Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

31 enero 2008

José Bono sobre José María Aznar: "...ahora nos viene con las gafitas y ese aire de sabio distraido y melenudo...". Es meridiano: nadie es poeta en su tierra; algunos, ni fuera de ella.

30 enero 2008

Lean este artículo de Julia Navarro. Antes de proponer una alianza de civilizaciones se deberían haber sentado unas mínimas bases democráticas con los interlocutores ¿no?; ¿cómo es posible pretender comprensión, aun mínima, con estos principios anacrónicos de por medio? Pasarse la Convención de los Derechos Humanos por el forro de las gónadas tiene estas cosas, y aliarse con obcecados y débiles mentales, también. Parece mentira. Las religiones deberían contribuir al diálogo, a la tolerancia y al respeto por las creencias ajenas, en vez de inducir al fanatismo irracional, infructuoso y mortífero que estamos viendo a diario -en el caso islámico; si me permiten generalizar para el caso de Ahmadineyad, en concreto-. En el diálogo es preciso un mínimo de aceptación y respeto por la postura de la otra parte, sin esta base, tratar de convencer -si es que se intenta- es tarea inútil.

Más preocupante aún es la incongruencia: aquéllo que se anhela para el exterior (alianza) ni se menciona de puertas adentro (consenso). La intangibilidad del pensamiento socialista se ha quebrado, y, lo que es peor, parcialmente.

2008.




2007.


2006.


29 enero 2008

He encontrado esta maravilla en Youtube; se trata del saxofonista de jazz latino, Paquito d´Rivera, y Michel Camilo al piano. Qué genialidad. Qué prodigio. Qué virtuosismo. Debería estar prohibido tocar así, roza la indecencia. Inmoral para la envidia del músico, más presumido cuanto peor es. La decadencia de las abuelas, sin duda.


Breve apunte sobre moda.

La imaginación reñida con la estética. ¿A quién le puede gustar estas sandalias romanas?; a parte de a "las patricias y a sus patricios", claro. La moda de pasarela cara y poco cercana. Da la impresión de que lo único que realmente nos llega son los colores y sus distintas tonalidades, determinados cortes, algún complemento. Ninguna prenda en concreto, o eso creo. Además, lo poco que llega no cala en el hombre; vista éste de sport o de apariencia más formal, con ropa amplia o ceñida, según los canones ortodoxos o, más bien, con una estética innovadora y transgresora. Si acaso, sólo influye el peinado, y poco. Parece que ya no se ven tantos hombres con sus melenas al viento, compitiendo en reclamo con las tradicionales portadoras del cabello largo. Problemas de alopecia, sin duda. Por cierto, ¿ustedes han visto a algún hombre acudir al peluquero con una revista, pidiéndole el peinado de un actor determinado?; en cambio, hay algunas... yo ni me atrevería: qué dirían en mi barrio, en clase, en el pueblo... sobre todo, qué diría mi padre, quien me peinaba cuando era pequeño como a Joselito y, para más inri, me quedé con el peinado. Modas a mí...en fin, creo que necesito una temporada de sol y playa, el estudio me está afectando.

28 enero 2008

Como cada lunes:

Va camino de tradición. Si nos sobrase no lo valoraríamos tanto. Yo, hasta lo mendigo; no me da para tirar el mes. Y será de lo poco que nuestros falaces políticos no incluyan en sus programas.

27 enero 2008

"La literatura, entonces, sirve para dar respuestas, como aspiraba Wittgenstein encontrar en la filosofía. La lectura, por obvia derivación, es una búsqueda de respuestas, que se agudiza con la edad". Adolfo García Ortega.

A pesar de no estar en el día de los Santos Inocentes, vean esto y esto.

25 enero 2008

Consejillos para el bolsillo -o para lo que quieran-.

La vida es un elenco de complicaciones. Hasta las cosas en apariencia más simples tienen un proceso lógico y determinado innegociable, intransigente, insufrible. Es necesario pasar por distintos estadios, para llegar a ese claro en el bosque de nuestra personalidad en el que nos volvemos juiciosos, ecuánimes, prudentes; en una palabra: maduros. Cuando uno es o se hace -que dirían Sartre o Beauvoir- maduro: ve las cosas con otro prisma, afronta los problemas con cierto temple, saborea la vida, a fin de cuentas. Una de las claves para saber si una persona es o no madura, consiste en averiguar si es ducha o no en el arte de doblar camisetas. Fenómeno complejo y delicado donde los haya. Se requiere delicadeza, pericia, práctica, infinita maña. Y, aun así, no hay certeza de llegar a un resultado satisfactorio para ambas partes: usted (caballero) y su madre, esposa, novia, amiga con derecho a roce, amiga de mírame y no me toques...(todas éstas forman la otra parte que, como habrán observado, es infinitamente amplia). Menos mal que, gracias a las nuevas tecnologías, he encontrado un vídeo que puede ayudarnos a alcanzar ese estado de plenitud vital:





Supongo que mis lectores más sagaces habrán caído en la cuenta de que no sólo de camisetas vive el hombre. También necesitamos comer; y dormir, desahogarnos en el partido del Domingo con gente que tiene por costumbre mear de pie, y alguna otra cosa que omito por decoro, pudor y seguridad (por si me lee alguna amiga, vamos). Hoy día, cada vez es más frecuente encontrarse con hombres a los que se les da cocinar de fábula. Un servidor, a pesar de la edad, pertenece a esa antigua estirpe de hombres hechos y derechos que lo mismo planchan un huevo que fríen una camisa. En una ocasión comenté lo habilidoso que era en la cocina a una amiga, ella me miraba entre escéptica y divertida, e incluso me aconsejó que empezara por la pasta: "viertes agua en una olla, dejas que hierva, echas los macarrones y ya está..."; ante mi silencio, añadió preocupada: "no eches todos, crecen". Pero también aquí, he encontrado otro vídeo que puede solucionar mis problemas y los de algún otro. Ahí va:



Mañana es Sábado (escribo en la madrugada del Viernes), estaré todo el día en el pueblo y no sé si llegaré a tiempo para colgar algo; con lo que buen fin de semana, pásenlo bien y gracias, como siempre aunque no lo diga, por leerme.

“El prior Godwyn, como miembro del tribunal eclesiástico, juzgó a Gilbert de Hereford, lo declaró culpable y lo condenó a la pena impuesta a los ladrones de iglesias: desollamiento en vida. Le arrancarían la piel a tiras, mientras permaneciera en estado consciente, y moriría desangrado…” (pág:599).

