Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Nombre:
Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

28 mayo 2009

Los otros


Pasó la final de la Copa de Europa, ese gran acontecimiento futbolístico del año. Y lo hizo a los diez minutos de su comienzo. Pues no hubo atisbo de ingleses el resto del encuentro. Ganar este torneo en un año en el que no hay Mundial, ni Eurocopa, y en el que se ha hablado tan poco de la copa Cataluña da para llenar muchas portadas de muy variados periódicos, no me digan. Siendo el triunfo, entiendo y así lo comparto, un logro español: mal que a algunos les pese. En el palco, que es el segundo lugar a mirar en un partido de fútbol, pudieron verse rostros por todos conocidos: estaba, por ejemplo, don José Montilla: el hombre del Califato, sonriente, feliz, hay quien asegura que su catalán mejora día a día; el señor Joan Laporta, abogado, y presidente del club que anoche consiguió el triplete histórico, con su carita de chico bien, chico o sea, chico para todo; el Rey, don Juan Carlos I, que fue y cumplió, sabiendo, como sabemos, que es del Real Madrid desde los tiempos en que su abuelo, Alfonso XIII, otorgase la dignidad de Real al equipo blanco; y estaba, last but not least, el jefe del señor Jaime Lissavetzky, del que depende directamente el alumbramiento de los mejores deportistas en nuestro país, que la Diosa fortuna acompañe a nuestros equipos en las dispares competiciones y, cuya necesaria presencia, como la de los legendarios reyes en las batallas medievales, infunde temor y un profundo respeto en todos nuestros rivales: como saben, responde al nombre de José Luis Rodríguez Zapatero. Y por ahí andaba, igualmente, ese hombre que quería poner en las calles de Italia a tantos soldados como mujeres hermosas: aunque como tengo dicho, no estamos precisamente para señalar.

27 mayo 2009

Lean, si gustan, reposadamente el correo que les cuelgo ahí abajo. Me lo manda un buen amigo, (excelente profesor de informática, por cierto: lo escribe y asegura un antiguo alumno), del que cabe suponer que cogite sosegadamente todos los días sobre la clase de tropa que nos gobierna. Algunas cifras y cargos están sin actualizar. Pero el panorama, lejos de haber mejorado, ha aflorado con más vigor si cabe nuestras vergüenzas. Así nos va.

Correspondencia/ Fernando Sainz-Ezquerra

Indecente:


· Indecente, es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado 3.996 pudiendo llegar con dietas y otras prebendas a 6.500 €/mes;
· Indecente, es que un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera;
· Indecente es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca, (siempre por unanimidad, por supuesto y al inicio de la legislatura);
· Indecente es comparar la jubilación de un diputado y el de una viuda;
· Indecente, es que un ciudadano tenga que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados les baste con siete y los miembros del gobierno para cobrar la pensión máxima solo necesiten jurar el cargo;
· Indecente es que los diputados sean los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF;
· Indecente es colocar en la administración miles de asesores, amigotes con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados; o liberados con sueldo de partidos y sindicatos....
· Indecente es el millonario gasto en mediocres TV autonómicas creadas al servicio de la pervivencia en el trono de políticos más mediocres;
· Indecente es el ingente dinero destinado a sostener los partidos aprobado por los mismos políticos que viven de ellos;
· Indecente es que a un político no se le exija superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (y no digamos intelectual o cultural);
· Indecente es el coste que representan a los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes siempre en gran clase y tarjetas de crédito por doquier;.
· Indecente es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año;
· Indecente es que sus señorías cuando cesan en el cargo tengan un colchón del 80% del sueldo durante 18 meses;
· Indecente es que ex ministros, ex secretarios de estado y altos cargos de la política cuando cesan son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del erario público;
· Indecente es que se utilice a los medios de comunicación para transmitir a la sociedad que los funcionarios solo representan un coste para el bolsillo de los ciudadanos.
· Indecente es que nos oculten sus privilegios mientras vuelven a la sociedad contra quienes de verdad les sirven.

. Indecente es que siempre se arregle España y sus presupuestos, con el sueldo de los funcionarios, mientras hablan de política social y derechos sociales.


Top Ten de España 10 políticos. A pelo y sin dietas (que también pueden vivir de ellas):

1. Presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla 164.043,54 euros
2. Presidente de la Diputación de Barcelona, Celestino Corbacho 144. 200 euros
3. Alcalde de Barcelona, Jordi Hereu 117.398 euros
4. Presidente de la Diputación de Lleida, Jaume Gilabert 108.220 euros
5. Alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón 100.743 euros
6. Presidente País Vasco, Juan José Ibarretxe 99.574 euros
7. Presidente de la Diputación de Vizcaya, José Luis Bilbao 99.540 euros
8. Presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre 98.700 euros
9. Presidente de la Diputación de Girona, Enric Vilert 98.000 euros
10. Presidente de la Diputación de Palencia, Enrique Martín 97.339 euros


Alcaldes mejor pagados del país:


