Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

28 febrero 2007

Misión imposible 4.

Buenas a todos, vengo de realizar una operación delicada en demasía, una actividad para la que se requiere alta cualificación personal y profesional, una tarea no apta para pusilánimes, irresolutos o sibaritas. Cualquiera puede pensar que exagero, que no es para tanto, que lo hace cualquiera, ¡je! me parto. Vengo de dar de merendar a mi sobrino pequeño, ahí es nada, grandes hombres han desistido de conspicuo empeño, corazones fuertes, valientes y decididos no han logrado doblegar la voluntad férrea e inconcusa de esas pequeñas bestias llamadas bebes, si acaso tenéis dudas, probar, quedaros vosotros solos y el pequeñín y, luego me contáis, no es retórica vacua como la de ZP, no trato de intimidaros sin motivo ni fundamento, os habla la voz de la experiencia –aunque sólo haya sido por una tarde-.

Cuando me encomendaron la tarea acepté encantado, ¡cómo no!¡faltaría mas! No es que uno sea un manitas y esté preparado para todo tipo de problemas, pero no pensé, vamos, ni se me pasó por la cabeza, que tuviese dificultad alguna, que equivocado me hallaba. Deberían implantar una titulación –ahora que el rectorado se haya inmerso en la búsqueda de titulaciones útiles para la zona geográfica en la que nos encontramos- especializada en dar de merendar a nuestros pequeños.

Así pues, cogí un babero con un dibujo de ese ratón de Disney que en vez de orejas tiene parabólicas –como yo-, una cucharilla de plástico, el potito y, como no, al crío –que ya se me olvidaba-. Le senté en una silla enfrente de mi y le dije –ahora vas a merendar con el tío Javi y cuando termines ya te marchas tranquilamente por la casa a hacer alguna de las tuyas a tu abuela –mi madre- ¿estamos?- como el crío asintió pensé que lo había pillado, vamos, que lo había comprendido. Entonces yo, con toda mi bonhomía, abrí el potito de frutas –no sin antes utilizar mi gran fuerza bruta, como no era suficiente, tuve que ayudarme de un paño para agarrar la tapa y no estropear mis delicadas manos de músico;), como tampoco era suficiente, le di suaves golpecitos con una cuchara a la tapa –viejo truco ancestral-, pero como tampoco era suficiente, me lo terminó abriendo mi madre, profiriendo un cariñoso “inútil”, sin inquina, por supuesto-.

Ya estaba hecho lo mas difícil –pensé- el crío quieto, me miraba con sus grandes ojos negros y una sonrisa picarona, pues a la criatura le debía divertir que le diese la merienda. Era mi primera vez. Que nervioso estaba -lo sé, si me pongo así en la primera vez que le doy los potitos a mi sobrino, cómo me pondré cuando…ejem, ya sabéis ¿no?- con lo que llegó la hora, introduje la cucharilla en el potito de frutas –sentí un pequeño escalofrío- le miré fijamente mientras la cucharilla con su contenido se acercaba a su boca, pero algo cambió en el semblante del chaval, no se la razón, pero al llegar la cucharilla a la comisura de sus labios éstos se cerraron, tal cual, pero como una trapa hermética. La linda boquita de la criatura que segundos antes estaba abierta mientras emitía sonidos sin identificar, de pronto se cerró…y no volvió a abrirse. Con lo que opté por cambiar de estrategia, le intenté dar la cucharada a la fuerza, no funcionó, me escupió el potito a la cara, perplejo me hallaba, me había desafiado un retaco de unos centímetros y ni se inmutaba, le amenacé con llamar al coco, nada, hasta me señaló y luego soltó una carcajada –tiempos oscuros nos esperan si los retoños ya no tiemblan al oír esas palabras, todavía me da a mi cierto yuyu…-con lo que comenzó el forcejeo, era o yo o él y, claro está, gano él, mientras sujetaba el potito y la cucharilla, el crío me abofeteo y se dio el piro. Ahí estaba yo, con el tarrito, la cucharilla y el potito expelido por la criatura hacia mi sudadera, corriendo en busca del crío por toda la casa. Yo ya no tengo edad para esto –pensaba- le llamaba y nada, se metió debajo de una cama la criatura y se arrinconó en un ángulo digamos de difícil alcance para mis riñones y mi 1.88 de altura. Opté por pedir refuerzos a mi madre –que es tamaño estándar- y que sacase al retaco de debajo de la cama. La infeliz criatura cuando vio a mi madre salió tranquilamente abrazándose a ella, como si el coco fuese yo –no te jode- con lo que volví a poner al lindo bebe enfrente de mi y le hice saber quién mandaba y, ¿sabéis quien mandaba? Pues si, él, él se salió con la suya. No merendó el tío.

Cuando llegó mi hermana me gané una bronca por no haber conseguido algo tan fácil -según ella-. Supongo que os estaréis preguntando que hizo mi hermana para dar de comer a la criatura ¿no? bueno, y sino da igual, porque el post de hoy trata de esto y es lo que hay. Pues utilizó un nuevo método, importado de investigaciones tecnológico-científicas en las universidades mas importantes de USA, que consiste en meter en cada cucharada de potito un “Lacasito” ¿os acordáis de ellos, no? y el crío abrirá ipso facto y sonrientemente las compuertas de su boca.

