Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

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En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

24 abril 2007

La mosca y el saltamontes -no apto para sensibles-.

Buenas a tod@s, acabo de llegar del pueblo, es tarde para estudiar, pronto para ir a la cama, mas, hace demasiado bochorno para acudir al cálido refugio de las suaves y delicadas sábanas. Creo que vendrá la tormenta, si tiene que llegar que llegue, me encanta oír llover cuando estoy en casa, dormir mientras las gotas caen en acompasada armonía, escribir con el tintineo de fondo del agua que cae del cielo, me gusta.

Todavía no he leído las noticias de hoy, tengo un retraso de dos días, espero no haberme perdido nada importante. Menos mal que no soy mujer, hembra, fémina ¿meretriz?, sino éste retraso me preocuparía aún más que el no estar al día en las noticias. Dado que no sé si la prensa trae algo digno de reseñar, os contaré por encima alguna cosilla que ha caído en la cesta de mi cosecha durante estos días.

Lo primero de todo, yo voy al pueblo en busca de calma, tranquilidad, paz, sosiego, todo ello fenómenos que coadyuvan a encontrar ese anhelado descanso. Además, aprovecho el ámbito coyuntural del pueblo para estudiar. Uno, que ya de pequeño apuntaba a las letras en detrimento de las ciencias naturales y derivados bajos en oligoelementos, no es muy amigo de la madre naturaleza y sus hijos, pero bueno, al menos los respeto, que ya es más de lo que pueden decir algunos rojos que se dicen verdes. Aunque claro, todo en la vida tiene un límite y, ese límite llegó.

Estaba yo enfrascado en el apasionante mundo del Derecho Procesal…lo de apasionante no lo digo sarcásticamente ¿eh? no vayáis a pensar mal. Apasionante, apasionante, vamos, es tan apasionante que no se si estudiarme la Ley de Enjuiciamiento Criminal o tirármela, que mal escrita está por Dios, menos mal que su contenido aunque obsoleto y anquilosado, es instructivo, enriquecedor y placentero, como el sexo, vamos, cualquier día meto el pito entre sus casi mil artículos a ver que se siente. El caso, es que me disponía a entrar en trance cuasimístico, como Santa Teresa, pero sin Santa Teresa, ¿o era sin el cómo? Cuando lo escuché. Yo pensaba que no había moscas hasta el verano y, que inmigraban como las suecas y los acondicionados para nuestra tierra, cuando Lorenzo no calentaba, sino que torraba. Pero hoy me enteré de que moscas haberlas haylas todo el año, como los mamones de ahí abajo. Lo suyo es que mueran con el frío invernal y cristalino de estas tierras leonesas, o con un matamoscas sintético que huele igual que la colonia o el olor corporal de la panadera de mi pueblo o, con un matamoscas manual en forma de mano que se agita bruscamente cuando las moscas nos enervan, pero las mas fuertes, las invencibles, las inmortales, del clan Mc Fly, ésas, durante el invierno, alimentadas no se sabe bien si por minúsculas partículas de polvo, o las mantiene vivas el deseo de incordiar a los próvidos habitantes de la casa cuando llegue el verano, son peligrosas, grandes, gorditas, enormes, ruidosas, muy ruidosas…repito, me disponía yo a ejercer de opositor propiamente dicho, cuando oí el zumbido infernal, no sabía si era una mosca, una abeja, mi padre segando el jardín con la mierda motora o mi tío después de pegarse un opíparo banquete de fabada con col, el caso es que salió de la nada y, como alterada, no se si venía de escuchar el programa de Quintero o se había enterado de que Belén Esteban ya no sale tanto en las revistas del músculo cardiaco. El caso es que la mosca puñetera, que no se cagó en la carretera, ni vino el bombero, a tirarse…con esmero, me venía buscando, no lo sabía pero me venía buscando, con lo que la muy…envistió contra mi cabeza cuando yo estaba estudiando, me arme de paciencia y no la hice nada, luego se metió en la luz mas potente y brillante de la habitación, que era la de mi flexo, con lo que salió escaldada de allí, medio frita, ¿espabiló? Que va, mas nerviosas se puso, venga a embestir contra mi pobre cocorota, con lo que perdí la paciencia, cogí el Suplemento que venía el Domingo con el periódico que tenía tirado encima de la cama, me levanté, la miré fijamente, se posó en la pared y…ya sabéis el final, lo sé, he pecado, iré al infierno de Llamazares y Greenpeace, pero no podía mas, me tenía mermado.

