Jam Session

Política, literatura, sociedad, música

Correspondencia: fjsgad@gmail.com
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Lugar: León, Spain

En plena incertidumbre general, y de la particular mejor no hablamos, tratando de no perder la sonrisa...

30 abril 2008

Se veía venir.

En defensa de las buenas prácticas del periodismo. Nota pública suscrita por los directores de los diarios nacionales, el presidente de la APM y el decano del Colegio de Periodistas de Cataluña:

El ejercicio del periodismo pasa por crecientes dificultades que deterioran la calidad de la democracia y perjudican a los ciudadanos, que no reciben una información satisfactoria y suficiente.

Entre esas dificultades y malas prácticas figura la provocada por personajes públicos, de la política y de otros ámbitos, que evitan someterse al procedimiento clásico de conferencias de prensa, con turno de preguntas y repreguntas de los periodistas que representan medios informativos acreditados, y recurren a las llamadas “declaraciones institucionales” sin más explicaciones públicas adicionales.

Consideramos que esas “declaraciones sin preguntas” no merecen la comparecencia de periodistas, sobra con la distribución de las mismas, en los soportes posibles, para que los medios valoren el tratamiento informativo que les parezca adecuado.

La reciente campaña electoral puso de manifiesto esta y otras deficiencias. Los principales candidatos rehuyeron las conferencias de prensa, y optaron por prefabricar titulares e información, especialmente para los medios audiovisuales.


José Antich, director de “La Vanguardia”
Ángel Expósito, director de “ABC”
Javier Moreno, director de “El País”
Rafael Nadal, director de “El Periódico de Catalunya”
Pedro J. Ramírez, Director de “El Mundo”
Francisco Marhuenda, director de “La Razón”
Arsenio Escolar, director de “20 Minutos”
Ana I. Pereda, directora de “Qué!”
Albert Montagut, director de “ADN”
Ignacio Escolar, director de “Público”
Josep Carles Rius, decano del Col.legi de Periodistes de Catanlunya
Fernando González Urbaneja, presidente de la APM y de la FAPE

Ya hace años que Dionisio García, gran amigo y colega músico, aunque él es un verdadero maestro, me adentró en el mundo de la buena música. En la que, al igual que en los libros, hay tendencias elitistas que, en su mayor parte, congenian con la música clásica. Como si el Jazz, símbolo de libertad, lucha contra la esclavitud y expresión mayúscula del espíritu, estuviese al alcance de cualquier instrumentista. Trompetista de profesión y de vocación, Dioni, un día de tantos, me llevó a su casa y me puso un vinilo de Paquito de Rivera, continuó con otro de Dizzy Gillespie y para terminar de meterme en vereda, si acaso hiciera falta, me puso un compacto del que para mí es, con permiso de Jesús Chucho Valdés, el mejor pianista del mundo: Michel Camilo. A partir de ese momento, como músico y como aficinado, no he hecho otra cosa que escuchar Jazz, Blues y sus derivados, por desgracia, cada vez más comerciales.

La crítica, y los que en general vienen a entender de esto, se empeñan en encasillar a estos músicos de un modo erróneo sólo en el mundo del Jazz, exclusivamente, y, si me apuran, con cierta infravaloración. Cómo es posible limitar los mejores instrumentistas del mundo a un género, y, además, menospreciarlos porque ese género no sea el clásico, es algo que se escapa a mi comprensión, a mi conocimiento; supongo que por aquello que decía Camilo José Cela: "cultura, es todo aquello que desconocemos". Profundizar en la cuestión quizá me llevaría a la envidia y otras impurezas humanas, con lo que prefiero no hacerlo y tildar de ignorantes, aun a riesgo de mancharme, a todos aquellos que denuestan aquello que tanto anhelan.

En aquellos tiempos, no tan lejanos como para no recordarlos, Dioni y yo manteníamos una disputa amistosa sobre quién era para nosotros el primer trompeta del mundo. Él se decantaba por don Winton Marsalis, hijo de Elis Marsalis, uno de los grandes pianistas de jazz norteamericanos. Para muchos, el carácter adusto y perfeccionista de su padre, influyó decisivamente en la creación del genio, Winton. Pinchando aquí, pueden escuchar My funny Valentine, un precioso tema de jazz; pero aquí abajo, les cuelgo una de las interpretaciones más impresionantes de El carnaval de Venecia que he escuchado en toda mi vida. Madre, madre:



Yo en cambio prefería, y prefiero, una línea más latina. Su nombre es, Arturo Sandoval. Para mí el mejor. Aunque quienes le han escuchado interpretar clásico aseguran que es más pulido el de Marsalis, disculpen mi osadía, e incluso mi ignorancia, pero dudo que haya alguien sobre la faz de la tierra que sea capaz de dar ese sonido a la trompeta; y además con esa limpieza y ese fondo que achica las almas más gallardas, musicalmente hablando. Aquí les dejo una pequeña muestra, en la que Arturo compartía mesa con Dizzy. Ya saben lo que dicen de las fragancias y su tamaño, no se me quejen:



Les he puesto sólo estos dos ejemplos; perdonen si no me he acordado de Maurice André: ya dejan hablar a cualquiera de cualquier cosa.

29 abril 2008

La "imparcialidad" del periodismo español, en directo.

Exactamente. Me pareció una auténtica tomadura de pelo. Aunque es verdad, y por eso lo digo, que no fue culpa del hombre pegado a sus cejas, sino de nuestra clase periodística y nuestros cada vez más depauperados medios. Desglosemos someramente:

-Había más periodistas de índole socialdemócrata que liberales (ahora que está tan de moda catalogarlos así -en muchos casos erróneamente, como señalaba ayer Benigno Pendás-): Margarita Sáenz-Díez, Antón Losada, José María Calleja y Fernando Onega. Por sólo dos de pensamiento contrario al talante de nuestro presidente: Charo Zarzalejos y Casimiro García Abadillo.

-Todos, absolutamente, le pasaron la mano sobre el lomo a nuestro insigne presidente. En esas palabras exactas, se lo transmití a mi padre mientras veía la degradación del periodismo en directo. Si es que incluso escuchaba los ronroneos de Zapatero desde el sofá de mi casa. Se estaba gustando. Viendo a un hombre como ZP que carece de todo atisbo de gracia, chispa y, por supuesto, inteligencia (y no insulto, constato por mera descripción al alcance de cualquiera que, simplemente, abra los ojos) se comprende bien aquello de caer en gracia y el utópico calificativo. Pero que además de reírle los intentos de gracia que no tiene le reconozcan el ingenio que ni ha olido “lo dijo el señor Rajoy, no entiendo por qué, y tampoco por qué le aplaudieron –risas de los presentes-” (en referencia a las palabras de Rajoy cuando enseñó la puerta, ancha como Castilla, a quien discrepase del fondo ideológico del partido): es algo, sin duda, que me deja honda lástima por el nivel intelectual de nuestro país.

-Con la ingente cantidad de preguntas, formuladas suave e irónicamente, que podían haber realizado al presidente: no escuchamos nada acerca de la negociación inter pares con los piratas; ni sobre la crisis –eufemísticamente llamada desaceleración (que no me venga el especialista de turno a tocar las gónadas con que no es lo mismo y que no hay estancamiento sino pérdida de ritmo en el crecimiento y tal que lo pongo de listo para arriba)-; y ni tan siquiera, se aludió seriamente al aceite de girasol. En la noche de ayer el Ministerio de Sanidad trasladó a los medios una copia provisional de las primeras marcas fuera de sospecha. Hoy me encuentro en los mismos, que hay 600 bajo sospecha. Por supuesto respiro aliviado, estamos en buenas manos.