Con lo que cariacontecido, me vine a la habitación a narraros mi pequeña aventura, hasta mañana pues, si en mis tiempos hubiesen tenido estos métodos de la chicha no se que hubiese sido de mi, si es que ni me imagino a mi madre cuando yo era un retoño con esa paciencia, esa dulzura…esa maña para con una sola mano –mientras con la otra sujetas el potito- abrir el bote de Lacasitos, coger uno y ponerlo en la parte posterior de la cuchara, para que el crío vea que el potito trae sorpresa, en fin…

27 febrero 2007

La llamada.

Buenas a tod@s, estos días no he podido estar con vosotros por motivos recuperatorios de la timba del Sábado. Pero bueno, parece ser que el cuerpo, la mente y, lo que rodea a ambos, vuelve a su cauce normal. Yo no sé el tiempo de recuperación medio que tienen el resto de las personas, pero yo, cuando salgo de timba, tardo un par de días en volver a expresar cierta mesura en la exteriorización de mis delirios internos. Este fin de semana hay posibilidades de que vayamos de fiesta a Ponferrada, uno de mis amigos estrena coche y lo mismo hay que hacerle rodaje técnico-logístico, el primero correspondería en el lenguaje al uso, al que es necesario para que un coche no cree problemas con posterioridad a su compra y vaya “sobre ruedas” no literalmente, sino en sentido figurado, ya sabéis; el segundo, podría hacer referencia al número de bragas que van a entrar y salir del mismo a lo largo de su vida, cuyas estimaciones oníricas en promedio, a priori, son altamente optimistas.

La idea de fondo del post de hoy me venía rondando hace unos cuantos días, a pesar de que acaeció hace unos cuantos años. Creo que para todo aquel que muestra un mínimo de cultura, inquietud intelectual o simplemente, disfruta con cada libro que devora al caer en sus manos, hay una primera vez –como para todo en ésta vida- si, una primera vez en la que sintió la llamada. Antaño, las novicias que dedicarían su vida a la contemplación, el rezo y, la adoración al Señor, nos explicaban a los desvergonzados alumnos que les preguntábamos como diantre habían decidido meterse a monjas, que lo habían decidido por vocación, devoción y, lo mas importante, porque habían recibido la llamada. Pobre de mi –pensaba yo-, yo no quiero recibir la llamada, no quiero ser cura, no quiero dar misa, no quiero no salir de fiesta, no quiero atiborrarme a vino de supermercado el resto de mis días, no quiero no mirar a las mujeres con ojos de salido, no quiero ser la comidilla de los pueblos por mi visita a los lupanares en que con dignidad y oficio, trataría de redimir y encauzar a las meretrices, que cuan ovejas descarriadas, ofrecen sus cuerpos sedosos y brillantes a la satisfacción de los pecados veniales de los lugareños. Quiero pues, todo lo contrario a lo que no quiero. Pero volvamos al hilo del asunto que me lío…la llamada, si, la llamada de la cultura. ¿Quién me lo iba a decir a mi? chico de barrio de oficio y beneficio, cuyas tardes aprovechaba desaprovechadamente, sentado en los escalones de los exiguos portales de mi distinguido barrio, llamando a los timbres, jugando a las chapas en la carretera con mis pantaloncitos cortos y la consiguiente roña incrustada en mis rodillas, con mi bocata de Nocilla despertador de felonía canina, que, un buen día caería en mis manos un libro, placer verdadero, orgasmo oculto, onanismo intelectual, placer prohibido -como el de las adolescentes que en el anuncio se pegan un atracón de chocolate, visión fugaz de los atracones de distinta índole que años mas tarde se pegarán- pero no un libro mas, sino el que me impulsaría a despertar mi vicio, mi hambruna, mi carpanta intelectual latente.

Cuando era pequeñito…no, voy a empezar un poco mas tarde que si no esto se hace largo, cuando ya no era tan pequeñito, vamos que mis incipientes zonas pilosas empezaban a estar bellamente vellas, leía comics, bueno, no era gran cosa, pero me desternillaba leyendo y releyendo a Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Superlopez…lo se, no son ejemplos cultos, refinados y exquisitos de lecturas, pero fueron la simiente de que hoy por hoy –sin ánimo de parafrasear el programa de Carlos Francino- lea todos los días la columna de Umbral. Habrá casos de todo tipo en la viña del Señor, pero a mi no me hacían leer mis padres El Quijote -como conozco ejemplos-, ni leer periódicos, ni nada culturalmente parecido, fue ya cuando mi cabeza se empezó a amueblar -como diría mi antigua profesora de literatura- cuando de motu proprio me dio por coger esos objetos sin identificar, llamados libros, que pensaba que servían para adornar el salón y, vi, miré y, posteriormente, leí, lo que en ellos había. Maravilla oculta, placer inefable, inercia disoluta.

