Jam Session
Política, literatura, sociedad, música
Datos personales
- Nombre: Javi
- Lugar: León, Spain
En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...
28 noviembre 2012
La verdad es que en los anaqueles de la red buscaba una
frase de alguien que no recuerdo cuya esencia hacía referencia a que su
educación terminó en el momento en que pisó la escuela. Mi natural inquietud, y
no disponer de demasiado tiempo, me llevó a una página de citas (literarias,
¿eh?). Y terminé hallando mucho más de lo que buscaba. ¿Señales del destino?
"Los buenos profesores son caros; pero los malos, lo
son todavía más."Bob Talbert
"El educador mediocre habla. El buen educador explica.
El educador superior demuestra. El gran educador inspira." William Arthur
Ward
"Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser
hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él." Immanuel
Kant
"Quiero decirles a los pedagogos que aunque no hay que
aplastar la personalidad del niño, ni ahogar su espontaneidad, no por ello hay
que renunciar a instruirlo" Nicolas Sarkozy
"La buena didáctica es aquella que deja que el
pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, sin notarlo, ir tomando
buena dirección." Enrique Tierno Galván
Y de regalo este vídeo sobre “indiomas”:
27 noviembre 2012
Impresionante asunto
Últimamente leo en muchas columnas el nombre de Moisés
asimilándolo nada menos que a Artur Mas. No me parece una comparación feliz.
Cataluña ya está en la tierra prometida. El pueblo catalán no ha sido sometido
a ninguna clase de sevicia o esclavitud encubierta por ningún tipo de ente. Aunque,
eso sí, aguante estoicamente la abultada ineptitud de sus dirigentes. La figura
de un patriarca que vela por el bienestar y seguridad de su pueblo no es
precisamente análoga a la de ningún político actual (ni dentro, ni fuera de Cataluña).
Y, pese a quien pese, nuestros dirigentes no son otra cosa que una casta
privilegiada, inmune a las estrecheces de la ciudadanía, que no desempeña
ejemplarmente el oficio por el que son remunerados.
Dicho lo anterior, se propone:
- Supresión del aforamiento especial. Nada de ser juzgados por un TSJ, o por el TS. Que sean juzgados donde todos y como todos. O sea, que para evitar el colapso de las Altas Instancias nuestra justicia, con su inefable ministro al frente, se ha vuelto a efectos prácticos irrecurrible. Y estos señores encorbatados que, en muchos casos, se expresan como un pobre hombre sin estudios ni cultura, son juzgados ante encopetados Magistrados que, sin llegar a ser algo excepcional, para más INRI, les bailan el agua. Qué poca vergüenza. Todo ello, se supone, para fortalecer las instituciones democráticas: ¿de veras? ¿No serán ellos los únicos beneficiados de tan cuestionada prerrogativa? Qué saca la ciudadanía otorgándoles ese desmesurado trato de favor, ¿hacer más patentes las diferencias?
- Presunción de culpabilidad. En derecho penal no existen las presunciones. ¿Y la famosa presunción de inocencia? Pues la famosa presunción de inocencia no es presunción en sentido estricto. Se trata de un principio constitucional. En virtud del mismo, todas las personas somos inocentes hasta que queda demostrada nuestra culpabilidad en un juicio con todas las garantías. ¿Todas las personas? Unas más que otras. Voy a cargarme nuestro inmaculado Estado de Derecho con una propuesta novedosa. Dado que el art.14 de nuestra Carta Magna establece la igualdad y no discriminación de las personas. Y que ello supone que todos debemos recibir el mismo trato ante la ley cuando nos encontramos en la misma situación. Como nuestra clase política no está en igualdad de condiciones respecto a nosotros, y tienen gracias, concesiones y potestades a tutiplén, propongo que para ellos no haya presunción de inocencia. ¿Entonces? Bueno, vale, que la tengan; pero que sea con matices. Procesalmente, quien alega prueba. Este principio se altera en ciertos casos: cuando para una parte es más dificultoso probar su alegato, cuando una parte es más débil que la otra, cuando estamos ante un colectivo especialmente frágil y vulnerable que la justicia quiere particularmente amparar, guardar, cuidar y proteger en sus loables funciones tuitivas... Pero, ¿es precisamente la clase política un colectivo indefenso? Pido, pues, humildemente, un desplazamiento de la carga de la prueba para ellos.