Pero aquí no acaban todos mis pecados, este fin de semana cometí varios asesinatos, si, asesinatos y no homicidios, pues llevaban agravante incorporado. Poco después del episodio de la mosca bajé al baño a miccionar, dicho sin eufemismos, a mear en la taza del váter, dicho coloquialmente, a echar un pis y, allí estaba, mirándome, desafiándome con su porte gallardo, bizarro y altanero. Levanté la tapa del váter y me encontré con un saltamontes verde, largo y saltón, no se como coño se metió allí, pero allí estaba y, claro, como es costumbre a mi despiste, no me enteré de que el bichito estaba allí hasta que no me había bajado la cremallera, desabotonado el calzoncillo y cogido la…ya sabéis, dado que además veo mal, para cuando descubrí que había una criatura con vida en el fondo ya era demasiado tarde para detener el torrente dorado que se aproximaba a su vía de escape, el saltamontes me miró como despidiéndome, pero yo no pude detener el chorro y le di, el hecho de que me confiese asesino, es porque me gustó, lo reconozco, porque cuando le di una vez, volví a apuntarlo y le remate una y otra vez, incluso me regocijé de mi buena puntería, lo siento, prometo no volver a hacerlo, sé que soy mayorcito para estas cosas y que como se me ocurre a mi, que leo a Neruda y, a Dickens y, a Paco Umbral…realizar esta vileza, no tengo vergüenza y, encima voy y lo casco, en fin…un saludo a tod@s.

20 abril 2007

Mamones, haberlos haylos.

Muy buenas a tod@s, hoy os voy a hablar de una especie que, creía yo, en peligro de extinción. Pero claro, una cosa es creer y, otra muy distinta, que sea de esa forma todo lo que uno cree. Tenemos ejemplos de esto en ésta gran cosa de todos que venimos llamando la vida. Se puede creer en sus majestades los Reyes Magos, ya de chico. Así pues, uno, aunque no tiene ribetes de niño malcriado, caprichoso, picajoso, indolente…se pone a pedir y a pedir, total, cómo los Reyes no tienen problemas para llegar a fin de mes, porque son magos ¿verdad? Pero como todos sabéis, uno crece y eso se acaba. Por otra parte, uno puede creer en todas esas cosas que la tele, las revistas rosas, los culebrones de pro, ensalzan y subliminizan hiperbólicamente, que es el amor a primera vista, el gran amor de tu vida, el hombre/mujer de tu vida…pero estamos en las mismas, al final todo se resume en un buen polvo y en fumarse un pitillo tras el acto, al menos eso me han dicho, porque ya me contaréis a mi que se puede entender por un buen polvo, las revistas de féminas modernas y sofisticadas nos ponen en un compromiso continuamente. Uno, para ser el hombre de la vida de alguna, tiene que cumplir no sólo con todos los cánones de su santa, sino con los que estipula taxativamete Mariclaire o Cosmopolitan. Que uno tiene juanetes en los pinreles, ya os podéis ir despidiendo de dar un paseo por la playa o por la piscina con vuestra chica/o, porque claro, que pensarían las amigas de Maripuri si se enteran que el novio/a que os habéis echado tiene los pies feusquillos, amorfos, deformes, ya no os digo nada si además de no tener belleza, vuestros pies cantan. Que no, cirugía estética ya, yo mismamente quiero los pies de Brad Pitt, lo que iba a ligar con esos pies…

Pero vamos con el fondo del post, que me desvío irremisiblemente y, luego a ver quien endereza esto. El mamón, si, parece mentira que en los tiempos que corren haya gente de éste calado. Uno, antes de ponerle título a este post, se fue a mirar el diccionario de la RAE a ver si constaba el mismo en nuestro ilustre cuerpo léxico, además, tenía la recóndita y nimia esperanza de que, junto a la definición, apareciese una foto de ese sujeto, ya sabéis, para enfocar mejor el asunto, por aquello de que vale mas una imagen que mil palabras y, esto vale para todo, la belleza, el horror, el mamón…pero nada, o mejor dicho, algo si, pero no era lo que buscaba. Yo buscaba algo así como sinvergüenza, caradura, desgraciado, apijotado, parásito…y no, que mama, mama mucho y una especie de árbol, por el que o se llora o no se mama, como todo en la vida.

