Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

29 octubre 2009

Una lección, una costumbre y un hallazgo

Leo en la prensa de esta mañana dos fragmentos preciosos, devengados a raíz de la derrota del Real Madrid en Alcorcón:

“¿Qué deberían aprender los chavales? Pues lo mismo que deberíamos aprender los mayores. Que el trabajo tiene mucho que ver con la dignidad, por ejemplo, y que el trabajo nunca es inútil. Y que la prepotencia, en cambio, no es digna y no lleva a ninguna parte. Los niños acabarán aprendiendo, casi siempre por las malas, que los fuertes suelen ganar y los débiles suelen perder. Convendría que tuvieran muy claro, sin embargo, que en algunas ocasiones no es así, y que la historia no está predeterminada, y que el cinismo disminuye el dolor, pero incapacita para el placer. Otra lección apropiada tiene que ver con la autoestima. Hay que ser valiente, hay que mirar de frente al peligro. Hay que saber que siempre hay alguien más listo o más poderoso, pero no hay nadie superior a nadie. Hay que recordar que las jerarquías son simples convenciones sociales. Hay que tener muy presente que por mal que esté uno no deja de merecer el amor de los suyos. Y que el desprecio que pueda recibir de otros es eso, algo de otros, y no vale la pena perder el tiempo con los asuntos ajenos. Algo más, muy importante: la honradez vale más, muchísimo más, que el dinero.” Enric González, en su columna de hoy.

“El triunfo del Alcorcón engrandece el deporte y encumbra el valor del esfuerzo colectivo por encima de las individualidades, por mucho que éstas acrediten sobradas condiciones técnicas. Lo ocurrido el martes es una metáfora del mérito del trabajo en equipo, de la dedicación y del sacrificio en grupo, condiciones indispensables para alcanzar el éxito en cualquier ámbito de la vida. Por el contrario, la calidad sin esfuerzo y entrega conduce al fracaso. Un conjunto de estrellas internacionales, con fama y dinero, dilapidó en 90 minutos las señas de identidad de un club forjado en el espíritu competitivo y el coraje, frustrando las ilusiones de millones de aficionados que han convertido en mitos a unos jugadores que no supieron estar a la altura de lo que representa el Real Madrid. Lo ocurrido en Alcorcón es la versión deportiva de la fábula: es más grande el modesto que lucha por hacer realidad un sueño que el poderoso que dilapida sus virtudes y talento. El fútbol es un reflejo de la vida, y la contundencia de los hechos demuestra que el trabajo serio y el rigor profesional son condiciones determinantes para el triunfo”. Fragmento de uno de los editoriales del ABC.


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Persuadidos de que una timba aviva el intelecto, relaja viejas tensiones y reúne el rebaño disgregado, se acomodan a la sombra del televisor de plasma, en la esquina oculta y acogedora de siempre, los avezados jugadores con el naipe en ristre. Las cartas y el esférico han sido desde siempre motivo de distensión y no poca confraternización entre camaradas. En la vida en pareja, en cambio, dichos divertimentos han sido causa mayúscula de disgusto y gran despecho. Principiada la partida sus participantes son ajenos al bullicio externo, a miradas intrigantes e incluso a las pocas formas femeninas que deambulan silenciosas en un marasmo de humo, hombres varios y, en general, malos modales. Hoy los caballeros ya no se levantan cuando a la mesa se acerca una dama. Ni descubren su testa, reteniendo pudorosos y serviles su sombrero entre sus manos, cuando es menester hacer acopio de toda su delicadeza. En la sociedad impera una ley consuetudinaria, pero de todos su tenor es conocido: lo normal es la indiferencia.


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Esta belleza de ébano claro, Corinne Bailey Rae, está considerada una de las nuevas reinas del soul. Nacida en Leeds, en el 79, y licenciada en Literatura inglesa -hermosa carrera, por cierto- sufragó sus estudios trabajando por las noches en un local de jazz, donde comenzaría a hacer sus pinitos musicales, y a esculpir su voz: maravilloso instrumento que atesoraba oculto, desapercibido, como esperando el momento oportuno en que la vida le diera permiso para manifestarse

28 octubre 2009

Lapidario del día

“No hago telebasura, sino neorrealismo televisivo” Jorge Javier Vázquez, incómodo con el papel que desempeña en el mundo, en su profesión, incluso en la vida.