No voy a entrar en las miradas de complicidad entre ZP y Calleja, porque regurgito. Parece mentira que este último, además de periodista, sea profesor de periodismo en la universidad. Dirige en Cuatro un programa similar a 59”, y da verdadera lástima verlo acomplejado por sus propias limitaciones. En cualquier caso, no es malo debatiendo; pero es incapaz de criticar a un gobierno socialista. Haga lo que haga. Ayer, el espíritu de crítica parecía haber caído en un olvido profundo; y quizá irrecuperable. Y de esta guisa dejaron a ZP que, aparte de no contestar a lo que se le preguntaba, se explayase en la, para él, brillante gestión del gobierno. Propaganda tan barata como inmerecida. Tenemos lo que merecemos.

28 abril 2008


“Las mujeres necesitamos la belleza para que los hombres nos amen, y la estupidez para que nosotras amemos a los hombres”.

“El perfume anuncia la llegada de una mujer y alegra su marcha”

“Si sabes que la mayoría de los hombres son como niños, no necesitas saber nada más”.

“El lujo es una necesidad que empieza cuando acaba la necesidad”.

“Se triunfa con lo que se aprende”.

“Todo lo que es moda pasa de moda”.

“El buen gusto estropea ciertos valores espirituales auténticos, como el propio gusto”.

“La moda reivindica el derecho individual de valorizar lo efímero”.

“La moda se pasa de moda, el estilo jamás”.

“ Nunca se es lo suficientemente rica ni se está lo suficientemente delgada”.

“El día que nadie me copie moriré”

"La moda que no llega a todas las mujeres, que no llega a la calle, no es moda".

“Nunca he odiado a un hombre tanto como para devolverle sus diamantes”.

“La coquetería es la conquista del espíritu por los sentidos”.

“Las personas aburridas son tóxicas”.

“Si has nacido sin alas, no hagas nada por impedir que te crezcan”

Creo recordar que aquí, dejé algo más sobre la creadora del perfume cardinal más famoso del mundo. Me encanta su nueva imagen. Y su spot lo encuentro, sin duda, muy femenino. Por no entrar en la banda sonora del anuncio, el tema L-O-V-E, del gran Nat, versionado por Joss Stone. Hummm (pongan las emes que quieran).

27 abril 2008

26 abril 2008

Fe de vida: "el saldo total disponible no permite hacer una llamada de más de un minuto al destino solicitado, puede solicitar ya un anticipo de dos euros llamando al 4484". Cómo me toca los... la dichosa vocecilla.

Me ha encantado, aunque en realidad lo hace siempre, la carta de Arcadi Espada a Pedro J. de hoy. En la misma se da cuenta de una injusticia, como tantas otras que se quedan sin ver la luz del día, cometida en el verano del 2006: un brigadista gallego acusado, precisa y paradójicamente, de prender fuego; el propio Rubalcaba, haciendo honores a su cargo y persona, dijo solemnemente: "es una detención paradigmática. Quien está prendiendo fuego, sabe perfectamente lo que está haciendo". Bueno, ante la tragedia del hecho, en su día, nadie podría tildarlo de demagógico, alarmista o de tremendamente prematuro por hablar, y de ese modo, sin tener pruebas o sentencia judicial que corroborase su juicio. Pero siempre teniendo en cuenta, que los juicios de valor de un ministro del Interior, son casi sentencias. En mi opinión, simple y llana, debía haberse callado. Aunque hoy día, legalmente, la absolución es total: no es tal para la sociedad, en que la mancha del paso por la cárcel es, probablemente, indeleble. De modo agradecido, no se llega al ostracismo físico que antiguamente sufría el reo en nuestro país y su entorno; por poner un ejemplo plasmado en la literatura, Victor Hugo nos muestra en la Francia de hace unos 200 años, como Jean Valjean, protagonista de Los miserables, era repudiado allí donde le llevaban sus pasos por ser portador de un "documento amarillo" en el que constaba su condición de expresidiario. Pero, ay, la risa, y su bendita manía de visitar todos los barrios; espero que alguien me explique la diferencia, real y profesional, que debería existir entre el siguiente conjunto de personajes: Rubalcaba- Esperanza Aguirre y doctor Lamela-Julio Pascual. Porque por alguna circunstancia, supongo que de índole esotérica, aún no he leído en Público o El País, ni escuchado en la SER o a Iñaki Gabilondo, la petición de retractación pública y contrita del ministro acerca del brigadista. Como atendiendo al propio ideario socialista, sería de recibo. Serán las gramíneas.

La zorra y las uvas.

Versión cuento:

Era otoño, y la zorra que vivía en una madriguera del bosque, cada noche se atracaba de ratones, que eran muy gordos en aquella época del año, y también un poco tontos, porque se dejaban cazar con facilidad.

A decir verdad, la zorra hubiese preferido comerse alguna buena gallinita de tiernos huesecitos, pero hacia tiempo que el guardián del gallinero era un perrazo poco recomendable, y había que contentarse con lo que el bosque ofrecía: ratones, ranas y algún lirón.

El caso es que una mañana la zorra se despertó con cierta sequedad en la garganta y con un vivo deseo de comer algo refrescante distinto de su acostumbrada comida. Por ejemplo, un buen racimo de uvas. Y llegaba hasta ella un rico olorcillo de uva moscatel.

"Bueno -dijo para sí la zorra-. Hoy quiero cambiar. Después de tanta carne de ratón, me sentará bien un poco de fruta."

Y se dirigió hacia la parra cuyo aroma había percibido. Apretados racimos colgaban de ella. Había muchos, pero...

"¡Que extraño! -rezongó el animal-, no creí que estuvieran tan altos. De un buen salto los alcanzaré."

Tomó carrera y saltó abriendo la boca. Pero, ¡qué va! Llegó a un palmo del racimo: el salto se le quedó corto. Sin embargo, la zorra no se desanimó. De nuevo tomó carrera y volvió a saltar: ¡nada! Probó otra vez e insistió en la prueba, pero las uvas parecían cada vez más altas.

Jadeando por el esfuerzo, la zorra se convenció de que era inútil repetir el intento. Los racimos estaban a demasiada altura para poder alcanzarlos de un salto.

Se resignó, pues, a renunciar a las uvas, y se disponía a regresar al bosque, cuando se dio cuenta de que desde una rama cercana un pajarillo había observado toda la escena. ¡Qué ridículo papel estuvo haciendo! Precisamente ella, la señora zorra, no había conseguido apoderarse de lo que le gustaba. Pero al punto halló lo que creyó una salida airosa

-¿Sabes? -dijo, dirigiéndose al pajarillo-, me avisaron de que estaban maduras, pero veo que aún están verdes. Por eso no quiero tomarlas. Las uvas verdes no son un plato apropiado para quien tiene tan buen paladar como yo.

Y se fue arrogante, segura de haber quedado dignamente, mientras el pajarillo movía la cabeza divertido.


Versión poesía:

Es voz común que a más del mediodía,
en ayunas la Zorra iba cazando;
halla una parra, quédase mirando
de la alta vid el fruto que pendía.

Causábala mil ansias y congojas
no alcanzar a las uvas con la garra,
al mostrar a sus dientes la alta parra
negros racimos entre verdes hojas.

Miró, saltó y anduvo en probaduras,
pero vio el imposible ya de fijo.
Entonces fue cuando la Zorra dijo:
«No las quiero comer. No están maduras».

No por eso te muestres impaciente,
si se te frustra, Fabio, algún intento:
aplica bien el cuento,
y di: No están maduras, frescamente.

Félix María de Samaniego

25 abril 2008

Me han pasado este vídeo delicioso, con un fragmento de la película La chaqueta metálica. A pesar de la agresividad física y oprobiosa explícita, lo encuentro realmente hilarante. Además, en uno de mis arrebatos cuasioníricos, no he podido evitar acordarme de nuestra querida Carmen. Y el respeto casi reverencial que, seguramente, la profesan los altos mandos de la cartera que gestiona.