Escribo el post con indignación y displicencia, estaba tranquilamente viendo la tele, vivo en un primero, he sentido el ruido de un motor de coche pararse en la calle, no le di importancia, me hubiese asomado si hubiera sido el afilador –de cuchillos, que no de sables- el cual anuncia su llegada con esa especie de silbato característico que se está perdiendo con el pasar de los años, o yo que sé, si hubiese sido la cabra, no ella misma, sino la cabra y su grupo, compuesto por una cabra, preferiblemente blanca y chuchurría, sin pánico escénico y con cualidades innatas de baile o ejercicios equilibristas encima de una silla vieja o una escalera oxidada, un gitano que interpreta como le sale del pairo un pasodoble en un organillo amplificado por un altavoz de sonido Dolby sin Surround y, como no, una gitana pispa, desgarbada y fresca, que pasa la bandeja a los que se asomen a ver el espectáculo.

Pero en esta ocasión no era nada tan esperpéntico, del coche debió de salir un joven –léase mamón- aunque esto no lo se, porque por el acto que acaeció a continuación, me extraña que lo hiciese el sujeto desde dentro del coche o, con el mismo en marcha, y lanzó contra la luna de mi portal un bote de Coca Cola lleno, lo cual hizo añicos los cristales de la puerta. Por supuesto, los sujetos se dieron a la fuga y, cuando nos asomamos los vecinos y yo, sólo llegamos a ver un coche oscuro que ya estaba doblando la esquina. Lo que mas me irrita no es el valor pecuniario de los daños, el cual es mínimo y además lo cubre el seguro, sino que podía haber sido mucho peor. Verbigracia, haber pasado cualquier persona en ese momento y haberla ocasionado daños corporales, un niño pequeño, al que el golpe le podía haber causado mayores secuelas, por no hablar de los cristales que se le podían haber metido en los ojos, en fin, que estoy frito y enfadado con esos energúmenos y espero que no vuelvan por aquí y, si vuelven, a ver si con un poco de suerte les cogemos la matricula o el careto de mamones para que no hagan mas daño. Si es que no hay mas que mamones. Lo sé, menudo post chusco me ha salido, pero es que no pensaba escribir nada, estaba descansando del estudio asiduo cuando ha ocurrido todo esto, si tengo un ratín en el fin de semana os escribo algo decente, prometido. Aunque me voy a marchar en breve para el pueblo y dudo que cumpla mi promesa.

Un saludo a tod@s.

14 abril 2007

Llega la primavera...

…y ya se sabe, la sangre altera, ¿es mi imaginación? ¿o las mujeres están mas guapas en ésta época del año? mas radiantes, esplendidas, lustrosas ¿exuberantes? no sé que pensar. Uno le puede echar la culpa al calorcito tan esperado que, además de calentar la temperatura corporal, calienta la temperatura hormonal y, claro, se le dispara a uno la secreción de estas sustancias encalabrinándole a cada paso, con lo que no hay manera, uno puede tener cualquier edad, cultura, inteligencia…que llegada ésta época del año le va a dar igual.

Una duda que me surge casi siempre a estas alturas del año es si las mujeres se visten así porque tienen calor o es para provocar. Uno puede pensar que es una pregunta machista, misógina, producto de ese ser etéreo llamado macho ibérico olvidado por las subvenciones de las Instituciones Públicas -pues las mismas van a parar a otro tipo de criaturas en peligro de extinción que no roncan por las noches, no ven fútbol los Domingos, no se hurgan los paletos con un mondadientes mientras utilizan provechosamente sus ubérrimas neuronas en las charlas de sobremesa, ni tienen una vella (no es falta de ortografía) espalda- pero no, es una cuestión relevante, actual, de suma importancia social.

