Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

19 diciembre 2011

Veo, veo

Como estamos en época de bufanda, sopa caliente, y rico calor hogareño, aparece en la tele con un traje liso y gris, así como ceniciento, aunque, eso sí, se intuya recién planchado. Lleva esos zapatos acabados en pico de buena pata tan de moda entre señoritos, aunque la vista no aclare si ha optado por el cordón, la hebilla, o el mero zueco. Desde luego, son manifiestamente negros. Como sus designios. De ademanes tranquilos, reposados, y ciertamente elegantes, cuando de sus labios brotan las primeras palabras uno no sabe qué decir, qué pensar, ni, por supuesto, qué demonios hacer. Transmite todo lo contrario a lo pretendido por sus gestos: tan necesitados de una auditoria de imagen. Y sus manos, demasiado grandes para disimular la impostura, no esconden una planificada, y casi pueril, pedagogía. Mira de frente a la cámara, con valentía y honestidad, con transparencia y rigor, con profesionalidad. Y el paso de los minutos le da un cierto aplomo nada teatral. Se gusta, siente dentro de sí un gran contento, e incluso se regodea: con el evidente riesgo de dejarnos a todos a medias. No obstante, dice lo que tiene que decir: pues esa es siempre la única lección aprendida. Y al final se despide, correcto y educado, agradeciendo la atención prestada de un auditorio bastante indeterminado. ¿El político? Quiá: el hombre del tiempo.

06 diciembre 2011

Ni concierto

La izquierda manosea: no existe diferencia entre Intervención y Golpe de Estado. Y se hace sus preguntas, con su habitual, e Internacional, tono minero: ¿es que no van a reaccionar los pueblos? Preconizan, puños en alto, frente a Libertad, mayor Regulación: se evitarían excesos de sistema viciado y perverso. Ahorrar, es no crecer: por eso cuando MAFO hacía de edecán al abuelo cebolleta se cargaron con tanto gusto, y no poco discernimiento, la necesaria estabilidad presupuestaria. La pequeña reforma constitucional, supongo que en recuerdo de Francisco Umbral y el señor que casi se desglosa, implicará en adelante que los experimentos se realicen sólo con gaseosa. Además, la nueva fórmula europea vaticina abstención a cenas de gorrones no invitados. Pactos ad hoc, e in extremis, con voluntad reformadora, regeneradora, ejemplificante: prisas y coyuntura no pueden traer bajo el brazo un pan demasiado bueno. El río revuelto beneficia a menudo a los mejores: ah, la calidad del momento. Por mera experiencia: que en un futuro la voluntad de permanencia se troque revisable. ¿Y qué decir de las Agencias? Invento capitalista alumbrador de criaturas discutibles, juicios temerarios, y siempre invocando ese a beneficio de inventario. Pero la hija del pastor protestante, y el marido agrio, ya ha dejado claro que aquí las presiones las impone solamente ella. Y el señor con complejo de bajito, no dice nunca ni esta boca es mía: se supone, claro, que porque todo esto le interesa. Y en este panorama oscuro, turbulento, y varios puntos desconcertante, la gente se pregunta: ¿políticos o tecnócratas? Menos en España, claro, donde nos sobra mucha siniestra: tomamos calles, nos representan sindicatos, y la estirpe de la Pasionaria promete bulla, calor, y llantos.

Y es que como comprenderán, sobre todo en estas circunstancias, toda ayuda es poca.

05 diciembre 2011

Sacudiendo el óxido


Nunca es tiempo para escribir, lo que verdaderamente falta. Sino la tranquilidad de espíritu suficiente para pensar. Al menos, algo que no haga indigno el verbo utilizado.


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Literatura en la playa