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"Cristóbal Colón llegó a América en 1980", Melanie Mir, representante española en el concurso de belleza Reina Hispanoamericana 2009, y mujer con culturilla de la buena.


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"Otegi y los demás detenidos son buenos patriotas y dignos de admiración" Xabier Arzalluz, relativista, daltónico. De barrer, mejor para la casa de uno.


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"Berlusconi como personaje tiene una de las grandes películas del siglo", Carlos Saura, director de cine, doble de Tamariz, visionario tal vez…


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“Si uno es mejor debe demostrarlo en el campo”, Alfredo Di Stéfano, un hombre con el menos común de los sentidos.

27 octubre 2009

El viejo y el nuevo reformismo

Existe hoy en día en muchos ámbitos académicos la creencia de que es cosa harto inútil hacer aprender a los muchachos las lecciones de memoria. Como con gran sentido común, y no menos uso de la lógica, al parecer se ha venido haciendo a lo largo de toda la historia. Creando dicha circunstancia, a decir de muchos entendidos, una ingente cantidad de titulados de diversos niveles académicos que no son más que loritos adiestrados exclusivamente para repetir una serie de conceptos teóricos; incapaces de discernir por sí mismos la utilidad práctica de lo apr(eh)endido, la verdadera importancia que ocupa su disciplina en esta depauperada, y no sé si injustamente denostada, sociedad o de desarrollar un mínimo espíritu crítico coherente y constructivo para nuestra necesaria evolución y desarrollo.

El introito no muestra un asunto novedoso, claro. De hecho, este incesante cuestionamiento del actual sistema, ha desembocado en bodrios como el Plan Bolonia, que con tanta pompa fútil y absurda se defiende desde Europa, y que terminará desprestigiando numerosas carreras, equiparando la consecución de un título universitario a haberlo obtenido en el sorteo de una tómbola y viendo la luz una serie nada exigua de egresados con altas dosis de analfabetismo funcional. Por no mencionar la desaparición de numerosas titulaciones, sobre todo en el ámbito de las Humanidades, condenadas casi al ostracismo por los nuevos planes de estudio.

Por eso me he llevado una grata sorpresa al dar con una serie de textos en La madre naturaleza, de doña Emilia Pardo Bazán, la segunda parte de Los pazos de Ulloa, en la que se aprecian muchas de las controversias que hogaño califican de novedosas, en la España del XIX, y que ahora, como digo, nos venden como resultado de un largo y durísimo proceso de cogitación, de conspicuo cénit reflexivo. Les copio un pequeño párrafo de la novela: “ Mucho caviló sobre el caso don Gabriel, y vino a dar en que la balumba algebraica, el cálculo, las geometrías y trigonometrías se las aprendían los más de memoria y carretilla, a fuerza de machacar, para vomitarlas de corrido en los exámenes, que los alumnos salían a la pizarra como sale el prestidigitador al tablado, a hacer un juego de cubiletes en que no toma parte el entendimiento; y que esta material gimnasia de la memoria sin el desarrollo armonioso y correlativo de la razón, antes que provechosa era funesta, matando en germen las facultades naturales y apabullando la masa encefálica que venía a quedarse como un higo paso…”.

La verdad es que el párrafo ya es suficientemente significativo de la opinión de la autora, ínclitos intelectuales, y muchos otros reformadores y pedagogos de la época. Pero creo necesario transcribirles, además, la nota a pie de página, y que pueden encontrar si gustan y su curiosidad les impide conciliar un sueño inmaculado, en la edición de Cátedra, de don Ignacio Javier López: “Francisco Giner de los Ríos, amigo y mentor de la autora gallega, en su ensayo Condiciones del Espíritu Crítico, había escrito lo siguiente: “Quien está atento sólo a recibir del indagador los teoremas que sus investigaciones dan por fruto, sin curarse de pedir y discutir los fundamentos de su verdad, hasta formar de ello por sí propio y concienzudo juicio, podrá opinar, presentir, suponer; podrá a lo sumo, si sus afirmaciones descansan siquiera en pruebas generales más o menos remotas, adquirir fe racional en ellas: nunca propia y auténtica convicción. Será un órgano esencial para la comunicación de la Ciencia (…) un propagador, nunca un científico”.