“…se oyó el tañido de la campana de la catedral, y los cuatro se pusieron en pie y salieron de la sala.
El reo se encontraba en el exterior, en el ala oeste de la iglesia. Estaba desnudo, y fuertemente atado de pies y manos a una tabla rectangular de madera semejante a un quicial. Un centenar o más de habitantes de la ciudad esperaban para ver la ejecución. Los hermanos y las monjas de jerarquía inferior no habían sido invitados; no se consideraba apropiado que presenciaran una carnicería.
El verdugo era Will Tanner…llevaba un pulcro mandil de lona. Se encontraba de pie junto a una pequeña mesa sobre la que había dispuesto sus cuchillos. Estaba afilando uno de ellos con una mola, y el chirrido de la cuchilla al chocar con el granito hizo estremecer a Godwyn.
El prior pronunció varias oraciones, que finalizó con un ruego improvisado en inglés para que la muerte del ladrón sirviera a Dios como ejemplo disuasorio contra la comisión del mismo pecado por parte de otros hombres. Acto seguido hizo una señal de asentimiento a Will Tanner.
El verdugo se situó detrás del ladrón amarrado. Agarró una cuchilla de punta afilada y la ensartó en el centro de la nuca de Gilbert, a continuación descendió con ella en línea recta por la espalda hasta la base de la columna vertebral. Gilbert rugió de dolor, y la sangre manó a borbotones por el corte. Will hizo un nuevo tajo en los hombros del reo y dibujó una letra te.
Entonces cambió de cuchillo y escogió uno de hoja alargada y delgada. La clavó con cuidado justo en el punto de intersección entre ambos cortes, y tiró de la piel por una esquina. Gilbert emitió un nuevo alarido. Después, asiendo la esquina de pellejo entre los dedos de la mano izquierda, Will empezó a desollarle la espalda a Gilbert con mucha parsimonia.
El condenado soltó un berrido animal…
Will trabajaba con premura; su afilado cuchillo se hundía en la grasa subcutánea hasta dejar a la vista los músculos estriados de debajo. La sangre manaba en abundancia, y el verdugo se detenía cada pocos segundos para enjugarse las manos en el mandil. Gilbert gritaba con creciente agonía a cada tajo que le daban. La piel de la espalda no tardó en quedarle colgando en dos anchas tiras.
El verdugo se arrodillo en el suelo, las rodillas se le empaparon con un dedo de sangre, y empezó a trabajar en las piernas del reo…
Will prosiguió su labor con actitud flemática, indiferente al hecho de que su víctima siguiera consciente o no, hasta que toda la piel de la espalda, los brazos y las piernas quedó desprendida. A continuación dio la vuelta para colocarse frente al reo. Hizo un corte alrededor de tobillos y muñecas, y los desolló para que la piel quedara colgando de los hombros y caderas de la víctima. Ascendió hasta la pelvis, y Godwyn se dio cuenta de que iba a intentar arrancar el pellejo de una sola pieza. Pronto no quedo más piel pegada al músculo que la de la cabeza.
Gilbert todavía respiraba.
Will realizó una serie de precisas incisiones en torno al cráneo. Después dejó los cuchillos y se limpió las manos una vez más. Por último agarró la piel de Gilbert por los hombros y tiró con fuerza de ella hacia arriba. Rostro y cuero cabelludo se desgarraron de la cabeza, aunque siguieron adheridos al resto del cuerpo.
El verdugo levantó el ensangrentado pellejo de Gilbert en el aire, como un trofeo de caza, y la multitud lo jaleó" (pag:605-606).

24 enero 2008

Ver a dos mujeres medianamente inteligentes discutir, es un verdadero placer. Mucho mayor, que el provocado por dos hombres en la misma tesitura. Realmente, la distancia entre sexos y su pensamiento es grande, quizá enorme. Cuando la discusión versa sobre política, las diferencias se ven aún con mayor claridad. En la confrontación dialéctica masculina, el objeto serán ordinariamente las ideas; la disparidad de pensamiento en un asunto determinado. En cambio, cuando los contendientes sean femeninos, la disputa será algo personal; no se atacará un argumento más de lo que se ataque a la portadora del mismo. Un placer, como les decía; además, televisado. El tema era delicado y de total actualidad, dado el debate proporcionado por la prensa, los políticos y los recientes acontecimientos: el aborto. Señalaba Juan Manuel de Prada en un artículo hace tiempo, que resultaba curioso como se podía estar a favor del aborto y, en cambio, en contra de la pena de muerte. Antinomia insoslayable, en su opinión. Ni que decir tiene, el debate entre las dos féminas discurrió por otros derroteros. Siempre pisándose la una a la otra para deleite del público masculino. Yo estaba disfrutando, mucho más, que si hubieran puesto a ambas en una piscina de barro y se hubiesen enzarzado en una riña con tirones de pelo y revolcones incluidos; mi morbosa, y calenturienta, imaginación, fue mucho más allá, y no pude evitar imaginarme a ambas con un mandil friendo unas croquetas; lo siento de veras, pero, me deleite con la visión. Aun así, lo peor estaba por llegar; Dios quiera que nunca caiga en la cama de una bióloga, aunque ya saben ustedes que, de noche, todos los gatos son pardos. Una mujer, al igual que el hombre, puede buscar sólo placer en una relación; algunas, buscarán hacer realidad sus sueños y todas esas milongas, como la protagonista del nuevo culebrón de Telecinco: Sin tetas no hay paraiso -me han dicho-; otras, serán de aquí te pillo aquí te mato -para mí, éstas son un mito-; pero una bióloga, abran los ojos y agudicen los oídos, buscará sólo, y exclusivamente, el cigoto; el hombre no importará tanto como su simiente. Queridos congéneres: tengan cuidado con lo que siembran y donde lo hacen, nunca se sabe lo cargada que puede venir la cosecha. Miedo me da.

23 enero 2008

El estudio en sí, depara pocos placeres. Suele producir, frecuentemente, jaqueca, sofoco y desasosiego; un terrible desasosiego. Ahora bien, no todo son nubes oscuras, aguas turbias o climas tempestuosos; no hay desiertos sin oasis, aunque, desgraciadamente, tampoco sin espejismos. Uno de esos pequeños, casi minúsculos, placeres, es el proporcionado por el café; en mi casa, es considerado un elemento sagrado, y, cuando hay tertulia, además, de creciente interés didáctico-pedagógico. Así pues, vengo de saborear el mismo en toda su esencia, con auténtica lujuria. He sorprendido a mi familia con una receta de café que aprendí de mi amigo Oscar en Mallorca: el barraquito. He buscado información aquí, aquí y en otros sitios; pero, no hay consenso unánime sobre su exacta elaboración. Yo, simplemente, lo he tomado con leche condensada, café solo, licor 43 y un poco de canela; es incompleto, pero puede valer, y a mí me ha sabido a roscas. Háganme caso y pruébenlo, inefable gozo gustativo.

La plasmación de las distancias largas. Y su evocación. Nada que no sepan.