Bien, lo anterior parece un brindis al sol; y sin embargo, ¿hay algo
imposible?
Éxodo 14:21: “Moisés extendió su mano sobre el mar, e hizo
Jehová que el mar se retirara por medio de un recio viento oriental que sopló
toda aquella noche. Así se secó el mar y las aguas quedaron divididas. Entonces
los hijos de Israel entraron en medio del mar, en seco, y las aguas eran como
un muro a su derecha y a su izquierda”
Este pasaje, hasta la fecha susceptible de entender en clave
de metáfora, parece que tiene su base real. Un científico, llamado Carl Drews,
realizó un estudio en el que revela que la fuerza del viento, y no tanto la
vara de Moisés, sí pudo producir verdaderamente el fenómeno descrito en la Biblia. (Revista Muy Historia, número 44, página 13). ¿No es más increíble la
versión científica que la milagrosa? ¿No supera, acaso una vez más, la realidad a
la ficción? Tengamos fe, entonces: puede que todo aquello por lo que estamos
pasando sirva para situar a muchos en el lugar que verdaderamente les
corresponde.
26 noviembre 2012
Retazos
Las cartas de los siempre atentos y exigentes lectores de
periódicos:
«Por este conducto lo saludo -le dice JORGE ROBERTO GÓMEZ
SALDAÑA a Ignacio Camacho- y desde ya le digo que sus artículos son de los que
más disfruto del periódico. La calidad de los mismos me parece no buena, yo
diría que extraordinaria. Por eso mismo me quedé perplejo al comprobar que haya
escrito “sacar el dinero fuera”. Esta manera de hablar es de mucha gente, aquí
en España, como lo de entrar para adentro, subir para arriba o bajar para abajo.
Y está claro que no solo me refiero a personas que aún no han perdido el pelo
de la dehesa, también gente de la que nunca se esperaría una salida de esta
naturaleza».
A este pellizco de monja lo titularon El arte de la
redundancia. Y, la verdad, no sé si el título corresponde al amable y
puntilloso lector, o a un editorialista del periódico. En cualquier caso,
convendría aclarar que no se trata de una redundancia, sino de un pleonasmo. La
diferencia es sutil, pero hay que tenerla en cuenta. Antes de reconvenir a los
demás, por favor: reconvénganse a sí mismos.
El Juan Manuel de Prada más sentimental:
“Con algo de perrillo apaleado y algo de simpático truhán
«echao padelante», el personaje acuñado por Leblanc se metía en el bolsillo al
españolito medio, tal vez porque el españolito medio siempre ha tenido algo de
perrillo apaleado y algo de simpático truhán; y también se llevaba de calle a
la actriz protagonista, cosa que en la vida real tal vez no ocurra siempre, o
tal vez no ocurra casi nunca. Pero de sueños también se vive; y Tony Leblanc
hizo creer a varias generaciones que tal sueño era posible”.
Y, por último, este interesante dato que aportaba Eduardo San
Martín en su columna del viernes. Pueden extrapolarlo a cualquier personaje de
su entorno más cercano, pues los entresijos de la condición humana no son de aplicación sólo a nuestros
políticos más estelares, desprendidos y de mejor olfato.
“Con el subidón de la Diada aun alterándole los pulsos, Mas se presentó
en Madrid para efectuar un ejercicio de proyección. La psicología describe con
ese término el mecanismo defensivo por el que un sujeto atribuye a su oponente
las flaquezas que uno mismo padece pero se niega a aceptar.”
22 noviembre 2012
Introspección
“SI tuviera que escoger sólo una entre las lecciones que nos
brinda la Historia
yo me quedaría con ésta: El odio es el peor padre que podemos dar a nuestros
hijos. Engendra monstruos sedientos de revancha, ayunos del amor que nos
humaniza, impermeables a cualquier intento de sometimiento a la fuerza de la
razón, fanáticos de la sinrazón que encuentra su origen y su proyección en la
utilización indiscriminada de la fuerza”.
Isabel San Sebastián, Hijos del odio, en el ABC de hoy.