“No sabría describir en qué forma se produjo, en mi caso concreto, el despertar de la consciencia. La oscuridad es completa; la amnesia total. La primera reminiscencia precisa es visual: veo, de un golpe, a mi padre leyendo el diario en la mesa, el cuerpo sobre los manteles blancos, toda la cara manchada por la luz del quinqué de petróleo filtrada a través de una pantalla de tela verde. Ver la piel de mi padre chorreando verde me produjo una sorpresa tan grande que estallé en una risa nerviosa incontenible. Los dos recuerdos siguientes son del olfato: el olor de corcho quemado, un poco acre, que siempre flota en el aire de Palafruguell y que da a los forasteros de nariz fina la sensación de un incendio recién apagado y el olor de pana de los trajes de la gente, que siempre se me ha hecho desagradable y agrio…”


"- Piensa que, en este país, lo que más se parece a un hombre de izquierdas es un hombre de derechas. Son iguales, intercambiables, han mamado la misma leche. Pero, ¿cómo podría ser de otro modo? No lo dudes: esta división es inservible.

- Pero, ¿es que hay alguna otra división?

- Creo que sí. A mi entender hay una división mucho más profunda y exacta que ésa. La que se establece entre personas inteligentes y puros idiotas, entre buenas personas y malnacidos..."


Josep Pla, El quadern gris.

El último fragmento, encontrado en este estupendo blog; un chico que prepara judicatura y escribe genial, échenle un vistazo, merece la pena.

24 abril 2008

Parece ser que los pies de la mujer, en esta época del año que llega risueña, van a estar fresquitos y guapos. Viendo estos modelos, sólo me da pena el hecho de que las mismas, por pura comodidad, necesariamente tengan que perder altura. Y es que estar a la moda, y, si acaso a la altura, es muy sufrido.

23 abril 2008

-Javier, es usted un chulo.
-¿Chulo, yo?
-Y un machista.
-¡Machista, dice!
-Un machista mayúsculo.
-Le noto hostil y parco. Y eso que me callo la mitad de lo que pienso y escribo la mitad de lo que sé.
-Me sobra.
-Veo que lo suyo no son los argumentos. Ya sabe que no hay verdades impepinables sobre casi nada. Pero si además no se argumenta, el silencio es bien recibido.
-El que calla otorga. Y no es mi estilo.
-Pues abandone el silencio con elegancia, amigo; no para soltar pendejadas. Y, por cierto, búsquese un estilo.
-Peca usted de ignorancia.
-Lo sé. Y eso me diferencia.





Lean este fragmento de artículo de Félix de Azúa, publicado en El País el 14 de Abril: “Hace pocos días un amigo pasó por Madrid para conocer a la hija de unos colegas, una cría de tres años. Se citó con ellos en un restaurante de purpurina y aunque él es fumador pidió una mesa para no fumadores. Cuando se sentaron, todo el mundo fumaba a su alrededor. La niña tiene problemas de asma de modo que mi amigo acudió al encargado y le pidió otra mesa sin tanto humo. La respuesta del maître, un chico arreglado a la usanza chic hortera, le dejó helado: "Pero ¿usted ha venido aquí a comer o a tocar los cojones?". Paralizado por la baba de odio que goteaba de aquella boquita, se retiró desolado. Seguramente es una consigna del gremio, porque no es la primera vez que la oigo”. Impresionante, vaya. Después de esta típica escena costumbrista, ¿cómo puede uno no perder la educación, los modos y toda esa retahíla de características que (según algunos) nos diferencian de los animales?




¿Qué mejor forma de celebrar el día en que falazmente se dice que acaeció el fenecimiento de Cervantes y Shakespeare, que leyendo a Juán Cruz y el magisterio vital de su prosa límpida y distendida? Bárbaro, en serio. Iba a dedicar este día festivo (en mi tierra más por Padilla, Bravo, Maldonado y su entrañable relación con la corte de Carlos V que por San Jorge, claro) a los libros, pero mejor dejar a los que de verdad saben. Y yo pospongo la dedicatoria para otro día. Pues cualquier otro es bueno para dedicar a esos amigos fieles, entrañables e infatigables que a muchos nos acompañan y ayudan a lo largo de este valle de lágrimas –en expresión tan real como manida-.

22 abril 2008

De mi vecina, el paseo y esa chica llamada Beatriz.

La semana pasada estuve estudiando. Lo estoy en ésta. Y lo estaré en las que vengan, faltaría. Como en esta semana, el sol estaba perezoso, galvanizado, exhalaba pigricia por doquier y a tutiplén. Dicha circunstancia, de ordinario baladí para el mindundi de provincias, saben ustedes -quizá mejor que yo, y quizá no tanto- que amilana el estado de ánimo; lo hace, además, de un modo paulatino, parsimonioso, casi imperceptible. De ahí mi celebración jubilosa ante el mínimo fulgor de un haz de luz, aun tenue e inconsistente como si de la promesa de un político se tratase. Para celebrarlo, y pensando siempre, como el que dice, en algo bueno, bonito y barato, me fui a dar un paseo. A mi fiel compañera indecisión ayudó el hecho, no por trivial menos decisivo, de pasar bajo mi ventana la vecina del tercero de la casa de enfrente con el portal en otra calle. Con sus zapatitos, su minifalda, sus gafitas de sol, su coletita y su perrito. A su andar, y siempre en mi barrio, acompaña un coro de silbidos, un coro de piropos y por acompañar, incluso un coro de poetas. La chica es, digámoslo y no lo guardemos, un encanto, una delicia, una criaturilla de inefable presencia e indeleble huella cardiaca. Dicen que huele bien, lo que ni pongo en duda ni pongo en certeza, no váyanse a pillar mis falanges. Se rumorea que ha sido chica de todos, lo que afirmo con la pena y tristeza de ser la excepción que la confirma. Pero una cosa está clara, diáfana, perspicua: la chica está en el mercado, y es costumbre española, de arraigo, clase y postín, cambiar vestuario con la que altera la sangre. A esto fui, pero sin ello volví.

Viendo aún desde mi ventana que el encanto se marchaba con la tarde, decidí ir en busca de vecinas como quien va a comprar unas bragas. Raudo acudí a la habitación en que mis huesos reposo hallan, y encontrándome por el camino, y a su vez pasillo, a mi madre, la dije que me marchaba. Poniendo mí madre grito en el cielo me descubrí no oyendo, mientras mi itinerario corto, próximo e inmaculado, iba siguiendo.

¿Qué me pongo? Me oí preguntar. La camisa agradaba a la vista, pero no era tarde de concierto, que Dios nos asista. La época del jersey, la pana y la prenda que abriga y el culo tapa ya pasó. A lucir culo, pues. La duda, tan honda como caprichosa, me asaltó sobre la cintura. Dicen que el rojo es el color con el que se viste aquél que busca que las miradas a su paso se vuelvan, pero también es color de casquivanas, arrabaleras y llamativos lamparones. El negro, en cambio, es color de discretos, de inseguros, de quienes desean pasar desapercibidos. Es el color que más estiliza, sin embargo, su elegancia es luctuosa. Y por último, notoria limitación la de mi armario, tenemos el color natural de los canarios. El amarillo es el color de quienes gustan de su belleza. Ni qué decir, y por ello digo, que es el mío. ¿Saben de aquél tan guapo que ya de mañana su rostro al espejo miraba, y contento con el reflejo que éste le devolvía, a besos lo sofocaba? Pues eso, coño.