22 enero 2008


Existe una extraña teoría acerca del parecido de los dueños y sus mascotas entre sí. El hecho, sin duda, es inquietante. No tanto por el aspecto físico, como por el comportamiento de ambos colectivos. Tiene cierta lógica que al escoger un animalillo de compañía, la persona, se decante por el que le recuerda a alguien en concreto: un familiar, un amigo, la vecina del quinto, él mismo…en muchas ocasiones, la adquisición hace olvidar el recuerdo, o incluso lo mejora.


El problema, radica en quienes prefieren estas criaturillas a los hijos. Olvidándose, hasta de la satisfacción de engendrarlos; quizás, la única satisfacción que den, ¡y por adelantado!

"Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre sin ninguno de sus defectos". Epitafio de Lord Byron para su perro. Hombre, hombre.

21 enero 2008

Correspondencias/ anónimo (el desenlace).

Lo de porlar tranquilo, a mi me han porlado y es que te meten en un sitio cerrado, y dos tias o tios, depende de el sexo(si eres tio pues dos tias y si no al reves); te meten en un sitio cerrado y comienzan a sobarte y a decirte que te quites la ropa y te toquetean hasta un cierto punto (sin pasarse) y cuando ya no quieres mas o ya estas en bolas, pues te dicen: "por la señal de la santa cruz…" y ya está, por eso se dice porlar; no es nada de que te quedas en bolas delante de toda la gente. Ni de coña!!! si te dicen algo de porlarte dejate, que mola, y si encima los/las que te porlan están buenos/as pués todavía mejor jejeje. Suerte, no se lo digas a nadie eeeeee. Que vaya bien la porla. El texto original aqui:

Así pues, el porleo (cada vez que tecleo este sustantivo me salta la sonrisa), el porleo, digo, es el toqueteo organizado en forma de Gangbang softcore. Algo así como los Parchis o los Regaliz metiendo mano dentro de la ropa interior.Según las inclinaciones de los chavales mayores, la cosa es más brusca y sometedora, y entonces se describe como un castigo; o es más suave, o el porlador (otra sonrisa) es atractivo, y se describe como una experiencia iniciática. El remate de cerrar el acto con la frase “por la señal de la santa cruz” alude a una larga tradición clerical de manos largas. Y le da un empaque escénico considerable. Tanto que lleva a bautizar todo el acto como “porlar”, que es un nombre, como hemos visto, muy flexible para su uso y adaptación.

Tengo una extraña sensación: hoy es lunes ¿no?

Lo noto en algo, pero ahora mismo no caigo.

20 enero 2008

Educación poca pero que no falte.

Definitivamente la sociedad está perdiendo sus valores. Los pocos que le quedaban, claro. ¿Dónde ha quedado eso de que el cliente siempre tiene la razón? ¿y aquello de que el que paga exige? Parece que se hubiera dado la vuelta a estas cosas mundanas, triviales, banales, sin espacio en la columna del periódico; y todo fuese al revés. Para desgracia del ciudadano de a pie. De la personita que todos llevamos dentro. Del consumidor, a fin de cuentas.

Francamente, nos ningunean. Hay determinadas ocasiones en la vida en que uno se cuestiona la importancia de su educación. Y se siente tentado a apartarla por un momento: olvidar las horas de estudio, los libros leídos, el trayecto recorrido. Es tal la abulia del personal que, sin educación, habría que correr a gorrazos a la mitad del personal –que es el método tradicional de mi padre, y cualquiera le tose-.

Está claro, las cosas han cambiado de forma sustanciosa. En mi fuero interno creo que la gente ya no acude al sermón del domingo. O, si acude, allí no les hablan de esto. Un servidor en esta vida ha conocido cierto número de empresarios hosteleros. Hay una máxima común a todos ellos –y supongo que conocida por todos ustedes-: un cliente es muy difícil ganarlo, pero es muy fácil perderlo. ¿Dónde demonios ha quedado la vieja escuela? O sea, que nos quejamos de la educación de los jóvenes que se aparean como canes en los parques, llevan bajados los pantalones a la altura de la rodilla enseñando los calzoncillos al personal, se agujerean el cuerpo como si fuesen pinchos morunos, pasan de todo y de todos…y a la persona que está detrás de un negocio, al cual se le supone un trato deferente con el cliente, se le consiente prácticamente de todo. Quizá se han invertido los papeles y yo no me he enterado. El despiste me pierde, si me permiten el pleonasmo.

Es cierto que, muchas veces, la culpa la tiene el cliente; pues hay mucha gente que tiene un trato con el dependiente totalmente nefando. Les exhortan, ordenan y exigen con premura, como si el hombre/mujer dependiese de ese solo cliente para subsistir. Una cafetería de mi barrio que frecuento para jugar al mus los fines de semana es buen ejemplo de ello. Los clientes se creen los dueños y señores del local. Hablan a voces al camarero con displicencia. Le vituperan. Se ríen de él. Se creen con prerrogativas especiales solo por tomarse un cubata. Y el hombre aguanta, calla y resiste sumiso. Bien es verdad que es un rácano, pero eso no da derecho al personal a socavarle la moral, encima con donaire. Aunque del trato del cliente me ocuparé otro día por la parte que me toca como músico.

Pero volvamos al egocentrismo, no precisamente servicial, del dependiente. Y voy a poner “nombre y apellidos”. Una cafetería bastante concurrida de la Calle Cervantes de León, cerca de nuestro famoso Barrio Húmedo, llamada El fuelle, es todo lo contrario a lo expuesto en el anterior párrafo. El camarero es un señorito de estos que siempre quiso ser pijo y se quedó en el camino. Un pijo es cosa mala, pero una tentativa de pijo es asunto peligroso. Voy a hablar de mi experiencia, quizá otros tengan otra. No me preocupa: que se hagan un blog y lo casquen.

La mella que en todos nosotros dejan los años, lleva a la inexorable conclusión de que hay pocas casualidades en la vida, prácticamente ninguna. Sobre todo cuando la misma conducta se repite siempre. Si uno va con una mujer guapa, y yo siempre voy con una mujer guapa –para las feas tengo como principio arraigado no moverme de casa; y, además, para eso ya tienen a los feos interesantes, que hay muchos, y son como una plaga- el camarero acude presto, raudo, veloz. Y, lo más importante de todo: con tapa. Al lector que no sea de León le extrañará; en León, se puede pasar por alto el olvido de la consumición –aunque tendría bemoles el asunto-; pero la tapa, ah, la tapa: ¡eso son palabras mayores! El camarero que por descuido doloso o negligente se le olvide ponerla: será destinatario de rostros compungidos, pucheros caprichosos y miradas aviesas; como poco, claro. Ahora bien, como uno acuda con un hombre a este sitio, que se olvide de la tapa. Ya se puede martillear la mesa con una moneda, tirarle indirectas al camarero acerca de la tapa que no ha puesto cuando se acerque a una mesa de alrededor, pisarle…todo será inútil. Con lo que al final, terminan sacándole a uno la jeta que guarda para ocasiones especiales. Pero la tapa, es la tapa, compréndanlo.