¿Conocemos lo que sabemos o necesitamos de algo o alguien
que nos ayude a averiguarlo? Todo el mundo parece advertir los límites de su
exigua o prolija sapiencia, porque, al fin y al cabo, supone afirmar
implícitamente que sabemos quién está detrás del semblante que nos devuelve el
espejo. Pero, seguramente, todos sucumbiríamos a un interrogatorio minucioso,
preciso, pormenorizado sobre nosotros mismos. Hasta tal punto que, en muchos
casos, no tanto las preguntas que nos formulen como las respuestas que demos nos
provocarán asombro, inquietud, miedo o una creciente irritación contra el
metomentodo que nos está poniendo en tal aprieto. Conocerse a uno mismo da
pánico. Es como asomarse a un precipicio del que desconocemos su profundidad, y
saber que, en cualquier momento, podemos caer por él. Empujados o motu proprio,
debido a esa terrible sensación o necesidad que a veces experimentamos de dar
un salto al vacío. Pero, alejándonos siquiera un momento del yo profundo,
íntimo, o inmanente, acerquémonos al yo intelectual, al yo que se preocupa por
su entorno, al yo que nos hace crecer como personas, profesionales, familiares
o ejemplares ciudadanos, al yo que cuestiona cuanto de imposición hay en la
vida. Ese yo del que, con toda seguridad, pasado el tiempo, más nos va a costar
desprendernos.
Es un verdadero placer charlar. Mantener una conversación
culta, animada, inteligente. No sólo sentir que podemos emitir una opinión
válida sobre un tema relativamente complicado, sino sentir que nos escuchan,
nos comprenden, y no digamos ya sí, además, comparten con nosotros nuestro más
que particular punto de vista. Es en esos momentos en los que, a pesar de la
que esté cayendo, nos sentiremos dichosos no sólo de existir, sino de nuestra
existencia. Y, la verdad, da igual el tema. Lo importante es el razonamiento,
la argumentación, el mayor o menor esfuerzo mental realizado para dar una opinión que esté a la altura; y que no nos haga quedar, simplemente, como
ineptos. En estas ocasiones, por extraordinario que parezca, alumbraremos
pensamientos que no sabíamos que teníamos. Y no me estoy refiriendo a la
ciencia infusa que con naturalidad y desparpajo solemnes exhiben sin pudor
cuanto lenguaraz correveidile pulula descontrolado por la villa. No. Me estoy
refiriendo a esa concatenación de felices reflexiones que con entusiasmo,
vehemencia, apasionamiento sin par realizamos en el cenit de una discusión
digna de tal nombre. Cogitaciones, muchas veces, forzadas: contra nuestra
voluntad, contra nuestra posición inicial, y a veces incluso contra nuestros
propios principios. Sintiendo que algo dentro de nosotros se mueve. Y que en eso
consiste sentirse vivo, despertar de un profundo letargo, o abrir los ojos después
de un largo tiempo con ellos completamente cerrados. ¿El resto? El resto es
morir en vida.
21 noviembre 2012
Qué país
Hoy por la mañana, mientras buscaba imágenes de nuestro ilustre y lustroso ejecutivo, di con una imagen de nuestro poderoso ministro de economía. En la muñeca, llevaba un Rolex GMT - Master II. Las siglas GMT aluden a un sistema incorporado en los relojes con doble uso horario. Muy útil para culos inquietos. Según la noticia, el reloj tenía un valor aproximado de 5.000 euros. Como se habrán imaginado, los comentarios a la misma eran previsibles: cuánta ostentación, no nos representan, con la que está cayendo y ellos exhibiendo este lujo, con lo que vale un reloj de estos comía una familia un año entero, el gobierno íntegro es un despropósito... y todo así. Pero, de repente, cual relámpago en medio de la más oscura y profunda noche, una opinión curiosa, un ser rebelde, un espíritu indómito, un verso suelto: eh, oigan, esperen un momento. ¿Dónde han dicho que puede comprarse a ese precio? Ese modelo vale, por lo menos, dos o tres mil euros más.
Moraleja: aquí el que no se consuela es porque no quiere.