El libro era “En busca de la edad de oro” del periodista y escritor Javier sierra. Libro clasificado dentro de lo que la pseudocrítica literaria llama esoterismo, distinto a exoterismo pues. El libro nos muestra a lo largo de sus páginas, un recorrido por Egipto, Francia y, otros paraísos arqueológicos, que sumergen al lector en un mundo aunque evidente, desconocido para él. Este libro nos relata distintos misterios sin resolver relacionados con la construcción de las pirámides de Gizeh, la esfinge, la disposición de las catedrales francesas emulando en la tierra a imagen y semejanza la constelación de Virgo en el cielo, el mapa de Piri Reis que nos muestra un mapa “moderno” pero que en él se muestra la tierra antes de que se congelasen los polos ¿quién hizo el mapa, que conocimientos cartográficos tenía…? En fin, una retahíla de misterios que enganchan y atrapan al lector y, lo sumergen en un mundo misterioso, que por contra a las novelas de ficción que pululan y se avizoran en los anaqueles de las librerías, es el nuestro. Todo ello perfectamente narrado, en su prosa distendida y meliflua, que hacen de éste escritor un gran novelista, a parte de un gran ensayista, de todo punto recomendable, escuchéis lo que escuchéis sobre él de otros escritores frustrados económica o literariamente.

Un saludo a tod@s, mañana mas, no cambies de canas, cómo diría aquel adolescente de color de las orejas de soplillo.

24 febrero 2007

Vermut.

Acabo de llegar del pueblo. Como no tenía otra cosa que hacer me he ido de cortos por el barrio, que ya hacía tiempo que no lo hacía, y me he encontrado alguna que otra sorpresa, que curioso. No es por presumir, pero en mi barrio dan las mejores patatas ali-oli de todo León, sin duda alguna, si os dejáis caer por aquí hacérmelo saber que estáis invitados. El nombre del bar que ofrece estas deliciosas patatas –sin ánimo de hacerle publicidad gratuita- es “Legión VII”. Normalmente lo atendía el propio dueño y sus orondas hijas. Dos morenas desvergonzadas de pelo rizoso, mirada insulsa y poca gracia en general. El bar es culé. Está situado en Pinilla y, desde hace tiempo, venía escuchando rumores de que querían traspasarlo. Esto me pareció bastante extraño, dado que a la hora del vino está a rebosar, igualmente cuando juega el Barça y en general, casi siempre suele tener gente.

Hoy cuando entré, me llamó la atención que no estuviese ni el dueño, ni sus hijas, ni su mujer. Empero, la tapa seguía siendo la misma –esto no es baladí, es una receta “secreta”- ¿Qué otra cosa provocó el devaneo incesante de mis atormentadas neuronas? Pues la raza de los camareros, si, no soy una persona racista -más allá de la animadversión que me produce el que los zíngaros me hayan dado el palo catorce veces- pero no dejó de sorprenderme. Se trataba de chinos. Si, hasta aquí han llegado, no se conforman con ir de Pub en Pub del Húmedo vendiendo flores y juguetitos fútiles luminosos. Ni con expandir una cadena de restaurantes a bajo costo –que en muchos casos les sirve de vivienda- donde la comida, a pesar de sabrosa, es de dudosa salubridad. Ni siquiera se sacian sus ansias acaparadoras con abrir tiendas “cajón de sastre”, en donde te puedes encontrar todo tipo de objetos, ropa e incluso comida. Se han metido de camareros e incluso vacilan como los más inveterados de la tierra. Nos cobraron a mi padre y a mi por un par de vermuts, tres euros, mi padre les dijo el chiste aquel de mas barato que en Canarias –supongo que mi padre desconozca el origen del chiste, que es que en Canarias no hay IVA, sino un equivalente menos oneroso llamado impuesto indirecto canario, de ahí que haya diferencias de precio en determinados productos- y el chino, lejos de amilanarse, le dijo a mi padre que tenía razón y, le puso como ejemplo varios sitios de León, en donde por la misma bebida te cobran más y te ponen menos tapa. Con lo que mi padre que se las prometía muy felices vacilando al chinito se calló.

Lo que dejó un poco pasmado a mi padre fue que con el vermut nos pusieron una aceituna en vez de una cereza o guinda confitada que es a lo que se nos tiene acostumbrados por estos lares. No se, a lo mejor estábamos confundidos y lo suyo es que nos pongan con el vermut –además de la rajita de naranja- una aceituna. En su defensa tengo que decir que no alteraba el sabor de la bebida, pero la estética para alguien como yo, que suele comer con los ojos…no se, no me convence mucho, si al menos fuesen rellanas de anchoas…

23 febrero 2007

No a la abstención.

Buenas a tod@s, acabo de leer la prensa y, a parte de la desilusión por no haber podido ver la entrevista íntegra de Quintero a José María García -que El Mundo ofrecía en su edición digital- me ha llamado la atención un dato que no viene de ahora, y es, la tendencia que se está dando en referendums, votaciones y demás medios de participación ciudadana en asuntos públicos, a la abstención, al silencio, a la inactividad, lo cual me preocupa bastante. Las razones pueden ser de lo más variopinto. Perdida de ilusión del ciudadano medio en la clase política, falta de programas políticos que en verdad se ajusten a las necesidades de los ciudadanos, levantamiento del velo que cubría la actuación de nuestros políticos y el consiguiente desengaño motivado todo ello y en especial por los escándalos de índole urbanística que se han conocido a uno y otro lado de la dicotomía mayoritaria política…

No lo se, pero éstas son sólo algunas de las razones de la creciente desconfianza de los ciudadanos hacia sus políticos. Lo hemos visto en los referendums de los distintos Estatutos. Un Estatuto no es cuestión baladí, a parte de su revestimiento formal como Ley Orgánica, en los mismos se esconden múltiples competencias concedidas directamente del Estado al respectivo ámbito territorial, competencias todas ellas que permitan una mejor gestión de diversos intereses económicos, políticos y de trascendental importancia para los ciudadanos que residen en dicha Autonomía. ¿Cómo es posible entonces éste desinterés, ésta desidia conspicua a la hora de que el ciudadano se pronuncie?, acaso ¿hemos llegado a una pasividad total en nuestra vida política? ¿no nos damos cuenta de la verdadera importancia que tiene el participar en estos actos? ¿lo vemos todo bien? ¿lo vemos?.