Igual me ocurre con un quiosquero del barrio. Oigan, parece que soy yo el que le vende los periódicos y no al contrario. El hombre tiene bigote, aunque creo que esto no es lo relevante –salvo que le pique, claro-. Más incidencia tiene su mujer, desde luego. Los primeros años, cuando llegaron, creía que estaba embarazada; pero con el paso del tiempo, caí en la cuenta de que se trataba de su constitución. De su "frágil y grácil" constitución de bailarina, concretaría. Y con un carácter…sospecho que delicioso, de ahí el careto del marido –los espejos del alma, ya saben-. Suelo ir a comprar el periódico o la revista bimensual Muy Historia: con una sonrisa cordial, mi fingida cara de monaguillo –la bordo, años de práctica- y profiriendo un donoso buenos días. Su bigote le cubre el espacio físico del rostro suficiente, para impedir averiguar si realmente abre la boca. Y, mis oídos, lo que es oír, no oyen nada (loqueismo intencionado). Quizá vino de un lugar tan lejano, donde pronunciar un buenos días, era equivalente a un ¡mecagüen tu padre, y su descendencia! Además, ni agradecido ni estimado. Es más, da la sensación de ser uno el afortunado de comprar en su quiosco. Para más inri, el nombre del quiosco es el Buen gusto. Por favor, por favor. Será el gusto de todos ustedes, no el mío.

Como dijo el poeta:
“a un hombre que se quiere engañar,
¿qué castigo le hemos de dar?
Dejarlo que se engañe amigo.
¡No hay peor castigo!"

19 enero 2008

En el blog de José Pardina he encontrado una entrevista a Manuel Pizarro que no tiene desperdicio. Este hombre llega para trabajar. Además, no hurga en heridas ajenas. Y podría, vaya que sí. Por cierto, quizá no importe el dato en política, pero me pareció muy buena persona. Eso es más de lo que podrían decir muchos políticos. Su categoría profesional...no necesita presentaciones.

Me ha dejado un amable comentarista innominado el enlace del siguiente video. Les ruego que pierdan 20 de sus preciados minutos y lo vean. Se trata de un tema muy serio que no se ha tratado de la forma más correcta y, por ende, sufrimos, y sufriremos, sus consecuencias:

18 enero 2008

Para quien se lo perdiese, he encontrado en el blog de Ignacio Escolar -director de Público- el video del programa 59" de ayer, que reunía a los directores de los principales periódicos, disfrútenlo:


17 enero 2008

Adiós al primer título de la temporada. Es lo que tienen los tres en uno: chulo, bocazas y alemán; el resultado: ya lo conocen. Es malo que un novato llegue enseñando. Enseñando, además, en un club en el que han caído grandes maestros. Veremos a dónde conduce la soberbia. De momento, el Madrid gana; pero sin mejorar el juego del año pasado. Da lástima que un campeón de liga se gaste más de 20.000 millones de las antiguas rubias, y éste sea el resultado. El niño que crece deprisa algo se deja en el camino, no es nuevo.

16 enero 2008

Creía que iba a durar más.

Esperanza y Alberto deberían saber que la avaricia rompe el saco. Ambos son políticos excelentes, de gran valía; sin embargo, anteponen sus propios intereses a cualquier otra cosa. La ambición tiene estos problemas. Si Gallardón finalmente se retira será una gran perdida para la política española, de lo que no estoy tan seguro, es de si será una gran pérdida para el PP, del cual me gusta mucho su último fichaje. Sinceramente, creo que aquí le han metido un gol al PSOE. La economía ha sido un tema que no se ha tocado durante toda la legislatura, ni que decir tiene, que el PSOE se ha sentido orgulloso de su gestión -que no ha consistido en otra cosa que haber vivido de la boyante renta dejada por el PP-, pero ahora las cosas ni vienen ni van a venir tan bien dadas; la gente, nota la llegada de tiempos malos para el bolsillo, y toma nota, vaya que si lo hace. Al común de los españoles, al parecer, les puede dar igual que ETA siga matando, extorsionando, que nuestro Gobierno siga negociando con ellos y les conceda favores políticos; la misma importancia, conceden a que las prerrogativas estatutarias de determinadas Comunidades Autónomas sean inconstitucionales y rompan con la solidaridad interterritorial; tampoco les importa que hayan vuelto a despertar los fantasmas del pasado con la ley de la memoria histórica, y vuelva a respirarse cierto rencor guerra-civilista después de tantos años; les da igual, que manden en el cotarro nacional los nacionalistas que, evidentemente, no tenían que pinchar ni cortar. Ahora bien, hay cosas que a la solidaria población de España les importa, más aún, que el haber participado en una guerra en contra de la opinión pública, y es que con las cosas del comer no se juega, esto sí que deberían haberlo previsto.

15 enero 2008


La vida es un cúmulo de misterios. Algunos nos son desvelados con el tiempo; otros, en cambio, se vuelven más turbios en el mismo transcurso. Las mujeres, forman parte de ese complejo misterioso, abstruso, sofisticado. Ni el pasar de los años, ni el de la vida misma, otorgan claridad al respecto. Si acaso todo lo contrario. Esto es fuente de desasosiego, sin duda. Supongo, que llegar a entenderlas debe ser algo mágico, místico, casi divino. Sobre todo para el hombre, tan sufrido en el entendimiento del devaneo femenino. Ahora bien, lo más frustrante de todo es su unilateralidad; ustedes ¿han visto alguna vez a una mujer decir que no entiende a los hombres? La respuesta es no. Sólo se quejan de nosotros, que es muy distinto, y con frecuencia, por cierto.



Dicen que el roce hace el cariño, pero éste, no lleva consigo el entendimiento. Todo lo contrario, cuanto más se acerca uno a ellas, más grande es la montaña a escalar, más profunda es la noche, más densa es la niebla. Verdadera lucha contra los elementos. Como un paisaje maravilloso contemplado desde la lejanía que se torna peligroso cuando se camina sobre el. Es una desgracia sentirse atraído por lo desconocido, por lo dificultoso, por todo aquello que no viene dado…pues es sabido que todo esto tiene un coste; un coste que, muchas veces, uno no se puede permitir, y aun así paga.

El hombre, ese inerme aventurero de sendas abruptas, escabrosas e inexplorables que deambula perdido, sin rumbo, sin orientación; peor aún: sin puerto. Tóquela otra vez Sam, se lo ruego:


Nacionalistas: "gente que se empeña en pensar que el metro cuadrado donde, por puro azar, ha nacido, es mejor, y más hermoso, que el metro cuadrado donde han nacido los demás" (Jordi Soler).