20 noviembre 2012
Rutina
Tarde fría, airosa, y con una incipiente amenaza de lluvia
que no termina de concretarse. La gente coge sus paraguas por necesaria precaución;
yo a modo de bastón, con una infinita nostalgia de épocas pasadas, y que sólo
conozco por la literatura, el cine y mi ingenua imaginación. Saludo con una
sonrisa, aunque hay quien no responde ni al saludo, ni a la sonrisa. La buena
educación es un bien que cotiza al alza en nuestra querida sociedad, no me
digan. La peluquera aún no ha abierto. Según el horario, y las buenas y
cristianas costumbres, a las cinco ya debería estar esquilando testas: se
acercan las seis y nadie sabe nada de ella. Pero no pasa nada. Me la encuentro
al doblar la esquina dándole a la lengua con la quiosquera, amiga íntima con la
que sale a comprobar la calidad y el estado del ganado leonés (con alevosía y
nocturnidad, evidentemente). Me levanta la mano riendo y señala mis negros cabellos
con sus lindos deditos recordándome que ya me queda poco. La estanquera y su
marido, los bordes del barrio, en su línea. Para mí que de jóvenes no tuvieron
muchos amigos. Qué lástima que su hija esté como un queso. En el parque ya no
queda una sola hoja. Quiero decir, claro, encima de los árboles. Porque se han
caído todas al suelo, apenas se distinguen los caminos, y los operarios de
limpieza tienen la diligencia acostumbrada. Un gitanillo me pide fuego, le digo
que no con el dedo y sigo adelante. Lo dejé atrás dando voces con una dicción y
un vocabulario verdaderamente envidiables, todo indignado porque no lo había
mirado a la cara, y afirmando que a él esas cosas no se le hacen. Poco después
me repetirá la misma pregunta un nini de estos que salen en los programas de la
tele tratando de hacer entrar en razón a los profesionales de la psicología. Parece
que hoy era el día de los fumadores. Aunque me temo que defraudé bastantes
expectativas, terminé bastante encendido. En el río hacía un frío del carajo.
Pasaron corriendo un par de señoritas con uno de esos trajes que anuncia el
Decathlon, fluorescentes, calentitos, y que las aprieta tanto el culito que las
hace un figurín adorable. Oh, qué comentario tan machista me ha salido, mecachis.
Pero hay tanto perrito suelto, y hay que evitar tanta deyección por doquier,
que apenas dejan a uno disfrutar del paisaje como es debido. Cosas curiosas que
tiene esta vida, por la mañana leí en el periódico local que un turista se lanzó
al río a darse un baño y casi muere por una hipotermia. Disculpen el tono, pero
hay que estar tonto. También he leído que el Ayuntamiento piensa (aunque les
parezca increíble) aumentar los aparcamientos de pago en otras tres avenidas. Eso
está muy bien. Porque, según mis cálculos, creo que ya no podrán ampliarlo más.
Ya no quedan calles donde se pueda aparcar gratis. Ni políticos capaces de
alumbrar tan buenas y rebuscadas ideas. No me digan. Les dejo. Pues, como habrán
podido observar, la tarde ha sido de un soso insoporteibol.
19 noviembre 2012
Miserias
“Esto es la civilización del espectáculo cruda y dura,
vomitando insidia a raudales por supuesto, pero, también, hay que reconocerlo,
sometiendo al sistema a una autocrítica despiadada, implacable, mostrando la
fragilidad que esconde detrás de su aplastante poderío, y cómo las miserias y
debilidades humanas encuentran siempre la manera de enquistarse en los reductos
que parecen mejor defendidos contra ellas”.
Don Mario Vargas Llosa, un respeto oigan.
¿Puede la corrupción afectar a un proceso electoral? ¿Lo ha
hecho antes? ¿Y en unas elecciones como las catalanas? ¿Tiene la gente asumido
que todos los políticos son corruptos? De ser así, ¿es la normalidad sancionable
por el ciudadano? ¿Pueden los políticos que no cumplen la ley exigirla? ¿Con qué
legitimidad? ¿Tiene derecho alguien mediocre a pasar a los libros de Historia?
