Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

29 junio 2010

Unidad

Algo especial deben tener las emociones colectivas que vigorizan por igual cuerpo y espíritu. Esa agradable sensación de remar todos en una única dirección produce en un ambiente grupal de ordinario egoísta, desinteresado y poco cohesionado una atmósfera cargada de sentimientos comunes y anhelos parejos. En una sociedad en la que predomina el esfuerzo personal, la competitividad llevada a su extremo y la satisfacción única y exclusiva de las necesidades individuales, el deseo popular de alcanzar una meta de tan difícil consecución sólo puede significar que existen ciertos lazos que nos identifican como conjunto, nos nutren como ente y nos distinguen en esa masa amorfa global en la que, inexorablemente, todos convivimos.

23 junio 2010

Noche de San Juan


Qué secreta y hermosa
es la noche festiva para aquel
que no tiene pasado: un tiempo frío
dentro del corazón.
Qué exacta noche
de fuego y juventud.
Qué diferente
ya de cuando éramos
aquellos que en la sombra
furtivos se besaban y reían.
Las muchachas se obsequian como entonces
y los amigos beben en una copa igual
a la que ya apuramos cuando fuimos
como estos que ahora se adueñan de la vida.


Felipe Benítez Reyes

San Juan es mañana, claro, pero, como dice Martín Ferrand respecto a los gallegos, los leoneses, por así decirlo, también nos quemamos hoy.

18 junio 2010

Luto en la literatura

Hoy es un día triste, sin duda. Ha muerto el gran escritor portugués don José Saramago. El hombre que amaba el blanco, entiendo que como símbolo de pureza, de compromiso, de responsabilidad. El hombre que defendía una forma de escribir, una manera de pensar, sobre todo un modo de ser. Aferrado, fiel a una ideología y a unas creencias que le granjearon poderosas enemistades incluso en su propia tierra, se mantuvo firme en sus principios hasta una última hora que no temía y de la que nada bueno ni malo esperaba. Vetado por Silvio Berlusconi y temido, no físicamente, por tanto intelectual de pacotilla impartía continuo magisterio desde su noble pluma, su pobre cuna y su acrisolada calma.

Habiendo dicho lo cual, probablemente demasiado poco, reconozco que sólo había leído de él su Ensayo sobre la ceguera y su Ensayo sobre la lucidez. Además, claro, de seguir con asiduidad su blog, sus cuadernos, apuntes en apariencia simples pero con muchísimo más fondo que el blog más sofisticado o la bitácora más recomendada. Era un hombre honesto. Un hombre bueno. Que escribía como pensaba. Y que, desde luego, pensaba lo que escribía. Su tinta destilaba sabiduría en grado sumo. Era, a mi entender, un gran observador de la naturaleza humana. Conocedor de ese mensaje del mundo y de la vida vedado a tantas mentes que se dicen muy elevadas pero que al final sólo gozan de unas miradas extraordinariamente estrechas. Sabedor de ese adagio que suscribe que somos aquello que defendemos, su rúbrica no dejaba a nadie indiferente, y marcaba una muesca indeleble en nuestro comúnmente poco trabajado raciocinio.

Leerlo era, sencillamente, un gran placer. Y no se me ocurre mejor forma de honrar a semejante hombre que dejarles una serie de citas de su cosecha, y que en el momento de leerlo recogí gustoso para mi cestita de los saberes. En el especial de El mundo pueden leer otras muchas. Y disfruten aquí del adiós que le brinda Juan Cruz.

“Las maneras de conjurar el destino son muchas y casi todas vanas, y ésta, obligarse a pensar lo peor confiando en que suceda lo mejor, siendo de las más vulgares, podría ser una tentativa merecedora de consideración”

“La esperanza es como la sal, no alimenta, pero da sabor al pan”

“Los humanos son universalmente conocidos como los únicos animales capaces de mentir, siendo cierto que si a veces lo hacen por miedo, y a veces por interés, también a veces lo hacen porque comprenden a tiempo que esa es la única manera a su alcance de defender la verdad”

“Es conveniente examinar las ideas del adversario a fin de descubrir lo que de ellas pueda resultar provechoso para las nuestras”

“Con los pensamientos todo cuidado es poco, algunos se nos presentan con un aire de inocencia hipócrita y luego, pero ya demasiado tarde, manifiestan lo malvados que son”

“Nacemos y en ese momento es como si hubiéramos firmado un pacto para toda la vida, pero puede llegar el día en que nos preguntemos ¿quién ha firmado esto por mí?