La demoscopia sociológica, infrautilizada en demostrar la tendencia consumista en determinados productos, a que hora se meten las personas en la cama u, observar las reacciones sardónico-faciales de nuestro presidente cuando se ve en una situación comprometida que no puede explicar con su buenismo para todo y para todos, no ha realizado ningún estudio acorde con la estación que nos envuelve con sus efluvios de suavizante. Verbigracia, número de accidentes de tráfico relacionados con un conductor concentrado en lo que trae entre manos, –no le deis una interpretación fálica-, que se despista breves instantes al comprobar la firmeza estética de las piernas de una señorita recién depilada, o no sé, número de tiempo desaprovechado por los estudiantes que invaden las bibliotecas en época de exámenes y, al dar rienda suelta a su erudición, se encuentran sentados frente a ellos, una señorita joven y lozana y fresca como las bragas del día, con lo que sus depauperadas ganas de estudiar, se evaden, esfuman, diluyen, e incluso, evaporan, contemplando la abundante personalidad con sostén lila que les ha tocado en suerte justo delante de sus apuntes de Derecho Canónico, Cálculo, Costes o Biología Vegetal –cátedra que en la actualidad ocupa nuestro ilustre, ínclito, excelso, egregio y excelentísimo Rector de la Universidad de León, entre cuyas medidas mas reconocidas y, por tanto aplaudidas, está la de suprimir espichas universitarias y cerrar aulas y facultades cuando las mismas se celebran sin autorización, por miedo a que sus alumnos invadan las clases o, no sé, le quemen su despacho rectoral con él dentro-.

El caso es que uno se levanta con un sol radiante, maravilloso, lustroso, cuyos rayos dotan al día y a las almas mas turbias de un halo claro, diáfano y perspicuo. Cuyos haces mas verticales, hacen que los capullos florezcan, los árboles reverdezcan y las señoritas se señoreen como señoras muy señoreadas, y no es juego de palabras inane, pues el mismo lleva tanga. Ay, el tanga, prenda fina, delicada, lasciva. Instrumento del pecado que nubla los sentidos al dotar al movimiento del muslamen de una joven del ritmo de la música prohibida, ya sabéis, la lambada.

Pero no sólo es el tanga, la primavera trae debajo del brazo prendas minúsculas que dotan a las señoritas de una belleza pecaminosa, hecha para el placer y el disfrute irrefrenado de la carne. Anteriormente me referí a los muslos de una joven, pero habrá quién prefiera sus pechugas. Es curioso, me considero casi un estudioso de nuestro rico y prolijo léxico, imaginaros mi sorpresa cuando el otro día descubrí un sinónimo coloquial de busto, pecho, teta, ubre, carreta, si, cómo lo oís, y no eran berzas ni bufas, sino pechugas, nos lo recalcó una señorita que va para amigüita de nuestro grupo. La chica era de tamaño disimulado, pero con desgarbo casquivano y haciendo uso de sus dos manos, ni corta ni perezosa, se cogió ambos senos, se los apretó contra sí, se entresaco la lengua ligeramente y, mirándonos con el deseo de la carne en sus pupilas, se frotó con nosotros. Yo, persona hecha para el pecado de cama, como Loranzo Lamas, que no sé si es el rey o el puto jefe, me escandalicé. Curioso, uno tiene tantas ganas de mojar, que cuando le ponen la yema para sacar el pan, va y pide un huevo pasado por agua.

Para gustos colores, decía el sabio refranero castellano, así pues, habrá quien prefiera de ésta época del año el cambio de paisaje natural, pues el artificial está en continua metamorfosis, sin descanso, pero yo me quedo con el cambio –para mejor-, de las señoritas, es un cambio, como lo diría yo, de talante, si, eso es, me quedo con el cambio de talante de las señoritas. Buen fin de semana a tod@s. A las señoritas que os haya parecido el típico relato de un machista, por favor, déjenme un comentario y el número de teléfono, que ya me pongo en contacto con vosotras y os lo explico detenidamente. P.D. para evitar sorpresas desagradables por mi parte, adjuntar al comentario en el que me pongáis a parir una foto.

06 abril 2007

Un poco de Kafka.