¿Por qué los políticos asumen implícitamente que con su voto los ciudadanos
apoyan todos sus actos? ¿Piensan en el
bienestar e interés general o sólo en el suyo? Ideario nacionalista: ¿Si no
están con nosotros están contra nosotros? ¿Es viable Cataluña sin España? ¿Y
España sin Cataluña?
Se va a cumplir un año con don Mariano de presidente. ¿Está
hoy peor España que cuando gobernaba el PSOE? ¿Hay más parados? ¿Hay más
impuestos y son más gravosos? ¿Hay peores prestaciones sociales? ¿Están educación,
sanidad y justicia, entre otras, mejor que nunca? ¿Tiene el ciudadano más y
mejores expectativas? ¿Se nos respeta y valora más en el exterior? ¿Nos están
creciendo chinches en el interior? ¿Qué pintamos en Europa? ¿Apoya su
electorado firme y decididamente todas y cada una de las políticas que se están
llevando a cabo? ¿Es el actual gobierno el más capacitado de todos los
posibles? Se han hecho muchas cosas en un año, tantas que parece que ha pasado
una auténtica eternidad; pero ¿hasta cuándo van a seguir aplicando medidas tan excepcionales
a esta situación tan excepcional?
Y eso que aún recuerdo a Rubalcaba afirmando que no iban a
hacer nada. Pues menos mal, hombre. Menos mal.
Ahora bien, siempre le quedará un consuelo a la derecha: la
que está liando Zapatero.
16 noviembre 2012
Qué desagradable es ver y escuchar a un ...(*)
Dicen que la experiencia es un grado. Y que es la mejor garantía de desempeñar con holgura un oficio. A los años de dedicación prácticamente absoluta, que llevan aparejados una natural profundización en la pericia requerida para realizar los quehaceres habituales, se suma un conocimiento profundo de la gente con la que se comparte mesa y mantel: los colegas de gremio. Compartir profesión debería ser un punto de unión: mismas inquietudes, similar modo de ver la vida (en su sentido más filosófico), un pragmatismo común a la hora de entender, afrontar y solucionar un inoportuno problema que se presente… por no hablar de la similitud de emolumentos, con lo que eso une por estos pagos. Por esa razón, me asombra ver, en vivo y en directo, ese mal llamado envidia. Cuando se comparten ámbitos y hábitos, lo suyo es que el que menos sabe tome nota. Cuando yo empecé en la música me pateaba todos los conciertos, todas las verbenas, y asistía a todas las actuaciones que podía. ¿El objetivo? Quedarme con determinados tumbaos y otros arreglos, aprender a tocar con gusto (además de con técnica), averiguar qué conclusiones prácticas y teóricas había sacado ese músico que llevaba años subido encima de un escenario. Del mismo modo, en el mundo jurídico, me gusta escuchar y leer a todo aquel que por tiempo y por diablo viene de vuelta ya hace mucho tiempo. Me parece que no es meramente una cuestión de personalidad. Sino de sentido común. Uno no puede ser un recién llegado y dárselas de entendido. En ningún campo. Ayer noche, en el programa de debate de la uno, contemplé con perplejidad y algo parecido al asco la actitud provocativa e inmadura de un periodista de Interviú respecto a otro que escribe en el Plural.com. El joven no era exactamente un novato. Pero, por lo que demostró, poco tenía que aportar a la mesa, y absolutamente nada a quien era objeto de sus chanzas. El periodista de más edad, que en un principio mostró cierto asombro, encajó todos los golpes con auténtica elegancia, no entró al trapo en ningún momento, y se dedicó con la soltura que otorga la experiencia a ganarse a la mesa y a quienes la componían haciendo su trabajo de un modo verdaderamente impecable. ¡Cuánto tengo que aprender! En la misma tesitura yo le habría llamado bobo indocumentado. Como mínimo (y tal vez habría cambiado bobo por intonso o beocio, para que lo buscase en el diccionario).
(*) Adjetivo sustituido por puntos suspensivos para una mejora del paisaje digital y para la noble pretensión de edulcorar expresiones que, si bien obedecen a un arrebato de pasión, quedarán inexorablemente devaluadas en cuanto a su contenido lingüístico, semántico y descriptivo original.