“La vida comienza no se sabe para qué, y termina no se sabe por qué”

17 junio 2010

Querido diario

Viernes, 11 de Junio. La foto muestra diáfana el estado de complacencia y felicidad en que un hombre de bien puede hallarse momentos antes de presentarse una tormenta. Recogido a la sombra de un manzano. Pensando sólo en la lectura entre manos. Sosegado. Como acariciando un bonito minino, una mujer suave, la tupida melena con la que sueña un calvo. Pensando que, verdaderamente, la abundancia, los caprichos fácilmente satisfechos, ni llenan, ni valen, ni, por supuesto, cunden.

Por la tarde he echado un vistazo a la nueva edición digital de ABC. No me gusta. Y tampoco, como comprobaré el domingo, su nueva edición impresa. E aquí una modesta prueba de cómo la innovación, el cambio, ¿el progreso?, no siempre es para mejor. Pues no aporta. Y, a veces, incluso deduce. Escatimando brillo a un producto que ya era bueno. Que suplicaba que no lo sobasen.

Ya caída la noche he estado viendo Regreso a Howards End, con el legendario Anthony Hopkins y la simpática Emma Thompson. Una película deliciosa, una historia entretenida, un paraje verdaderamente espléndido. Y, de fondo, esa sociedad inglesa de época en la que no podía faltar el té, las pastas, la hospitalidad anglosajona y ese acentuado e irritante clasismo que hacía de los británicos personajes tan estirados.


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Sábado, 12 de Junio. Exigua reunión de compañeros nocturna. Plan no muy elaborado: cena, café y copa, algo de baile. Restaurante decente. El propietario es un tipo estirado, huraño, con gesto enfadado. Sólo guarda asiento y demás complementos de una comida en horas en punto o y media. Y yo he acudido para reservar mesa, con mi natural gesto feliz, a las once menos cuarto de la noche. Preguntado el responsable, con mi también natural curiosidad, por la razón de su obstinación y su rigurosidad casi castrense, me dijo, escuetamente, que no era asunto mío. Casi recurro a la ironía, pero pensé que no me iba a servir de nada, que no la iba a entender, y que sería, en fin, como tirarle perlas a los puercos.

Cosas curiosas que tiene esta vida. Al llegar a casa me llaman del grupo. Hoy por la noche toco en un pueblecito de Palencia, Traspeña de la peña. Por no darme otro paseo, y sobre todo por no verle el careto otra vez al afectuoso camarero, llamo anulando la reserva, y aviso a mis compañeros que otra vez será. Si Dios quiere, claro, como se decía antes, y ahora sólo dice para finalizar sus post, con cierto aire anfibológico, don Albert Boadella.


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Domingo, 13 de Junio. Llego a casa a las 7:30 de la mañana. La fiesta ha ido bien o muy bien. Nos volverán a llamar el próximo año. Sin representante mediante, espero. Tuve que llevar el acordeón, que también y tan bien toco (modestia a mí). Hacía unos ocho años, de los doce que llevo moviéndome por los escenarios, que no lo llevaba a una actuación. Pues la gente ha perdido el gusto por escuchar uno de los instrumentos más armónicos, completos y gratos al oído que existen. Sintomático, supongo, de la decadencia que asola a nuestra sociedad en todas y cada una de sus facetas. Y, además, teniendo en cuenta que la juventud prefiere las guitarras, los teclados, las baterías electrónicas, y suelen confundir calidad y ruido de un modo inequívoco aunque espero que no totalmente irreversible. En esta ocasión se empeñó el alcalde al oír al representante, no sé si casualmente, que el teclas también le daba al instrumento del tango. Y para allá que me tuve que llevar el instrumento, vaya. Tres temas, y el hombre, y los de su quinta, punto menos que emocionados. Aunque como es lógico, la actuación tenía que seguir su curso, máxime habiendo la juventud que había, y terminamos haciendo temas de Ska-p, Celtas Cortos, Mago de Oz, Tequila, Seguridad social, Medina Azahara… en fin, lo que el público, la vida y los tiempos demandan.

