezarlo. El verano, es la época de la falda lisa, el zapato ligero y la braga limpia, por si acaso. La estación en la que vemos vacaciones en el mar, nos compramos unas bermudas cutres, vistosas y no vistas y, vamos a la playa a ver castillos de agua, olas de arena, suecas de pelo negro y, faltaría mas, españolas de pelo sueco.

Pero que sería de esta maravillosa estación que ya olemos, sentimos y apreciamos, sin ella, tan alegre, divertida y comentada. La comidilla del barrio. La chica nueva del grupo, la guapa, la codiciada, la…escuchada, desde luego que si.

Como cambian los tiempos, las modas, los gustos y, con todo ello, los bailes. Ya llevo unos once años tocando en grupos, ahí es nada ¿verdad? Parece que fue ayer cuando afrontaba mi primera actuación con aire tímido, inseguro e inmaduro. Agachaba la cabeza detrás de mis teclados, para evitar las inquisidoras miradas que escrutaban al músico bisoño que, apenas sobresalía por encima de su instrumento. Decir vergüenza es decir poco y, sin embargo, ninguna otra sensación, salvo quizá el miedo, describiría mejor aquél estado de ánimo que con tanta añoranza estoy recordando ahora mismo. Pero bueno, eso quizá sea tema para otro día y, por tanto, para otro post.

La canción del verano, cuando empecé en este mundo de música y color, ya la sabíamos todos en el mes de marzo. Todos recordaréis “el pasito palante” de aquella belleza de rumba llamada Maria, con la que Ricki Martin inauguró con tan buen tino su carrera por estos lares. Pues bien, la misma sonaba inmisericorde día y noche durante meses, con lo que más que la canción del verano, era la canción de las cuatro estaciones, pero sin queso. Lo mismo decir de sus antecesoras sobre el tractor gualda o el óbito del canario. Pasaron los años y siempre era la misma dinámica, en el mes de marzo, mi grupo ya hacía sonar a esas tempranas fechas, la que sabíamos, con certeza impepinable, apodíctica, categórica e inconcusa, iba a ser la canción del verano. La repetían tantas veces en las emisoras de radio, que cuando llegaba la época, a la gente se le había metido la dichosa cancioncilla subliminalmente en la cabeza. Como efecto inmediato teníamos que los niños la cantaban y, sus padres la silbaban, o al menos, lo intentaban. Pero llevamos unos cuantos años en que todo esto ha cambiado, pienso yo –actividad que no realizo a menudo- que se debe al efecto OT, que no ETE, pues éste último era mas feo y tuvo menos eco, vamos, que dio menos el cante. Pero es pura conjetura sin perejil, cuyo efecto sobre las comidas del vasco parlanchín traslado a mi argumento.

Así pues, el año pasado podríamos decir que no hubo canción del verano propiamente dicha, aunque nosotros, para disimular, tocábamos con la categoría de tal, esa canción tan sesuda y de abstruso significado del Koala y su granja, que tenía de “to”, no le faltaba de “na”. No sé a vosotros, pero a mi a estas alturas me surge la siguiente duda, éste año ¿cuál será la canción del verano? Se admiten apuestas y espero vuestras observaciones al respecto. Fito y su pez, Manolo y la magdalena…no lo sé, pero sea cual sea, contar con ella en nuestras verbenas, y no es por hacer propaganda, que podría.

Hasta pronto, un saludo a tod@s.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pero como osas dudar cual será la canción del verano??
Sin duda "La Magdalena"!!
De Giorgi Dann a Quijano!!

viernes, 25 mayo, 2007  
Blogger Javi said...

Don Julian, siento la tardanza. Pues que así sea y se cumpla tu pronóstico, me sé de alguien que conoces -relacionado con la canción :)- que le vendría de perlas el que la canción se convirtiese en icono veraniego.
Un saludo Juli.

martes, 29 mayo, 2007  

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