(*) Adjetivo sustituido por puntos suspensivos para una mejora del paisaje digital y para la noble pretensión de edulcorar expresiones que, si bien obedecen a un arrebato de pasión, quedarán inexorablemente devaluadas en cuanto a su contenido lingüístico, semántico y descriptivo original.
15 noviembre 2012
Por hoy vale
Entre lo cenizo que está el día, y la indolencia que me produce hablar de los políticos y su política, casi no encuentro qué colgar. Por fortuna, basta con entrar en Youtube, teclear arte y, sin duda alguna, hallarán algo que ver, aunque lo demandado y lo ofertado no siempre coincidan. Y aunque se confunda el adjetivo original con el mucho más espectacular impresionante. Y aunque la musiquilla que le ponen de fondo al asunto, a modo de BSO, sea mejorable. Y sí: aunque a cualquier cosa la llamen arte.
14 noviembre 2012
14N
El ruido, el tumulto, la alegre algarabía, la ordenada
protesta, la información sesgada, la perseverante coacción, la solemne
reivindicación, el resultado inane… aunque convengamos que todo ello guarda
sobrada justificación, coincidirán conmigo en que no hace precisamente adorable
el paisaje. Parece que una huelga general desprovista de su atrezzo quedaría en
algo así como una reunión de nonagenarias decepcionadas con la escasa dulzura de
las pastas del té. El profundo malestar de una sociedad al borde de un ataque
de nervios no se ve representado por una pandilla de alborotadores cuyo
desaliño externo no inspira pizca de confianza. Claro que, aquello que venimos
identificando con el pueblo, tampoco pone los ojos en blanco y entra en
profundo y místico trance cuando contempla los paniaguados políticos que
deberían tratar de representarnos, sosegar nuestros ánimos y solucionar
nuestros problemas. Máxime cuando es a cargo del erario. Por el contrario, unos
anhelan el retorno de las viejas subvenciones, y otros la reputación y el honor
perdidos. Ambos colectivos deberían ser parte en la solución; pero no es así, y
la desafección comienza a ser enorme. Y lo que más duele y perturba su
inmerecido descanso: manifiestamente palpable. La ciudadanía se queja porque no
están al nivel, porque no han contactado con la auténtica calle, y porque sólo
les preocupa su posición en este conglomerado que se está viniendo abajo al
grito de aquí el que no corre vuela. Volverán, si es que alguna vez se han ido,
la picaresca, el embeleco, y hasta el simpático cuentacuentos. Y, por
desgracia, no hará falta volver la vista atrás para averiguar que todas
nuestras miserias nos acompañan.
13 noviembre 2012
A Anay S.S.
Me falta mucha, mucha cultura, para acercarme a tal altura; sin embargo, no carezco de cierta osadía, porque te llamo amiga mía...
Mi felicitación por el alumbramiento. Y mi perdón, por tanto silencio (y haberlo roto sin mejorarlo).
He tenido la suerte de encontrar el vídeo en esta página amiga, a ella les remito.
12 noviembre 2012
Luna
Acordeonistas varios; mujeres pidiendo a la entrada de los supermercados; hombres con letreros que se han quedado sin trabajo, sin dinero y sin dignidad; una persona, en una conocida calle del centro, realiza pompas de jabón gigantes; otro hombre, con una guitarra y una harmónica, emula a B.B.King; una madre, con su pequeño retoño, de rasgos andinos, mira implorante a los indiferentes transeúntes que pasan a su lado portando bolsas, hablando despreocupadamente por el móvil y haciendo caso omiso de cuanto ocurre poco más allá de su minúsculo ombligo; a las salidas de los centros comerciales pequeños grupos de personas acechan la mínima oportunidad que les brinda la tarde para no volver a casa con las manos totalmente vacías; en los aparcamientos más concurridos se ofrecen para cuidarte el coche, para buscarte el mejor sitio y hasta para ofrecerte un surtido de kleenex; incluso hay quienes te abordan mirándote tan profunda y fijamente a los ojos que no te queda otro remedio que darles algo de dinero o huir corriendo más por propia vergüenza que por una migaja de miedo...