1..- Barcelona : Jordi Hereu 117.398 euros
2.- Madrid - Alberto Ruiz Gallardón 100.743 euros
3. Bilbao - Iñaki Azcuna 92.873 euros
4. Zaragoza - Juan alberto Belloch 92.414 euros
5. Valladolid - Francico Javier León de la Riva 91.000 euros
6. Valencia - Ritá Barberá 90.296 euros
7 .Castellón - Alberto Fabra 88.000 euros
8. Vitoria - Patxi Lazcoz 85.570 euros
9. Oviedo - Gabino de Lorenzo 84.588 euros
10. Tenerife - Miguel Zerolo 84.445 euros
11. San Seba stián - Odón Elorza 82.091 euros
12. Huelva - Pedro Rodríguez 81.014 euros
13. Lleida - Ángel Ros 80..645 euros
14. Málaga - Francisco de la Torre 77.678 euros
15. Badajoz - Miguel Ángel Celdrán 73.500 euros
16. Santander - Iñigo de la Serna 72.416 euros
17. Alicante - Luis Diaz Alpieri 72.000 euros
18. Murcia - Miguel Ángel Cámara 72.000 euros
19.Ourense - Francisco Rodríguez 72.000 euros
20. Almería - Luis R. Rodríguez Comendador 71.005 euros
21. Salamanca - Julián Lanzarote 70.872 euros
22. Las Palmas - Jerónimo Saavedra 68.148 euros
23. Cuenca - Francisco Javier Pulido 68.000 euros
24. A Coruña - Javier Losada 66.942 euros
25. Burgos - Juan Carlos Aparicio 66.942 euros
26. Cádiz - Teofila Martínez 66.942 euros
27. Guadalajara - Antonio Román 66.492 euros
28. Ciudad Real - Rosa Romero 66.476 euros
29. Granada - José Torres 65.977 euros
30. Zamora - Rosa Baldeón 64.950 euros
31. Sevilla - Alfredo Sánchez Monteseirín 64.450 euros
32. Albacete - Manuel Pérez 63.434 euros
33. Córdoba - Rosa Aguilar 63.260 euros
34. León - Francisco Fernández 63.206 euros
35. Lugo - José López Orozco 63.000 euros
36. Palma de Mallorca - Aina Calvo 62.356 euros
37. Pamplona - Yolanda Barcina 61.982 euros
38. Girona - Anna Pagans 60.924 euros
39..Segovia - Pedro Arahuetes 60. 824 euros
40. Toledo - Emiliano García 60.389 euros
41. Cáceres - María Carmen Heras 60.200 euros
42. Pontevedra - Miguel Ángel Fernández 60.000 euros
43. Soria - Carlos Martínez 60.000 euros
44. Jaén - Carmen Purificación Peñalver 59.044 euros
45. Logroño - Tomás Santos 58.000 euros
46. Ávila - Miguel Ángel García 58.000 euros
47. Huesca - Fernando Elboj 48.688 euros
48. Teruel - Miguel Ferrer 47.000 euros
49.Palencia - Heliodoro Gallego 45.057 euros
50. Tarragona - Joseph Félix Ballesteros 33.264 euros


Presidentes de comunidades autónomas (salario anual) :


1. José Montilla - Cataluña 164.043,54 euros
2.-. Juan José Ibarretxe - País Vasco 99.574 euros
3. Esperanza Aguirre - Madrid 98.700 euros
4. Marcelino Iglesias - Aragón 87.000 euros
5. Emilio Pérez Touriño - Galicia 83.374 euros
6. Paulino Rivero - Canarias 79.963 euros
7. Manuel Chaves - Andalucía 78.791 euros
8. Juan Vicente Herrera- Castilla y León 78.791 euros
9. José María Barreda - Castilla La-Mancha 78.791 euros
10. José Luis Valcárcel - Murcia 78.791 euros
11. Miguel Sanz - Navarra 78.227,94 euros
12. Francisco Camps - C. Valenciana 77.988,24 euros
13. Francesc Antich - Baleares 70.657,86 euros
14. Miguel Ángel Revilla - Cantabria 68.666 euros
15. Vicente álvarez Areces - Asturias 68.002 euros
16. Pedro Sanz - La Rioja 63.376,32 euros
17. Guillermo Fernández Vara - Extremadura 54.244,56 euros

Presidente de las diputaciones provinciales (salario anual) :