Como pueden observar, ese anhelo reformador ya hacía de las suyas en aquellos tiempos de machismo, revueltas políticas y una activa y profusa vida rural. Y concebía la intelectualidad de la época, la absoluta necesidad de fomentar un modelo de discente comprometido con la sociedad, y de despertar en él ese exegeta que todo hombre y mujer lleva consigo, de un modo latente, desde que es consciente de que, a Dios gracias, no es del todo ignorante.

Napoleón Bonaparte dijo una vez que un hombre sin memoria es como una fortaleza sin guarnición. Pero a mis compañeros y a mí, las monjitas, en aquellos tiempos en que se merendaban agradecidas rebanadas de pan con Nocilla, nos repetían, con gesto adusto, circunspecto y delicadamente beato, que la memoria es la inteligencia de los tontos.

Yo no sé si es beneficioso o pernicioso un sistema en el que se prima básicamente gozar de una buena memoria. Pero si estoy seguro de que erradicarla completamente de los planes de estudio sería totalmente contraproducente. Y supondría premiar una serie de aspectos prácticos, aún en el ámbito del aprendizaje, de dudosa eficacia en el mundo real. Cuando ese chiquillo díscolo y sumamente despistado tenga que dar cuenta a la sociedad del aprovechamiento intelectual de sus más tiernos años. Y se encuentre perdido, desprotegido y con una angustiosa sensación de estar dando pasos y pasos en el enorme vacío de su existencia.

24 octubre 2009

En la pantalla

¿Preponderancia de una mujer en una sociedad machista, misógina y hostil a lo femenino?: no, sólo un alegato, y no muy bueno, contra el cristianismo. Los arrebatos de Cirilo no son los propios de un hombre de su época: son, a decir de Amenábar, exclusivamente los de un obispo. Condenar una fe por unos hechos determinados: supondría sacralizar cualquier acontecimiento indigno por el mero hecho de haber sucedido en el sitio inadecuado, interviniendo las personas equivocadas, en una hora bastante inoportuna. Hipatia hermosa, y sabia: demasiado correcta para su época. El espectador ávido de Alejandría, y de su mítico faro: no saciará su sed con este caldo.


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Dentro de un momento comenzará el duelo entre madrileños y asturianos. Estén al cuidado, bien atentos, ojo avizor. Tiene el equipo de Pellegrini problemas de tráfico: atasco de lesiones sin visos de pronta recuperación. Para afrontar estas cosas confían en el de siempre: el Gran Capitán, y que me perdone la Historia en cuanto a su homónimo. Pasan despendoladas vidas nocturnas, vistosas mujeres e impresionantes cochazos de jugadores por la taquilla del Bernabéu: al final sólo les queda el lujo de las toallas. Nunca han ido sobrados de currantes. Y existe una inveterada falta de costumbre en eso que el aficionado común viene llamando sudar la camiseta. Aunque también hay quien piensa que los problemas llegan cuando en vez de a futbolistas se contratan los servicios de excelentes actores publicitarios. Pero tengan en cuenta que la vida es una gran película. Y al final, nadie quiere perdérsela.

23 octubre 2009

El pussy

A la casa vieja, desmejorada, desvencijada y como decrépita, cuando la llega el arreglo, se dice que se le lava la cara. Sin tocarle un pelo, y en ocasiones, ni tan siquiera su alma. Pues algo así ha ocurrido o debido ocurrir con uno de los locales más míticos de mi barrio, e incluso de todo León: famoso por haber vivido tiempos, fiestas y noches sin duda mucho mejores, señal de que la vida y sus cosas cambian, caminan, y siguen silentes y admonitorios imperativos naturales.

El Pussy, que significa gatito, minino, aquél que ronronea, tuvo durante mucho, muchísimo tiempo un nombre italiano: El Ritornello. Esta circunstancia daba a la discoteca algo de glamour, algo de caché e incluso algo de categoría. Pero la gente es mala o muy mala. Lo tengo dicho, y escrito, y en ambos sentidos repetido. Y así, como nunca ha sido un local, digamos, bien situado, nunca ha gozado de los favores de una clientela ilustre, ni amanerada y ni un poco encopetada. Pero si hay que afirmar que esta situación no le ha beneficiado, también hay que decir, que mucho, tampoco le ha perjudicado. Todos los lugares son etiquetados por quienes los frecuentan, y algunas veces, éstos también tienen su propia etiqueta Es el criar la fama, bastante a menudo, sin haber cardado la lana. Por eso cuando a un pub acude con mayor o menor asiduidad gente maja y estupenda, a menudo el sitio termina llenándose de esnobs, que no son necesariamente gilipollas, sino sólo personas que no saben adonde ir, y terminan yendo adonde lo hace todo el mundo.