Al finalizar la actuación, la peña, en sentido estricto, que resistió hasta el final, nos invitó a unas copas en su local. Me van a perdonar lo irrespetuoso, lo poco elegante y el poco tacto que seguramente se va a desprender de mis palabras, pero hacía muchísimo tiempo que no veía a tanta tía buena junta. Pero qué pueblo, madre. Con gusto me habría quedado a vivir allí para toda la vida. Y, además, era una juventud fresquísima, oigan. Tenían una costumbre muy curiosa, que consistía en hacer en la parte inferior de los vasos de cachi un pequeño orificio, de tal modo que el líquido contenido en su interior se derramaba en un chorrillo cual meadilla de querubín; y el divertimento llegaba a su cénit cuando se pasaban los vasos de unos a otros. Mi querido y pegajoso despiste, en esta ocasión, tampoco se percató de que una de las señoritas se acercaba a mí con aire resuelto y con intenciones de pasarme el “vasito”, con lo que terminé con la camisa empapada, y las atronadoras carcajadas de la concurrencia y de mis colegas como acompañante onírico para el resto del camino. Aunque yo creo que más que darme de beber, lo que quería la dama, la mujer, ese extraordinario ejemplar de hembra era meterme mano. Pero esas cosas se avisan, carajo: así ella se tuvo que quedar con las ganas y yo con las ganas de quedarme con ella. Qué vida.


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Lunes, 14 de Junio. León es fascinante. Mayo y Junio han venido cambiados, o sea, bien revueltos. Qué lástima, y qué gran pena, me da dejar de nuevo los pantalones cortos dentro del armario. Máxime con un principio de moreno que ya se reflejaba en mis adorables, por hereditarias, cachorras.

Por la tarde me llaman para echar unas cartas, aunque sólo echamos unas palabras. Se acerca San Juan y San Pedro, las fiestas de León, y ya anda la gente alborotada, nerviosa, como inquieta. Seguramente terminemos haciendo, sobre todo por tradición, botellón a la orilla del río. Como cuando éramos lozanos muchachos e íbamos a ligotear con las muchachas, improvisando, sin esas sofisticadas técnicas de ligue que, entiendo, imparten en esos ridículos cursillos municipales. En los que la moraleja será algo así como toca lo que te dejen y sé feliz. O tócate y no molestes. Y sobre todo no seas pesado, ni cansino, ni vayas de baboso por la vida. Aunque, bueno, como esto a lo mejor daña la integridad moral, o la autoestima, o alguna pendejada de esas por el estilo en los dedicados alumnos, a lo mejor les dicen que sí, que ellos pueden, y que lo que se propongan, si se mentalizan y confían en sus posibilidades, lo van a conseguir. Luego ya vendrán las mujeres o los hombres, según, con las rebajas. Aunque ya es muy viejo repetir aquello de que en la naturaleza humana, no sé si desgraciadamente, siempre ha triunfado la esperanza sobre la experiencia. Y así nos luce el pelo, claro.


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Martes, 15 de Junio. Mi hermano ha cumplido 20 años. Parece que fue ayer cuando daba sus primeros pasitos, y ya es uno de esos muchachotes con pendiente, piercing, vehículo tuneado, mechas, y todas esas necesidades vitales que la juventud de hoy día considera imprescindibles para ser socialmente aceptados. Yo, en su día, también quise pendiente, por supuesto, pero mi padre me dijo que nones. Y piercing, claro, pero me dijo que tururú. E incluso pensé, vaya un rebelde, en amotinarme, dejarme el pelo largo y hasta en huir lejos de casa. Pero al final, no sé si por pereza o comodidad, me quedé donde estoy. Y, desde luego, van a tener que esforzarse mucho para moverme de aquí. Me mofo yo, todo lo que sea menester mofarse, de la independencia. Se la envuelvo, si gustan. Aunque bueno, no seamos tan radicales: si no tuviera otro remedio, pues hombre, me independizaría; ahora bien, me independizaría con mi madre. No vayamos a hacer de la madurez algo traumático.