1. Barcelona - Celestino Corbacho 144.200 euros
2. Lleida - Jaume Gilabert 108.220 euros
3. Vizcaya - José Luis Bilbao 99.540 euros
4. Girona - Enric Vilert 98.000 euros
5. Palencia - Enrique Martín 97.339 euros
6. Álava - Xabier Aguirre 92.596 euros
7. Castellón - Carlos Fabra 92.400 euros
8. Tarragona - Josep Poblet 92.000 euros
9. Málaga - Salvador Pendón 89.000 euros
10. Teruel - Antonio Arrufat 85.000 euros
11. Ávila - Agustín González 83. 521 euros
12. Toledo - José Manuel Tofiño 82.908 euros
13. Gran Canaria - José Miguel Pérez 81.538 euros
14. León - Isabel Carrasco 80.920 euros
15.. Almería - Juan Carlos Usero 79.660 euros
16. Zaragoza - Javier Lambán 78.000 euros
17. Valencia - Alfonso Rus 77.988 euros
18. Pontevedra - Rafael Louzán 77.988 euros
19. Coruña - Jesús Salvador Fernández 77.988 euros
20. Salamanca - Isabel Jiménez 77. 591 euros
21. Tenerife - Ricardo Melchior 76.968 euros
22. Cádiz - Francisco González 76.000 euros
23. Lanzarote - Manuela Armas 75.995 euros
24. Ciudad Real - Nemesio De Lara 72.991 euros
25. Segovia - Javier Santamaría 72.568 euros
26. Ourense - José Luis Baltar 72.408 euros
27. Alicante - José Joaquín Ripoll 72.061 euros
28. Valladolid - Ramiro F. Ruiz 70.000 euros
29. Fuerteventura - Mario Cabrera 69.566 euros
30. Albacete - Pedro Antonio Ruiz 68.600 euros
31. Cáceres - Juan Andrés Tovar 68.236 euros
32. Badajoz - Valentín Cortés 68.236 euros
33. Cuenca - Juan Manuel Ávila 68.002 euros
34. Mallorca - Francina Armengol 68.000 euros
35. Huelva - Petronila Guerrero 67.490 euros
36. Ibiza - Xico Tarrés 66.000 euros
37.Jaén - Felipe López 66.000 euros
38. Soria - Efrén Martínez 63.639 euros
39. Menorca - Joana Barceló 63.100 euros
40.Granada - Antonio Martínez 62.493 euros
41. Zamora - Fernando Martínez 61.734 euros
42. Córdoba - Francisco Pulido 61.336 euros
43. Burgos - Vicente Orden 59. 990 euros
44. Guadalajara - María Antonia Pérez 59.336 euros
45. Sevilla - Fernando Rodríguez 51.936 euro

26 mayo 2009

El paseo de la tarde tranquilo, monótono, exiguo. Al salir del portal, como si el sol me diese en la cara, una joven. Una joven con unos pechos descomunales, como cántaros ambos. No suelo fijarme; ustedes saben que soy, o lo parezco, todo un caballero. Pero la naturaleza me fascina, y determinados elementos de la naturaleza femenina me obnubilan casi por completo. Sobre todo en esta época del año, tan calurosa ella. Apenas un par de manzanas andadas, me encuentro con Sagrario. Esta mujer está casada con Dios, como se decía antes. Y lleva muchos, muchísimos años. Así que le debe de ir estupendamente. Hoy día, los matrimonios ya no duran tanto. En mi pueblo aseguran que las jóvenas (tan queridas por Arcadi Espada) ya no aguantan nada. Pero yo creo que la gente se da cuenta bastante antes de que no es oro todo lo que reluce. Además, hay otra cosa. Y es que como en casa, con el padre y la madre de uno, no se está en ningún sitio. Sagrario, qué maja, aún me recordaba. Me dijo que ya era un muchacho guapo cuando aún era un muchacho. Pero qué mujer. Cuántas tardes, ¡no saben ustedes cuántas!, me dejaba castigado con ella y otra docena de buenos ejemplares de chavales (todos masculinos, claro). Daba clase de historia. Y en aquel entonces, he de reconocer, la asignatura tenía efectos soporíferos sobre mi tierna naturaleza. Ya lo decía Francisco Umbral: la Historia se explica muy mal, y luego la gente se mete en empresariales y esas cosas. Como profesora era una mujer exigente, seria; en clase jamás mostró su sonrisa; pero fuera de ella, siempre resultaba encantadora. Incluso en la misa de los domingos, sepan que hubo un tiempo en que frecuentaba dicha ceremonia, nos amonestaba cariñosa como una madre cuando comulgábamos dos o tres veces y, don Julián, el provecto párroco del barrio, no se daba cuenta o hacía como que no se la daba. Mientras hablaba con ella recordaba todas estas cosas, y me dio cierta pena tener la certeza de que sólo se es un chavalín una vez en la vida. Continué mi paseo, corto, como esas prendas que las señoritas de ahora llaman falda, sabiendo que sólo se trata de un cinto. Un muchacho joven, espabilado, con cara de diablillo pasó trotando junto a mí. Casi le atropella un coche. El conductor tuvo la santa paciencia de bajarse del coche y aleccionar al joven. El chico se había quedado pálido, con esa cara que se le debe de quedar al marido cuando encuentra a su santa con las manos en la masa del vecino. Pero minutos después volvía a pasar brincando al lado mío. Qué poco duran las lecciones de la vida cuando uno es joven. El resto del paseo como muy soso. Un señor, paseaba con su señora y su señor perro. No sabría decir a cual de los dos tenía más cariño. Una mujer corría, bueno, hacía lo que podía, dentro de un chándal por lo menos tres tallas por debajo de lo que la correspondería. Sufría tremendamente, la prenda. Y el paseo terminó, y con él mi relato; si quieren algo más, se tendrán que esperar un buen rato.