El Ritornello, ahora el pussy, es propiedad de una señora muy rubia, muy bajita y como muy lista que sabe tela buena de la noche y de quienes la habitan. Cuando paso frente a ese bar de noche por el día, en ocasiones la veo cerrando tratos con el señor de las bebidas, y repartiendo afectuosos saludos con alguno de sus viejos clientes. Se la ve una mujer segura, con experiencia, que viene de vuelta. Y según algunos testimonios, se asegura que lleva en el barrio más que el propio barrio. Por eso entiendo que debe de conocer el nombre y apellidos de sus señores vecinos, y quizá incluso el de sus respetables señoras, siempre muy seguras de que sus maridos no pisan dicho tugurio.

El local es pequeño, la música manifiestamente mejorable y el portero no es precisamente un portento físico. Pero eso da igual. Porque al pussy la gente va a ligar. Es un pub del que han salido sonadas y endebles relaciones, exiguos matrimonios de conveniencia y en el que han encontrado compañía hombres y mujeres de natural solitarios, que se han pasado la vida probando, y con sus huesos allí han terminado.

La monitora que tuve en la autoescuela, cuando lucía gallardo mis dieciocho años, que era mala, aviesa y con cierta pinta de bruja, me decía que al lugar referido lo llamaban el desguace. Yo me sorprendí, aunque no demasiado, y mi natural curiosidad me impelió a preguntar que por qué. Ella sonrió, porque algunas dudas sólo las tienen los jóvenes, y casi nunca duran toda la vida: su clientela ya no vale para nada, son despojos, me espetó. Ni que decir tiene, que si además de curioso hubiese sido un joven impertinente, la habría preguntado cómo es que ella también lo sabía.

Masticar antes de usar: “Los físicos no encuentran la flecha del tiempo en su modelo del mundo. Sus ecuaciones pueden describir con asombrosa precisión cómo un plato se hace añicos, pero también cómo unos añicos se hacen plato. La historia de tu vida no es una sucesión de capítulos, sino una película desbobinada y tirada en el suelo del pasillo: mira, aquí te acabas de jubilar, y unos pasos más allá te estás comprando tus primeros pantalones. ¿Y qué será ese nudo de ahí en medio?” Javier Sampedro.

22 octubre 2009

Sentimiento, falta de conocimiento y costumbrismo rancio

"A Miles Davis una pija de Washington le preguntó por sus méritos para ser invitado a una recepción del presidente Reagan. "He cambiado la música cuatro o cinco veces; ¿qué ha hecho usted de importancia aparte de ser blanca?". Hoy, en El mundo, sobre el nacimiento de la prestigiosa Blue Note. Y esos pequeños momentos que extraordinaria y agradecidamente pasan a la historia.




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"Pongo la voz de bebé y es como la de este personaje que me he inventado, pero en la vida real soy completamente diferente. Tengo los pies muy en el suelo, soy lista y me entero de lo que pasa" Paris Hilton. Yo no sé si esta mujer es tonta o, como asegura, se lo hace. Pero si sé que en este último caso habría engañado a mucha gente.


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Vivimos tiempos cargados de auténtica lujuria. En los centros de estética y ninguna ética están encantados con los exóticos gustos de sus consumidores. Antes, cuando las personas mostraban cierta vergüenza de airear sus vicios, en estos sitios daban un masajito y las buenas tardes al entrar. Que no era poco. A día de hoy, teniendo ambos pies dentro del establecimiento, la marcha atrás es casi imposible. Ofrecen a cualquiera, solo o acompañado, y aunque sólo se hubiese entrado a preguntar la hora, desde inmersiones en extracto de cacao, combinadas con algas o fangos –todo muy silvestre, como pueden observar-, hasta baños turcos, duchas escocesas o simples baños en el jacuzzi.