Dirigí mis pasos, como quien sólo camina, hacia el que llamamos parque Quevedo. Al ladito del colegio Quevedo. Y tan sólo cruzando un puente, no por romano menos puente, donde el personaje que tantos nombres halló con sus huesos dio. La tarde era maravillosa, como sólo lo son en el prefacio del verano. Beatriz, una chica de la que siempre he estado enamorado, y que por vivir, lo debe hacer frente a la cascada de la glorieta del gobernador Carlos Pinilla, paseaba. Lo hacía con su madre. Esta chica es una copia de su madre menos usada, menos gastada y menos mujer. Ambas usan vaqueros, y la madre, incluso tiene uno por marido. Verlas andar al unísono, contonearse al unísono y al unísono, pero sin acritud, criticar al que una tiene por yerno y la otra por marido da cierta idea de lo que toda mujer, algún día, puede llegar a pensar.

El paseo, y por tanto el relato que les cuento, fue corto. Tenía la esperanza de encontrarme con otra chica, de la que también estoy enamorado (no sé como voy a ganar “pa” todas), pero no debió parecerle la tarde ni la mitad de bonita que a mí. Me contenté sólo con pensar en ella. No saben ustedes, vamos, ni se lo imaginan, lo que ganan no sólo las mujeres sino todas las personas en el pensamiento. Fuera de él, y ya de bruces con la realidad, mejor no hablar. Y no me tiren de la lengua. Como dice Sabino Fernández Campo: “lo que tiene interés no se puede contar y lo que se puede contar no tiene interés”. Buenas tardes; gracias por leerme.

21 abril 2008

Saudade docente.

“Allá en la Edad Media —la «oscura Edad Media», que diría un analfabeto—, la enseñanza universitaria se resumía en dos ejercicios escolares fundamentales: por la mañana, cuando la mente estaba más despejada, la «lectio» o lectura de algún pasaje bíblico o patrístico; por la tarde, cuando dicho pasaje ya había sido digerido, se sucedía la «disputatio», que hoy llamaríamos debate, en la que un alumno hacía de sostenedor, proponiendo con voz resonante una «quaestio disputata» a propósito de la «lectio» matutina. Otros alumnos oponían entonces una serie de objeciones mejor o peor fundadas; y, una vez leído el resumen de tales objeciones, el sostenedor tenía que responder con la «probatio» o prueba de su tesis, en la que refutaba las objeciones previas. Así, al final de cada jornada, cuando la muchachada abandonaba las aulas universitarias, la «cuestión disputada» había sido vuelta y revuelta como un calcetín, y el entendimiento había sido probado al máximo, como la destreza de los caballeros en un torneo” Juan Manuel de Prada, en su columna de hoy. Evidentemente, no todo evoluciona con el tiempo. Y no sólo lo paga el discente, sino la sociedad beneficiaria de su formación en el futuro. Claro que para realizar estos ejercicios formativos de alta retórica, antes que al propio alumno, debería prepararse para tal menester al profesor. En teoría, cada vez más preparados. Aunque ya saben ustedes el grado de coincidencia que suele haber entre la teoría y la práctica.

El placer de la música. Y el de ser músico, claro:

20 abril 2008

-Así que nos deja sin dosis diaria.
-Posible y probable. Como casi todo en la vida.
-¿Está seguro? ¿No será una de sus argucias para ganar público?
-Me temo que no. Y, además, no estoy seguro de que funcionase.
-Pero cuándo…
-En principio los meses de Mayo y Junio. Aunque nunca se sabe.
-Entonces, ¿el formato será hebdomadario?
-Y quizá no siempre. O quizá continúe como hasta ahora.
-¿A qué es debido?
-Siempre me ha parecido usted un hombre curioso.
-No es curiosidad, Javier. No hay día que no pase a hacerle una visita. Usted lo sabe.
-Lo sé, lo sé. Y créame, se lo agradezco. Pero el tiempo…
-Bueno, nunca le ha sobrado; y eso no ha sido un impedimento para que usted…
-Esta vez es distinto. Compaginar estudio, comienzo de la temporada…llamémosle artística y la inexorable pérdida de las mañanas…
-Pero hombre, aunque sólo sean unas líneas…
-Sin tantear sobre el terreno no puedo prometerle nada.
-Usted, siempre pensando en mujeres.


Buen día para escuchar este tema, aunque sólo sea por la coincidencia:

19 abril 2008

La izquierda, sus medios y sus acólitos tienen una extraordinaria forma de mostrar su antipatía, su orgullo y su envidia; esta última, definida por Napoleón Bonaparte siempre como una declaración de inferioridad. El problema, y principal escollo a salvar, radica en que la gente no lee, no lee lo suficiente o no lee lo que debe. Es decir, no contrastan, y, por tanto, ven una realidad sesgada, parcial e inexacta. Es necesario comparar publicaciones de las distintas ideologías para, entre todas las mentiras de una y otra acera, formarse una idea más o menos aproximada; pero al menos pura, limpia, sin envenenamientos. Y esto lo digo, sobre todo, para aquellos que se empapan exclusivamente de la prosa editorialista de El País creyendo ver en sus dictados una postura ecléctica, correctamente argumentada y sin visos de fisura que los hagan desplomarse por su propio y falaz peso. De lo contrario estaremos defendiendo posturas equivocadas. Y además, existirá el riesgo de tomar en cuenta las opiniones de personajillos con más de 30 años de carrera profesional a sus espaldas, como Daniel Anido (director se la cadena SER), y que aún no han aprendido a escribir correctamente, sentando doctrina y dogmas de fe irrefutables.

Hace unos días señalaba en un post la desvergüenza de muchos autoproclamados intelectuales paseando su ignorancia por las salas de conferencia de nuestras queridas y cultivadas ciudades. Pues bien, sólo para que mi distinguido público tome nota sobre el hecho de que no sólo vitupera Federico Jiménez Losantos, y por tanto, no sólo él es un gilipollas (y quiero dejar constancia de que Losantos, para mí, no lo es): aquí les cuelgo el texto de todo un hombre de izquierdas:

La baba en la pluma. Por Daniel Anido.

"Cuando fluye la baba y el periodismo se acojona la tiniebla va cubriendo el espacio vacío; un territorio abandonado que ocupan pajilleros, reprimidos, grasientos, puteros, siniestros, cobardes y acomplejados, con nombres y apellidos. Son de ilustres burgos, ansones, losantos, pejotas, usias y alguna que otra schlichting, pero segregan ese líquido viscoso y corrompido por la comisura de sus parpados, acentuando el asco que desprende su mirada. Tenemos que mirar sus caras, seguir con atención el recorrido; ver como avanza ese residuo pútrido que desciende por los pliegues hasta la boca, como carcome gota a gota su lengua relamida; como la inunda y luego la desborda, para proseguir su camino hasta la mano pegajosa que sostiene la pluma y derramar allí toda su miseria. Cuando fluye toda esta baba compartida y el periodismo se acojona, estos mirones clandestinos, estos fetichistas de la mugre, se proclaman profetas con derecho de pernada, levantan púlpitos con barrocos tornavoces, apoyan sus falanges en el antepecho, despliegan su abyección más tenebrosa y corrompen el espacio compartido. Cuando el periodismo se acojona delante de estos usurpadores del oficio, la cloaca extiende su dominio, se adueña de la plaza pública y construye allí su pasatiempo favorito: el juego delictivo del insulto, donde prevalece y se premia la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, como pueden ser la orientación sexual, la fe o falta de ella, la ideología, la gestación, la edad, el nombre o el apellido. Cuando el periodismo se acojona delante de estos mediocres, que confunden la baba con el intelecto, nuestra profesión pierde el futuro; los ciudadanos, su libertad, y la democracia, el sentido. El periodismo tiene que hacer frente a la contaminación que desprenden estos exhibicionistas de la baba en la pluma, a la perversión que esconden bajo el necesario paraguas de la libertad de expresión. Son previsibles. Se plantan delante de sus víctimas y abren con rapidez sus gabardinas, dejando ver su desnudez intelectual. Pero, son cobardes. Si les plantamos cara, mirando fijamente sus despojos orgánicos, señalando con el dedo su minusvalía y mostrando nuestro desprecio con una sonora carcajada, que al tiempo alerte al resto de la ciudadanía, salen corriendo a esconder sus complejos y sus colgajos... en el fango. (A ellas, que sufren estos días el maltrato de quienes quieren robarnos el oficio: disculpas.)"