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La ilustración de la blogosfera. Don Ignacio Camacho, abre blog. Abrir un blog, es como abrir un pedacito de uno. El propósito siempre es dar fundamentos, sólidos argumentos a una temática determinada. Pero un blog no es una columna. No tiene sus límites, su forma, su precisión. Un blog sólo es una criatura; pero hay que alimentarla de una manera determinada, no come del mismo modo. Y un buen día, uno termina dándose cuenta de que forma parte de su vida.

25 mayo 2009


Verdaderamente, hay cosas en esta vida que no dejan de sorprenderle a uno. No sé si llegará el día en que la gente saldrá a la calle como sale de la ducha. Pero una vez mostrado el camino, no deja de haber quien lo anda. Al abrir esta tarde la edición digital de El Mundo me he encontrado con esta foto y una pregunta, obvia, por otra parte, en el aire: ¿moda o broma? El asunto se está dando en Japón, y yo ya estoy contando los días y las horas que tardará en trasladarse a España. A mí, personalmente, no me parece mal. He visto cosas, y casos peores. Me gusta mucho menos, por ejemplo, el vestuario con el que nos daña los ojos, y la sensibilidad, nuestra querida María Teresa Fernández de la Vega. Y nadie dice nada. Si al menos tuviese un semblante más jocoso, cuya imagen, inevitablemente, contagiase de alegría a esas pobres almas y esos pobres espíritus que, en esta época de grandes penurias, asola nuestros campos y ciudades…



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Este improvisado decálogo que dice tanto, por si hiciera falta, de Alejandro Gándara.



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Llego al pueblo con mi padre, siempre tan a mano. Tras su marcha soledad, que es silencio, paz, armonía, algunos lo llaman tranquilidad. Recorro la casa casi a oscuras, y casi a solas. En un pueblo pequeño, en realidad, nunca se está solo. Deslizo la mano suavemente por el pasamanos de la escalera; es suave, liso, nada desagradable y recuerdo, fugazmente, el sedoso tacto que presentan algunas mujeres. Me encanta. Oscurece, se hace tarde. Muchos poetas nos han dejado escrito que la vida y los días no siempre caminan al unísono, pero cómo lo parece. Bajo las persianas. El hombre siempre anhela la luz del sol, la luz del día que es cuando hay esperanza, cuando hay vida. Enciendo las otras luces, éstas dependientes de la voluntad humana: tan poco valiosas. Pongo música, sonido nada estridente. Y cierro los ojos y pienso y entonces sueño despierto: el viejo Santana da a su guitarra algo más que un sonido propio, característico, inconfundible. En el pasado hubo hombres que vendieron su alma al diablo, y muchas mujeres también hicieron lo mismo: Santana cerró la transacción con su guitarra. El ángel caído envidia, desde entonces. Y no es el único.

22 mayo 2009

No hay temporada en los últimos años que en el grupo no decidamos montar un tema en teoría ya desfasado, caducado, casi inconsumible. Y sin embargo, he de decir, que termina siendo aceptado por el público como si se tratase de una verdadera novedad. Lo entiendo, desde luego, desde el punto de vista del público más joven, cuyos inexperimentados oídos aún no han acumulado suficiente cultura musical; y, por esa razón, escuchan la horrible música que escuchan, musicalmente sencillísima, simple, como infantil que está formada, en el mejor de los casos, por un par de acordes y por un bombo y un bajo repetitivo, cansino, asfixiante que sigue ronroneando, cual gatito mimosón, todavía mucho después de haber desvinculado y deshabituado a los oídos de semejante tortura. Lo que no comprendo, o no del todo, es como ese “efecto novedad” se deja ver en gente adulta, con el culo ya muy pelado de verbenas y músicos verbeneros; que tienen, por cierto, mucho más glamour que los putones del mismo apellido. Y lo escribo como lo siento, créanme.

Este año le ha tocado el turno a un tema original de Los módulos, Todo tiene su fin, que a mí siempre me había parecido precioso, bello. Y que ya hace algunos años había versionado el grupo Medina Azahara, perdiendo el tema todo atisbo de melancolía, que es como se llama en la música a la decencia. Pero como también la versionó El barrio, y como al cantante de mi querido grupo le encanta, y le pega, el flamenco que no vean, decidimos montar su versión, que no es del todo mala, y que les cuelgo aquí abajo, por si no la habían escuchado, deseándoles, de paso, que pasen un buen fin de semana.