El ciudadano corriente vive ajeno a las cuestiones de índole política. ¡Que mas da! –pensarán- yo mientras llegue a fin de mes, tenga para hacerme mechas en la peluquería de la Josefa, pagar la hipoteca o que no me falte el garbanzo encima de la mesa cada día no tengo ningún problema. Esto no es así señores/as, al menos no exactamente, nuestras decisiones políticas influyen directamente en nuestro nivel de vida, en la accesibilidad o no a una vivienda digna –y no entro a considerar los bodrios de 30 metros cuadrados que propugna nuestro gobierno para los jóvenes por no resultar indecoroso en mi opinión- en nuestros sueldos, en la educación que recibimos y que es síntoma de la salud de nuestra sociedad…en fin, que es necesario que la gente vuelva a sentirse útil, necesaria, es la única manera de escarmentar a nuestros políticos por sus errores o premiarles por sus aciertos. La abstención no lleva a ninguna parte más que a servir en bandeja a nuestros políticos la actuación que mas les interese política o económicamente hablando.

No nos podemos quejar de la nefasta gestión del ejecutivo desde que comenzó la legislatura, si el día de las elecciones nos quedamos en casa sin ir a votar. No nos podemos quejar de que un alcalde no hace nada o lo suficiente por un municipio, si no votamos al que creemos que lo hará mejor. En definitiva, que es necesario participar como ciudadanos, hacer efectivo uno de los derechos más importantes que tenemos y, que creemos que está vacío de contenido.

Este post lo escribo tras leer unos artículos que me había bajado relacionados con el Estatuto andaluz, el catalán en cuanto a participación ciudadana se refiere, ya sabéis que no corrió mejor suerte. Pero lo más preocupante, repito, es la desvinculación de los ciudadanos con sus instituciones, luego encima nos quejaremos.

21 febrero 2007

Influencias sociales.

Buenas a todos, acabo de llegar de dar una de mis vueltas, la verdad es que ya hacía bastante tiempo que no lo hacía y me he sentido limpio, fresco, contento de ser hombre –algunos no lo están- y, todo ello sin alas. Me llama la atención el que ésta actividad –pasear- esté tan mal vista por mis coetáneos o, sino lo está, lo parece. Me recorro todo León por sus zonas de paseo, bueno, León es, mas bien, una gran zona de paseo, y tengo que decir que no encuentro a ningún/a mozo/a de mi edad, ¿el motivo? no tengo ni idea, a lo mejor está mal visto, no se lleva o corresponde a personas de distinta edad. Pues me parece muy mal, que queréis que os diga, me gustaría encontrarme con mas gente que sale a pasear, charlar, disfrutar del aire libre –en la medida de lo posible considerando que estamos en una ciudad- en fin, ya sabéis. Pero no, la gente ha cambiado el paseo o el footing por meterse en un recinto cerrado a sudar, realizar una serie de ejercicios de dudosa efectividad a largo plazo en determinadas máquinas, ver, sentir, oler y, en el peor de los casos, tocar, las transpiraciones ajenas.

¡Tenias que ver que tías van al gimnasio Javi! –me dicen entusiasmados los colegas- yo me quedo mirándoles con aire contemplativo, porque se que en cierta medida ya me tienen por un tipo relativamente raro y, no digo ni esta boca es mía. Les digo que voy a ir hasta la universidad andando –que en mi caso queda en el otro extremo de la ciudad- y me responden con evasivas, indirectas o largas bien claritas. Claro, como se me ocurre andar, si es que no se como no me he dado cuenta de que no se lleva y, señores, aquí no se hace lo que uno necesita, quiere o de verdad le gusta, aquí se hace lo que está de moda, lo que marcan las tendencias sociales y ¿sino? a la hoguera de cabeza.

Ya te puede gustar la poesía de Machado, la prosa de Flaubert, la lírica de Umbral –por cierto, ayer presentó su nuevo libro “Amado siglo XX”, dice la crítica que es brillante, como “Mortal y Rosa”- o el teatro de Mihura. Ni se os ocurra coger un libro –pongamos por caso- vosotros solos, aunque os apetezca y os salga de vuestras santísimas vergüenzas- las mías lo son- y, sentaros en un banco vosotros solos a leer. Los comentarios de la gente que os vea pueden ser de lo mas variado, desde marginados sociales –¡je!ya quisieran saber que significa verdaderamente marginado social- hasta “pobrecito, nunca tuvo amigos”. No se, hacer la prueba y ya me contareis, esto es sólo una teoría y ya lo decía el famoso detective de las novelas de Arthur Conan Doyle, “es un craso error elaborar teorías antes de contar con los datos”. Así y todo, estoy convencido de que esto sería lo que iba a ocurrir.