Más opiniones al respecto aquí, aquí o aquí. Gracias por leerme. Buen, y seguro que merecido, fin de semana.

18 abril 2008

Lo leí con estupor en la prensa, y lo volví a leer en el blog de Arcadi Espada. Un caso más propio de los culebrones de Boris Izaguirre que de la realidad que nos rodea; o eso pensaba yo, claro. Esta preciosa mujer de 23 años, que en su día fue chica prodigio -con tan solo trece años ingresó en la universidad de Oxford para estudiar matemáticas-, es prostituta, manceba, concubina, puta. Es inevitable autoestrujarse el coco y pensar desoladamente, cómo es posible que a esta belleza, además tan inteligente, le haya dado por el oficio más viejo, y quizá vilipendiado, del mundo. En la actualidad combina un máster en economía con su, al fin y al cabo, lascivo oficio. Y no sólo eso: “disfruta de su trabajo, se siente más segura que nunca con su cuerpo y ha tenido el mejor sexo de su vida”. No sé si es moralmente correcto pensar, o tal vez soñar, lo delicioso y motivador que habría sido para mí tener en su momento una profesora de matemáticas con estas características…intelectuales.




Hummm, el final de columna de Ignacio Camacho de hoy: “al final casi siempre ocurre así: el guapo y rico se queda con la chica y se la lleva en el descapotable. Y la chica se aleja y hace un mohín de aliento: estuviste cerca, me hiciste dudar, pero la vida es así, compréndelo. Y lo malo es que casi siempre acabamos comprendiéndolo”. Magnífico. Pero qué otra cosa se podría esperar de un hombre que esculpe sus columnas por las tardes, en un fondo sobrio y elegante de música clásica, mientras cogita pegándole suaves caladas a su pipa. Sin duda, nos encontramos ante un nostálgico.

17 abril 2008

Don Ignacio, Maestro con mayúscula.

Debería haberlo dejado para mañana debido a la inevitable falta de tiempo; pero, después de dar una vuelta por las ediciones digitales de El Mundo y El País, y ver que no hay ni una mínima referencia al genio hecho pluma, que ayer ganó el premio González-Ruano, y creándome tal circunstancia honda vergüenza ajena: ¡felicidades, Camacho! Gracias por sus columnas y gracias por la exquisita literatura que nos brinda a diario. Manque (perdóneseme la ortografía y el vocablo) algunos joda. Y de regalo: ésta, fue la columna que le dedicó a Umbral.



P.D: rectifico, en El País, y tras la ayuda de Google (pues no lo vi ni en primera página, ni en la sección cultura), si hay algo.

Supongo que lo sepan, pero...

¿Por qué fue erigido el Taj Mahal?


La historia se remonta al siglo XVII, cuando Mumtaz Mahal, esposa favorita del emperador indio Sha Jahan de la dinastía mongol, moría en plena juventud, tras dar a luz a su decimocuarto hijo. El monarca, que estaba profundamente enamorado de ella, decidió honrarla con la construcción de un mausoleo. El flamante edificio, hecho de reluciente mármol blanco con incrustaciones de piedras preciosas en su interior, forma parte del conjunto arquitectónico del Taj Mahal o Palacio Mahal. Hoy está considerado como uno de los monumentos más bellos del mundo por la armonía de sus edificios inspirados en las construcciones mongolas, musulmanas, persas e indias. Y por sus jardines, donde fluye el agua, y abundan los rosales, narcisos y árboles frutales. El entristecido esposo no escatimó en materiales ni en artesanos para erigir la que sería la última morada de su amada. Se estima que la obra, que duró 22 años, le costó unos 50 millones de rupias (una rupia y media equivalía entonces a un gramo de oro). Una vez levantado el mausoleo, el emperador lo visitaba todos los días. Cuando sus descendientes le arrebataron el poder y lo encerraron en el palacio, lo único que pidió es que le dieran una habitación con vistas al panteón de la emperatriz. A la muerte de Sha Jahan, uno de sus hijos mandó edificar su tumba junto a la de Mumtaz. Revista Muy Historia nº16


Ayer, en una de mis excursiones por Youtube, di con esta maravilla de monólogo, fresco y vitamínico como la propia época en que nos encontramos. Por cierto, y aunque no venga a cuento, qué guapas se ponen las mujeres en esta época del año; no quepo en mí de gozo:

16 abril 2008

Luis Aragonés siempre ha tenido un particular modo de ver la vida y el fútbol. Da la ligera impresión de que su carácter le ha hecho, y no al contrario. En cualquier caso, y fruto de esta peculiaridad, hoy disfrutamos de Samuel Etoo; ese futbolista de raza y olfato inigualable. Si el moreno no se hubiese encontrado a este viejo cascarrabias en su camino, hoy Etoo, probablemente, no sería el que es. Y la afición merengue, estaría mucho más contenta y tranquila. Pero como lo cortés no quita, ni apenas un ápice, lo valiente, no saben ustedes lo que me irrita que Raúl no vaya a la selección. Huerfanitos nos hemos quedado. Por culpa de ese pecado tan castizo como es el orgullo, nuestra selección se quedará sin emblema, sin prestigio, sin referente. Me gustaría preguntarle, haciendo un brindis al sol, al sabio, quién cree él que en momentos de incertidumbre tirará, válgame la socarrona y depauperada jerga del ámbito, del carro. Como si nuestra selección estuviese plagada de hombres con el historial, el currículum y la tan necesaria experiencia de Raúl. Por lo demás, fíjense en las perlas del de Hortaleza:

"Mi persona no es mediática ni tampoco lo deseo".

"No me siento mayor. Es viejo o mayor el que quiere ser mayor".

"Me gusta más que me llamen zapatones que sabio".

"Ahora es más difícil que Raúl vaya a la selección y él lo sabe... El tiempo pasa".

"A Raúl no le voy a descubrir. Raúl ha sido el mejor de casi de todos los tiempos. Pero no puedo decirle si puede venir".

"Los jugadores se caen de la selección solos".

15 abril 2008

Gobierno de España.

Fíjense en esta tropa. Qué elegancia, qué sentido de la responsabilidad, qué poco se ve a las mujeres incluso a pesar de su abundancia cual setas en el bosque. Parece que les diera pánico salir en la foto, con lo guapas que son; sobre todo Mari Tere, y su aspecto tierno, dulce, jovial, encantador. Den la bienvenida al Gobierno de la igualdad. Pero qué bien suena, díganmelo. Quiero oírlo. No me negarán, además, que algo que suene de ese modo no puede dar disgustos, crear problemas o suscitar críticas. José Luís Rodríguez Zapatero que, por si hiciera falta decirlo, es el señor más contento de la foto: está sonriente, risueño, feliz con el equipo de gobierno que ha formado. El sólo. Sin ayuda mediante. Mostrando sin rebozo de lo que es capaz. Poco importa que se sepa con tanto adelanto que, de tomarse una foto al final de la legislatura, van a faltar, con hiriente certeza, alguna que otra de esas caras. Desglosemos, pues.