19 mayo 2009

Leyendo a Saramago, con el placer acostumbrado, me encuentro con un testimonio sobrecogedor de las múltiples posibilidades que ofrece la naturaleza humana cuando de infligir el mal a sus iguales se refiere. La misma naturaleza ignominiosa de siempre, por supuesto. Como si el tiempo, civilizador de lo asilvestrado, docente del analfabetismo, inmisericorde y democrático con el alma de todos los hombres no hubiera sido capaz de poner un mínimo de orden en la conducta humana, a veces tan alejada de su definición natural. Resultando extraordinariamente paradójico que el ser humano, capaz de razonar profundas cuestiones filosóficas, crear maravillosas obras de arte o escribir profundos poemas capaces de estremecer a los seres más impíos, sea capaz de albergar por igual la iniquidad más absoluta y abyecta y degradante a que puede llegar su especie.

Un servidor, que tiene por gusto literario preferente empaparse de buenos ensayos o novelas históricas, porque entiende que la historia es el espejo en el que necesariamente hay que mirarse para afrontar, sin temor al yerro, el futuro, se queda paralizado, afligido y como asustado cuando lee determinados relatos. Casos que uno no encontraría en tratados de ajusticiamiento medieval, en que al ladrón se le cortaban las manos y al violador se le amputaban los genitales; o en textos romanos, mucho después de superar el talión (el ojo por ojo), en los que se da cuenta de como el pater familis de un muchacho revoltoso que había causado grandes daños a las propiedades de fundos vecinos, si no podía resarcir a los perjudicados, no tenía más remedio que entregar al muchacho a sus acreedores para que le diesen muerte y lo cortasen en pedacitos que serían repartidos entre los mismos, alicuotamente, según los daños que la criatura hubiese provocado; o, más cercano en el tiempo, los cruentos experimentos de castración química a que eran sometidos miles de prisioneros judíos en los campos de concentración y de exterminio nazi…

Pasados los años, e incluso los siglos, tenemos lo siguiente: un comerciante afgano pierde una carga por valor de 4.000 euros. Y un jeque árabe, cual moderno inquisidor, y como castigo a la negligencia de su empleado, realiza una serie ininterrumpida de sevicias hasta el punto de dar muerte al desdichado. Torturas que, al parecer, se recogieron en un video de 45 minutos de duración. Lo cuenta así, el Nobel portugués: “La grabación del video, de 45 minutos, muestra a un hombre de chilaba blanca golpeando los testículos de la víctima con un aguijón eléctrico, de esos que se usan para arrear al ganado, que después le introdujo en el ano. A continuación le vertió sobre los testículos el contenido de un encendedor y le prendió fuego, echando luego sal sobre la carne quemada. Para rematar, atropella varias veces al desgraciado con un coche todo terreno. En el video se pueden oír los huesos partiéndose. Como se ve, un simple capítulo más de la ilimitada crueldad humana”. Y como ven, no hay palabras.

Estaré en el pueblín hasta el viernes (estudiando, como siempre). Así que no podré colgarles nada hasta entonces. Tengo la intención de escribir de lunes a viernes. He vuelto, por si no lo habían notado.

Gracias por leerme. Y pasen una buena semana.

18 mayo 2009


Gobierno de España. Publicitar humo de pajas, variados brindis al sol, políticas ciertamente inanes, gestos vacuos tan cargados de pragmático simbolismo en su influencia en el pensamiento ciudadano como fútiles en su evaluación real, abundancia de fotos oportunista-electorales y si fuera menester, llegado el caso, a nosotros ni nos miren que esto ya estaba así cuando hemos llegado.

Desde que en el año 2004 el marido de Sonsoles se instalase en La Moncloa, los españoles no sé si somos más felices, pero sin ninguna duda estamos mucho mejor informados. Sabemos, por ejemplo, las muchas y muy buenas cosas que papa Estado hace, como es natural, por su prole; que el presidente siempre está preocupado por nosotros; que sus habituales escapaditas a los parques naturales son necesarias, supongo, para inculcar a las clases progres de nuevo cuño un ideal de vida a seguir, con un estilo marcado propio y diferenciado del pijoterío facha que se debe de practicar dominicalmente en los numerosos campos de golf de las cities; que la antañona y denostada moral católica ha sido sustituida, por lo bajini, por una retahíla de principios contemporáneos y rimbombantes para hacer frente a esa necesidad vital de vivir de las apariencias. Y que, en fin, la deontología humana ha sido delimitada por unos mojones que separan lo correcto, lo genuino y lo verdadero, de lo falso, lo vituperable y lo incorrecto desde un punto de vista social, democrático y moderno: y hasta donde yo alcanzo, nadie sabe quién ha dotado a estos hombres y hombras de esa necesaria sabiduría para realizar tales designios.

Sin embargo, saber venderse también tiene un precio, oigan. Un precio que puede y debe destinarse a otras cosas. Porque si no se puede llegar a la conclusión, nada disparatada, de que en los tiempos que corren, buenos cada vez para menos cosas, no es políticamente correcto hacer lo que verdaderamente es correcto pudiendo hacer, como se hace, todo lo contrario.

La vida es cuestión de ejemplos. Tómenlos. O déjenlos.