Muy buenas a tod@s, acabo de empezar a sentirme persona. Llevo todo el día postrado en la cama por los excesos en la noche de ayer. Al tener la tele para mi sólo, he podido ver lo que me ha salido de mis innombrables. Bueno, también estaba mi abuela, pero como la mujer no se queja, pues se traga lo que la ponga. Curiosidades del destino, del azar, de la diosa fortuna, de los designios divinos, han querido que yo, hoy, en mi ya depauperada resaca a éstas horas del día -20:45 a las horas que tecleo éstas palabras- pusiese la tele y, en uno de éstos inanes canales que incluye el TDT, que son una miseria, una vergüenza para los medios televisivos que asolan nuestra nación de naciones, un elenco de despropósitos mediáticos, me encuentre una película en blanco y negro. Le doy al botón de información y, premio, la película es “El proceso”, de Orson Welles, en la que trabaja el propio director en el papel de abogaaaaado, se que te escondes ahí –perdón por la interpolación, no lo he podido evitar-. La película que es bastante buena, una obra maestra, como todo lo que en su día salió de las manos, el cerebro o el capullo de éste director, se basaba, cómo no, en la novela homónima de Franz Kafka, que a pesar de ser una joya de la narrativa, a mi me pareció muy mala -igualmente, como todo lo que he leído de Kafka-. Kafka es uno de estos autores, que si uno tiene el día chungo, tristón, alicaído, desvencijado, tiene la virtud de socavarte la moral todavía mas, te amilana, desanima, te hunde en la miseria de la nostalgia hecha realidad. Así me paso cuando leí “La metamorfosis” y, así me volvió a pasar cuando leí “El proceso”. Tengo por ahí olvidado, en los anaqueles de mi casa, “El castillo”, pero me embarga una pusilanimidad inefable para afrontarlo.

En “La metamorfosis”, leemos cómo una persona, de la noche a la mañana, se convierte en cucaracha o algo similar. Sin más explicación. Es tan surrealista, tan inconcebible, tan difícil de digerir. Pero aun así, uno sigue leyendo y ve que el relato va a peor –repito, fantásticamente narrado, escrito…pero un bodrio de historia- y se encuentra todas las frustraciones del autor plasmadas en papel. La familia, lejos de alentarlo, cuando descubre en lo que se ha convertido, le margina, ignora, separa, hasta que el protagonista de la obra muere, no se sabe bien si por soledad, por inanición o por la grandiosa empresa de afrontar la vida en el ser en que se ha convertido. Fin trágico. Cuando yo lo leí, era un adolescente recién asomado al abismo de la vida y, la historia, me hizo sentir cómo el engendro en que se convirtió su protagonista. Esto en verdad es deprimente. No se puede leer un libro que te transmita éstas sensaciones, ya bastantes problemas tiene uno en la vida y dificultades y tristezas y metas, como para que se nos vuelva el alma decrépita con éstas lecturas que, por otra parte, quizá no comprendamos en su totalidad hasta llegar a esa dorada senectud a la que todos dirigimos nuestros pasos.

En “El proceso” más de lo mismo. Un hombre honrado, trabajador, buena persona, se despierta un día involucrado en un proceso judicial en calidad de acusado. A lo largo de toda la novela y, de toda la película de Welles, uno no descubre el fin del proceso, el fondo del asunto, las razones que han llevado al tribunal a acusar a ésta persona. Joseph K.-protagonista de la obra- se pasa todo el relato tratando de defenderse de la acusación, clamando al cielo su inocencia. Pero el curso de los acontecimientos, tras citaciones, entrevistas con abogados y visitas a un curioso tribunal, lo terminan por desalentar de su propósito y le convencen de que en realidad es culpable o, mejor dicho, de que le van a declarar culpable de algo que no sabe qué es, cuando lo ha hecho, donde, cómo. Termina la novela y la película, con el ajusticiamiento y muerte de Joseph.K. Igualmente deprimente ¿verdad? y, pensar que lo leí motivado por una desinteresada recomendación de mi profesor de Derecho Procesal cuando cursaba cuarto de carrera. Ya se podía haber esmerado algo más el profesor y recomendarnos algo de Dickens.

Esto va a ser todo por hoy, con la castaña que agarré ayer es casi un milagro que haya escrito algo medianamente coherente. Un saludo a tod@s.

03 abril 2007

Echémonos cremita.