14 enero 2008

Hoy no tengo:




Disculpen las molestias.

13 enero 2008


Una de entre las muchas desgracias del género humano que me han tocado en suerte es la ignorancia, mi mayúscula ignorancia, matizaría. Esa es la sensación que me provoca leer a hombres de la talla del ilustre catalán. Cuando Arcadi Espada cerró el blog, sentí una profunda desazón. Su lectura diaria alimentaba el ego de mis neuronas. Leerlo y entenderlo suponía, en muchas ocasiones, un verdadero desafío; pero sobre todo, un gran placer. Su nivel intelectual es verdaderamente exquisito. No creo que tenga parangón en el ámbito nacional. Habría supuesto una pérdida enorme.

Menos mal que la esperanza no llegó a quebrarse. Si era bueno su antiguo blog, créanme, el nuevo acongoja, asusta, paraliza. En el mismo desmenuza sus columnas, hace autocrítica de las mismas, realiza una exégesis del periodismo y del periódico en que escribe que, si bien podría ser más prolija, no tiene precedente en el panorama periodístico –nacional, sin duda; extranjero, lo desconozco-. El nombre del blog: el mundo por dentro; háganse un favor, léanlo. La vida tiene pocos placeres tan grandes, y tan baratos.

"Los borrachos en el cementerio juegan..."


"Quien al mus juega ceñudo su mujer le hará cornudo"


“Si es o no invención moderna,
vive Dios que no lo sé,
pero delicada fue
la invención de la taberna”.

12 enero 2008

El que duda no ama.

Principiamos el albor de un nuevo año. En dos meses, o un poco menos, los días volverán a su elongación más añorada, esperada y deseada. Meses de oscuridad, frío y recogimiento, darán paso a estaciones cálidas y diáfanas, donde el clima festivo imperante contagiará por sí mismo de soluciones a asuntos irresolubles. Es tal la influencia del clima en el estado de ánimo de las personas, que no sé si sobreviviríamos a doce meses de invierno con ese frío que, como saben, lo congela, lo entumece y lo encoge todo.

De todos modos, sería injusto cargar sobre las espaldas del clima el peso de nuestra actitud ante la vida. El pasado verano, tomando unos cortos con una amiga –muy guapa, por cierto-, salió un tema interesante, dentro de lo interesante que puede resultar un asunto entreverado de chatos, croqueta y crema de queso con setas: la seguridad de las personas.

Es una de las cosas que más me atraen en las personas, en que más me fijo y que más admiro; aunque, desgraciadamente, no sé distinguir cuando es innata y cuando fingida. Ciertamente, hay personas que si no están seguras de sí mismas lo aparentan muy bien. Y, créanme, a veces vale sólo con eso, con aparentar serlo; aunque en el fuero interno, personal, privado e inaccesible del sujeto no haya consistencia alguna y todo tiemble como un postre de gelatina.

La seguridad en uno mismo supone quererse a sí mismo. Eso tan simple, en ocasiones, es más complicado de lo que parece. La interacción con nuestro entorno social hace que esa capa protectora forjada en nuestros años de infancia se deteriore, a veces, de modo definitivo. Cuantas veces estamos seguros de algo, hasta que confrontamos nuestro punto de vista con más personas y nos damos cuenta de que estábamos equivocados o que la postura mayoritaria o más acertada era la de los demás. Es evidente, que sólo un obstinado se empeñaría en defender una postura contraria a la que defiende todo el mundo; aun así, se dan casos, la viña del señor es pródiga en uvas que dan zumo de ciruela. Seguro que conocen a más de uno que cree que está equivocado el resto del mundo, ese no es que esté seguro de sí mismo, sino que vive en un mundo oscuro e irreal y, probablemente, jamás salga de él.

Ir con paso firme en la vida es fundamental en sus distintas facetas. Al afrontar un examen, una oposición, una entrevista de trabajo…; empero, tener la autoestima encima del guindo, no significa que la persona pueda desempeñar ese trabajo de la forma más eficiente y eficaz posible, si bien, tendrá más posibilidades de conseguirlo. Ahora bien, el no tener plena confianza en las posibilidades que tenemos, si nos puede llevar a cometer errores que lleven a la interpretación errónea de que no se es capaz para desempeñar una ardua y compleja tarea, afrontar un reto concreto o lograr un determinado objetivo.

La seguridad está intrínsicamente unida al optimismo. Una persona con seguridad en sí misma, tiene una visión de la realidad mucho más positiva que una persona con la moral por los pies. Leyendo un blog de psicología de la web de Muy Interesante hace tiempo, me encontré con una idea interesante: "las personas pesimistas ven el mundo que les rodea de una forma mucho más objetiva y cercana a la realidad que las personas optimistas, sin embargo, la actitud positiva de éstas, les lleva a conseguir sus logros en más casos, a pesar de tener una visión de la realidad más erronea”.

No he hablado en el post sobre la influencia de este tema a la hora de conseguir una pareja determinada. Pero es evidente que tiene más posibilidades de conseguirla el optimista que alberga confianza en sí mismo, pues lo refleja en su aspecto y personalidad, que el pesimista que, además, tiene la autoestima por los suelos. Si a esto le sumamos el aspecto físico: guapo, feo, cachas, tirillas…o sea, el interior en que se fijan las mujeres, ya puede ser uno más salao que una lata de mejillones. No busquen la moraleja, como decía Goethe: “todo es más simple de lo que podamos imaginar”. Buen fin de semana, gracias por leerme y disfruten de este temazo de James Blunt:

11 enero 2008

Descubro en el blog de Ignacio Escolar, sin sorprenderme demasiado, que el próximo miércoles, en 59", se verán cara a cara los directores de los principales periódicos españoles. Salvo uno, faltará a la cita el Director de El País: ¿miedo a no estar a la altura? ¿mucho trabajo? ¿desprecio por el programa y sus asistentes? ¿cree estar por encima de los asistentes?. Llama la atención, por ejemplo, que a la cita acudan Pedro J. y Zarzalejos, cuando las relaciones entre ABC y El Mundo no atraviesan por su mejor momento y, en cambio, el director del todopoderoso periódico socialdemócrata por excelencia, se quede en su casa. En fin, disfrutemos con los que vayan.


"Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida; así crecerá convencido de que todo el mundo le pertenece. No se preocupe por su educación ética o espiritual; espere que llegue a la mayoría de edad para decidir libremente. Déle todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar. No le regañe; podría crearle complejos de culpabilidad. Cuando diga palabrotas, ríaselas; eso le animará a hacer cosas más graciosas. Recoja todo lo que deja tirado; así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos; cuide de que sus platos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llena de basura. Satisfaga todos sus deseos y apetitos; el sacrificio y la austeridad podrían crearle frustraciones. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos; piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo. Riña con su cónyuge en presencia del niño; así no le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre" Emilio Calatayud "Decálogo para formar un delincuente" .(Encontrado en la columna de Carlos Herrera del ABC de hoy).