15 mayo 2009

Nunca antes tuve gafas. Pero alrededor de cuarto de carrera, un buen día, en concreto un buen domingo, descubrí sin atisbo de alborozo que o bien en el partido del plus se jugaba al fútbol sin pelota, lo cual no dejaba de resultar verdaderamente extraordinario para una mente despierta, ágil, curiosa y asaz inquieta como la mía, o bien, y esto me resultaba casi trágico, algo le estaba ocurriendo a mi vista. Como podrán imaginar, ustedes que piensan, me pasaba esto último. Pero soy genética y socialmente cabezota, oigan. Y seguí una temporada, no muy larga, sin acudir al facultativo que con absoluta seguridad me prescribiría la utilización de gafitas, que es como hipocorísticamente me refiero a mis anteojos: esos eternos provocadores de una ineluctable sensación de vista y vida artificial. Seguramente sabrán que referirse hipocorísticamente a un objeto reviste a éste de cierto glamour. Piensen, por ejemplo, en lo que ocurre con determinadas prendas de ropa interior femenina, y el lujo jamás soñado que de un modo automático alcanzan tras su pronunciación. No me digan. Pero continúo. Pues creo que es de persona juiciosa llegar a la conclusión de que habrán notado que al tocar determinados temas, todos ellos de suma importancia, mi cabeza y lo que abunda dentro de ella se disparan cual escopeta sin presa. Y van ustedes a pensar que a saber de qué tengo yo llena la cabeza. O peor aún, a saber de qué tengo yo lleno el armario. En esa temporada, decía, seguí observando, de un modo muy borroso, claro, que tampoco era capaz de distinguir con claridad el rostro de una persona conocida que pasase por la acera de enfrente. Esto puede no resultar sorprendente para quien vive en una gran ciudad, cuyo ancho de sus avenidas se corresponde aproximadamente con el largo de las del lugar donde yo vivo. Pero como digo, en León, por lo menos, es casi una gran pena. Acudí, pues, con mi acostumbrada parsimonia al oculista, y su dictamen fue desdichadamente inapelable: “usted, tiene miopía juvenil”. Cuando lo escuché me sentí, durante un fugaz lapso de tiempo, muy contento. Espeté al profesional de los ojetes, y, por Dios, no me malinterpreten la expresión, que si eso de la miopía juvenil se pasaba con la edad. Y el oculista, en tono mitad paternalista mitad socarrón, me respondió que claro que no. Que con la edad entraba, y en mí, ya se quedaba. ¡Angustiado!, entonces me hallé. Pues como ustedes comprenderán uno no es más que un joven inmaduro, superficial y algo coqueto. Con lo que puedo asegurarles que nunca me puse las gafas en esos años. Y las llamadas dioptrías, palabra que, por cierto, ya viene de fábrica con un sonido hórrido, siguieron creciendo cual pequeñuelo a dieta de danoninos. Hasta el punto de que la semana pasada no había en mí certidumbre acerca de nada de lo que me rodeaba. No es que no viese las imágenes del televisor de plasma en el salón, uno de los dos niños de los ojos de mi padre (el otro es el coche), sino que ni siquiera veía el aparato. Con lo que, esta vez sí, me fui preocupado al especialista. Especialista que quedo perplejo cuando le dije que iba caminando por la vida, sin pausa pero sin prisa, y además, sin gafas.

Pero perplejo es un eufemismo, claro: realmente, quedo acojonado.

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14 mayo 2009

Ayer, en el Cara a cara de Antonio San José, Jaime Mayor Oreja aportó un punto de vista, a mi juicio, bastante interesante. Exponía que cada vez era menos importante el propio debate sobre el estado de la nación; y que lo era mucho más, en cambio, el debate previo y posterior que ofrecían con denuedo Alatristano los medios de uno y otro signo.

Yo estoy completamente de acuerdo, oigan. Pienso que el historiador de mañana tendrá que realizar un esfuerzo verdaderamente ímprobo, extraordinario, para tratar de reescribir con un mínimo de rigurosidad y objetividad la sobreescrita historia que, con notable inverecundia, y cada mañana, nos imponen tantos y tantos periodistas de algo más que dudosa profesionalidad. Dejando en muchísimas ocasiones los hechos a un lado, y asegurando, cual que el sol luce por las mañanas, que el fundamento de sus opiniones no tiene un ápice de base ficticia.

La vida: esa novela por escribir.


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José María Albert de Paco ha vuelto. De Paco, ese hombre osado. En su último post aseguraba haber quedado, haciendo un guiño a la realidad-ficción que tanto le interesa, con una mujer guapa pero inteligente. ¡Guapa pero inteligente! Soy todo admiración. Si por una de esas raras casualidades que se dan en la vida yo ya no sólo insinuase dicha posibilidad, que en tantas ocasiones me ha atacado impíamente las neuronas con nocturnidad (hoy día desaparecida como agravante penal) y alevosía, sino que me diese por plasmarla por escrito, sería un hombre con un total y absoluto desprecio por su vida (social y física). Por tanto, con gran dolor de mi alma, no insinúo, no sugiero y, desde luego, no muestro.