Repite cartera el señor Bermejo, ministro de Injusticia. Es una lástima que tengan que pasar casos como el de Mari Luz, para que salgan a flote las carencias de uno de los soportes fundamentales del estado democrático: falta de medios económicos; falta de medios humanos; notable inepcia en la persona del ministro, más preocupado y preparado para la política de barrio y chichinabo que para gestionar con decencia el Ministerio de Justicia. No voy a hablar de sus muchas, aunque de difícil descubrimiento, cualidades personales; pues hay quien piensa que el señor ministro sólo es un chulo, un soberbio, un prepotente que, a pesar de su orgullosa condición de rojo, lleva a sus niños a un colegio de uniforme y buenos modos. Él y su querido amigo Pumpido hicieron las delicias de diestros y siniestros en la pasada legislatura. Ésta aún no ha comenzado su andadura, pero ya hiede a déjà vu.

Rubalcaba, quizá el político más inteligente del ejecutivo, quería irse de la tripulación. Pero el capitán no le ha dejado. Necesita remeros, porque en esta ocasión se hace evidente que ni el barco tiene velas ni va a soplar el viento. Como ven, ingredientes más propios de los libros de Robert Louis Stevenson; pero ya saben que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción. Mejor agárrense, y miren para otro lado.

Dicen las malas lenguas, que son las de derechas -porque la gente de izquierdas habla muy bien, sépanlo ustedes-, que en este particular barco de chanquete han tenido sus rencillas los que saben de economía. No sé a ustedes, pero a mi el ojo de Solbes me pone nervioso, me inquieta. Tampoco encuentro sosiego en la presencia inadvertida de Sebastián; pero, llámenme iluso, encontraría delicioso que hubiese alguien que dijese al enfermo donde le duele. Y resulta que la economía, que sirvió para tildar de catastrofista al PP durante la pasada legislatura, tan sólo unas semanas después se torna oscura y abrupta. Casualidades que tiene esta vida, claro.

El ministro Bernat Soria, primo segundo o tal vez tercero de Santa Claus, falsificó su currículum en su página web. Los analistas políticos, muy socarronamente, le aplicaron eufemísticamente el anglicismo automovilístico de moda. De esta circunstancia, a mi parecer mayúscula, no se hicieron eco los medios socialdemócratas; supongo, que en un alarde más de transparencia y objetividad de las que tanto presumen.

Aunque lo que es increíble, verdaderamente extraordinario, es que repita la señora Magdalena Álvarez. No tengo palabras para describir su gestión. Si se la pregunta al respecto, supongo que afirmará de modo apodíctico que fue víctima de las circunstancias. Y quizá tenga razón. La inutilidad aparente, a veces, es sólo eso: inutilidad. Aunque tiene su mérito, eso sí, que ni los dislates -circunstanciales, claro- de otros ministerios, hayan podido tapar su buena mano.

Me voy a ir despidiendo. Ciertamente, no hay noticia del gobierno socialista que no provoque el efecto llamada de las atenciones más inquietas y despistadas. Posiblemente, ahí radique su fuerza y misterio. He dejado para el final del post a la más guapa del ejecutivo. Y en esta ocasión no hay sarcasmo. Me estoy refiriendo, cómo no, a la Chacón. Pero que arte tiene mi niña, con bombo y todo. Más pasión, no cabe. Y como las imágenes valen como millares de palabras:

14 abril 2008

Esta criaturilla me recuerda a alguien de pequeño:

pero ahora mismo...

13 abril 2008


Hummm, leo con fascinación y devoción profundas este reportaje sobre Marilyn, ya enferma y desvencijada: sus últimos días, sus últimas conductas, sus últimos amigos. Ciertamente llama la atención, que en el comienzo del artículo se sugiera que Marilyn fuera una mujer sexualmente insatisfecha con esa carita, ese cuerpo y esas compañías. Sabiendo, además, que por su catre, y siempre a tenor de la información del artículo, pasaron todo tipo de hombres, mujeres e incluso intelectuales: esa exótica especie. Pero profundizando en el tema de sus dolencias psíquicas, es inevitable cuestionarse por el grosor de la delgada línea que separa a las personas sanas de las clínicamente enfermas. Anna Freud, hija de quien ustedes suponen, afirmaba en el diagnóstico de la bellaza rubia lo siguiente: “necesidad constante de aprobación externa”. Aunque sólo sea por esto: no me negarán, el extraordinario y peligroso parecido que guardaba con personas libres de toda patología.

12 abril 2008

Curiosidades que tiene esta vida: pasarse toda la mañana sacando partituras y haciendo arreglos de temas actuales con los que mi grupo amenizará las verbenas de los pueblos leoneses este verano, para llegar al local de ensayo, y, en un ataque imprevisto de nostalgia por los inveterados miembros del grupo –es un suponer- ponerse a probar el siguiente tema:



La cuestión es que terminó sonando de lujo, y decidimos incluirlo en el repertorio. Espero que nos perdone el selecto público que adora a Rodolfo Chikilicuatre; un hombre, por lo demás, tan profesional de lo suyo.

11 abril 2008


Ayer, tras mi cita con el preparador, y viendo que por fin había escampado, dirigí mis pasos hacía la sala de conferencias del consistorio de mi patria chica. El motivo, y principal reclamo de todos los asistentes, era un ciclo de conferencias sobre la represión franquista. Tema, sin duda, apasionante donde los haya. Antes de entrar en la sala leí un pequeño cartelito en la entrada que avisaba del aforo limitado en la Sala; aviso al que, como comprenderán, no di importancia, dado que los temas culturales no suelen acaparar interés alguno por estos pagos. Claro que, tremenda ingenuidad la mía: temas culturales. Eso pensaba yo. Asistí a la conferencia en calidad de oyente con inquietudes intelectuales, no políticas. No sabía lo que me esperaba.

La conferencia fue mala. No pongo en tela de juicio la investigación exhaustiva del conferenciante J. José Pérez Alonso, pero no fue lo esperado; al menos por mí, claro. El título de la disertación decía: “represión franquista de la masonería en el norte”. Asistí a la misma esperanzado como ese chiquillo que, por vez primera, va a depositar su manita sobre un busto femenino. Mis anhelos crecieron cuando el ponente comenzó citando a Francisco Umbral. Un hombre leído, me dije. Seguro que ustedes piensan que ser ponente en una conferencia conlleva necesariamente esta característica, y más, si el señor es profesor. Pues se equivocan. A cuantas más conferencias asisto, más me convenzo de lo solito que estoy en la vida.

La conferencia careció prácticamente de hechos y, sobre todo, de explicaciones. Fue una retahíla de nombres y fechas en que masones leoneses y del norte fueron fusilados. No se explicó la razón por la cual se procedió a su ejecución. No sé al resto de la concurrencia, pero a mí me interesaban más las razones que los nombres. Detrás de todo hecho siempre hay alguna explicación; omitir ésta en esta ocasión fue dejar vacío de contenido, a mí entender, el fondo de la conferencia.

En teoría, los masones son asociaciones con fines filantrópicos, intelectuales, preocupadas por el progreso de la sociedad de la que son partícipes y tienen en común la creencia en un ser supremo: GADU (Gran Arquitecto del Universo); su jerarquía interna se divide de igual modo a como en la Edad Media lo hacían los gremios, siendo su base la de aprendiz y su cúspide la de maestre o maestro. Para ingresar en una logia masónica se realizaba una ceremonia iniciática y se procedía, a medida que el miembro fuese ascendiendo en el escalafón, a revelarle unos conocimientos determinados.