En cambio, coger una camiseta vieja, unas mayas ajustadas que provoquen una interacción entre lo que os cuelga ahí abajo –en el caso de las mujeres, la interacción les llega desde otra parte del cuerpo situada un poco mas arriba- y os subís a una cinta en la que a pesar de correr y correr no os moveréis del sitio –a que suena ridículo-. Hombre yo en parte comprendo la postura de los que van a estos sitios. Las mujeres van a poner a caldo a sus novios, maridos o vecinos –cada una el de ella, sino ya veríamos…- y a mirar el culito del monitor gay, cachitas y con pito fashion que les ha tocado en suerte. Los hombres, pues irán a ver a las tías que van y a ponerse de buen ver para el fin de semana. Ahí esta la clave, el buen ver. Dejémonos de mamonadas. Aquí la clave no está en gustarse a uno mismo, está en gustar a los demás. Que no os engañen. Me diréis que no, que se va para bajar esa “tripita”. Mentira, si nadie hace alusión a la extraña arruga de la camisa que se forma cuando os la ponéis, vosotros estaríais tan campantes, tan a gusto y, es que es muy difícil vivir apartado de las distintas tendencias sociales, da igual lo fuerte que tengamos nuestra personalidad, lo cultivados que estemos o el grupo de amigos que tengamos. No somos mas que pequeñas marionetas que nos movemos, hablamos y vestimos según los gustos de otros.

Hay un tópico de los de toda la vida –referido a hombres, mujeres y a todo tipo de relación interpersonal- que es, “lo importante es el interior”. Bueno, a estas alturas supongo que deduciréis que no estoy de acuerdo con esto. Lo primero porque no somos capaces de ver el interior de nadie, sea hombre, mujer o mixto. Nos fiamos de las apariencias digamos lo que digamos. Sacamos nuestras propias conclusiones de cualquier persona con independencia de lo que realmente la conozcamos. Por ejemplo, ya sabéis, mas o menos, los que me leéis con cierta frecuencia, que gustos políticos tengo, para unos simplemente votaré al PP, para otros seré de derechas, los habrá que me llamarán despectivamente facha –sin saber el significado y origen de dicho término y, peor aún, sin reconocerlo, bien iríamos si cada uno reconociese su propia ignorancia, pero claro, como todo el mundo es tan listo, sabe tanto y de todo, a callar y a dejar que hable el que sabe, tirando por tierra la filosofía taoísta – a mi, me gustaría denominarme liberal-monárquico, pero como para hacer éstas egregias distinciones está el panorama político actual. El caso es que a mi me puede gustar físicamente una chica, pero claro, yo tengo una determinada idea de mujer y, ésta chica, sea guapa o no, esté o no muy buena, se tiene que ajustar a dicho tipo. Yo no puedo estar con una encantadora rubia de ojos azules con un tipazo que quita el hipo, si no tiene reparos en tirarse un sonoro pedo cuando estoy con ella, ni que hablar si encima se regocija y enorgullece del mismo, un poco de educación ¿no? Pero claro, esto son cosas que no se ven, todavía no han inventado un detector de pedorros/as y, aunque yo presuma de tener cierta psicología con el personal a primera vista, no me llega para saber si a una señorita le gusta realizar provechines anales con asiduidad, se cambia de bragas con frecuencia o, si con la pelambrera que tiene debajo del sobaco podría hacer una alfombra tupida para mi habitación. Lo que está claro es que en un caso como el descrito, repudiaría a esa joya ipso facto y la invitaría a buscar un pretendiente mas adecuado para ella echándole un vistazo a los documentales de la segunda cadena. Pero volvemos a las mismas, ¿esto se ve a primera vista?, no, no y, no. Si vemos a esta joya de lejos o por la noche, la miraremos, sonreiremos, babearemos con nuestros amigos y si podemos trataremos de encandilarla y quedar con ella, ¿Por qué? por su físico, evidentemente. En cambio, a lo mejor habéis tenido oportunidad con alguien visualmente mas modestillo y, bien porque no os guste a primera vista, o no pegue bien con vuestro tipo de amigos o simplemente, porque no le/la lleguéis a escuchar, quizá hayáis perdido una buena oportunidad.

Bueno, el tema daría no para un post sino para un libro entero, pero con esto creo que es suficiente para dejar clara mi opinión y espero leer la vuestra. Un saludo a tod@s. Si por lo menos se leyese a Espronceda en los gimnasios…

19 febrero 2007

Carnaval para trascendentales.