Esto no tiene aparente importancia, claro. Pero aquí, lo que verdaderamente pasa, es que la gente se ha vuelto muy pija. Aún recuerdo, con imágenes ya poco nítidas, alguna anécdota de aquel concurso que presentaba ese señor tan respetado por Bartolo –el de la flauta que tenía como hobby de fin de semana violar fornidos camioneros en la M-30, ya saben-, llamado, Su media naranja. El concurso, poco o nada original, no era más que un baremo público con el que se comprobaba el grado de conocimiento que tenían las parejas entre sí. Y me viene precisamente a la memoria, un bonito día de sol o lluvia en el que Jesús Puente estaba algo más espesito de lo acostumbrado; y en el que concursaba una pareja de Canarios. No sé si se conocían bastante o, en cambio, se habían estudiado muy bien lo que tenían que responder. Pero lo hacían estupendamente, créanme. Y además formaban una de esas parejas idílicas con que antes soñaban las mujeres que luego se quedaban solteras. Cosa muy curiosa, llegado un momento del programa, nada crucial, por otra parte, preguntaron a quien antaño llevaba los pantalones en la casa a ver si le hacía mucha ilusión tener un jacuzzi en su hogar. Y el buen hombre, ni corto ni perezoso, respondió que no. Que ninguna. Y que al efecto era lo mismo que darse un baño y tirarse cuatro pedos. Contados.

Gente espontánea, tirando a fresca y un poco puerca, no me digan.

Tendrían que pasar muchos años para que viniese Mercedes Milá a contarnos sus experiencias y sensaciones al miccionar en la ducha por las mañanas…ustedes, ¿nunca se han parado a pensar la vergüenza ajena que debe sentir su hermano al escucharla? Siendo, como es, un hombre tan educado, sereno, cabal...

21 octubre 2009

El hombre de la pajarita, Samaniego y esa mujer


Se acabó el hombre que miraba y hablaba con los ojos y las palabras de un niño, bálsamo ante el incesante y presto consumo de nuestra vida. Claudicó la persona en cuya alma guardaba su auténtica estatura, demostrándose, una vez más, que no siempre hay que ver con los ojos. Se marchitó el buen sentido del humor televisivo, tan menospreciado por tantos colegas suyos, que veían absolutamente incompatible la hilaridad con el debido rigor en las retrasmisiones. Andrés Montes acuñó aquello del Tiki-taka, que repetían gozosos por las calles los muchachos después de los grandes partidos; apodó acertada y jocosamente a grandes futbolistas, y a muchos otros a los que, antes de su bautizo, no conocían ni en su casa. Se reía, o eso parecía, de su propia existencia. No dando nunca demasiada importancia a nada. Entiendo que sería consciente de las críticas, unas veces veladas y otras obscenamente descaradas, de su propio gremio; pero eso nunca supuso para él un motivo de cambio. En mi tierra todavía dicen de algunos aquello de muerto y figura hasta la sepultura. Aunque en los tiempos que corren parece evidente que cada vez será menos frecuente atribuirle este ditirambo, que no es otra cosa, a nadie: pues cada vez es más difícil discernir lo individual del resto del rebaño. Supongo que por fin vamos camino de una sociedad igualitaria. Ustedes me dirán si eso será bueno.


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Con varios ademanes horrorosos/ Los montes de parir dieron señales;/ Consintieron los hombres temerosos/ Ver nacer los abortos más fatales./ Después que con bramidos espantosos/ Infundieron pavor a los mortales,/ Estos montes, que al mundo estremecieron, / Un ratoncillo fue lo que parieron./ Hay autores que en voces misteriosas/ Estilo fanfarrón y campanudo/ Nos anuncian ideas portentosas;/ Pero suele a menudo/ Ser el gran parto de su pensamiento,/ Después de tanto ruido sólo viento.

El parto de los montes, Félix María Samaniego


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Estoy sentado, pensando, mesándome distraídamente los cabellos con cierto aire taciturno. La veo a lo lejos. Sigue igual de guapa, igual de sencilla, con esa palidez que denota una belleza marchita, como de doncella solitaria. Tiene los ojos muy grandes, muy negros y extraordinariamente expresivos. Al hablar mueve de un modo elegante y delicado su espesa cabellera de rizos negros, como sacudiéndose de inoportunas miradas. Está mucho más delgada que en mi recuerdo; quizá sea fruto de silentes angustias, o tal vez solo sea una muestra más de su frágil y deseada naturaleza. Algunos hombres conversan de un modo entusiasta con ella, mientras deja caer lentamente los párpados, como esa mujer que coquetea eternamente con su fiel enamorado. Vivir sugiriendo, ese eterno femenino.