10 noviembre 2012
Saturno
Metáfora del Antiguo Testamento (sin demasiado rigor en cuanto al orden): Ilúvatar creo a los Ainur (Dios y sus ángeles); después, creo Eä (la tierra); a continuación, a los elfos y a los hombres (Adán y Eva); después, como Eä estaba vacía, ordenó, cual director de orquesta, interpretar bellas melodías a sus primeros vástagos; de estas composiciones primigenias surgió la madre naturaleza, encarnada en los Valar, aquellos de los Ainur que, en vez de quedarse con Ilúvatar, contemplando su creación desde la alturas, como meros espectadores, decidieron implicarse, poner orden en la creación y descender a Eä. Pero como no puede existir el día sin la noche, ni el bien sin el mal, en ese ying yang perpetuo que nos acompaña, nunca mejor dicho, desde la noche de los tiempos, uno de los Ainur tuvo que salir malo, envidioso, desobediente y extremadamente ambicioso. Su nombre fue Melkor, o Morgoth (pueden identificarlo con el demonio, el diablo, satanás, lucifer, el ángel caído), que era el más inteligente, el más bello y el más fuerte de sus hermanos. Condiciones que lo volvieron soberbio, pecado que lo apartó de la senda correcta. Fue el primer señor oscuro. Su servidor más poderoso, al que todos conocerán por la saga llevada al cine y protagonizada por el pequeño Frodo, se llamaba Sauron, o el nigromante: el del anillo único de poder, que sometía a los tres anillos de los elfos, los siete de los enanos y los nueve de los hombres...
El libro se titula el Silmarillion. Y narra la Primera Edad (El señor de los anillos narra la Tercera). Leyéndolo se comprende cómo empezó todo su universo. El señor de los anillos me atrapó hace unos diez años. El hobbit, debido a su inminente estreno, hace unas semanas. Y el libro del que les hablo lo comencé ayer. Mientras abordaba las primeras líneas no pude evitar hacer la comparación bíblica, pues era demasiado obscena. No obstante, y antes de que el lector avezado me descubra que los magos, los dragones, las aventuras en busca de recónditos tesoros y las criaturas de los bosques son cosas de muchachos barbilampiños, diré, que las dotes narradoras de Tolkien son notables, que su capacidad para captar la atención del lector a lo largo de toda la obra tiene difícil parangón, que profundiza con acierto experto en la caracterización psicológica de sus personajes, y que hay un fondo filosófico verdaderamente extraordinario que subyace entre sus líneas esperando ser rescatado por ojos que, además de mirar, tengan la capacidad de ver. Y además de con lo bíblico, juega con los mitos británicos más queridos por todos nosotros: Gandalf o Mithrandir (Merlín), Isuldur y sus descendientes (Arturo y sus caballeros), en busca de un anillo, un tesoro, los silmarils (el grial y su búsqueda, como metáfora de la vida y el camino de esfuerzo, bonhomía y perfección que debemos recorrer para llegar plenos a nuestro destino, y, como diría el doctor Samuel Johnson, no abandonar la vida tal y como llegamos a ella, empeño que consiguen no pocos, lo cual, desde el punto de vista de la condición humana, es motivo de profunda tristeza).
09 noviembre 2012
Venus
Un vendedor de pata negra: educado, sonriente, no excesivamente pesado, y con la impagable facultad de saber cuando tiene que callarse. Es molesto pasear por la calle y escuchar la música de los coches conducidos por jovencitos a un volumen ensordecedor, pero resulta además ridículo cuando el vehículo en cuestión no está equipado con un audio de calidad y el sonido sale bastante distorsionado: puestos a chinchar al personal, por favor, háganlo con estilo. Uno se deja barba una semana y no lo conocen casi ni en su casa. ¿Estética o funcionalidad? los políticos lo tienen extraordinariamente claro. Hay tantos negocios "bajando la persiana" que es inevitable preguntarse qué país va a quedar, o qué va a quedar del país, cuando todo esto acabe (si es que acaba). En una librería ojeo lo nuevo de Juan Manuel de Prada: el XL Semanal nos descubre que el título es un verso del cara al sol, pero a mí me fascina el enorme parecido de gran parte de su argumento con la archiconocida "El talento de MR Ripley". ¡Oh! Sigue tan atractiva como siempre: cuantas veces me la habré imaginado vestida de ángel. Hay quien vende caro sus saludos: ¿timidez o demasiado ego? Y al llegar a casa y poner las noticias: una mujer que iba a ser desahuciada se tira al vacío desde su casa, van a despedir a 4.500 personas en Iberia, Artur Mas sigue con sus delirios (¿no se le habrá pasado por la cabeza reivindicar quemándose a lo bonzo?, digo)...