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Miércoles, 16 de Junio. El día de la roja que, en contra de los deseos de Barbeito, se trocó coja. Vaya un debut. A mí, don Vicente, nunca me ha gustado un pelo. Pero, en fin, hay que reconocer que, hasta la fecha, con él, la selección estaba jugando de auténtico lujo. Hace unos años, la selección hacía unas fases de clasificación espectaculares, pero llegada la competición, la hora de la verdad, la pifiaba. Entonces, llegó Aragonés, que hizo todo lo contrario: una fase de clasificación lamentable, y una competición brillante, para el recuerdo. Y ahora, volvemos a nuestros orígenes. Qué rabia. Aunque bueno, al menos hemos comprobado cómo le asentó en realidad, al sabio de hortaleza, que le dieran una patada en salva sea la parte. Se había mantenido silente, respetuoso, y ciertamente elegante hasta ahora, desde luego muy en contra de su acostumbrada disposición de ánimo, aunque es evidente que por los resultados tampoco le había quedado otro remedio. Ahora, que las cosas van mal, el hombre elevado nos ha dejado ver su rostro taimado. No ha sido un buen momento. Y no ha sido una intervención nada feliz. Le pasará factura, seguramente. Aunque sabiendo que mal que no es de ahora ya no mejora, podemos estar seguros de que a éste ya no hay quién ni qué lo cambie.

El resultado, al menos, ha servido de cura de humildad. Y no a los jugadores, precisamente, sino a los periodistas, los aficionados, y demás entes relacionados cuya bandera ha consistido históricamente en pecar de baladrones. En cualquier caso, podemos estar seguros de que en esta ocasión, el ministro de deportes, no ha tenido nada que ver. O sea, que podía haber sido peor.

10 junio 2010

Hoy, ayer, mañana, hoy...

José Luis Rodríguez Zapatero ha visitado hoy a Su Santidad. Y Silvio Berlusconi, que no tiene nada de Santo, le ha despedido con su natural emoción por estar el de León en estado de gracia, tras la bendición recibida. Dicen las crónicas que el fogoso presidente italiano se refirió a su homólogo español como a un amigo con el que mantiene buenas y estrechas relaciones, y yo pienso que sólo Dios sabe si mantienen algo más, aparte de la aparente y diplomática simpatía. Zapatero, por su parte, se mostró algo frío y distante, siempre con talante, pero sin esa efusividad expresada en otras ocasiones tal vez menos meritorias. Aquí, en España, el PP pide la supresión del 50% de los asesores. Supongo que, en el partido de la gaviota, han llegado a la razonable y saludable conclusión de defender para qué quiere el Gobierno algo que cuesta y ocupa tanto, notándose, como notamos, sus resultados tan poco. Y Felipe González, que no es precisamente la persona más indicada para dar consejos de economía a nadie, dice que él también habría (bueno, dijo hubiera, que es gramaticalmente incorrecto, pero a quién le importa) congelado las pensiones. Sabiendo, como sabemos, lo que le quieren y siempre le han querido los pensionistas: esa inagotable fuente de votos y de alegrías socialista. Yo creo, sinceramente, que estos socialdemócratas de autor son todos unos asustaviejas. Aunque espero que, como una lectora de ABC a don Ignacio Camacho, no me tilden de machista por el preciso, precioso y oportuno adjetivo utilizado.