Hoy es lunes, pero no un lunes cualquiera. Los lunes marcan el comienzo de la semana, pero ésta, tampoco es una semana cualquiera. Un lunes cualquiera de una semana cualquiera no habría nada que contar, nada que decir, nada que vivir, nada que disfrutar, sólo nos preguntaríamos como nos iría la semana, lo cansados que nos encontramos después del fructífero o infructuoso fin de semana y, comenzaría la cuenta atrás de otra nueva semana. Una enorme rueda o ruleta que realiza su movimiento perenne, ajeno al tiempo, a la necesidad, a los distintos factores que tanto influyen en nuestras vidas. ¿Qué lleva entonces a éste lunes cualquiera, de una semana cualquiera, en éstas cualesquiera vidas, a no ser un lunes cualquiera? Pues muy sencillo, ésta semana está imbuida por el espíritu de Don Carnal, muy distinto a ese otro espíritu que inspiró la pluma de Montesquieu en uno de sus libros. Comienza la semana de los Carnavales, que darán paso a esos 40 días que en la tradición, por omisión en mi caso, denominan cuaresma, rememorando esos 40 días que el Mesías cristiano pasó en el desierto –que trascendental me noto hoy-.

Prometí hace unos días que os hablaría de los mismos y en esas estamos, y no sólo eso, dependiendo de cómo se porten la noche de hoy en la Bañeza, la de mañana en León y una hipotética y eventual noche en Astorga –si mis compromisos laborales me lo permiten- el Sábado, prometo por adelantado que éstas no serán las últimas líneas referidas al tema.

Dentro de unas horas todo será diferente. Lleva todo el día lloviendo, hace frío, el cielo no está parcialmente nublado con riesgo de precipitaciones moderadas como diría Montesdeoca, el cielo tiene un color gris denso y plomizo, que hacen presagiar el peor de los desenlaces, para colmo de males hace un viento gélido de relativa intensidad, que azota impíamente desde hace días nuestra tierra. Aun así, hoy es la noche bruja. La Bañeza se viste de fiesta, de sus fiestas más famosas y concurridas. Hoy por la noche nadie será lo que parece o, mejor dicho, por una noche, por unos instantes, por unas horas, en verdad seremos lo que parecemos No llevaremos el disfraz de la vida, ese lo llevamos continuamente y, como digo, a pesar de ser Carnaval, lo dejaremos en casa. El Carnaval es la fiesta de las apariencias, fiesta oficial, declarada, con su parcela de calendario arrendada.

La gente hoy por la noche ¿será lo que parece? o ¿parecerá lo que no es? Don Carnal extiende sus garras en forma de color y disfraz, música y alegría, realidad velada o misterio sin revelar. Hoy es Carnaval, pero ¿la vida es un carnaval?, somos lo que somos, lo que queremos, lo que podemos o lo que nos dejan. En cualquier caso, no somos, ¿o si?. Todos llevamos un antifaz de cartón mojado, lo que pasa, es que en Carnavales nos lo quitamos. Consecuencia de lo dicho. Hoy no es Carnaval, mañana no será Carnaval, no estamos en la semana de Carnavales. Los Carnavales empiezan cuando acaben los Carnavales. Nos volveremos a poner el antifaz de cartón mojado. Volveremos a ser lo que no somos y, seremos. Viviremos felices en un sin vivir. No tenemos tres días de Carnaval, sino trescientos sesenta y dos. Pensado, cogitado y expuesto lo anterior, ya no me queda valor para decir que hoy salgo de Carnaval ¿a vosotros?

Bueno, podría perderme en divagaciones fútiles el resto de la tarde, pero es que yo no soy un trascendental. Ni siquiera soy, y, para mi, hoy si es Carnaval, mañana será Carnaval y, cuando esto pase, no tendré antifaz de cartón mojado que ponerme.

Esto va a ser todo por hoy, espero que no os haya resultado plúmbeo cómo el día, me retiro, tengo que descansar, relajarme, reflexionar, para cuando me despierte poder velar por vosotros, lo sé, es dura la vida de superhéroe –mas con éste paquete- pero alguien tiene que hacerlo, dormir sosegados, hoy nada perturbará vuestros sueños, alterará vuestra tranquilidad o atormentará vuestros pensamientos, porque hoy es el día. En los albores de la Edad Media, una leyenda atemorizaba a los malvados e infundía esperanza en los corazones nobles. Un día, ciertas personas serían elegidas, se levantarían con un gran paquete y todas las chicas se volverían locas al verlos. Su pito tendría grandes poderes mágicos y sexuales y el mundo por fin podría vivir en paz. El día ha llegado, hoy se van a enterar en la Bañeza de lo que nos cuelga a mis colegas y a mi, los Calzoncillo Man han vuelto, ¡¡temblar nenas!!

17 febrero 2007

De lo que tenemos en la cabeza un Sábado por la mañana.

Buenos días a todos, acabo de dar mi repaso diario a la prensa, pero como ésta era tan aburrida, tan redundante, tan poco original, uno podría –salvo en sacos excepcionales- leer la prensa tan solo un día a la semana y saber que ha leído la prensa toda la semana, es increíble, hacer la prueba, se repiten las noticias, su plasmación por escrito, los mismos defectos o errores en su redacción…es por ello que uno en su particular escapismo –no me refiero al practicado en su día por el gran Houdini- trata de evadirse de esa tendencia yéndose a las columnas de opinión, pero ni éstas se libran de la quema, también son mas de lo mismo, hay columnistas que han dedicado verdaderos monográficos a un solo tema y, no hay quién les saque de esa cerrazón deontológica, de esa vacua retórica de efectos inanes, pero bueno, menos mal que tenemos plumas como Umbral, que parece ser que ya está mejorado de su queja prostática –digo yo que era prostática- y ha vuelto a retomar la pluma donde la dejo, con el mismo talento, con la misma clase, con su poesía hecha columna de opinión, con su lírica preciosista y punzante sobre la realidad que nos somete cotidianamente a sus designios, menos mal.