En el libro de César Vidal sobre los masones, que en su día devoré, se explica pormenorizadamente la influencia de los masones en el devenir del país por medio de acciones de índole político. Ni qué decir tiene que este autor en la tarde de ayer fue menospreciado. Entiendo que por no ser de ideología socialdemócrata. César Vidal es licenciado en derecho y doctor en historia, filosofía y teología; a mi parecer, mofarse del peso argumentativo de un hombre con este currículum es síntoma inequívoco de la falta de vergüenza con la que muchos de nuestros intelectuales pasean su propia ignorancia. Y no hay más. Claro, la concurrencia rió las gracias a la derecha y sus intelectuales con auténtico fervor. Me hallaba en un hervidero de rojos.

Menos mal que por alguna razón, oscura y abstrusa, me quedé al turno de preguntas y réplicas. Aquí el autor si se explayó algo más y dio a entender que no tocaba, al menos no del todo, de oído. En mi opinión estuvo mejor el momento postconferencial que la propia deposición en sí. Una señora que se hallaba a mi izquierda, casi todo el público eran señores y señoras de edad, y casi todos estaban situados a mi izquierda, se dirigió al deponente y le dijo que era nieta de un hombre al que habían fusilado por masón y que en la conferencia, ni corta ni perezosa, se había afirmado que se había salvado del fusilamiento al delatar a sus compañeros; en fin. Ir de listo y mofarse de ciertos intelectuales para que lo terminase corrigiendo posteriormente el propio público es motivo, al menos, para que le hubieran subido los colores a la cara. Cosa que no sucedió, claro: lo tomó como una anécdota e incluso se rio por las cosas que tiene esta vida. Eso sí, tomó nota para no meter la gamba en ponencias ulteriores. Si el susodicho llega a ser mi abuelo, lo pongo de zoquete para arriba.

En la primera fila, además, se hallaba otro profesor. Calvo, para más señas. Y que al parecer había dado otra conferencia en días anteriores. Otro relisto, me dije. Efectivamente, después de felicitar al señor ponente por su sarta de datos vacuos, se puso con codicia a echarse flores; supongo que para dejar constancia ante tan selecto público de lo mucho que sabía. Luego vi cómo se paseaba con aires de intelectual por la sala, lo que en una ciudad como León es casi una osadía; e incluso al pasar por mi lado se quedó mirándome con autosuficiencia, momentos breves pero de una profundidad inefable, como diciendo: jovenzuelo, cuanto tienes que aprender; yo le sostuve la mirada y me quedé pensando: calvito, mañana te voy a poner a caldo en el blog, y a ver si leemos más antes de salir de casa que nunca se sabe quien te puede escuchar.

Otro momento emotivo, aunque a mi casi me dieron nauseas, fue cuando hablaron del famoso capitán Lozano, que no es el prota de las novelas de Reverte sino el abuelo de ZP. La gente se emocionó, claro. Una señora de aspecto risueño y morigerado dijo que lo había conocido personalmente, ante la admiración de la concurrencia. Pienso, algo jocosamente, que si la llegan a dar alas incluso les hubiera dicho que un día se había despertado en su cama. Pero qué malo soy.

10 abril 2008

-¡Hombre!
-Qué tal, guapa.
-Muy escueto y muy visto.
-Hay días que no me sale más, encanto.
-Ya veo. Me dijeron hace tiempo que tenías un blog.
-Las noticias vuelan.
-¿Y se liga mucho con eso?
-La verdad es que no.
-¿Por qué escribes?
-Si yo lo supiera…
-Entro alguna vez. No lo haces mal.
-Veo que no soy el único que se aburre.
-Tú lo que tienes que hacer es inventarte un personaje.
-No he hecho otra cosa en mi vida.
-No se te nota.
-Veo que me sale mejor de lo que pensaba.
-Hum, prometo seguirte más a menudo.
-Ya sabes lo que dicen de las promesas y su cumplimiento.
-Pues…
-Bueno oye, llevo prisa; ya hablamos.
-Venga anda ¿Para cuándo una de sexo?
-Eh…

09 abril 2008

Solidaridad con el boicot.

young

Qué desgracia de vida. A menos tiempo más tentaciones para perderlo. Ríanse de las penurias que el Mesías cristiano pasó entre las dunas. El periódico El Mundo se ha propuesto premiar o hipnotizar a sus lectores, ya de por sí asiduos, y a los conspicuos blogs de Santiago González y Arcadi Espada ha añadido, como quien dice a la chita, al ínclito, excelso, egregio e insigne torero de la pluma, más por diablo que por viejo (permítaseme la licencia), Fernando Sánchez Dragó, cuyo blog enlazo desde hoy con el título de Dragolandia, disfruten de cada una de sus divagaciones; sin duda, literatura de pata negra. ¿Ampuloso y rimbombante? Mejor todavía. No pretenderán que lea a Suso de Toro ¿no?




Hummm, ¿un artículo de fisiognomía en el periódico? A falta de intuición: hay quienes distinguen estas características por el olor, otros visualmente y finalmente quienes echando mano, nunca mejor expresado, del sentido del tacto, si no palpan no se convencen de lo apreciado por sus ojos; muchas veces ante la permisividad, enojosa o agradecida, de la otra parte en la práctica de dicha prueba. Al final sobre el aseguramiento de presunciones promiscuas, afortunadamente, no está todo escrito; constituyendo, para tantos y tantas, un fin en sí mismo.

08 abril 2008


He aquí una interesante serie de coincidencias sobre el parecido físico entre la actual y la anterior mujer de Nicolas Sarkozy. Ambas son mujeres guapas, serias, elegantes, muy correctas en líneas generales. A mi entender, inalcanzables para el presidente de Francia, si el destino le hubiera llevado a la venta de chapatas. Se trataría de la eterna búsqueda de la mujer por el poder en el hombre con el que comparten su vida, si antes no lo alcanzan ellas, claro. Por otra parte, destacan en los medios rosáceos, y en los no tanto, el extraordinario buen gusto de Sarkozy por las mujeres con ojos claros, pómulos marcados y pelo largo y liso; es decir, vienen a decir que el presidente de Francia no es tonto: como si no lo supiésemos. Y como si todo el mundo pudiese elegir, por poner un ejemplo, a una periodista guapa, presentadora de los servicios informativos de la televisión pública.

En las páginas de salud, me topo con lo siguiente. Yo pensaba, precisamente, todo lo contrario. Algo tengo escrito, referido al tema, por estos lares. En cualquier caso, el artículo presenta un vacío: nada menciona respecto a quien todo lo interpreta en clave de sexo, que los hay. Y por haber, incluso hay quien todo lo interpreta amistosamente; sin duda algún incauto.

07 abril 2008


Siempre teniendo en cuenta que en mi barrio a las 11:30 de la mañana de este lunes aún no ha comenzado el día laboral para todos los establecimientos. Que esto no salga de aquí. Prefiero ceñirme al refranero castizo, y delatarles tan solo el objeto del pecado, omitiendo deliberadamente al sujeto activo del mismo. Barbaridad, madre.

06 abril 2008

Bisoño lector de periódicos.

Me gusta leer periódicos; lo habrán comprobado. Me gusta escandalosamente, aun a costa de dedicarle más tiempo del que debería. Desgraciadamente nadie tiene completa libertad para disponer de su propio tiempo, y esto lo convierte en un bien excesivamente caro, valioso, y, por tanto, un bien del que deberíamos tener muy claro su aprovechamiento antes de malgastarlo. El tiempo es uno de los bienes de mayor importancia que tenemos y, también, más escasos. No es descabellado afirmar que consumimos por igual, y al unísono, tiempo y vida. El problema latente se hace obvio cuando observamos que en esa gran operación aritmética que es la vida, se incrementa el sustraendo a costa de un cada vez más disminuido minuendo.

No quisiera pecar de cenizo en esta incipiente primavera de cuyos taumatúrgicos efectos ya dan cuenta esos primerizos brotes verduscos, sino todo lo contrario; les animo a que aprovechen lo mejor posible su tiempo: paseen, salgan de fiesta, hagan deporte, queden con amigos y charlen, ¡lean!...parece increíble, pero no saben la cantidad de gente que no sólo menosprecia este Arte –sí, Arte con mayúscula- sino que lo desconoce.