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En Arabia Saudí han condenado a un muchacho a 4 meses de cárcel y a 90 latigazos por haber besado a una joven en un Centro Comercial. Si bien, todo hay que decirlo, los latigazos se los repartirán en tres tandas. Los desgraciados pichones fueron sorprendidos por una cámara del Centro Comercial. Y el chico fue detenido por la policía religiosa del país por la comisión de acciones inmorales en público. Esta triste noticia muestra de un modo diáfano el absurdo que supone esa entelequia zapateril que ha venido llamándose Alianza de Civilizaciones. Nuestro eterno aspirante al Nobel de la Pazzzzz (©IC), debería preguntarse, de vez en cuando, qué pintamos en este mundo y qué podemos hacer por él. En qué podemos ayudar. Cómo podemos cambiar ciertas cosas. Claro que, en lugar de eso, también podría sonreír. Y hacerse muchas fotos con representantes de diversas culturas. Y dar ayudas a asociaciones exóticas e inútiles para figurar de un modo favorable en el periódico independiente de turno. No sé qué pensarán ustedes. Pero creo que es evidente que sólo con las palabras y con los gestos habidos hasta el momento sólo podemos hablar de Derechos Humanos refiriéndonos a ellos como una categoría en potencia, y desde luego considerada en abstracto. A algunos les bastará.


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No sabes nada, te tuteaba hace unos años la gente verde de ideología bien roja. Se hablaba de energías renovables como energías limpias, seguras, eficaces, siempre rentables. Las vendía el gobierno como una necesidad. Una necesidad por el cambio. Y, desde luego, representaban el futuro. Por esa razón, el personal se puso a sembrar. Y así crecieron y florecieron inmensas y hórridas plantaciones fotovoltáicas. Hoy día, sin embargo, ya se habla de restricciones en el abono, como escatológica metáfora de las anheladas subvenciones. Y los campesinos de entonces, hoy se preguntan: ¿y ahora qué?


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Hoy, Martín Ferrand, se preguntaba por el tipito que se le quedaría a Ruiz-Gallardón sin su transporte oficial. Este artículo, sinceramente, debería colgarse en el tablón de anuncios de todos los Ayuntamientos de España. En León, por ejemplo, el actual alcalde hace mucho tiempo que no va a pie a ninguna parte; y hay quien ni lo ve, ni lo oye, ni lo siente: dudando, con sincera preocupación, incluso de su existencia. Y eso que el buen hombre, hasta hace bien poco, presumía de deportista: como evoca su simpático mote. Don Francisco, Paco sólo para sus amigos, antes de ser alcalde se sacaba muchas fotos con los vecinos, y también caminaba alegre y entusiasta por todos los barrios. Pero a nuestro corregidor, ahora, y sin saberse por qué, hace ya mucho tiempo que no lo ven por ninguno. Andan sus votantes tristones, desconsolados, como almas en pena. Supongo que, como yo, esperando a que llegue o se note el efecto Zapatero (me caen lagrimones). Y en cuanto a los perritos del señor Fernández, a mí sólo me cabe conjeturar que haya contratado a alguien para que los pasee, o que sean tan originales que se paseen solos. Porque, desde luego, él ya no va con ellos. Los hay señoritos, madre.

09 junio 2010

Que no ven

Los ojos, la mirada, el alma de una mujer. Reconozco que, para el sexo masculino, suponen un incómodo pero necesario conjunto de enigmas por resolver. Una mirada atenta, fija, de esas que se mantienen, puede significar un interés mayúsculo en la persona contemplada. Pero una mirada esquiva, respetuosa, y como incapaz de sostenerse, en una naturaleza tímida o endeble, puede significar exactamente lo mismo. En cualquier caso, conjeturas de hombre de las quinielas a parte, es evidente que algo más que una mera observación se transmite por esas bellas ventanas: inclinación, devoción, obsesión, desprecio, ¿hartazgo, tal vez? Decía el Lebrijano, en una de sus deliciosas coplillas, descubrimiento que debo a Benito Peral, aquello que rezaba: “esa gitana está loca, lo que dice con los ojos, lo desmiente con la boca”. Certero y evocador puntazo de lo contradictoria que resulta la naturaleza humana en general, y la de la mujer en particular. Por supuesto, hay que decir que en este sugerente campo existen infinidad de expertos, aunque sean más falsos que el pecho de una cantante. Hay quien afirma que en cuestión de segundos es capaz de averiguar los deseos, afectos, vicios y virtudes de cualquier señorita. No se sonrojan en afirmarlo. E incluso algún incauto pone su apuesta por escrito. No sabrían realizar un retrato certero de sí mismos, pero no les duelen prendas al clasificar sucinta e inexactamente al personal femenino. Ahora bien, algo tendrá la ignorancia, la incultura y la mala educación que tanto y a tantas atrae como el chocolate hace al incontinente goloso. Supongo que tirando de la fascinante antropología, habría que afirmar que las fascina ese animal que muchos hombres llevan por dentro y no pocos lo hacen por fuera. Es la cultura del músculo, que asola y desuela campos, ciudades, playas y montañas. Dando como doloroso resultado, que haya que dar la razón, no teniéndola, a los antecitados entendidos.