Y en tanta repetición ¿qué me puede llevar a escribiros algo distinto? ¿Algo nuevo, con sorpresa y cubierto de delicioso chocolate?, mientras escucho de fondo a Ray Charles, pues como no tenía la menor idea me fui a los distintos blogs de sexo de los periódicos, en El Mundo era muy Light para una mañana de Sábado en la que sé –porque me llega vuestro Karma- que ya estáis pensando en la noche ¿a que si? me fui a El País, el blog lo escribe una licenciada en Derecho. Interesante –me dije-, abstrusos artículos legales incardinados en el mundo del conejo y la zanahoria, con lo que eché un vistazo y allí descubrí lo que era un Bukkake, término desconocido para una persona de ingenuidad supina como yo, que sólo mira a las señoritas desde una perspectiva artística ambiental: el carretillo, el jinete poseso desbocado, mas vale teta en mano que ciento volando…en fin, que me pierdo, ¿por donde iba? ah si, un Bukkake, consiste en una práctica sexual con connotaciones de humillación, la mujer arrodillada se traga el semen de varios hombres, bueno, hasta aquí puede gustar mas o menos, total, por leer no va a pasar nada, todos tenemos asumidos que el día de mañana sólo vamos a mojar cuando ella quiera, le apetezca y, de la forma que le plazca, vamos, que si tenéis una fantasía tipo estáis untados de nata y vuestra señora está –por poner un ejemplo- viendo la tele en el salón, y llegáis al mismo condimentados de esa forma, ella os mirará al entrar, se levantará y allí mismo os la comerá –la nata- y entonces os caéis de la cama y despertáis, es vuestra mujer diciendo que tenéis que limpiar el garaje, hacer las compras y llevar a los niños a dar una vuelta antes de ir a comer a casa de vuestra amada suegra, a celebrar que por fin le han dado vez para que se quite esa enorme verruga que le salió en la punta de la nariz y, que tan nerviosos os pone cada vez que estáis de frente hablando con ella, sin poder dejar de mirarla –la verruga- con lo que en fin…por cierto, lo que mas me llamó la atención fue la reseña histórica que incorpora el post, al parecer tiene su origen en el Japón feudal donde, cuando se encontraba a una mujer siéndole infiel a su esposo –con un hombre que por la época intuyo que no podía ser el butanero- , éste la sacaba y ataba en un lugar público, y todos los aldeanos la rodeaban y eyaculaban sobre ella como castigo. Estos japoneses…a ver con que estómago vamos ahora a un japonés a comer Sushi.

Me voy a ir despidiendo, no sin antes recordaros –aunque se que no hace falta- que llegan los Carnavales, si, esa fiesta en la que tomamos una apariencia distinta, divertida, descarada…dejamos de ser nosotros mismos en nuestro aspecto y en nuestra persona por unos días, ya dejaré aquí colgado algo sobre los mismos, prometido, de momento mis colegas y yo, tenemos sobre la mesa de negociación distintas propuestas y un comodín. El año pasado íbamos a disfrazarnos de pintura de palo, con los leotardillos del color correspondiente, cuerpo de cartón y el cono bien afilado…al final, se salió de fiesta ese Sábado, se llegó tarde para ir al rastro en busca de los materiales altamente cualificados necesarios y, se salió de currante con el mono de todos los años. Este año hemos pensado que vamos a ir de Messenger, pero puede ser difícil realizar con cartón la cabeza y el cuerpo, con lo que las últimas ideas a cargo de mi ingenioso amigo Alejandro, versan sobre ir de “Calzoncilloman” una arriesgada propuesta basada en el uso de leotardos –que digo yo que qué vicio tiene éste amigo mío por ponerse unos leotardos y marcar pito ante el personal- unos calzoncillos por encima y meter en los mismos –para abultar, aunque no nos hace falta porque estamos muy bien dotados, que conste- algo de relleno, quizá sería mas propio llamarnos los “paquetoman” o “los paquetones” pero bueno, a lo mejor ya está patentado, yo por si acaso ya tengo planchado el mono, os seguiré informando, que paséis un buen Carnaval, yo lo haré, prometido. Un beso a tod@s –y para los tíos también, aunque suene gay-.

16 febrero 2007

Ya estoy de vuelta.