Yo mismo, la verdad, no siempre he sido un buen lector; y ni tan siquiera lector. Cuando uno es más joven siempre encuentra una disculpa para no acercarse a esos objetos llamados libros que, muchas veces, sólo sirven de ornamento en los anaqueles de un mueble de salón. Y tampoco leía periódicos; me parecían largos, aburridos, indescifrables…

Mi primera tentativa en la lectura de un periódico, fíjense y no señalen con el dedo, fue en primero de carrera. Digo tentativa porque mi lectura fue en primer lugar a las páginas deportivas, de ahí pasó al tan recurrido horóscopo y en último término a la programación televisiva. ¿Política? No, por favor, por quién me toman. Aunque siempre he tenido voz de picueto con ribetes de sabiondo –claro que peor es quien tiene esos mismos ribetes y no tiene nada que ofrecer- la política me parecía algo soso, desabrido e ininteligible. Aun así, siendo apenas un retaco, me esforzaba por imitar, se me eriza el vello, a don Felipe González. Ese hombre de cara amplia -dicho, igualmente, en amplio sentido-, de alabada tanto como mendaz retórica y de chaqueta y pantalones de pana. Eran los tiempos de los socialistas de pana, como hipocorísticamente los denomina el inefable Raúl del Pozo. Y en mi casa, que siempre han sido muy de derechas de toda la vida (aunque lo parezca no hay pleonasmo), no sabían si tomarlo a chiste o a desgracia, pues todos creían que iba a ser médico; incluso yo lo creía, hasta que al despertar del sueño vi mi nombre estampado en el título de la licenciatura de derecho. Qué le vamos a hacer, lo bien que iba a sonar “doctor Suárez” y, más aún, lo bien que le iba a quedar a este moreno guapo la bata blanca…en fin.

Fíjense en lo que ha derivado mi primera lectura de un periódico. La segunda ya fue otro asunto, claro; me atreví, incluso, con sus crucigramas. Tendrían que pasar varios años, y llegar a quinto de carrera, para leer en serio y de modo completo un periódico. Ya ven. Mi dilecto profesor de Filosofía del derecho, que tiene este fantástico blog, nos inoculó a unos cuantos y a mí esta fiebre lectora y escritora cuasiperiodística. Hay periodistas que se quejan de la proliferación de blogs en la red. Se quejan porque ya no tienen el monopolio escritor, y porque ya escribe cualquiera. Y no solo eso: además de escribir cualquiera, existe la posibilidad de ser leído por cualquiera. Es decir, la llegada de la democracia.

Aunque lo más sorprendente a esas alturas de mi vida, fue descubrir en los periódicos las inquietantes y adictivas columnas de opinión; columnas, que hasta ese momento había soslayado deliberadamente. Y si por un casual de esos raros e inextricables que tiene la vida osaban mis ojos caer sobres las mismas, enseguida desistía del empeño. Ni entendía ni me interesaba lo que contaban. Incluso ahora mismo, me sigue sin interesar su contenido. Sólo me fijo en la forma, en el estilo, en la literatura; en el Arte, a fin de cuentas. Porque al final, uno termina escribiendo tal y como es. Y si nos gusta un estilo, lo más probable es que nos guste quien está detrás del mismo. Por eso me gustaba tanto Francisco Umbral. Paco era Arte, no podía ser otra cosa; y es improbable que los periódicos vuelvan a contar con alguien de su nivel estilístico, desde luego. Actualmente la prensa cuenta con plumas de nivel como Ignacio Camacho, del ABC, de quien se ha dicho que es heredero de Quevedo o Arcadi Espada, de El Mundo, más afín al estilo de Pla o Camba; hay muchos más pero, sin lugar a dudas, estos son mis dos columnistas preferidos: el arte y el sentimiento frente a lo intelectual, lo sublime. La vida misma.

Reminiscencias: “un hombre se propone la tarea de dibujar el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes de provincia, de reinos, de montañas, de bahías, de naves, de islas, de peces, de habitaciones, de instrumentos, de astros, de caballos y de personas. Poco antes de morir, descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara”. J.L.Borges.

05 abril 2008


Cuando la carretera nos sorprende alevosamente con alguno de sus muchos peligros: siempre viene bien tener a mano las herramientas, no me digan.

Mañana trataré de fatigarles algo más, no pongan esa cara. Lo prometo.

04 abril 2008






Perdonen la aparente desidia ágrafa; dependo, exclusivamente, de mi siempre tan escaso tiempo. Como no quiero pegarles la pereza, bailen un poco:


03 abril 2008

"El cielo a veces nos envía seres que representan no sólo la humanidad, sino la divinidad misma, de manera que si los tomamos como modelos y los imitamos, nuestras mentes y lo mejor de nuestra inteligencia puede alcanzar las más altas esferas celestiales. La experiencia nos muestra que aquellos que se han encaminado al estudio y seguimiento de las huellas de estos maravillosos genios, aunque la naturaleza les haya prestado poca o ninguna ayuda, llegan a participar de la divinidad de su sobrenatural obra".

02 abril 2008

Física o química. Desde que por vez primera la vi anunciar supe, de modo inmediato, cuál iba a ser su temática. Es decir: supe, que no iba a ver ni un solo capítulo de la misma. Hay varias razones; pero la que yo considero más importante, y la única que les voy a contar, es la siguiente: tengo un hermano que podría formar parte del reparto. Un hermano, que va a cumplir 18 años; como habrán intuido, fresco como un pavo. Evidentemente, sé como se viste; conozco su anfractuoso pensamiento, claro; incluso sé qué le preocupa y hasta qué pasa por su cabecita en todo momento. Diáfano, como el agua que brotaba de los manantiales en que las náyades realizaban sus abluciones. Pero lo realmente extraordinario de esta juventud gazmoña es que conociendo a uno conoces a todos, como esa gran falacia que atribuimos al sexo femenino. Nuestros levantiscos jóvenes, por el contrario, son como calcomanías unos de otros, y, sin embargo, se creen tan distintos, tan únicos y tan incomprendidos que no cuentan absolutamente nada de sus cogitaciones y se encierran en sus caparazones porque creen que no se les va a entender; es decir, creen que nadie tuvo 18 años. Esta es la razón, obvia y superficial, por la que no necesito ver la dichosa nueva serie. Su anuncio bastó y sobró para esclarecerme sobre el contenido de todos y cada uno de sus capítulos.

Curiosidades que tiene esta vida: es precisamente el motivo que acabo de utilizar para explicar por qué no la veo, el utilizado por mi hermano, pero a la inversa, para explicarse por qué no la veo: “tú, no la comprenderías”. Amén.

01 abril 2008

Una brillante selección de dichos, con su correspondiente contestación en hechos, del nuevo Presidente del Senado.



Me pregunto a qué se puede referir Sacchi exactamente cuando afirma que "Dios no ha dado a Raúl demasiado":
- ¿a su nivel técnico?: no es el que tenía Zidane, claro; pero es que nadie tiene el nivel que tenía Zidane.
- ¿a su cuenta corriente?: la vergüenza me impide referirme al respecto.
- ¿a su mujer?: hombre, hombre.


Y del autor del Péndulo de Foucault y El nombre de la rosa, esta joya: “la juventud es como ese anciano que va al urólogo porque se orina encima y el urólogo le receta una especie de tranquilizante. Al cabo de un mes vuelve el viejo a la consulta y le explica al médico que está curado. ¿Curado?, pregunta el médico, o sea, que ya no se orina encima. Si, me sigo orinando encima, pero ahora me da completamente igual”.