Ya tenemos letra para el himno.


¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón


¡Viva España!
desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad


Ama a la Patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad


Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz

10 enero 2008

Los ensayos. Aún no le he metido mano. Infiero que hablaré aquí mucho sobre él. La edición de Acantilado, trae consigo flores de ciertos personajes, no aficionados al cultivo de la lisonja fácil, precisamente:

“No me canso de leer Los ensayos de Montaigne. Paso horas y horas leyéndolos de noche, en la cama. Me producen un efecto plácido, sedante; me proporcionan un reposo delicioso” Joseph Pla.

“La autoridad del señor de la montaña en su libro, que en francés escribió y se intitula Essais o Discursos, libro tan grande que quien por verle dejara de leer a Séneca y a Plutarco, leerá a Plutarco y a Séneca Francisco de Quevedo.

“Que un hombre así haya escrito, ha aumentado ciertamente el placer de vivir en este mundo” Friedrich Nietzsche.

Montaigne nos ayuda a responder a estas singulares cuestiones: ¿cómo permanecer libres?, ¿cómo mantener la insobornable claridad del espíritu frente a las amenazas y peligros del fanatismo?, ¿cómo preservar la humanidad de nuestros corazones en medio de la bestialidad? Stefan Zweig.

“Para mí, Montaigne es el más grande escritor que ha habido nunca. Lo leo como otra gente lee la Biblia: abro mi Montaigne y leo una página o dos, al menos una vez por semana, por placer, sin más. Para mí, no hay mayor goce en el mundo” Orson Welles.

09 enero 2008

Esto de tener un blog es cosa muy útil, sin duda. Sirve para que lo analicen y critiquen a uno, constructivamente, por supuesto. Al tener un blog, escribir un libro, una columna…tarde o temprano e ineluctablemente, sale el yo que uno lleva dentro y que no quiere quedarse fuera de la fiesta. La verdad es que con eso, cuando decidí ponerme a este asunto, ya contaba; si bien, no me importaba demasiado. Aun así, no dejan de llamarme la atención ciertas críticas internas: mi madre, primera lectora de casi todo lo que escribo aquí, dice que menciono demasiado la palabra bragas –y eso que no la he leído post en que lo predominante es lo que está debajo de las mismas-; una de mis hermanas, dice que estoy necesitado y que por eso hablo tanto y tan mal de las mujeres. En líneas generales: un machista con carné al que encima se le dan mal las mujeres; mi otra hermana, dice que soy un chulo, un soberbio, un prepotente y, encima, no me esfuerzo en ocultarlo. Mi hermano no me lee y mi padre, sabio él, me dice que no haga caso.

Con estas lisonjas de fondo no puedo más que ruborizarme. Como explicación, puedo decir y digo que si hablo en ocasiones de bragas, pitos, tetas, culos, piernas…no es tanto por carencia como por ánimo de provocar; hago lo mismo en conversaciones orales con amigos o antiguos compañeros de facultad cuando nos reunimos tomando un café; a algunos les parece pesado, cargante, monótono –cosa que como habrán adivinado, me la trae al pairo-. Pero yo no pienso así, en mi opinión siempre se arranca una sonrisa e incluso una pequeña disputa hombres-mujeres (dialéctica, por supuesto) deliciosa; además, salen pequeños detalles de las personas al emitir sus juicios sobre estos temas mundanos verdaderamente esclarecedores. En cuanto a lo de chulo, bueno…un poco la verdad es que sí. Pero un chulo de los buenos, oigan. Jamás en mi vida he mirado, ni miraré en un futuro, a nadie por encima del hombro. Hay mucha gente que sí lo hace, y además sin motivo alguno –gratuitamente, que diría un catalán-. Aún así, uno no se libra de que lo tilden de chulo. Lo que no hago es callarme, eso lo tengo claro ya desde pequeñito. La razón la doy cuando se tiene; digo el halago si se merece; reprocho y repruebo, cuando es necesario. Cuando me enfadan sí, sale el diablillo jurídico -del que cariñosamente nos hablaba el profesor de Filosofía del Derecho en la carrera, Juan Antonio García Amado, que tiene este blog fabuloso que leo diariamente y del que aprendo muchísimo- o sale el diablillo culto y no me entienden…en fin; pero la chulería es otra cosa: un modo de vida y de vivir, una manera de menospreciar, una clase de narcisismo. El chulo no escucha, no pide consejos, no es solidario con problemas de su entorno, cree que no tiene nada que aprender ni nadie de quien hacerlo…diferencien amigos, no vaya a ser que cuelguen el epíteto sobre la persona equivocada y el que en realidad lo merece se quede sin galardón.

08 enero 2008

Agradecido y estimado. Lo contrario del refrán, vaya.

Ciertamente, la vida está llena de cosas placenteras. De algunas damos cuenta a la hora de la comida: las olemos, vemos, cogemos, desplazamos, levantamos e introducimos en el interior de nuestra boca donde las mordemos, sentimos, masticamos y deglutimos. El acto de comer es arte en sí; arte interior, claro. Como en los tiempos que corren hay analistas de todo, podemos respirar tranquilos –yo lo hago con frecuencia-. Todo lo que percibimos con nuestros sentidos, ya ha sido previamente estudiado por un eximio equipo de profesionales bien remunerados y mejor vistos. Verdaderos especialistas en ver lo que todos tenemos delante. Avezados chamanes del consumismo televisivo. Arúspices que averiguan los abstrusos gustos de la conspicua audiencia y colman las aspiraciones de los productores.

Es por todo ello, por que uno se lleva sorpresa, sobresalto e inquietud en su sosegada existencia cuando contempla determinados programas. He aquí este hermoso verbo, creado, sólo y exclusivamente, para los paisajes, las almas y el sorteo de la Lotería. Hay sensaciones cuya interacción es poco deseable, poco saludable y poco vistosa; todas ellas, se dan en un programa cuyos índices de audiencia desconozco, y que prefiero no averiguar –por si acaso, que dicen los enamorados-.

Su nombre, aunque es poco decoroso decir el pecado y el pecador, es El hormiguero; el presentador, con un ingenio fino y seguro pero sin alas, tenía toda la pinta de haberse leído todos los libros de Boris Izaguirre, nuestro ilustre maricón –no injurio, constato-. El título evoca –ligeramente, eso sí- a los míticos documentales de La Dos. Pero en vez de presentarnos a una boa que se traga un elefante –esto no sé si sale en un documental o en un libro Exuperante- nos presenta a un hombre con unas habilidades peculiares.