13 mayo 2009


Cuando observamos que el día no está claro, porque quizá nunca lo haya estado. Cuando se han abierto los ojos por vez primera, y por vez primera comienza ese entendimiento hasta el momento silente, apagado, como inexistente. Cuando la emoción de nuestro interior no tiene cabida en una simple y pasajera expresión de nuestro rostro, espejo cotidiano de nuestra vida. Cuando lo que era o creíamos grande se hace, contra todo pronóstico, muy, muy pequeño, chiquito, casi minúsculo. Cuando lo diminuto, en cambio, se vuelve enorme. Cuando sentimos que somos polvo del desierto, y no sabemos dónde encontrará reposo nuestro espíritu. Cuando sentimos que no llegamos, que no vemos y jamás alcanzamos. Cuando escuchamos, de un modo nítido y preciso, voces de quien nunca habla. Cuando lloramos: en nuestra cara se ha dibujado la desolación, el desamparo, la eterna soledad insaciable del hombre que ha sido abandonado. Cuando no nos sentimos queridos, y es totalmente probable que nunca lleguemos a sentirnos amados. Cuando no comprendemos el lenguaje del mundo, inmenso, inconmensurable. Cuando no nos paramos a contemplar nuestra fingida ignorancia sobre lo que somos, porque nuestro ser también es fingido, vapor que empaña nuestro destino. Cuando no podemos sacar nuestras propias conclusiones, y las importamos, creyendo hacer un negocio verdaderamente extraordinario. Cuando no somos capaces de reír, y notamos, que hay algo dentro de nosotros que se pierde tal vez para siempre. Cuando vemos que el pozo, inexorablemente, se seca; y entonces recordamos… que de él nunca hemos bebido.

08 mayo 2009

Manolo Quijano regresa. Y lo hace, además, con nombre de mujer. Y con un sabor nuevo, pegadizo, con texturas de soul y música negra. Aunque ya me tenía sobre aviso Julián, que trabaja con el artista, me he enterado a través de Facebook: esa agrupación virtual de familiares, amigos, conocidos y compañeros ciertamente dipsómanos y verbeneros una parte significativa de todos ellos. Si, como asegura algún medio informativo, realmente utilizan este tipo de redes determinados empresarios para ver el perfil y el tipo de persona que en realidad tienen contratado: vamos muy finos todos; y yo el primero, claro. En fin…les dejo con el nuevo tema de Quijano:

06 mayo 2009

05 mayo 2009

Llevaba dos días ciertamente extrañado debido a que el maestro Ignacio Camacho, durante los mismos, no había dibujado su elegante e inteligente raya diaria en el agua. Y me invadió un vacío triste e inefable. El mismo que sentí cuando dejé de leer cada mañana el periódico El Mundo, comenzando siempre por su contraportada, cuando feneció Francisco Umbral. No sabía el motivo. Pero sin duda debía haber pasado algo. Algo grave. Y hoy lo explicó él mismo, con su incomparable literatura. Debe de ser verdaderamente terrible ver apagarse la vida de quien te la ha dado. A pesar de la inapelabilidad de las leyes de la vida. Que como saben, no siempre son justas.

Y en la mañana de hoy, más hechos luctuosos en la vida de nuestros más queridos columnistas. Leyendo a Arcadi Espada, me he enterado del reciente fallecimiento del marido de Rosa Montero. Tanto Ignacio como Rosa han rendido tributo a sus seres queridos del modo que mejor podían y sabían hacerlo: escribiendo; trabajando. Tratando de diluir ese dolor punzante que sin duda les atacaba en cada golpe de tecla que utilizaron para cincelar sus dos columnas, bellas y profundas.

Mis sinceras condolencias para ambos.

03 mayo 2009

La primavera es una época verdaderamente deliciosa, adorable, fascinante. Azota inmisericorde y democráticamente a todo tipo de cráneos. Y sobre todo a los masculinos, claro. Sin embargo, tengo que confesar que al mío, el cual da la ligera impresión de verse afectado por esta bella estación durante todo el año, y durante toda la vida, esta vez no. Aunque en cualquier caso, y de algún modo, yo siempre tengo alterada la sangre y lo que no es la sangre. Sé que ustedes lo notan, lo perciben y quizá hasta lo adoren. Ahora bien, lo que me parece extraordinario y realmente fabuloso es que la época de la Reina Gramínea se haya atrevido, osadía conspicua, a manosear a Eduard Punset. Sinceramente, tenía la firme convicción de que a este hombre no lo sobaba nadie. Y ahora va y se frota él mismo: “La persona a la que querías como novio ha dejado de hacerte caso porque ha salido con otra más guapa que tú. En lugar de sumirte en la tristeza y el resquemor infundado, ¿por qué no analizas el descubrimiento cien veces comprobado de que los más guapos lo tienen más fácil a la hora de encontrar trabajo y como amantes? De entrada, es cierto, lo tienen más fácil. Pero tú, que eres algo menos agraciada que la amiga de tu novio, tienes una ventaja enorme sobre ella: las enfermedades sufridas por tus antepasados afectaron tu metabolismo dejando unas huellas que aumentaron por encima del promedio el nivel de fluctuaciones asimétricas en tu rostro y tu cuerpo. A pesar de ello, tus predecesores y tú misma salisteis adelante. A tu competidora más agraciada le falta probarlo”.