Y pensar que todas estas palabras me han brotado, simplemente, porque leí en un cuento de Maupassant una curiosa expresión que, según el ingenioso autor, se desprendía de los ojos de una dama: “cuando usted quiera…”.

A mí, que me digan el aspecto que ofrece esta mirada. Y después hablamos.


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La mala, ¡e injusta!, distribución del mundo al descubierto.


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08 junio 2010

Colindante

Comunidades de vecinos, ese hervidero de amores de madre. Miradas, comentarios, inevitables roces: fragua de cariños imperecederos. Las paredes oyen, las ventanas observan, los patios recogen. Las envidias son angustiosamente proporcionales a la distancia que marcan las escaleras. Hay rotos para todos los descosidos. De las parejas y las amistades se suele afirmar que Dios las cría y ellas se juntan, pero nadie sabe a la confluencia de que fuerzas responden estos conjuntos tan variopintos. Unidos por la deliciosa circunstancia de compartir un espacio relativamente común, se esfuerzan en aparentar una cordialidad rayana en lo utópico, pero más impostada que el papel que viene desempeñando lo más granado de nuestro exuberante y extravagante famoseo. Besos de Judas y puñaladas de tú también hijo mío se dan a diario en los descansillos de todos los pisos. Parecería una obra magna y concurrida, ¡un dramón!, ¡una divertida comedia!, si no fuera porque a menudo se confunden los personajes y las historias se malinterpretan. Hastiados de recorrer todo el camino con los mismos compañeros de fatigas, recelan de sus atenciones, resguardan su sobrevalorado equipaje y critican abierta o veladamente que hayan utilizado tanta alforja para tan poco viaje. No pueden vivir con ellos, pero obvio es decirlo: sin ellos, tampoco.

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03 junio 2010

Rumbita de verano

Hace un calor que se torra uno, oigan. Tanto y tan pesado que apenas tengo confianza en despegarme de la silla de aquí a un rato. Pensaba escribir sobre algo fresco en un ratito por la noche, pero dado que para entonces ya habrán bajado algo los termómetros, aprovecharé esas horas para hacer algún quehacer de índole intelectual, que es algo que suena muy fino, aunque en realidad no sea muy distinto de bajar a por una chapata a la tienda de la esquina, y dedicaré ahora unos minutejos sueltos a esta criatura del blog, que me come lo que no está escrito, expresión nunca mejor utilizada. Estaba montando en este mismo momento, en casa, bueno, más bien versionando o arreglando, todo un clásico de Peret, El muerto vivo. Porque claro, como llevamos no sé cuantos años sin canción del verano, al personal no le ha quedado más remedio que tirar de los éxitos de toda la vida, y así está el panorama, vendiendo las orquestas como novedad temas de Karina. A mí estas cosas de seguir montando temas una vez empezada la temporada, y teniendo que ir luego a ensayar con el grupo a diario para tocarlos el fin de semana, es asunto que me crea mucha angustia y que me deja punto menos que estresado. Pero quiá, uno escucha por ahí una versión, nos la pone en el local de ensayo, a los otros no les disgusta, me preguntan a mí en calidad de teclista y de buen muchacho a ver qué me parece, y, como ustedes comprenderán, ¿cómo negarse? Así que, así andamos. Y como la encontré fácilmente en Youtube, y me pareció fresca, alegre y desenvuelta, como el propio cantante, además de partirme la caja con la puesta en escena, muy castiza ella, aquí se la dejo, para que la disfruten y la bailen, lolailo.