Gracias por leerme. Pasen un buen día.

11 octubre 2009

Vuelvo enseguida

Esto de los puentes está realmente bien, no me digan. Sobre todo para quien los disfruta, claro. A mí, la verdad, entre estudiar, tocar, y las mujeres, se me van los puentes. Y a veces también la vida. El próximo Sábado regreso a la capi para otro examen. Pero qué vida, como les decía. Llevo desde el 10 de Mayo realizando, cada uno tiene sus vicios en este valle de lágrimas, múltiples exámenes y viajes a Madrid, y empiezo a estar, sea dicho de un modo franco (sin mayúscula), mentalmente colapsado. Además me han coincidido todos en plena temporada. El próximo Sábado, por ejemplo, cuando llegue de Madrid harto de carretera y de existencia, tendré que tocar. Supongo que no estaré de humor. Y supongo que me costará un huevo, de esos grandotes, concentrarme en la actuación al menos lo justo como para que no lo pague el público, y éste, claro, con nuestro representante. Pues últimamente es que la gente está de un exigente…y ya saben que el cliente siempre tiene la razón, incluso cuando no la tiene, o sobre todo en ese caso; así que ya ven lo que me toca, ajo y agua, que recitábamos gallardos y frescos como braguitas recién planchadas en el cole. Por cierto, dado que no toco mucho por mi tierra, donde nadie, que se sepa, es proclamado poeta, sepa el lector o la lectora de León que un servidor toca en la city. Comenzará la actuación entre las 22:00 y las 22.30, en el nuevo barrio de San Pedro, en La serna (entre la universidad y la catedral: no me pidan más ni mejores explicaciones, no he visto todos los episodios de barrio Sésamo). Si se identifican como lectores del blog prometo dedicarles una pieza. Y si no reconocen a un músico alto, tirando a macizo, guapo y simpatiquísimo entre los que se encuentren en el escenario, prueben a observar detenidamente al teclista, quizá encuentren un parecido más que razonable con el menda que les escribe (cotéjese al músico con la foto que aparece en la parte superior izquierda del blog en la que sale un muchacho sujetando un cachi de Brugal Cola, por favor).

Nada más. Sirvan estas líneas para justificar mi ausencia la próxima semana.

07 octubre 2009

Nosce te ipsum


La naturaleza humana es ciertamente subjetiva, relativa y moldeable a conveniencia de cada cual. Nos erigimos en jueces parciales de conductas ajenas, sin mirar, siquiera de soslayo, al reflejo que nos devuelve el espejo cuando hemos sido nosotros quienes a él nos hemos asomado. De ese modo criticamos constructivamente, ese oxímoron, todo aquello que no se amolda o se asemeja a como nosotros habríamos obrado en una situación semejante o muy parecida. Y no nos detenemos ahí. Siendo sujeto de todas nuestras lisonjas o parabienes aquel que actúa, habla y, en definitiva, se comporta a como nosotros lo haríamos. Es decir, aquel que guarda un alto grado de compatibilidad con nosotros, aquel que tiene un carácter parejo al nuestro, es percibido por nuestra criba natural, por nuestro sistema vital de selección social de amistades, parejas y todos aquellos que forman parte de nuestro entorno más inmediato, como un ser más perfecto, más digno de consideración, incluso como un ser más gracioso. Siendo desde nuestro indiscutible punto de vista una persona con criterio propio e independiente que merece ser escuchada, y atendida, y a tener muy en cuenta a la hora de determinar el color de una decisión a tomar; ¿el resto? el resto no merece ser atendido, ni escuchado, ni observado. No suele caernos bien. No suele tener razón, ni gracia, ni suele ser alguien inteligente. Es, generalmente, alguien que está equivocado.

Inútil, por utópico, pedir, o soñar con conocernos a nosotros mismos. Los demás, claro, nos quedan mucho más cerca.