08 noviembre 2012
Júpiter
JB, vista a menos, las curvas de Berenice, armas dactilares, un Omega para la ocasión, la edad no pasa en vano, un malo de chiste, el que tuvo retuvo, M, Q, cloacas, metros, ¿melodrama o acción?, el peor enemigo tiene el conocimiento y la cercanía del mejor amigo, parece que la nostalgia es de débiles, para optar al futuro romper con el pasado que explica el presente, ¿más vale tarde que nunca?, me quedo con MP.
07 noviembre 2012
Mercurio
Optimismo:
1. Sensación experimentada por el lector de periódicos cuando gobernaba Zapatero y (h)ojeaba el diario El País.
2. Sensación experimentada por el lector de periódicos, ahora que gobierna Rajoy, cuando se asoma a las páginas del ABC.
El DRAE habla de propensión, término ampuloso y rimbombante donde los haya, aunque ya saben cómo son nuestros académicos. Y mi antigua profesora de Lengua y literatura, me habría hecho notar, sin la sensibilidad, el tacto y la delicadeza convenientes, que no me van a poner una calle en mi pueblo por mi destreza definitoria. Pero si de algo le sirven a uno sus estudios y sus lecturas, menos da una piedra, es para llegar a la siguiente conclusión: da igual que unos digan que el vaso está medio lleno, y, otros, que está medio vacío. La verdad es que se trata del mismo vaso. Y, se mire por donde se mire, tiene lo mismo dentro.
--------------------------------------
Ya que estamos con el diccionario. En León cuatro de cada tres personas (no es fallo aritmético) presume de cazurro. Yo mismo, cuando salgo de fiesta y conozco alguna señorita de otra ciudad, me jacto de tal condición. Aquí entendemos el vocablo como sinónimo de terco, obstinado, cabezota. Es decir, tengamos o no razón, apelamos al espíritu del barco de Chanquete. ¡Tenemos nuestros principios! Y si a alguien no le gustan, ¡que se jo...robe!
Como comprenderán, ello es motivo de gran orgullo. Cuál no sería mi sorpresa, cuando en uno de estos plúmbeos días de Otoño, me dio por investigar qué pone el ínclito cuerpo léxico al respecto, y me encuentro, así de corrido, con torpe, malicioso, basto, corto de entendederas...
¡Teniendo a varios leoneses (sí, unos más que otros) ocupando los mullidos sillones! Y a todo un Cervantes que sale de paseo por las calles leonesas a la hora del chato, con gran aplomo y no menos solemnidad, a saludar con sus lindas manitas cuando le gritan con modales exquisitos: ¡maestro! ¡maestro!
Sabiendo que aquí no leen su poesía ni quienes la recomiendan (sobre todo esos, claro).
06 noviembre 2012
Marte
La helada ha sido fuerte. El café caliente recompone cuerpo y mente. La prensa preocupada de elecciones foráneas, de tragedias caseras, y de la escasa envergadura de nuestros políticos ante los retos que se les presentan. España y su clima: aquí se habla, se opina, se legisla, se piensa, se actúa, e incluso se vive en caliente. Aunque el termómetro no levante de cero. Me refugio en Egipto, su historia milenaria, y la enorme influencia que su sugerente cultura ha tenido en la nuestra. Pero qué importa. Somos, fundamentalmente, hijos de la filosofía griega, el derecho romano y la ética judeocristiana. Al conjunto, creo, se la ha venido llamando Europa. En un contexto en el que más que nunca deberíamos llamarnos ciudadanos del mundo, vuelve inopinadamente el valor del terruño. La frontera, mejor, si es perceptible a un palmo de nuestras napias. Lo que nos une y nos separa definido, cuantitativa y cualitativamente, por nuestros representantes. Miedo me da(n).