Antaño, en el televisor salían virtuosos del piano, extraordinarios magos e hilarantes humoristas; hogaño, se presentan como admirables las tremebundas capacidades de un sujeto híbrido de un faquir y Arnold Schwarzenegger. Su numerito, consistía en tragarse peces vivos y regurgitarlos poco después en una pecera –vivos, eso sí-. La sensibilidad del programa, como habrán observado, conmovedora. Me pregunto si lo habrá visto Zapatero. No sé que podemos esperar de un hombre que lee El País y escucha La Ser ¡todos los días! –matizó para dejar clara su total entrega por la cultura-. Ahora bien, de lo que estoy seguro es de que Rajoy no lo vio; Mariano, sólo lee El Marca, como yo.



07 enero 2008

El psicoanalista. John Katzenbach.

“Feliz 53 cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte. Pertenezco a algún momento de su pasado. Usted arruinó mi vida. Quizá no sepa cómo, por qué o cuándo, pero lo hizo. Lleno todos mis instantes de desastre y tristeza. Arruinó mi vida. Y ahora estoy decidido a arruinar la suya. Al principio pensé que debería matarlo para ajustarle las cuentas, sencillamente. Pero me di cuenta de que eso era demasiado sencillo. Es un objetivo patéticamente fácil, doctor. Acecharlo y matarlo no habría supuesto ningún desafío. Y, dada la facilidad de ese asesinato, no estaba seguro de que me proporcionara la satisfacción necesaria. He decidido que prefiero que se suicide”.

“Hasta los psicópatas son vulnerables a sus deseos”.

“El miedo es algo extraño. Se manifiesta de muchos modos externos, pero ninguno de ellos tan poderoso como el acero que te atraviesa el corazón y el estómago o la corriente que te recorre la imaginación”.

“Es difícil reconocer una cara conocida entre un grupo de desconocidos cuando no se espera”.

“La vida no es más que un juego tras otro. Y la muerte es el mayor juego de todos”.

“El tiempo es elástico. Los momentos pueden durar una eternidad o evaporarse enseguida. El tiempo depende en realidad de nuestra visión del mundo”.

“La traición puede volverse mucho más fuerte que el amor”.

“Lo que era no es lo que soy. Y lo que soy no es aún lo que puedo ser”.

“El mejor juego es aquel en el que no te das cuenta que estas jugando”.

“Cuando alguien muere aprendemos más sobre la vida de lo que sabemos sobre el fallecido”.

“El anonimato es atractivo”.

“El psicoanálisis enseña una cosa, nada de lo que ocurre está aislado. Un solo acto malo, puede tener toda clase de repercusiones”.

“Es insólito pasarse todos los días de la vida teniendo conversaciones que nadie oye. Aunque quizá todos hagamos lo mismo”.

“Todas las personas siguen sus propias normas”.

“Un hombre sin pasado puede forjar cualquier futuro”.

“Uno de los elementos fundamentales del psicoanálisis es la curiosa relación entre paciente y terapeuta, en que el paciente revela cada detalle íntimo de su vida a una persona que no corresponde del mismo modo y que muy rara vez reacciona a una información incluso de lo más provocadora. En el juego infantil de la verdad, se establece la confianza a través del riesgo compartido. Tú me cuentas, yo te cuento. El psicoanálisis desnivela esta relación y la convierte en unilateral totalmente”.

“Un analista, aunque reconoce algunas características y síndromes definibles, deja en última instancia que el paciente invente el tratamiento en el simple contexto del proceso”.

“El mayor lujo de nuestra existencia, por miserable que sea, es que no sabemos los días que nos han tocado en suerte”.

“Nadie pide disculpas realmente. Lo dicen pero nunca es de verdad”.

“Nadie dice lo que quiere decir. Eso es algo importante que te enseña la vida. Todo iría mejor si más gente lo aprendiera”.

“Nadie puede volver a empezar. Todos decimos que queremos encontrar una manera de empezar la vida de nuevo, pero las cosas no son así”.

Este es el comienzo y algunas de las joyitas desperdigadas por el libro. Es una buena novela. Entretenida, interesante y te deja en vilo casi desde la primera hoja. Muy recomendable, sin duda. Si la leen, seguro que no les defraudará. Les dejo con este tema de Dinah Washington, disfrútenlo y gracias por leerme:

06 enero 2008


Se acabó lo que se daba. A estas horas, pocos serán los regalos que aún no se hayan abierto. Un año más, las fiestas más mediáticas del calendario se despiden silentes y nostálgicas. Unas navidades que, contradiciendo al villancico, cada vez son menos blancas, pero igual de frías. La estampa navideña pierde su color característico, si bien, éste se troca por otro de índole publicitaria, como es el rojo de la Coca Cola, el gorro de Papa Noel y las bragas de las señoritas en la noche de fin de año. El cambio de color debiera traer consigo otras modificaciones en nuestras inveteradas tradiciones, pero no. Siempre es más de lo mismo, como la vida misma. Una concatenación de actos cotidianos de una marcada monotonía sólo rota por determinadas fechas del calendario que dotan al vivir de un sabor distinto del ordinario.

Las fechas marcan la despedida de un año inolvidable o para olvidar. En el nuevo año que comienza todas las personas se fijan unas metas, unos objetivos, unos propósitos que se irán diluyendo como azucarillos ora por causas ajenas a la propia voluntad ora por quedarnos demasiado grandes.

Las cenas de Navidad de empresa, de amigos, de familia y de novios, dejan sobrepeso en las carnes y anemia en los bolsillos. Pero eso parece dar igual. En Navidad todo da igual, todo es dicha, felicidad y entusiasmo, incluso los más pesimistas parecen verlo todo color de rosa.

Y, ah, la familia. Es una lástima que muchas de ellas sólo encuentren esta época del año para juntarse. Cuesta tanto formar una familia como, pasado el tiempo, volver a unirla. Curiosa paradoja ¿Por qué necesitaremos un motivo, una disculpa o una justificación para hacer algo que en el fondo deseamos?

En fin. Feliz día de reyes. Disfruten de sus regalos, su entorno y, en líneas generales, de su vida. Que el roscón de la vida les depare satisfacción en sus distintas manifestaciones. Miren el lado bueno, llegan las rebajas.

Así eran mis tiempos.