06 octubre 2009

Metáforas


La vida es extraordinariamente rica en acontecimientos. Aunque estos a veces carezcan de un mínimo de importancia. Mientras las últimas encuestas publicadas dan una ligera ventaja al PP, en intención de voto, sobre el Partido Socialista, el presidente del Gobierno se dedica a mostrar su sonrisa, tan amplia como fingida, allí por donde pasa y deja su particular huella. Hoy les ha tocado el turno a los futbolistas y a su entorno. Mañana, sólo Dios lo sabe. El señor Zapatero, además, ministro de deportes, por obra y gracia de su propio espíritu, ha querido meterle un gol al mejor portero del mundo. Aunque no se sabe muy bien si lo ha hecho en su condición institucional o en la de forofo. Marcó a pase de Puyol. Lo cual debe ser para él un doble honor. Marcar un gol al portero del Real Madrid a pase de un jugador del F.C.Barcelona. Casi nada. Qué no le contará, sin escatimar detalles, hoy por la noche a doña Sonsoles en la intimidad de su alcoba. Pero aquí no acaba el asunto. También nos dice la noticia que el de León, al marcar el gol, se creció. Aunque no especifica cuantos centímetros. Al parecer le dijo al seleccionador nacional, don Vicente del Bosque, que podía contar con él para próximos compromisos. El pobre. Y Vicente, que rima con inocente, no tuvo más remedio que hacerle un regate en corto y asegurar que teníamos la plantilla completa. Bien cabe asegurar, después de hoy, que tenemos un presidente que vale para todo. Lo mismo nos plancha un huevo que nos fríe una camisa. Pero es que además, se nos queda tan ancho.


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La actriz inglesa Kate Beckinsale ha sido elegida la mujer más sexi del mundo. El queso ha asegurado que está muy contenta con la elección. Y que se lo merece, claro. Está muy buena y en su casa lo saben, como dicen en mi barrio. Aunque ha reconocido, compungida, que necesita salir ahí afuera y mejorar sus bailes eróticos con barra. Y yo la comprendo. Perfectamente. Porque a mi me pasa exactamente lo mismo.


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A decir de algunos la salsa y la música clásica se repelen. Pero esto que no se lo digan a los muchos músicos que trabajan con ambos géneros, sobre todo en las tierras de Cuba. Existe, por parte de la ortodoxa docencia musical, la rara creencia de que un estilo contamina y quita pureza al otro. Que lo solapa, vaya. Siendo ambos absolutamente incompatibles. Y estando considerado cualquier músico de salsa, aun talentoso y sentimental, muy por debajo, técnicamente hablando, del músico clásico. Yo no estoy para nada de acuerdo. Por eso me gusta especialmente el comienzo de una película titulada, Salsa. Un joven virtuoso del piano renuncia a su carrera como concertista para hacer, o tocar, lo que de verdad le gusta. La película encierra una cruel y práctica metáfora. Pues a nadie se le escapa que la vida suele discurrir por el curso contrario por el que lo hace en la película. Y, además, por si todo fuera poco ficticio, al final se queda con la chica. Quia. La metáfora es la vida.

05 octubre 2009

Es la impresión

Ocurrencias e improvisaciones. Se lee y se escucha últimamente que tenemos y sufrimos un gobierno que actúa a golpe de improvisaciones. El gran William Shakespeare dejó escrito que las improvisaciones salen mejor cuando se preparan. Requiriendo éstas, además, talento, clase y una pizca de elegancia. Y siendo necesaria una sobrada preparación sobre el campo en que luego se ejecutan. Esto me lleva a pensar que en ningún caso estamos ante improvisaciones. Ningún miembro de nuestro ejecutivo está para improvisar nada, precisamente. Pero sí parece, en cambio, que les sea más propicio el ámbito de las ocurrencias. Dando la impresión, no sé si ligera, de que de estas gastan todos los días. Y a todas las horas. Hundiendo en el desconsuelo más profundo, que no hagan ni siquiera un mínimo esfuerzo, aun impostado, por tratar de disimularlo.


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El narrador de Larra, a decir de Javier Cercas: “Como en cualquier ficción, como en todo el costumbrismo de Larra, en El castellano viejo la invención fundamental es el narrador; ese narrador es de Larra, pero no es Larra: es, como en cualquier ficción, una máscara que adopta Larra para decir lo que quiere decir; ese narrador es un narrador esencialmente autoirónico, un narrador que se ríe de sí mismo, que no se coloca por encima sino por debajo del lector, que (a diferencia de quienes se hacen siempre los listos porque son muy tontos) se hace siempre el tonto porque es muy listo, que nunca confunde la crítica con las malas pulgas, que siente alergia por el sermón y la reprimenda y que, como La Rochefoucauld, piensa que la seriedad es otra máscara, la máscara que se pone el cuerpo para ocultar la putrefacción del espíritu”.