Muy buenas a tod@s, he vuelto, al menos por una temporada. Llevo tanto tiempo sin ponerme a ésta acrisolada actividad, que tengo que confesaros que casi no me acuerdo de cómo se hacía, así que, no os asustéis si éste primer texto de hoy lo encontráis un poco hosco, plúmbeo, desabrido, anodino y un tanto adocenado, se hará lo posible por cambiar esa tendencia a medida que le vuelva a coger el hilo. Ese hilo que usamos para cosernos un botón, un roto que no encuentra su descosido o poner el nombre correspondiente a nuestros pequeños en su babi, lo tengo que reencontrar, para darle su mas ínclito uso en estas líneas, el de encontrar el camino gracias al mismo, el camino a hacer de éstas líneas algo interesante, hilarante y que no mueva a la animadversión a quién lo lea. Este uso del hilo tiene unos cuantos años y, fue el que utilizó en su día Ariadna. Como sabréis, era la hija del rey Minos y enamorada de Teseo. Ariadna traicionó a su padre por amor y, éste amor la traicionó a ella. Antes de que Teseo se enfrentara al minotauro, le arrancó una promesa de matrimonio a cambio del secreto del laberinto, una vez logrado su objetivo, Ariadna le entregó un ovillo de hilo con un extremo atado a la entrada, el héroe lo iba desenrollando según avanzaba y, tras matar al monstruo –el famoso minotauro al que se entregaban todos los años en sacrificio siete jóvenes y siete doncellas-, siguió el hilo para salir del laberinto. Ariadna fue abandonada en el camino de regreso en la isla de Naxos. Si es que las mujeres ya se fiaban de las apariencias por entonces.

Bueno, después de éste pequeño introito para ir haciendo boca, tengo que pediros disculpas. Si, porque cuando me despedí de éste espacio, os dije que si las circunstancias lo merecían volvería para dar cuenta de las mismas y, no ha sido así. Ha habido muchas circunstancias que merecían que me hubiese pronunciado sobre ellas o, al menos, haber dejado constancia de las mismas, y por circunstancias de fuerza mayor -falta de tiempo exclusivamente dedicado al estudio, al mus y a la música- no ha podido ser así.

La principal circunstancia, evidentemente, es la vuelta de ETA a sus andadas, lo que se veía venir y era previsible, a pesar de ello, no hubo impedimento para que los terroristas volviesen a matar. ¿Que no fue dolosamente y lo que querían era asustar a la opinión pública de que estaban ahí, seguían vivos y todavía podían hacer mucho daño? Pues vale, pero eso no les exculpa ni exonera de sus responsabilidades penales, políticas y morales para el total de los ciudadanos y de nuestra justicia. Llama la atención la actitud expeditiva de nuestro gobierno en esos días, “embalando” a los muertos raudamente para su país, para que nadie los llorara, para que nadie se acordase de ellos, para que nadie alzase una sola voz contra el crimen cometido y todo fuese algo pasajero y fugaz, como una mala pesadilla que pasa y no deja secuelas reales, pero claro…cualquier cosa que se haga en éste país contra la bonhomía y buen hacer de nuestro ejecutivo es considerado de reaccionario, hipócrita, inconformista u obsoleto, y no es siempre así, desde luego.

Otra de las circunstancias a señalar es el inicio del juicio del 11-M, bueno, pues ya veremos a lo largo de estos seis meses que los expertos intuyen que como mínimo va a durar el juicio a que conclusiones precisas, claras y categóricas llegan sus magistrados, de momento ya tenemos las pautas a seguir por los letrados de la defensa, que parece ser, va a versar por negar su participación o negarse a la misma en la forma que consta en la correspondiente acusación. Y a mi, que por aquellos años en que cursaba Derecho Penal en segundo curso de carrera, me había parecido entenderle al Catedrático que como buenos abogados no debíamos negar lo evidente, o sea, que si alguien mata a otra persona con un cuchillo asestándole varias puñaladas a la víctima, y en el arma homicida se encuentran varias pruebas inculpatorias y determinativas de la participación del acusado, deberíamos buscar otras vías tendentes a una posible atenuación de la responsabilidad criminal, pero no negar hechos notorios y probados por una clarividencia perspicua y diáfana. Vamos, que los abogados de la defensa en éste juicio tan importante, en mi facultad no estudiaron, tendrán ciencia infusa puesta en sus cerebros por la propia mano de Alah –digo yo, vamos-.

A nivel deportivo, parece ser que la mano y la cabeza de Capello –a pesar de su tamaño-no son suficientes para enderezar un vestuario cargado de hipocresía, capricho y pigricia. Como consuelo, en el Barça, a pesar del maquillaje echado por los medios, el vestuario tampoco debe oler a rosas, me refiero evidentemente a antes de que se duchen, después ya es otro asunto…si es que ya se sabe, no es oro todo lo que reluce, y Etoo es mucho negro, digo, muy negro.

El nuevo ministro de justicia –Mariano Fernández Bermejo- me recuerda a los tiempos en que presidía el F.C.Barcelona Joan Gaspar, éste personaje, con todos mis respetos a su longeva carrera, da la sensación de ser mas un fan del PSOE –aunque no le peguen los coloretes en la cara y unos pomposos pompones en las manos- que un buen ministro de justicia –en potencia- aunque bueno, vamos a dar tiempo al tiempo. Da la sensación de que el PSOE ha ido apartando a sus colegas mas “centristas” y moderados y esta reajustando sus filas con personal altamente descualificado, digo descentrado, que espesito estoy hoy.

Bueno queridos lectores, lo voy a dejar por hoy. Es un placer estar de vuelta con todos vosotros, espero que sea con cierta asiduidad, un saludo a tod@s, por cierto, mucho cuidado si venís de visita a León y os da por comprar unos churros, las churreras de la tierra se gastan muy mala leche, ni se os ocurra tocar un churro –el que se come- con la mano y, decirlas que está frío, las consecuencias pueden ser terribles ;) , hasta mañana pues.