Me envían el siguiente correo, en mi opinión bastante atinado, disfrútenlo: “el objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 80, de todos aquellos que nacimos en los 80 (un par de años arriba, años abajo), la de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda hasta los 50 años. Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria histórica comienza con las olimpiadas del 92. Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán nuestros hermanos pequeños y descendientes. Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las chapas, la peonza, las canicas, la comba la goma o el rescate y, a la vez, somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de atracciones o visto dibujos animados en color. Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice. Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos> 'bodrios' como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir te gustaron en su momento, vuélvelas a ver, verás que chasco).Lloramos con la muerte de Chanquete, con la puta madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña contra la droga, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como el primero de los deportes. Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los 10 años. Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer BUP y COU, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo... Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que era el terrorismo contando chistes> de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a Boris Yelsin borracho> tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre. Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum, odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet sería un mundo libre. Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema 'el panadero farlopero'.Los q recordamos a Enrique del Pozo cantando con ganas abuelito dime tu...). Los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con Superman, ET o En busca del Arca Perdida. Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del todo mal. Somos la generación del 'El coche fantástico','Oliver y Benjí... La generación que se cansó de ver la mamá chichos. La generación a la que le entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha habido. Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1980 y 1992.La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra infancia!!!! Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes: Nosotros viajábamos en coches sin cinturones> seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños. Andábamos en bicicleta sin casco, ni protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos cuando se encendían las luces. No había móviles. Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables. Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran cosas de niños y se curaban con mercromina (roja) y unos puntos y al día siguiente todos contentos. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!! Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto. Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando. Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente (o los más afortunados con Orión). Y ligábamos con los niños jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo de la suerte, no en un Chat. Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias. No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaba un guantazo o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello”.

05 enero 2008

Charles Bukowski.


“I am still here, leaning toward this machine”.

Sobre el alcohol: “hago todo mi trabajo cuando estoy ebrio. Incluso con mujeres, ya sabes. Siempre he sido tímido y el alcohol me permite ser más libre en el sexo”.

Sobre las mujeres: “son máquinas de quejarse. Creen que las odio, pero no es así. Simplemente oyen que soy un cerdo machista y no lo comprueban”.

Sobre la gente: “no suelo mirar a la gente. No me da nada, sino que me vacía. No respeto a nadie. Dicen que si miras a una persona empiezas a parecerte a ella”.

“La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las ordenes”.

De columnistas, experimentos con alcohol y esas braguitas.

Llevamos una temporada un poco tensos con el tema de las elecciones, y eso que todavía queda. Cierto es que la temperatura está subiendo como la testosterona adolescente en primavera, cuando nuestros jóvenes avizoran las primeras glándulas mamarias entre modelitos de catálogo de andar por casa en el sexo opuesto pero, no quiero pararme a pensar ni por un momento, hasta donde subirá el termómetro demoscópico político cuando principiemos los meses de seria reflexión que todo ciudadano debería tener antes de realizar su acto de fe electoral. Por eso, entre las columnas de nuestros exquisitos analistas políticos, no sólo llama la atención encontrarse con algo diferente, sino que debería otorgarse al autor de la misma una mitra diferencial que le discierna cualitativamente de los de su grey, como si de un valenciano que se muestra renuente a ensalzar la paella se tratara.

El afortunado del conjunto de grafemas que dan como resultado el encomio del anterior párrafo, inusitado en esta plaza salvo para grandes maestros de la pluma, es David Torres. El osado, blasfemo, descarado y, sin embargo, elocuente plumilla del que me congratulo honestamente, nos habla de un estudio de alto standing de la Universidad de Penn Sate sobre las conductas sexuales de las moscas de la fruta. Al parecer este grupo de científicos, igualmente osado entre la cantidad de cosas que hay que investigar, tras emborrachar a los dípteros descubrieron que los machos elegían como compañeros sexuales a especímenes de su mismo género, o sea, a moscos. El estudio no especifica si las moscas/os la agarraron a anís del mono –lo cual sería una especie de cruce peligroso entre especies, y esto no es una redundancia- o a chupitos de tequila u orujo, pero es para preocuparse. Es demasiado tentador, como hace el propio columnista, equiparar la especie humana con la de las moscas, de la que, al parecer, sólo nos diferencia tener el doble de genes.

Puestos a conjeturar sin cinturón de seguridad, quizá Darwin se equivocó de especie, quizá el eslabón perdido sea una de estas moscas cojoneras, quizá, el humano, eterno imitador del entorno natural que lo rodea, per saecula saeculorum, ha tenido desde siempre como modelo a seguir a estos seres alados…

Aunque a mí algo no me cuadra, ¿no os parece un poco extraño que ese insecto inofensivo y extremadamente pelma en época de lamparones bajo el sobaco, sea dipsómano, ninfómano y gay? Si es que más no cabe. Y todo por unas copitas…

Como veis, el artículo es rupturista, transgresor y, para mí, oportuno; espero que sea el comienzo de una nueva temática a tratar por nuestros ínclitos especialistas. Ya la semana pasada, Arcadi Espada, quiso salirse del molde acostumbrado dándonos una versión espontánea y sugerente sobre las braguitas de la novia de Nicolas Sarkozy, sus palabras sobraban; bastaba cambiar su artículo por una instantánea de las mencionadas bragas, las palabras fluían solas –y otras cosas que omito por decoro-, pero al final le pudo el oficio. Hay personas de principios tan férreos y consolidados que no respetan ni unas bragas bien puestas, en fin.

El artículo, sin duda, obró en mí como una bocanada de aire fresco después de echar el polvo de mi vida –el cual, como deducirán mis lectores/as más asiduos, aún no he echado, huelga decir que lo habría contado con pelos y señales (los míos y los de ella)-. Todavía hay espacio para el milagro; no todo está perdido. Llegará el día en que el sexo ocupe portadas, y ese día, ahí estaré temprano aguardando la prensa.
Arcadi Espada:"...esa vieja aspiración femenina que consiste en enseñar las bragas con decencia".

03 enero 2008

He encontrado en el blog de Santiago González una perla irresistible de nuestro queridísimo profeta: "todo el mundo tiene derecho a tener derechos" -José Luis Rodríguez Zapatero dixit-. Más no cabe.


En la entrevista al escritor Jordi Sierra i Fabra, tuvo lugar un gran hallazgo literario: "hay personas que son imbéciles, y no se dan cuenta en su vida". Quizá, hasta los escritores tengan algo de humano. Como habrán averiguado, por lo demás, se trata de un hombre muy inteligente.

02 enero 2008

01 enero 2008

La última noche del año cargada de viejos propósitos, trajo consigo un escote muy pronunciado, asomarse a admirarlo, produjo vértigo e impulso, si acaso es posible el oximorón. Aun así, lo estimulante no fue tanto la belleza de lo evidente; la admiración es un sentimiento lejano y alejado, sobre todo del deseo, pero, algunas veces, también de lo que realmente buscamos. Posen sus ojos en el lugar adecuado, en ocasiones no sabemos lo que buscamos hasta que no nos encuentra, y ya saben que una de las muchas cosas sin explicación que tiene esta vida, es que hay estaciones llenas de tránsito en las que, sin embargo, el tren sólo pasa una vez. También conocen su continuación: éste, no vuelve.

"Si yo quisiera hacer una síntesis fiel, exacta, ingenua, del resultado actual de tantos miles de batallas que se han dado en mi corazón y en mi cerebro, la fórmula adecuada y acaso más bella la encontraría en el silencio". Rafael Altamira.