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¿Buscando un espacio, una identidad, quizá, incluso una cultura propia…?

02 octubre 2009

Un viernes con poca chicha, la verdad

“Como recordarán, el Gobierno puso a disposición de la banca un fondo de 30.000 millones, ampliable hasta 50.000. Se trataba de que los bancos pudieran venderle al contribuyente sus activos tóxicos, es decir, las operaciones financieras en las que habían metido la pata. El objetivo consistía en que los bancos dispusieran de liquidez y dieran créditos, para que no se frenaran la producción y el consumo. Los bancos entendieron el objetivo, pero pensaron que había una forma mejor de estimular la economía. Y la aplicaron: en 2008, los consejeros y altos ejecutivos se subieron el sueldo más del 50%. De esta forma, consejeros y ejecutivos disponían de más recursos y gastaban más. Comprendan que para el sector de la construcción no es lo mismo vender un chalé de lujo por seis millones, que un pisillo por 300.000. De acuerdo, la operación no tuvo éxito y todos, menos ellos y unos cuantos más, seguimos en apuros. Pues mala suerte”. Enric González, en su columna de hoy.


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La imagen del día


01 octubre 2009

A día de hoy

Mañana se decide en Copenhague donde se juega la timba sudorípara. Y para allá que se ha marchado una expedición española que ya la hubiera querido para sí el descubridor del nuevo mundo. No se ha escatimado ni en el pelaje de los políticos ni en el de los personajillos que van a ir a acariciar el lomo a los jueces y partes. Hasta el punto de que José Luis Rodríguez Zapatero ha afirmado que más de lo que se ha hecho es imposible. Y teniendo en cuenta que este hombre nunca se ha puesto límites, no sé si es para estar contentos o, en cambio, más bien es para preocuparse.

Aquí en España el personal se encuentra dividido. Algunos ven con inquietud esos indicios de corrupción en el PP valenciano. Pues hasta el momento la ribera donde muere el Turia ha sido plaza inexpugnable para las huestes socialdemócratas, y se teme que polvos y lodos den sentido al refranero castizo. Otros, por el contrario, prefieren hablar de lo que van a suponer los chapuceros Presupuestos Generales del Estado en la maltrecha economía española. Y en concreto de lo que nos va a doler la subida de impuestos. En su día, el señor Zapatero, dijo que bajar los impuestos era de izquierdas. Pero ahora que los suben, el gobierno afirma que subirlos también es de izquierdas. Más que nada para que no haya lugar a dudas.


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Ayer jugó el Real Madrid en el Santiago Bernabéu, blanco, inmaculado, como los ángeles. Los comentaristas deportivos, esos seres malvados, vuelven a llamarles los galácticos. Aunque yo no sé si es por comparación o porque no se les ocurre ninguna otra cosa. El caso es que este Madrid intimida. Le meten pocos goles, tiene unos jugadores verdaderamente extraordinarios y a ratos despliega un juego, sencillamente, abrumador: jugadas a un solo toque, cambios rápidos de banda y una efectividad arriba lo suficientemente demoledora como para que sus rivales más directos comiencen a estar preocupados.


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La profesora de piano. En la ribera del Bernesga, en su margen derecha, está ubicada una pequeña y modesta escuela de música. No tiene muchos alumnos. Y por esa razón entiendo que no debe de tener muchos profesores. A decir de sus paneles informativos se dan sólo clases de piano y solfeo. Paso muy a menudo en mis paseos frente a sus instalaciones. Y no son pocas las veces que he visto a los chiquillos esperando hambrientos sus clases de música. Un día observé que se dirigía allí una criatura maravillosa a una velocidad endiablada. Aunque su aspecto se asemejaba más al de un angelito. Iba sobre una bici BH, ese democrático vehículo de nuestras infancias. Y me adelantó, como es natural, por mi izquierda. Tenía una musculatura portentosa: unos brazos muy fuertes, unos muslos muy firmes y a través de su blanca camiseta, se avizoraban sobre sus imperceptibles pechos dos grandes pezoncillos, firmes, hieráticos, reposados como sendas avellanas. Los chiquillos la recibieron alborozados, dichosos, requetecontentos. Y no es para menos. Yo también la hubiera recibido con los brazos abiertos. Y lo que no les cuento, claro.