02 junio 2010

Reveses

Amor de hijo. Aquí el que no se consuela es porque no le da la gana. Dice Felipe González que rectificar es de sabios, pero que hacerlo todos los días es de necios. Y el señor Zapatero, como no podía ser de otra manera, está de acuerdo con él. Aunque, claro está, siempre nos quedará la maldita duda de en qué demonios está de acuerdo. Quizá se quedó sólo con la primera parte de la frase. O, tal vez, no la entendió. Pero es que incluso pudo haberle llamado sutilmente necio al ex presidente. Cualquiera se mete en hipótesis con este tío. Por otra parte, hoy ha hablado el ex de cultura. Un hombre elegante, bienpensante y mejorhablante. Y este dechado de españolidades, afirma que se le destituyó por paridad y por glamour: que, en realidad, y aunque no se diera por enterado, son los pilares básicos en los que han basado toda la legislatura. Por tanto, está muy bien preguntarse por ello, desde luego; pero, siempre y cuando, antes haya reflexionado por el motivo de su nombramiento. Además, aduce el gallego que surgió la necesidad de nombrar a una muchacha joven y comprometida: con todas esas implícitas taras que no expresó pero que por supuesto le quedaron ganas. Ya se sabe que los tapujos de un hombre educado son su losa, y también su lápida. Y hombre, hombre, hombre: ¡a ver si ahora se va a descubrir que el presi del Gobierno es una persona que no escucha! Mientras, en el ocaso de la tarde, en La brújula, se preguntaban que ya que el Gobierno va a aprobar la reforma laboral haya o no acuerdo entre los Agentes Sociales, si realmente valen para algo estas reuniones o son sólo una pantomima más para perder el tiempo y mostrar otro gesto inane para la saturada galería. La reflexión era la siguiente: si no llegan a un acuerdo lo acuerda el Gobierno; ¿y si llegan a un acuerdo con el que no está de acuerdo el Gobierno?; ¿y si el acuerdo del Gobierno choca frontalmente con las expectativas de patronal o sindicatos? Se preguntaba Alsina, así como angustiado. Pues todas estas cuestiones, la verdad, a mi modo de ver, tienen fácil respuesta. Al final, se va a hacer lo que diga el presi: hablando de facto, el ministro de todo y para todos. El hombre a un Decreto pegado, vaya: si me permiten la ocurrencia.

01 junio 2010

A ti

Que eres pura fachada. Que tus pasos huyen del lugar donde aún te señalan. Que nunca has mirado a la vida de frente. Que te solapas tras tu estúpida sonrisa. Que te enorgulleces de saber vivir. Que no sabes y tampoco te importa. Que te entrometes donde quieres y cuando quieres. Que amas tu labia. Que, como el necio del proverbio, confundes valor y precio. Que nunca has querido. Que te aprovechas de las circunstancias y de los descuidos ajenos. Que has adquirido una fama que no te corresponde. Que enarbolas banderas que no son tu causa. Que nunca has creído. Que derramas lágrimas impostadas. Que, aun consciente de tu viga, no escatimas señalando pajas. Que confabulas por costumbre. Que criticas por necesidad. Que tus oídos pecan de curiosos y tu lengua de indiscreta. Que te gustas en el mundo. Que te aceptan con los ojos cerrados. Que, a pesar de todo, te ríen las gracias. Que dominas los tiempos. Que no tienes y no quieres principios. Que eres lo que más te importa. Que crees que el mundo gira alrededor de tu ombligo. Que jamás veras por los ojos de otro. Que das pasos de enano en el inmenso vacío. Que te quedas mirando el dedo. Que nunca has tenido dudas. Que das palos a otros ciegos.