Nueva vida de opositor. Nuevas costumbres a adquirir ¿Nuevas cosas que aprender?, sin duda, nuevas cosas que superar. Todo éste elenco, cúmulo, retahíla de novedades, como no podía ser de otro modo, van a influir en éste nuevo, también, formato de post hebdomadario, con el que voy a sustituir al post diario de antaño. En mi descargo, decir que trataré de hacerlo mejor, dado que para uno sólo, habrá que hacerlo meridianamente decente.

Con toda ésta cantidad de cosas nuevas por asimilar, yo el primero, uno tiene que reciclarse y cambiar ciertas costumbres. La primera de ellas, serán mis fuentes. Todavía no lo sé porque llevo tres días opositando, pero me imagino que no podré continuar leyendo toda la prensa que leía antes: El Mundo, El País, ABC, 20 minutos, Diario de León…mas todos los blogs…una pena, de verdad. Tampoco podré leer todo lo que leía antes. Así y todo, muy mal se tiene que dar para que en pequeñas escapaditas no lea algo, pero teniendo en cuenta que también tengo que ensayar mi instrumento y, con el grupo –en el que ensayamos cada uno con nuestro instrumento :)-, pues la verdad es que se me va a acortar el tiempo considerablemente. Que ¿qué quiero decir con cambiar mis fuentes? Pues dado que ya no tendré todo el tiempo del que antes disponía para empaparme de información, escrita en su mayoría, tendré que amoldarme al formato más cómodo, si, lo sé, con lo que yo he criticado la caja tonta, ahora voy y me abono. Pero que sepáis que son causas de fuerza mayor, irreprimibles, ineluctables e irremediables. Termino con la vista demasiado cansada cómo para leer más todavía, comprenderlo.

Claro, cuanto antes se acostumbre uno a su nueva vida, mejor. Ya he empezado a sacar mis primeras conclusiones de éste nuevo formato televisivo que yo antes tan poco frecuentaba, ¿no os parecen inútiles ciertos anuncios?, si, ya sé que me diréis que todos son inútiles, que os estropean la peli justo cuando mas interesante se pone, que os alargan determinados programas en demasía, que cuando necesitáis que el anuncio sea largo, para echar un pis, calentaros la leche o rascaros un huevo, es cuando mas corto os lo ponen y, al contrario, cuando hacéis todas esas cosas raudos, pensando que el anuncio será cortísimo, con los inevitables inconvenientes de las prisas –como echar una “minúscula” gotita de pis fuera de vuestro Roca- pues es cuando mas largo os lo han puesto. Ahí os veo yo corriendo por el pasillo, esquivando las plantas, a vuestro sobrino pequeño, a la abuela que también va a hacer virguerías en el baño, en fin, una verdadera carrera de obstáculos.

Pero no, no me refiero a anuncios cualesquiera. Yo me refiero a la créme de la créme en cuanto a anuncios se refiere. Hace un par de días, por ejemplo, mientras me acomodaba en el sillón de casa viendo a Iker Jiménez -que por cierto, éste tío además de friki, ha convertido su programa en una especie de película de terror en el que aparecen imágenes inesperadas acompañadas de música de suspense, con lo que uno termina agarrándose fuertemente al cojín en vez de disfrutar con una especie de documental esotérico- contemplé anonadado, cariacontecido, flipando en colores, un nuevo producto. Si, uno de esos productos que cuando uno los ve por primera vez sabe que van a causar furor. Se trata de una nueva crema facial, pero no una mas, que va, ésta está hecha con extracto de baba de caracol. Lo primero de todo, ¿qué coño nos habrá hecho el caracol para que le vayamos a hurgar en sus babillas? y, claro, ¿qué pensará el pobre animal ahí, mientras le recogen la baba?, porque si me la recogiesen a mi, cuanto menos les escupía un ojo, habráse visto. Lo segundo, ¿qué propiedades taumatúrgicas puede tener la baba de caracol que no tenga la de perro, la de pavo…la de una babosa? Pues no lo sé, pero según el anuncio te tonifica la piel, te la reafirma, te hace desaparecer la piel de naranja, en fin, que no esperéis mas, yo ya llamé a teletienda para que me reservasen una frasco de esas babas, lo que voy a presumir yo ahora.

Un saludo a tod@s, volveré.