Bien está, que diría el eximio Arcadi Espada. A partir de ahora ya no podremos, o allá nos las tengamos con nuestra conciencia, echarle la culpa de todo al reflejo que nos devuelve el espejo cada mañana. O a ese manido y filosófico axioma, tan socorrido, en el que aseguramos que todas, sin excepción alguna, son un poco casquivanas. O todos, sin eximentes, albergan en su interior un macho de la cabra. Si no he entendido mal, y seguramente lo habré entendido rematadamente mal, el feo es un ser genética y evolutivamente experimentado. Un superviviente con un incremento impresionante de fluctuaciones asimétricas en su rostro (y luego se quejan del lenguaje poético). Un bicho. Un bicho afortunado, claro.


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Ignacio Camacho. En su final de columna del primero de Mayo: “Si gobernase la derecha, hoy habría barricadas en las calles”. Cómo lo sabe. Pero también que gobierna, en cambio, la izquierda. Y que la izquierda no habla: vende; y que no hacen: publican; y que dicen digo: y hacen diego. Y a la gente convencen, vaya. Y engañan. Aunque a mí no. Entiéndanme.

Al respecto, en el programa La brujula, de Onda Cero, recordaban esa misma tarde unas palabras pronunciadas por el señor Corbacho: “no llegaremos a los cuatro millones de parados”, aseguraba en un pasado no muy remoto. Sin embargo, ustedes ya saben. Al igual que los periodistas. Y por esa razón, preguntaron al caballero a qué fue debido su fallido pronóstico. Aún no he dicho que es un hombre de izquierdas, ¿verdad? Pues lo digo, entonces. Y procedió. Procedió como debía. Siguiendo el manido libro de estilo. Exonerándose de toda culpa. Pues los hay malandrines, que decía Alexandre Dumas. Y dijo algo así como: “nuestro equipo económico, con los datos macroeconómicos que manejaba, estimó un resultado que posteriormente no se produjo”. Hay que fuck yourself (copyright, mi doña y admiradísima Rosa Belmonte). Nos encontramos ante un visionario del pasado: esa rara y particular especie. Lástima que no sea el único.



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Cuartango, la vida y su literatura. Pequeñas cosas que ayudan a vivir, a soñar, a disfrutar. A entender lo simple, obviando lo abstruso. A complacernos con nuestras pertenencias, nuestros logros. Aquel que dijo que no es más feliz quien más tiene sino quien menos desea fue un hombre sin duda afortunado. Vivir sin deseos, o sea, sin la esperanza de conseguirlos sería vaciar de contenido la vida de miles, millones de seres pendientes de la incertidumbre que provoca la espera, el modo más común de vivir. De vivir desesperado.



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Se ha dicho siempre que detrás de un gran hombre, hay una gran mujer. Pero hasta ahora nadie nos había dicho, o señalado, lo que había detrás de éstas.


Aquí tienen dos buenos ejemplos.




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Don Juan Manuel de Prada, la semana pasada, nos dejó una acertada definición de lo que viene siendo (loqueismos a mí) un niño, o al menos la esencia que el egregio escritor recuerda de dicho concepto: “hacerse como niños significa no conformarse con nada y quererlo todo; pero significa también –y al mismo tiempo– conformarse con cualquier cosa y no querer nada”. Algunas personas adultas todavía arrastran esta enfermedad, desde sus años tiernos como bizcochos. Si las ven, no duden en ponerse en contacto con ellas. Hay muchas posibilidades de que contemplen la auténtica cara de la felicidad. Ese rostro que un día olvidamos. Abandonado.




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Eduardo San Martín, ese seductor: “cuando un seductor/seductora nos abruma a piropos y halaga nuestra vanidad hasta el empalago, una de dos: o está locamente enamorado de nosotros o aprovecha esa sesión de hipnosis amorosa para sacarnos algo a cambio de tanta lisonja y de predicar nuestras virtudes por el mundo”. Aunque pienso que es un seductor como un servidor. De los primeros. Detesto el halago fácil: darlo y recibirlo. Y si lo doy, profiriendo un ditirambo de índole intelectual, relacionado con la belleza de un ser femenino o con la extraordinaria habilidad de una persona en un determinado oficio, será, exclusivamente, porque tengo la firme convicción de que por la otra parte hay un total merecimiento. De pocas cosas más, en esta vida, puedo estar seguro.




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Y casi se me olvida: feliz día de la madre a todas las madres. Las más guapas. Las más bellas. Las más inteligentes. Las más empáticas. Las más psicólogas. Las mejores profesoras. Las mejores economistas. Las mejores médicos…


Pasen un buen día. Y gracias por leerme.